La cromatografía líquida de alta resolución (CLAR o HPLC) se caracteriza porque el eluyente es impulsado por medio de una bomba a través de la columna a presiones elevadas. Por lo demás, presenta en común con la cromatografía de gases la columna permanente y reutilizable de alta eficacia (en especial, las capilares), el sistema de termostatización (no imprescindible en CLAR), la circulación continua del eluyente, la detección continua y la visualización gráfica del resultado (cromatograma), siendo la precisión mayor en la CLAR.

Posee la gran ventaja de poder aplicarse a aquellas sustancias susceptibles de alterarse químicamente. Además no destruye la muestra, requiere una mínima preparación de la misma y suele emplear pequeñas cantidades de ésta. Un ejemplo muy significativo de gran interés en Toxicología Clínica lo constituye la cuantificación de paracetamol en plasma mediante CLAR o HPLC.

La CLAR en “fase reversa” (fase estacionaria apolar / fase móvil polar) permite la resolución de la mayor parte de problemas en Toxicología Analítica donde se opta por la cromatografía líquida (analgésicos, antidepresivos, ansiolíticos, anticonvulsivantes, antihipertensivos, diuréticos, etc…).

Entre los detectores más empleados encontramos el ultravioleta y el de fluorescencia.