Depto. Medicina Legal, Toxicología y Psiquiatría (Universidad de Granada) | www.ugr.es/~dpto_mlp/ |
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Placenta |
Por medio de la distribución, los tóxicos difunden a los diferentes compartimentos biológicos. En principio constituye un mecanismo de defensa frente al tóxico, resultando especialmente eficaz cuando se trata de tóxicos letales que sufren una degradación lenta, como por ejemplo el pentotal. Dado que el efecto de un tóxico es directamente proporcional a la concentración que alcance el mismo a nivel de los receptores, si dicho tóxico se encuentra distribuido por el organismo, la concentración en un lugar determinado será menor.
La distribución es un sistema en equilibrio que en la práctica no suele alcanzarse nunca ya que el tóxico a medida que llega a los tejidos se va metabolizando, con lo cual el equilibrio se desplaza en el sentido de favorecerse la eliminación.
Los tóxicos una vez que llegan a la sangre por el proceso de absorción, deben atravesar un gran número de membranas biológicas hasta llegar a sus receptores específicos. La pared capilar ofrece pocas resistencias al paso de sustancias químicas ya que presenta un tamaño de poro lo suficientemente grande como para permitir el paso de sustancias hidrófilas (filtración); después se encontrarán membranas biológicas que sólo son asequibles a las sustancias lipófilas (difusión pasiva); dentro de éstas últimas podemos considerar dos que presentan una serie de peculiaridades: