Caricaturas

La caricatura es el retrato de una persona o varias personas, en el que se exageran sus rasgos más característicos -orejas, pelo, nariz o boca, por ejemplo-, o en el que se parodia a un personaje por sus rasgos físicos (o personales) más característicos, con el fin de crear un parecido fácilmente identificable y humorístico. 
Como fuente histórica puede resultar útil  para entrever aquellos rasgos que socialmente han sido o son vistos y destacados como significativos de un personaje del ámbito de la educación o la cultura, traspasando en muchas ocasiones lo físico para esquematizar algún elemento de su identidad, carácter o personalidad.

Primera caricatura.   Caricatura de un profesor, realizada en Tebas, en el 1100 a. C. Actualmente depositada en el British Museum de Londres.
Este papiro que recoge una caricatura fue realizado por un escriba aprendiz de nombre Wenemdiamum, e incluye la parodia de su profesor. Entre las columnas de texto aparece la caricatura del profesor representado como un mono babuino, animal de más que “dudosa reputación” para sus aprendices,  y considerado como el Dios de los escribas.

Segunda caricatura.  Caricatura del pedagogo y profesor de Historia de la Pedagogía Luis de Zulueta y Escolano, aparecida en el semanario costarricense Repertorio Americano, en 1928, tomada a su vez de El Sol, diario de Madrid.
Su autor, Luis Bagaría, solía destacar del profesor Zulueta en las múltiples caricaturas que le dedicó su sentido intelectual, político y, como en este caso, su cercanía a  creencias religiosas muy profundas, lo que, desde su óptica humorística, le confería un perfil algo “curil”.
Bagaría fue un intelectual y caricaturista político de los personajes del mundo cultural, académico y político del primer tercio del siglo XX español.  Sus caricaturas, aparecidas a diario en los periódicos madrileños, llegaron a convertirse en un elemento de humor y opinión, cumpliendo una decisiva función de educación socio-política.

Tercer y cuarto grupo de caricaturas.  Extraídas de: Ezpeleta Aguilar, Fermín, Crónica negra del magisterio español, Madrid, Grupo Unisón,  2001, 216 pp.
Las dos primeras caricaturas, procedentes de la publicación periódica La Caricatura, realizadas hacia 1883, muestran en tono satírico la tristeza y miserabilidad del maestro y del alumno de aquel momento. A menudo eran utilizadas para traducir alguno de los problemas sociales acuciantes que se vivían, como lo demuestra este caso.
Las dos segundas, proceden de la Colección Durán (niños en la plaza) y de Los niños (hacia 1873),  recogen tanto la bondad y beneficio de la escolarización, en el caso de los niños en la plaza, como todo lo contrario: la escuela como lugar de humillación y castigo, en el segundo ejemplo.