Corrientes Actuales de la Filosofía I
Curso 2023-2024

Asignatura Planificación Prácticas Evaluación Documentación

E. HUSSERL. OTROS DOCUMENTOS
 


ALGUNOS EJEMPLOS DE «ACTITUD FENOMENOLÓGICA»


1. Estética fenomenológica

        
"El objeto estético hace promesas que tiene que mantener. Dicho de otro modo, su esencia es para él una norma. Pero no una norma que nuestra reflexión o nuestro gusto le imponga, sino una norma que él se impone a sí mismo o que su creador le ha impuesto. O, quizás, haya que decir que él impone a su creador, pues exige de él su autenticidad. No podemos decir cuál sea esta norma del objeto estético, puesto que es inventada por cada objeto y éste no tiene otra ley que la que se da a sí mismo. Pero se puede decir al menos que, cualquiera que sean los medios de una obra, el fin que ésta se propone para ser una obra maestra, es a la vez la plenitud del ser sensible y la plenitud de la significación inmanente a lo sensible".
[M. Dufrenne, Fenomenología de la experiencia estética, Univ. Valencia, 1983, vol. I, p. 33]


2. Fenomenología de la religión

         Experiencia del espacio como sagrado. "Toda morada se sitúa cerca del Axis mundi, pues el hombre religioso desea vivir en el 'centro del mundo'; dicho de otro modo, en lo real (...) Como la ciudad o el santuario, la casa está santificada, en parte o en su totalidad, por un simbolismo o un ritual cosmogónico. Por esta razón, instalarse en cualquier parte, construir un pueblo o simplemente una casa, representa una grave decisión, pues la existencia misma del hombre se compromete con ello: se trata, en suma, de crearse su propio 'mundo' y de asumir la responsabilidad de mantenerlo y renovarlo. No se cambia de morada con ligereza, porque no es fácil abandonar el propio 'mundo'. La habitación no es un objeto, una 'máquina de residir': es el universo que el hombre se construye imitando la Creación ejemplar de los dioses, la cosmogonía. Toda construcción y toda inauguración de una nueva morada equivale en cierto modo a un nuevo comienzo, una nueva vida. Y todo comienzo repite ese comienzo primordial en que el Universo vio la luz por primera vez"
[Mircea Eliade, Lo sagrado y lo profano, Madrid, Guadarrama, 1973, p. 54]


3. Fenomenología de la experiencia ética

         El otro como rostro. "[Pregunta Ph. Nemo] En Totalidad e Infinito usted habla ampliamente del rostro. Es uno de sus temas frecuentes. ¿En qué consiste y para qué sirve esa fenomenología del rostro, es decir, ese análisis de lo que pasa cuando miro al otro cara a cara? [Respuesta de E. Levinas] (...) El acceso al rostro es de entrada ético. Cuando usted ve una nariz, unos ojos, una frente, un mentón, y puede usted describirlos, entonces usted se vuelve hacia el otro como hacia un objeto. (La mejor manera de encontrar al otro es la de ni siquiera darse cuenta del color de sus ojos! Cuando observamos el color de los ojos, no estamos en relación social con el otro. Cierto es que la relación con el rostro puede estar dominada por la percepción, pero lo que es específicamente rostro resulta ser aquello que no se reduce a ella. Ante todo hay la derechura misma del rostro, su exposición derecha, sin defensa. La piel del rostro es la que se mantiene más desnuda, más desprotegida. La más desnuda, aunque con una desnudez decente. La más desprotegida también: hay en el rostro una pobreza esencial. Prueba de ello es que intentamos enmascarar esa pobreza dándonos poses, conteniéndonos. El rostro está expuesto, amenazado, como invitándonos a un acto de violencia. Al mismo tiempo, el rostro es lo que nos prohíbe matar. (...) El rostro es, en sí mismo, sentido. Tú eres tú. En este sentido, puede decirse que el rostro no es 'visto'. Es lo que no puede convertirse en un contenido que vuestro pensamiento abarcaría; es lo incontenible, os lleva más allá (...) El rostro es lo que no se puede matar, o, al menos, eso cuyo sentido consiste en decir 'no matarás'"
[E. Levinas, Ética e infinito, Madrid, Visor, 1991, pp. 79-81]


4. Fenomenología de la risa

        "La risa es satánica, luego es profundamente humana (...). En el hombre se encuentra la idea de su propia superioridad; y, en efecto, así como la risa es esencialmente humana, es esencialmente contradictoria, es decir, a la vez es signo de una grandeza infinita y de una miseria infinita (...) La risa resulta del choque perpetuo de esos dos infinitos (...). Hay que distinguir bien la alegría de la risa. La alegría existe por sí misma, pero tiene diversas manifestaciones. En ocasiones es casi invisible; otras se expresa mediante el llanto. La risa no es más que una expresión, un síntoma, un diagnóstico. La alegría es una. La risa es la expresión de un sentimiento doble o contradictorio".
[Charles Baudelaire, Lo cómico y la caricatura, Madrid, Visor, 1988, pp. 28-33]