El valor de
, es decir, la cantidad de
radioisótopo que reside en el cuerpo o en un órgano dado
no es tan fácil de determinar. Esto es debido a que el organismo
elimina parte de la materia ingerida y retiene los elementos que son
esenciales para sus funciones, que se concentran en órganos
concretos.
Por ejemplo, el tiroides almacena iodo; el calcio y elementos
quımicamente similares, como el estroncio, se concentran en los
huesos, etc.
La tabla 10 incluye información que permite la estimación de
estos efectos. En las dos columnas de la derecha se tabula un factor
que representa la fracción de un isótopo retenida por el
cuerpo. Esta fracción es dependiente del método de
ingestión.
Por ejemplo, el Pu-239 representa un riesgo relativamente pequeño
si es ingerido, ya que la fracción de retención es de sólo
; sin embargo, cuando el Pu es inhalado, la
fracción retenida es de 0.2. Por otra parte, el iodo tiene un
factor de retención muy alto (practicamente igual a 1), con
una fracción importante que se acumula en el tiroides.