Antonio García Casco

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Geotermobarometría: · Soluciones P-T simultáneas

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Como hemos visto más arriba, existe un número elevado de potenciales equilibrios que pueden ser utilizados para obtener información P-T en asociaciones de fases determinadas en equilibrio (eq. 34). Por esta razón, el procedimiento más habitual en termobarometría no es la estimación de T conocida P mediante la ecuación (50), o viceversa mediante la ecuación (51), sino la estimación simultánea de P y T a partir de dos equilibrios. Este procedimiento, que es claramente mucho más ventajoso por cuanto las condiciones P-T quedan definidas de manera única, supone solucionar dos ecuaciones del tipo (49), una vez se disponga de modelos de solución para las fases implicadas. Los criterios discutidos anteriormente para considerar la adecuación de los posibles equilibrios entre componentes de las fases de una roca con fines termométricos y barométricos siguen siendo válidos para el caso de soluciones simultáneas. Así, es conveniente seleccionar dos equilibrios con pendientes dP/dT fuertemente contrastadas para minimizar la incertidumbre asociada a la intersección, que resulta de la incertidumbre en la estimación de las constantes de equilibrio. En este sentido, la utilización del termómetro GARB y el barómetro GASP en metapelitas está completamente justificada. En las Tablas 1-3 se enumeran un gran número de equilibrios que han sido calibrados con fines termobarométricos. La mayoría de estos equilibrios pueden aplicarse en rocas de composición común, por lo que es generalmente posible obtener soluciones P-T únicas.

El método de la solución simultánea presenta un problema de aplicación importante:

es necesario asumir que los dos equilibrios seleccionados se bloquearon bajo las mismas condiciones P-T.

El cumplimiento de las condiciones para suponer el equilibrio en rocas naturales enumeradas más arriba permite confiar en la significación geológica de una solución simultánea. En estos casos, las soluciones P-T simultáneas se identifican con las condiciones de pico térmico sufridas por las rocas, ya que los impedimentos cinéticos para alcanzar el equilibrio están minimizados.

No obstante, esta situación dista mucho de ser general, ya que las distintas reacciones que han operado en una roca presentan condiciones de bloqueo P-T diferentes. Así, los equilibrios de transferencia neta (i.e., barómetros) suelen presentar temperaturas efectivas de bloqueo más elevadas que los equilibrios de intercambio (i.e., termómetros), ya que la energía de activación necesaria para que progresen los primeros es más elevada que para los segundos (el intercambio de dos elementos no implica reordenamiento de las estructuras). Si esta situación se da en una roca, por ejemplo en una roca de grado medio o alto que sufre un enfriamiento lento, es obvio que la solución simultánea obtenida carece de significado geológico alguno (i.e., no es un punto de la trayectoria P-T de la roca).

Otro problema fundamental en la aplicación práctica de la termobarometría es la elección de calibrados y modelos de solución. La elección se complica si se tiene en cuenta que es posible obtener un elevado número de formulaciones analíticas simplemente combinando distintos modelos de solución. Los ejemplos de calibrados/correcciones del termómetro GARB y del barómetro GASP presentados más arriba ilustran claramente el problema. Estos dos equilibrios pueden solucionarse actualmente con más de 10 calibrados/correcciones distintas, por lo que el número de soluciones P-T simultáneas posibles es muy elevado. Además, en no pocos casos, la aplicación de todos ellos a rocas naturales resulta en temperaturas y presiones, o soluciones simultáneas P-T, dispares. ¿Que hacer entonces?

La elección de un calibrado y de modelos de actividad es una decisión que debe basarse en criterios objetivos, entre los cuales el más importante es el que incluye todas las limitaciones intrínsecas de cada calibrado/corrección. En base a este criterio, el petrólogo suele poder decidir considerando los rangos P-T-X bajo los que el calibrado/corrección fue obtenido. Sin embargo, dentro de estas limitaciones intrínsecas se encuentra el grado de fiabilidad que se otorga a los modelos y parámetros termodinámicos (experimentales y/o empíricos) que describen las soluciones sólidas. Este aspecto, es generalmente dificil de evaluar por el petrólogo no especialista, que suele confiar su decisión en base a otros criterios como información geológica adicional, consistencia inter-muestra, o, simplemente, su intuición geológica. Este problema es grave, ya que en muchos casos la elección entre distintos calibrados/correcciones resta valor al objetivo fundamental de la termobarometría, que no es otro que la obtención de una estimación P-T cuantitativa e independiente.

La termobarometría es una técnica sencilla de aplicar, pero sus resultados no son siempre fáciles de interpretar.

Ejemplos

Como ejemplo de cálculos termobarométricos, abordaremos un caso clásico de la literatura. Se trata de metapelitas del monte Moosilauke en New Hampshire, USA. Este área ha sido objeto de estudios detallados, y es un buen caso de estudio ya que se piensa que las condiciones metamórficas sufridas están muy cerca del punto triple de los silicatos de Al (e.g., Hodges y Spear, 1982).

Una de las muestras estudiadas por Hodges y Spear (1982), presenta las siguientes fases: granate (Xalm=0.732, Xprp=0.099, Xgrs=0.030, Xsps=0.139), biotita (XFe[VI]=0.399, XMg[VI]=0.405, XAl[VI]=0.168, XTi[VI]=0.025), plagioclasa (Xab=0.832, Xan=0.142, Xor=0.026), además de cuarzo, moscovita, clorita, estaurolita, silimanita, ilmenita y grafito. En la Figura 10 se representan las soluciones para distintos calibrados/correcciones del termómetro GARB y del barómetro GASP. Puede apreciarse que la dispersión en las presiones y temperaturas calculadas a partir de un único conjunto de composiciones de fases coexistentes es elevada. Si se excluye el calibrado de Thompson (1976), la dispersión en las curvas del termómetro GARB se debe exclusivamente a las distintas correcciones de actividad. La dispersión en las curvas del barómetro GASP se debe tanto a la utilización de los calibrados experimentales de Goldsmith (1980) y Koziol y Newton (1988) como de distintas correcciones de actividad. En conjunto, el rango de temperaturas y presiones calculadas es de »100 ºC y »4 kbar (Figura 10), lo cual representa, claramente, un resultado bastante ambiguo.

 

Figura 10. Soluciones de algunos calibrados/correcciones del termómetro GARB y barómetro GASP para la muestra 90A de Hodges y Spear (1982) del monte Moosilauke (New Hampshiere, USA). Los campos de estabilidad de los polimorfos de Al2SiO5 según Holdaway (1971) y Holland y Powell (1990). Nótese la dispersión en las presiones y temperaturas calculadas a partir de un único conjunto de composiciones minerales. El polígono sombreado denota el rango de condiciones P-T calculadas, que se distribuyen alrededor del punto triple de Holdaway (1971).

 

Ante esta dispersión, ¿que calibrado/corrección ofrece el resultado más exacto? Como se ha comentado más arriba, esta no es una cuestión fácil de resolver. Los calibrados/correcciones de Thompson (1976), Hodges y Spear (1982), Indares y Martignole (1985) se basan en inferencias empíricas sobre las condiciones de equilibramiento de rocas naturales, por lo que están sujetos a un grado de incertidumbre elevado. En este sentido, es de notar que las correcciones de actividad de Hodges y Spear (1982) para el termómetro GARB y el barómetro GASP se basan precisamente en la suposición de que las rocas del monte Moosilauke se equilibraron en las cercanías del punto triple de los silicatos de Al. Estos autores asumieron las condiciones P-T del punto triple de Holdaway (1971), por lo que no es de extrañar que éste último y la correspondiente solución simultánea estén muy próximas (Figura 10). En el caso de que tal suposición sea incorrecta, ya sea porque las rocas no se hubiesen equilibrado en las cercanías del punto triple, o porque el diagrama de Holdaway (1971) fuese incorrecto, la corrección de Hodges y Spear (1982) no ofrecería garantía de fiabilidad alguna. Por estas razones, es conveniente conceder más fiabilidad a los calibrados/correcciones basados en datos experimentales y cuya consistencia inter-muestra e inter-área haya sido constatada. Este aspecto dista mucho de estar solucionado, incluso para equilibrios muy estudiados como el termómetro GARB y el barómetro GASP.

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Última modificación: jueves, 26 de marzo de 2020 23:34 +0100