INTRODUCCIÓN:
El paracetamol es un analgésico y antipirético que se metaboliza a sulfo y glucurono-conjugados a dosis terapéuticas en su mayor parte a excepción de un 8% aproximadamente, que se transforma en un metabolito intermedio, muy tóxico (n-acetil-imidoquinona), que es inactivado en el hígado por medio de su conjugación con el glutation, siendo excretado por la orina como conjugado de cisteína y ácido mercaptúrico. Sin embargo, a dosis tóxicas, la generación de cantidades importantes del metabolito tóxico agota las reservas de glutation, lo que implica que la n-acetil-imidoquinona se fije a las macromoléculas de los hepatocitos, causando su necrosis (ver esquema del metabolismo del paracetamol).
El paracetamol produce signos de hepatotoxicidad tardíos, siendo rara su manifestación antes de las 12-18 h, de ahí que tenga especial trascendencia el control analítico y cuantificación en supuestas intoxicaciones. Así, la ictericia se manifiesta a las 48-72 h y la necrosis masiva se hace aparente al 4º día, precedida usualmente de un cuadro de insuficiencia hepática. Por este motivo es fundamental conocer cuáles son las dosis tóxicas (ver esquema) y también el nomograma pronóstico de Rumack – Matthew (ver Figura).
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