MALESTAR EN LA CULTURA
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Que crece el malestar en la cultura, más allá
de las angustias individualizables y de los malestares íntimos,
no es ningún secreto. Tal vez sea la miseria espiritual
de Occidente lo que late en el fondo
"A
la consulta psiquiátrica llegan hoy multitud de pacientes
que la utilizan a modo de muro de las lamentaciones en donde
descargan malestares cotidianos que traducen una miseria
sentimental y un sufrimiento generalizado, imposibles de
solucionsar desde los espacios psi. Son pseudodepresiones
y angustias reactivas a un malvivir urbano, a unas situaciones
que los pacientes no pueden ni quieren cambiar. Estrés
es el nombre que traduce al diagnóstico psi trabajos
agotadores, turnicidad, endeudamiento con el piso, malquereres
domésticos, agobios que no causan la depresión
sino que la constituyen. Los pacientes no piden interpretaciones
de sus trastornos, ni estrategias para el cambio, sino palabras
o píldoras que consuelen o hagan tolerables estas
situaciones, dada su falta de coraje para intentar transformar
sus condiciones de vida. Lo masificado de las consultas
psiquiátricas, por las que llega a pasar el 30% de
la población del área sanitaria, explicita
la ruina psicológica de la multitud postmoderna,
que traduce allí al intimismo lo inane y vacío
de su cotidianidad, las miserias para las que no encuentran
otras vías de cambio que la individuación
psicológica"
G.
Rendueles, "¿Miserias sociales o malestares
íntimos?", Archipiélago, 76 (2007).
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¿Aumenta esemalestar de civilización tal vez
a través, precisamente, del excesivo bienestar?
"Hemos
querido repensar el binomio cultura/malestar a la luz de
las profundas transformaciones sociales que han afectado
a nuestra vida. Entre ellas, una de las más significativas
es el cambio de signo del imperativo sostenido por el super-yo
social actual en relación con el freudiano. Mientras
que el super-yo freudiano exige la renuncia pulsional, el
super-yo contemporáneo parece situar el impulso de
gozar como un nuevo imperativo social. En efecto, las formas
sintomáticas de malestar de la cultura están
hoy en estrecha relación con el goce, son auténticas
prácticas de goce o manifestaciones de un cierre
narcisista del sujeto que produce un estancamiento del goce
en el cuerpo."
Domenico
Cosenza, Massimo recalcati y Angelo Villa, Civilitá
e disagio. Rorme contemporenee della psicopatología,
Milán, Bruno Mondadori, 2006.
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¿Por la jaula de acero del capital y la racionalidad
técnico-estratégica que lo acompaña?
"Uno
de los componentes constitutivos del espíritu capitalista
moderno, y no sólo de éste, sino de toda la
cultura moderna, la conducción racional de la vida
sobre la base de la idea de profesión, nació
(...) del espíritu del ascetismo cristiano (...)
Pues al ser trasladado de las celdas de los monjes a la
vida profesional y comenzar a dominar la eticidad mundana,
el ascetismo contribuyó a erigir aquel poderoso cosmos
del orden económico vinculado a los presupuestos
técnicos y económicos de la producción
mecánica que hoy determina abrumadoramente el estilo
de vida de todos los individuos que nacen en este engranaje
(...) La preocupación por los bienes exteriores debería
estar sobre los hombros de los santos sólo como un
'abrigo fino' que en todo momento uno 'se puede quitar'.
Pero la fatalidad hizo que el manto se convirtiera en una
jaula de acero. Cuando el ascetismo se puso a reconstruir
el mundo y a actuar en él, los bienes exteriores
de este mundo ganaron sobre el ser humano un poder creciente
y al final invencible, como nunca antes en la historia.
Hoy su espíritu ha abandonado esa jaula, quien sabe
si para siempre. (...) Nadie sabe aún quién
habitará en el futuro en esa jaula ni si al final
de este enorme desarrollo surgirán profecías
nuevas (...) Pero entonces podría llegar a ser verdad
en relación a los 'últimos hombres' de este
desarrollo cultural lo siguiente: especialistas sin espíritu,
hedonistas sin corazón. Esta nada se imagina que
ha alcanzado un nivel de la humanidad desconocido"
Weber,
M., La ética protestante y el espíritu del
capitalismo, Madrid, edición itsmo.
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¿Por el estrepitoso movimiento en el vacío,
acaso, y la falta de pensamiento que lleva consigo?
"Sólo
pedimos un poco de orden para protegernos del caos. Nada
es más doloroso y más angustioso que un pensamiento
que huye de sí mismo, de ideas que huyen, que desaparecen
apenas esbozadas, listas ya para el olvido o precipitadas
en otras ideas que no podemos dominar. Son infinitas variaciones
cuya aparición y desaparición coinciden. Son
velocidades infinitas que se confunden con la inmovilidad
de la nada incolora y silenciosa recorrida por seres sin
naturaleza ni pensamiento"
G.
Deleuze, ¿Qué es la filosofía?, Barcelona,
Anagrama, 2005.
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Otros materiales:
a) Breve presentación de los
principios de la filosofía freudiana
b) Síntesis de El
malestar en la cultura
c)
Algunos
datos sobre el crecimiento del malestar en nuestra cultura
actual