ELEMENTOS DE ADORNO EN ÉPOCA CAMPANIFORME EN SICILIA, CERDEÑA Y CÓRCEGA

ORNAMENTAL OBJECTS IN SICILY, SARDINIA AND CORSICA FROM BELL BEAKER PERIOD

Claudia PAU

Resumen
Desde el examen de los contextos emerge la difusión y la importancia de los objetos de adorno, en el ámbito de las diferentes fases que caracterizan la Cultura del Vaso Campaniforme en Sicilia, Cerdeña y Córcega. Se tienen en consideración la materia, la forma, las dimensiones de los elementos singulares ornamentales (cuentas, colgantes, collares, brazaletes, anillos, alfileres, botones, peines, espejos), y son analizadas las analogías y las diferencias entre los elementos sicilianos, sardos y corsos. Especial atención se dedica no sólo al estudio de los materiales, de las técnicas de trabajo y de las funciones de cada uno de los elementos singulares, sino también el valor mágico-ritual de los manufacturados.

Palabras clave
Cultura del Vaso Campaniforme. Objetos de adorno. Sicilia. Cerdeña. Córcega.

Abstract
The diffusion and importance of ornamental objects in the different phases characterizing the Bell Beaker Culture in Sicily, Sardinia and Corsica result from the examination of the contexts. Matter, shape, dimensions of each ornamental object (beads, pendants, necklaces, brassards rings, hatpins, buttons, combs and mirrors) and are taken into consideration and analogies and differences between Sicilian, Sardinian y Corsica elements are analysed. Particular attention is paid not only to the study of materials, working techniques and functions of each element, but also the magic and ritual value of each artefact.

Key words
Bell Beaker Culture. Ornamental objects. Sicily. Sardinia. Corsica


INTRODUCCIÓN

La Cultura Campaniforme hoy está documentada en una amplia área desde las Islas Británicas hasta España Meridional y desde el Atlántico hasta el Vístula, así como en las costas Septentrionales de Marruecos.

Podemos separar tres posibles áreas de difusión del Campaniforme hacia el Mediterráneo Occidental:

1) Península Ibérica, Baleares, Cerdeña, Sicilia.

2) Europa Central, Península Italiana, Cerdeña, Sicilia.

3) Península Ibérica, África Septentrional (franja magrebí), Sicilia.

Las dos primeras opciones marcan que desde Cerdeña la cultura Campaniforme habría pasado a Sicilia. Está hipótesis esta avalada por diversos factores como la contigüidad geográfica entre las dos islas, la fuerte presencia de cerámica estilo internacional en Cerdeña y en Sicilia Noroccidental y las afinidades estructurales en los contextos funerarios de las dos islas (TUSA 1997).

La fuerte unión entre Cerdeña y Sicilia en el ámbito de la Cultura Campaniforme se puede ver también en el estudio de los objetos de adorno.


LOS ELEMENTOS DE ADORNO DE ÉPOCA CAMPANIFORME EN SICILIA

En Sicilia sólo en doce yacimientos (Fig. 1) Campaniformes se han encontrado objetos de adorno. Se encuentran todos desplegados en el área noroccidental de la isla, en la provincia de Agrigento, tenemos un solo contexto Campaniforme con presencia de joyas, en San Monte Kronio (Sciacca), seis en la provincia de Palermo, en la necrópolis de Uditore (Conca D’Oro), en las grutas de la Chiusilla y del Fico de Isnello, en Caccamo y en la gruta Puleri en Termini Imerese, y por último en las cavernas de Villafrati, y en cinco yacimientos en la provincia de Trapani, en Torre Cusa (Campobello di Mazara), en la necrópolis de Marcita (Castelvetrano), en San Pantaleo (Motya), en la tumba en cueva artificial de Torrebigini (Partanna) y en la tumba excavada en la roca de Pusillesi en Salemi.

Tanto en Sicilia como en Cerdeña estos objetos de adorno se han descubierto en contextos funerarios, en grutas, tumbas en cuevas artificiales aisladas o en necrópolis, aunque en el territorio de Caccamo (Termini Imerese) (MARCONI BOVIO, 1944) se trata de objetos recogidos por los campesinos en sus tierras por lo cual no se conoce el lugar de procedencia, ni se puede estar seguro de la pertenencia de estos objetos a la Cultura Campaniforme, excepto por ciertos paralelos formales.

Las joyas de Sicilia son en hueso, coral, concha (Columbella Rustica, Cardium, Cypraea, Dentalium), piedra común, piedra preciosa y semipreciosa (calcita, jadeita, mármol blanco, marfil, esteatita verde y negra, granate negro, obsidiana, lignito (ocre rojo) y en metal (cobre).

Elementos singulares

Los objetos personales encontrados son sobre todo elementos sueltos, colgantes y cuentas y sólo dos contextos tienen collares enteros, tres tienen brazaletes, tres botones, y dos punzones o alfileres, dos amuletos y un solo ejemplar de peine. En diez yacimientos sicilianos se han encontrado colgantes y cuentas que antes decoraban los collares, además de los brazaletes, las tobilleras y los cinturones de la población campaniforme de la isla.

Ningún elemento se ha encontrado en la provincia de Agrigento, en cambio seis yacimientos del Palermitano presentan cuentas y colgantes, la necrópolis de Uditore (Conca D’Oro), las grutas de la Chiusillla y del Fico de Isnello, Caccamo y la gruta Puleri en Termini Imerese, y las cavernas de Villafrati, y cuatro yacimientos en la provincia de Trapani, la necrópolis de Marcita (Castelvetrano), San Pantaleo (Motya), la tumba en cueva artificial de Torrebigini (Partanna) y la tumba excavada en la roca de Pusillesien Salemi.

Quizá estas tengan un significado mágico-ritual además de cómo objeto de adorno, Sicilia presenta uno de los colgantes más típicos del Campaniforme, el colgante en forma de hacha. Se trata de cinco pequeños ejemplares de forma trapezoidal en forma de hacha, tres de los cuales proceden de la provincia de Palermo: el ejemplar en caliza de la tumba excavada en el 1969, de la necrópolis de Uditore (Conca D’Oro) (CASSANO, MANFREDINI, 1975), el colgante en forma de hacha de Caccamo (Termini Imerese) (MARCONI BOVIO, 1944) y un colgante en forma de lámina con agujero cónico, en concha fósil en la caverna de Villafrati (MARCONI BOVIO, 1944). Otros dos colgantes vienen del Trapanese, uno de la necrópolis de Marcita (Castelvetrano) (TUSA, 1997) en jadeita verde muy fino, con contorno triangular, bordes redondeados y sección plano convesa. Es importante sobre todo por su color verde, que nos recuerda a los colgantes sardos, y quizás, como éstos, puede tener una verdadera y propia connotación ritual. La otra hacha votiva es en piedra oscura y procede de la tumba en cueva artificial de Torrebigini (Partanna) (TUSA, 1987).

Tres son los yacimientos de Sicilia que tienen colgantes de forma oval. De la provincia de Palermo tenemos pequeños cantos rodados perforados de forma elíptica en Caccamo (Termini Imerese) (MARCONI BOVIO, 1944). Proceden por el contrario de la provincia de Trapani un elemento en mármol blanco, plano y alargado con el contorno irregularmente oval y agujero a clepsidra, de la necrópolis de Marcita (Castelvetrano) (TUSA, 1997) y otro en hueso de la tumba en cueva artificial de Torrebigini (Partanna) (TUSA, 1987).

En Sicilia tenemos un único colgante rectangular que fue obtenido a partir de una defensa de jabalí en forma de plaqueta con contorno en perfil rectangular y con agujero central, que procede de la necrópolis de Marcita (Castelvetrano), en la provincia de Trapani (TUSA, 1997).

Constituye un unicum en Sicilia el colgante en marfil en forma de cruz de Santa Andrea, que fue obtenido de un colmillo de jabalí elaborado en forma de plaqueta con agujero central, y que procede de la necrópolis de Marcita (Castelvetrano) en la provincia de Trapani (TUSA, 1997). Astrágalos y vértebras de pez perforadas se han encontrado en San Pantaleo (Motya) (MARCONI BOVIO, 1944), y astrágalos en la tumba en cueva artificial de Torrebigini (Partanna), en la provincia de Trapani (TUSA, 1987)

El colgante en forma de luna creciente, forma típica en el ámbito de la Cultura Campaniforme, está presente también en Sicilia con cinco ejemplares, todos en marfil, obtenidos de colmillo de jabalí. Cuatro proceden de la provincia de Palermo. En la Necrópolis dell’Uditore (Conca D’Oro) (CASSANO MANFREDINI, 1975) encontramos un colgante en forma de luna creciente obtenido de colmillo de jabalí, que muestra dos parejas de perforaciones convergentes y dos fragmentos de colmillo de jabalí, perteneciente a la tumba III, mientras el resto proceden de la tumba II. Finalmente debemos citar un diente de jabalí perforado de la gruta Puleri Contrada Rocca (Termini Imerese) (MARCONI BOVIO, 1944). Un único elemento aparece en la provincia de Trapani y es el colgante en forma de luna creciente obtenido de colmillo de jabalí de San Pantaleo (Motya) (MARCONI BOVIO, 1944).

Cinco yacimientos en Sicilia presentan como colgantes elementos en concha de Columbella Rustica, Cardium, Cypraea que conservan la propia forma natural y tienen sólo un simple agujero de suspensión. En la provincia de Palermo tenemos las conchas perforadas de Columbella Rustica y de Cypraea de Caccamo (Termini Imerese) (MARCONI BOVIO, 1944), y las conchas de la tumba II de la Necrópolis dell’Uditore (Conca D’Oro), entre las cuales se distinguen dos cuentas de Cardium (CASSANO, MANFREDINI, 1975). En la provincia de Trapani hay conchas perforadas de San Pantaleo (Motya) (Marconi BOVIO, 1944) y cinco colgantes en concha Cypraea en la necrópolis de Marcita (Castelvetrano) (TUSA, 1997), además de tener en cuenta la concha encontrada en las tumbas en cueva artificial de Torrebigini (Partanna) (TUSA, 1987).

En la provincia de Palermo y de Trapani encontramos también cuentas de forma circular o globular en hueso, piedra, y en una materia blanca, posiblemente calcita en la mayoría de los casos. Entre ellas se encuentran las cuentas de perfil globular de la necrópolis de Uditore (Conca D’Oro), (Palermo) (MINGAZZINI, 1940), dos en una sustancia blanca, ligera, con numerosas estrías, por estratificación natural, piedra calcárea, quizá calcita, de la tumba excavada en 1940, y seis elementos en calcita, de la tumba excavada en 1969. Debemos señalar también las dos cuentas en piedra, una de las cuales tiene una carena central de Caccamo (Termini Imerese) (Palermo) (MARCONI BOVIO, 1944), y la cuenta globular, en una materia que es un empaste de color blanco, de la necrópolis de Marcita (Castelvetrano) (TUSA, 1997) en la provincia de Trapani, y para concluir la cuenta circular y las pequeñas perlitas en hueso y las cuentas circulares en piedra negra de Torrebigini (Partanna), (Trapani) (TUSA, 1987).

Se han encontrado en la isla también siete cuentas en forma de disco o rueda, cinco en la provincia de Palermo y sólo uno en la provincia de Trapani. En el primer caso, debemos citar la rueda dentada en concha, y la cuenta en forma de disco en piedra de Caccamo (Termini Imerese) (MARCONI BOVIO, 1944), la cuenta en piedra de la gruta del Fico de Isnello (Palermo) (MARCONI BOVIO, 1944), y el elemento en piedra negra brillante por el perfecto pulido, quizá granate negro, con las superficies superior e inferior, perfectamente planas y paralelas, de la tumba excavada en 1940 de la necrópolis dell’Uditore (Conca D’Oro) (MINGAZZINI, 1940) y la cuenta a disco dentado con agujero cilíndrico de Villafrati (MARCONI BOVIO, 1944). Además, una cuenta en piedra caliza yesosa blanca en forma de disco plano con agujero central de sección clepsidra se ha descubierto en la necrópolis de Marcita (Castelvetrano) en la provincia de Trapani (TUSA, 1997).

Quizá la forma de la cuenta por excelencia en el ámbito siciliano es la cilíndrica, en forma de aceituna o bellota, realizada en piedra (granate negro), hueso, esteatita negra y caliza blanca. En la provincia de Palermo tenemos una pequeña cuenta en piedra de Caccamo (Termini Imerese) (MARCONI BOVIO, 1944), la cuenta en forma de bellota en granate negro de la gruta de la Chiusilla de Isnello (Le Madonie) (MARCONI BOVIO, 1944), y la cuenta en piedra, de la gruta del Fico di Isnello (Palermo) (MARCONI BOVIO, 1944). En la provincia de Trapani debemos citar la cuenta en material desconocido recuperada en San Pantaleo (Motya) (MARCONI BOVIO, 1944), y la cuenta cilíndrica en hueso de la tumba en cueva artificial de Torrebigini (Partanna) (TUSA, 1987). Además procedentes de la necrópolis de Marcita (Castelvetrano) (TUSA, 1997), debemos citar la cuenta en concha Dentalium, tres cuentas en calcita blanca, y las ocho cuentas cilíndricas, en esteatita negra con agujero central de sección en clepsidra.

Los collares

Son seis los collares enteros encontrados en Sicilia, cuatro ejemplares proceden de la provincia de Palermo, del territorio de Caccamo (Termini Imerese) (MARCONI BOVIO, 1944), cuyas cuentas son todas en piedra. Sus formas son diferentes una de las cuentas tiene forma de bellota mientras las otras tres tienen forma de perlas globulares. Dos ejemplares vienen de la provincia de Trapani, el collar en calcita, sílex y Dentalium, de la tumba en cueva artificial de Torre Cusa (Campobello de Mazara) (TUSA, 1998), y el collar en hueso, realizado con veintiuna cuentas cilíndricas alternadas con veintidós cuentas circulares, de la tumba en cueva artificial de Torrebigini (Partanna) (TUSA, 1987).

Los brazaletes o tobilleras

Sólo cuatro ejemplares de brazaletes o tobilleras se han encontrado en Sicilia y todos proceden de la provincia de Palermo. Dos de estos brazaletes están formados por cuentas globulares como los collares nos referimos al caso de Caccamo (Termini Imerese) (MARCONI BOVIO, 1944), mientras los otros dos están realizados en una única pieza, un brazalete en cobre obtenido a partir de la flexión de una barrita de sección cuadrangular, que proviene de la gruta Chiusilla de Isnello (Le Madonie) (MARCONI BOVIO, 1944), y un fragmento de brazalete realizado en un material similar al lignito de la gruta del Fico de Isnello (Le Madonie) (MARCONI BOVIO, 1944).

Botones

En Sicilia encontramos también botones de forma hemisférica y de forma cónica, ambos tipos característicos de la típica perforación en V. Sin embargo tenemos sólo cinco ejemplares, de los cuales cuatro son en hueso y uno en caliza. Dos botones en hueso perforados en V se han encontrado en la tumba de San Bartolo (Sciacca) en la provincia de Agrigento (BERNABÒ BREA, 1988). Son de la provincia de Palermo el botón en hueso con forma cónica de la gruta de la Chiusilla de Isnello (Le Madonie) (BERNABÒ BREA, 1958), el botón en hueso con agujeros convergentes de la gruta del Fico de Isnello (Le Madonie ) (MARCONI BOVIO, 1944), y el botón, quizás en caliza, de forma hemisférica con base plana de la tumba II de la Necrópolis dell’Uditore (Conca D’Oro) (CASSANO MANFREDINI, 1975). En Sicilia no se han encontrado botones líticos en forma de luna creciente o biapuntados, a tortuga y a alamaro, numerosos en Cerdeña.

Punzones, alfileres o agujas

En el ámbito del Campaniforme siciliano tenemos solo dos ejemplos de punzones, encontrados en la provincia de Palermo, ambos realizados en hueso. Los punzones de la gruta Puleri, Contrada Rocca (Termini Imerese) (MARCONI BOVIO, 1944), y la aguja, con cabeza perforada, de la tumba II de la Necrópolis dell’Uditore (Conca D’Oro), en la provincia de Palermo (CASSANO MANFREDINI, 1975)

Peine

Además, de este conjunto de materiales ornamentales, en la necrópolis de Marcita (Castelvetrano) se encontró el ejemplar de un peine (Lám. 1) (TUSA, 1997). Está realizado en marfil y presenta forma rectangular, a pesar de estar fragmentado en dos trozos presenta decoración incisa. Presenta el borde superior ligeramente curvado y decorado por al menos cuatro grupos simétricos de tres muescas cada uno. Los bordes laterales del margen superior son ligeramente salientes y puntiagudos. Ambas caras del peine están repartidas en cuatro registros de tres líneas horizontales, iniciando desde la parte alta el primer registro está constituido por la decoración a muesca del borde superior, el segundo, más amplio, presenta en el interior dos filas paralelas de círculos con punto central dispuestas irregularmente siguiendo un esquema casi zig-zag, el tercer registro está constituido de una sutil banda horizontal carente de decoración y para finalizar, el cuarto está constiruido por la parte dental del peine.


LOS ELEMENTOS DE ADORNO DE ÉPOCA CAMPANIFORME EN CERDEÑA

En Cerdeña, tenemos veinticuatro yacimientos campaniformes (Fig. 2) con cerámicas, brassards, puñales o cúspides de flecha típica de esta cultura, donde también se han encontrado objetos de adorno. Pertenecen en casi todos los casos al Campaniforme Inicial aunque la tumba hipogeica de Padru Jossu (Sanluri) tiene dos estratos bien diferenciados, uno con adornos pertenecientes al Campaniforme Inicial y otro al Campaniforme Final (denominados respectivamente Campaniforme A y B por G. Ugas) (UGAS, 1998). Escasos son los yacimientos del Campaniforme Final, pero merecen ser citados los elementos de la tumba en cista de Cuccuru Nuraxi (Settimo S. Pietro), Is Calitas (Solemins), gruta de Taní (Carbonia). La mayoría de los adornos Campaniformes se han encontrado en la provincia de Cagliari: Capo S. Elia, gruta de Taní (Carbonia), Sant’Iroxi (Decimoputzu), Palaggiu (Samassi), Locci Santus (San Giovanni Suergiu), Padru Jossu (Sanluri), Monte Luna (Senorbì), Cuccuru Nuraxi (Settimo San Pietro) e Is Calitas (Solemins). A estos hallazgos se deben añadir los materiales conservados en colecciones privadas: Erriu (museo de Cagliari), Pispisa (museo de Carbonia), Doneddu (museo de Carbonia), Vargiu (Villasor), con material que se ha recogido en la misma provincia de Cagliari. En la provincia de Nuoro contamos con el sepulcro de corredor de Motorra (Dorgali), y el material de la colección privada de Gavoi y en la provincia de Oristano tenemos un solo yacimiento pero que ha restituido una rica cantidad y variedad de objetos de adorno, Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza). Los hallazgos son numerosos también en la provincia de Sassari, sobre todo en el territorio de Alghero: Anghelu Ruju, Cuguttu, Santu Pedru, Taulera, y también en S’Adde Asile (Ossi), y Marinaru (Porto Torres), Ponte Secco (Porto Torres), Su Crocifissu Mannu (Porto Torres) y Monte D’Accoddi (Sassari).

Como en Sicilia estos objetos de adorno personal se han descubierto sobretodo en contextos funerarios, y en particular en las domus de janas. Existe sólo una referencia a hábitat, y con problemas, el de Palaggiu a Samassi, además del área del santuario de Monte D’Accoddi. En este último caso no se excluye que los hallazgos estuvieran asociados a contextos funerarios.

El escaso número de adornos en las zonas de hábitats depende del número limitado de restos de asentamientos Campaniformes conservados, si bien de todas formas podemos solo suponer que estos elementos fueron utilizados en vida por las gentes del Campaniforme utilizados y amortizados en los enterramientos. En este sentido el alto número de descubrimientos en las sepulturas hace pensar, que los sepulcros los difuntos, estaban, no sólo provistos de armas y útiles sino también recubiertos de los vestidos y de los ornamentos, quizás de mayor importancia.

Las joyas encontradas en Cerdeña están realizadas en hueso, en piedra común (negra, marrón, clara), en piedra preciosa, semipreciosa (esteatita, caliza negra, clara o azul, calcedonia, esquisto, serpentina, pizarra, cuarzo, jaspe, alabastro, sílex, nefrita, mármol), en metal (cobre, plata, oro y plomo) y en marfil. Numerosos son los colgantes y cuentas obtenidos de conchas: Patella Lamarcki Pajraudeau, Cardium Edule, Cardium Tuberculatum, Arca Noae, Pectunculus, Purpura Haemastoma, Cyprea Spurca, Donacidi o Telline, Dentalium, Columbella Rustica, Nassa Cornicula, Cypraea Lurida, Natica, Triton Nodiferum, Turbo Rugosus, Spondylus, Glycyneris, incluyendo caracoles de tierra. Las valvas eran usadas íntegras o trabajadas y transformadas en pequeños colgantes de forma geométrica sobre todo de forma elíptica, en gota y en disco.

Elementos singulares

En todos los yacimientos sardos con objetos de adornos se han encontrado elementos sueltos: colgantes y cuentas, salvo el yacimiento de Cuccuru Nuraxi (Settimo San Pietro) (FERRARESE CERUTI, 1997). Estos elementos son componentes de collares, brazaletes y tobilleras, algunos han sido encontrados en deposición primaria asociados y otros dispersos. Tenemos que recordar que se trata, de elementos muy pequeños que a veces son perlitas de pocos milímetros.

Numerosos colgantes eran obtenidos de dientes de animales que, conservando la forma original y natural, se perforaban en la raíz. Entre los preferidos estaban los caninos de cánidos y dientes atróficos (de leche) de ciervo, pero a veces encontramos también dientes de bueyes, de cerdos, y quizás de personas. Estos colgantes en forma de gota, podían tener un valor mágico o apotropaico (quizá con valor protector, porque tienen la forma de pequeños cuernos) (LILLIU, 1999). Los ejemplares sardos proceden casi todos de la provincia de Cagliari y se remontan a la fase final del Campaniforme. Debemos recordar los ejemplares de la gruta de Sant’Elia de Cagliari (ATZENI, 2003), idénticos a los colgantes de los collares de la tumba en cista lítica de Cuccuru Nuraxi de Settimo San Pietro (FERRARESE CERUTI, 1997), y de la tumba en fosa de Is Calitas (Soleminis) (MANUNZA, 1998). En esta última tumba se han encontrado también colgantes en concha que imitan los dientes de ciervo. En la provincia de Oristano, estos colgantes decoran un collar de la tumba hipogeica-megalítica de Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998). Un buen número de dientes de cánidos perforados y utilizados como colgantes se encuentran en la provincia de Cagliari: tres elementos de la gruta Tanì (Carbonia) (FERRARESE CERUTI, 1997), un ejemplar de la colección Doneddu expuesto en el museo de Villa Sulcis en Carbonia, y los dos dientes de zorro de la tumba hipogeica de Padru Jossu (Sanluri), aunque de ellos desgraciadamente sólo uno está entero. Numerosos son también los ejemplares de la domus de janas de Monte Luna (Senorbì) (SANTONI, 1990; COSTA 1990) y algunos aparecen como cuentas o separadores en los collares de Is Calitas (Soleminis) (MANUNZA, 1998). En la provincia de Oristano el collar di Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998) con dientes de ciervo tiene también caninos de zorro. En la provincia de Sassari se encuentran estos colgantes en la necrópolis de domus de janas de Cuguttu (Alghero) (TARAMELLI, 1909b), y en la necrópolis de Su Crucifissu Mannu (Porto Torres) (FERRARESE CERUTI, 1997), perforados y sin perforación. Finalmente, encontramos un ejemplar roto, faltándole la parte inferior, con agujero apical, en el área del santuario de Monte D’Accoddi. Tenemos tres ejemplares de dientes de buey perforados en la raíz, en la tumba hipogeica-megalítica de Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998), en Oristano. Se trata de incisivos. El primero mide 3,8 cm de longitud y 1,4 de anchura, el segundo tiene 3,2 centímetros de longitud y 0,8 de anchura y el último, 3,3 centímetros de longitud y 1,1 de anchura.

Destacamos el descubrimiento de algunos ejemplares de dientes de oso perforados, en el ámbito del Campaniforme Sardo, en la necrópolis de Anghelu Ruju (Alghero) (TARAMELLI, 1904, 1909), en la provincia de Sassari. Del mismo tipo de animal parece el diente del cual ha sido obtenido el colgante pisciforme del estrato II de la tumba hipogeica de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998), que tiene un agujero de suspensión transversal en la raíz y otro pequeño en posición ortogonal en el dorso con perforación “a lambda”, que señala la boca del pez. Tenemos además un colgante elaborado en diente de cerdo, en la necrópolis de domus de janas de Marinaru (Porto Torres) (CONTU, 1952-54).

Encontramos también en Cerdeña los colgantes en forma de luna creciente obtenidos predominantemente de colmillos de jabalí, pero también de valvas de concha, sobre todo de Pectunculus, y de hueso y marfil. Tienen uno o dos agujeros centrales sobre uno de los ápices. Se trata de uno de los elementos más típicos del Campaniforme isleño y quizás pudo ser objeto de creencias o cultos religiosos. Siendo numerosos en la provincia de Cagliari, en San Bartolomeo (Cagliari) (FERRARESE CERUTI, 1997). Igualmente encontramos diversos ejemplares expuestos en el museo de Cagliari que proceden de la colección Erriu pero se trata de objetos rotos en la parte superior, por lo tanto, no es posible ver la presencia o no del agujero de suspensión. Un colgante en luna creciente, procede también del estrato III del hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998). Se trata de un colmillo de jabalí con dos agujeros de suspensión, roto en dos y reparado en la antigüedad. Del estrato II del mismo hipogeo, proceden otros dos colgantes a luna creciente obtenidos de colmillos de jabalí. Con un solo agujero de suspensión encontramos los colmillos de jabalí, localizados en la tumba en fosa de Is Calitas (Soleminis) (MANUNZA, 1998), uno de éstos tiene muescas para la sujeción, por tanto no estaba suspendido y podría haber sido usado como colgante para adornar un brazalete o una tobillera en vez de ser un collar. De la misma tumba procede un ejemplar en luna creciente realizado en concha. En la provincia de Nuoro encontramos dos colmillos de jabalí en luna creciente con agujero de suspensión en la parte central. En la provincia de Oristano en Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998) tenemos numerosos colgantes en forma de luna creciente, en colmillos de jabalí y elementos en hueso y un ejemplar en hueso pulimentado que está decorado sobre la margen superior con una fila de puntitos incisos. En la provincia de Sassari tenemos colmillos de jabalí en la necrópolis de domus de janas de Cuguttu (Alghero) (TARAMELLI, 1909b), con agujero de suspensión en el centro, en la domus de janas de Taulera (Alghero) y en Ponte Secco (Porto Torres) donde sólo se trata de tres fragmentos de colmillo de jabalí. Encontramos un ejemplar roto al que falta la parte inferior, presenta agujero apical y fue localizado, en Monte D’Accoddi, en la actualidad expuesto en el Museo de Sassari.

El campaniforme sardo presenta una rica variedad de colgantes geométricos en piedra, caliza y concha pulimentada. Serían seguramente utilizados como colgantes centrales de collares y brazaletes. Los colgantes rectangulares, habitualmente presentan los ángulos redondeados y presentaría el agujero en uno de los dos lados cortos, además algunos presentan la parte inferior redondeada, como el ejemplar en piedra de la colección Doneddu, expuesto en el Museo Villa Sulcis de Carbonia o el colgante rectangular con ángulos redondeados, de Bingia ‘e Monti (Gonnostrmatza), Oristano, desde el 2005 expuesto en el Museo Arqueológico de Cagliari. Algunos de estos colgantes fueron descubiertos en la necrópolis de Anghelu Ruju (Alghero) (TARAMELLI, 1904, 1909a), en la provincia de Sassari, uno en caliza azul, otro en caliza oscura con un agujero en cada una de las extremidades, en la tumba III, otro de forma rectangular alargada de sección cuadrada, con un agujero ancho en la cabeza, redondeada, y huellas de frotamiento en las cuatro esquinas, y el último, un colgante obtenido de una piedra cortada en la mitad. Un elemento más refinado, en esteatita verde agua, procede de la necrópolis de Su Crocifissu Mannu (FERRARESE CERUTI, 1997) y quizás tuvo un carácter mágico-apotropaico.

Algunos colgantes tienen una forma triangular, como el ejemplar de Is Calitas Soleminis, (MANUNZA, 1998), en concha, y el colgante en piedra oscura, encontrado en Monte D’Accoddi, expuesto en el Museo G. Sanna de Sassari.

El elemento ornamental recurrente en los contextos Campaniformes sardos es seguramente el colgante de forma elíptica, en concha, pero encontramos ejemplares también en piedra como el de Monte D’Accoddi, expuestos en el Museo G. Sanna de Sassari.

Numerosos son los colgantes en forma de hacha, parecidos a los ejemplares de Sicilia. La presencia de estos elementos, con o sin agujero de suspensión, en esteatita verde agua (mineral talcoso, de fácil elaboración), de pequeñísimo tamaño y con el borde cortante no afilado que le excluye el uso práctico, daría testimonio del culto que hace referencia al hacha que aparece en Cerdeña ya en la antigua cultura de San Michele, y es practicado también por la población Campaniforme de la isla. El mismo color “verde agua” del material de composición simboliza la vegetación, la fuerza de la naturaleza, el renacer de la primavera, la vida misma. Se trataría por lo tanto de pequeños amuletos protectores usados por los vivos y puestos cerca de los cuerpos de los muertos para asegurar el paso al más allá. Tenemos dos ejemplares en el hipogeo de Sant’Iroxi di Decimoptzu (UGAS, 1990), y otro que pertenece a la colección Doneddu, en la actualidad expuesto en el Museo Villa Sulcis en Carbonia. En Is Calitas (Soleminis) (MANUNZA, 1998) los ejemplares de esta forma están realizados en concha, aunque tenemos también un elemento en piedra dura muy fragmentado. Otras pequeñas hachas-colgantes se localizaron en la necrópolis de Anghelu Ruju (Alghero) (TARAMELLI, 1904, 1909a): en la tumba II un elemento en roca gris-azul muy pulimentada, de poco espesor, y muy ancho en el corte, en la tumba III otro elemento en piedra verde oscura, durísima quizá jadeíta o nefrita, de corte rectilíneo, muy pulimentado, perforado perfectamente en la parte superior, en la tumba XIII un colgante en esquisto, con dos poros en la parte superior, mientras otros ejemplares proceden de la tumba XVIII, y de la tumba XXX. Pequeñas hachas amuleto en esteatita verde estaban en la domus de janas de Cuguttu (Alghero) (TARAMELLI, 1909b) y también en la necrópolis de Su Crocifissu Mannu (FERRARESE CERUTI, 1997), encontramos también realizadas en esteatita y en piedra oscura, estas últimas perforadas sobre el lado corto, aunque en dos casos la perforación está sobre el lado largo, en parte expuestas en el Museo G. Sanna de Sassari.

Seguramente entre los elementos más llamativos y parecidos a los colgantes que decoran también los objetos de adorno de hoy, se sitúan los que tienen forma de corazón, como los tres colgantes de la tumba hipogeica de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS 1982, 1998), con la parte superior en forma de cubo que tienen dos acanaladuras y un agujero; además del pequeño colgante en hueso pulimentado de Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998) con elemento de sujeción con surcos.

Insólitos son los ya citados, el colgante pisciforme del estrato II de la tumba hipogeica de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998), y el colgante esférico en hueso de pequeño tamaño con largo pedúnculo perforado de la tumba III di Anghelu Ruju (TARAMELLI, 1904, 1909a). Un apéndice para la sujeción tiene también un colgante en piedra oscura, desgraciadamente roto en proximidad de la perforación, descubierto en el área del santuario de Monte D’Accoddi, y expuesto, hoy, en el Museo Sanna de Sassari.

En Cerdeña encontramos también cuentas en forma de disco o rueda. Realizadas en concha o en hueso o en caliza, de forma perfectamente circular y sección plana. Su diámetro oscila entre 0,2 y 1 centímetro, como ejemplifican la pequeña cuenta de Sant’Iroxi de Decimoptzu (UGAS, 1990), y la ruedecilla de concha de la tumba hipogeica de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998). Recordamos también las cuentas de collar encontradas en Cuccuru Nuraxi de Settimo (FERRARESE CERRUTI, 1997) y las de Is Calitas (Soleminis) (MANUNZA, 1998), así como las cuentas de la tumba de Monte Luna (Senorbì) (USAI, 1990), hoy expuestas en el Museo Sa Domu Nosta de Senorbì. En calcedonia color amarillo ámbar es la perla pequeña con agujero de sección cilíndrica del dolmen de Motorra (Dorgali) (LILLIU, 1966; FERRARESE CERUTI, 1997) en la provincia de Nuoro. En la provincia de Sassari tenemos diferentes elementos en Anghelu Ruju (TARAMELLI, 1904, 1909a), en la necrópolis de domus de janas de Cuguttu (Alghero) (TARAMELLI, 1909b), en la domus de janas de Taulera (Alghero) (FERRARESE CERUTI, 1997), en Ponte Secco (Porto Torres) (CONTU, 1952-54), en concha, hueso y en esquisto, expuestos en el Museo G. Sanna de Sassari, así como otros ejemplos de Su Crocifissu Mannu (FERRARESE CERUTI, 1997). Se diferencia de los otros casos la ruedecilla dentada en piedra negra de Monte D’Accoddi, que por desgracia no sabemos si pertenece con certeza al ámbito Campaniforme, expuesta en el Museo G. Sanna de Sassari.

Características son, sin embargo, las cuentas de forma barril, muchas de ellas en hueso, que tienen un agujero que atraviesa a lo largo del eje mayor. Interesante es el ejemplar conservado en el Museo Arqueológico de Cagliari que forma parte de la colección Erriu porque presenta una decoración a bandas acanaladas. Tienen la misma forma dos elementos de collar de la colección Doneddu expuestos en el Museo de Villa Sulcis en Carbonia que presentan también una decoración acanalada, y son cilíndricas, las cuentas obtenidas de hueso de animales, de la gruta Tanì de (Carbonia) (FERRARESE CERUTI, 1997). La misma forma a barril tienen tres pequeñas y preciosas cuentas en plata del hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998), de las cuales desafortunadamente sólo una está completa. De la misma tumba procede una cuenta en concha, quizás Spondylus, de sección plano-convexa. Este tipo de cuentas se documenta también en los collares de Is Calitas (Soleminis) (MANUNZA, 1998), en concha, y hueso, excepto un ejemplar con cuerpo abierto, intencionalmente o con mayor probabilidad roto a posteriori, que está realizado en piedra de color oscuro. En la provincia de Nuoro tenemos una perlita cilíndrica en calcedonia color amarillo verdoso, procedente del dolmen de Motorra (Dorgali) (LILLIU, 1966; FERRARESE CERUTI, 1997). Cuentas cilíndricas en hueso se encuentran también en Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998), en la provincia de Oristano, desde el 2005 expuestos en el Museo Arqueológico de Cagliari. En plata son las dos pequeñas y elegantes perlitas en forma de aceituna, de 12 mm de largo, perforadas en el eje mayor, de la tumba XX bis de Anghelu Ruju (Alghero) (TARAMELLI, 1904, 1909a), en la provincia de Sassari. De la tumba XIII proceden las cuentas en caliza negra, de forma cilíndrica, con agujero. En hueso son las cuentas cilíndricas de la necrópolis de domus de janas de Cuguttu (Alghero) (TARAMELLI, 1909b), y en Ponte secco (Porto Torres) (CONTU, 1952-54) encontramos una cuenta de color marrón claro en un collar. Numerosos son los ejemplares de Monte D’Accoddi en piedra, hueso, concha, de color verde, quizás esteatita, y un ejemplar con forma de aceituna, expuestos en el Museo Sanna de Sassari.

Recordamos además las cuentas que tienen forma de los botones de alamaro a las que quizás por ello se les ha atribuido un carácter mágico religioso. Son raras en Cerdeña y de hecho en ningún caso están presentes en el ámbito de una sola sepultura en un número mayor de cinco. Estas pequeñas cuentas son en hueso (como los clásicos botones) o en piedra (la esteatita verde agua). La perforación en V que encontramos a menudo en los botones campaniformes es sustituida por agujeros, tanto longitudinales como perpendiculares al objeto. A menudo se han encontrado aisladas en contextos campaniformes por lo que estos elementos pueden ser interpretados como cuentas de collar dispersas o como pequeños botones. En el museo de Carbonia encontramos expuesto el ejemplar de la colección Pispisa, del cual no se conoce la procedencia exacta. Se puede considerar de todas formas que como todo el material de la colección, se ha recuperado en el territorio del Sulcis-Iglesiente, y el metápodo segmentado, y las cuentas cilíndricas con profundas acanaladuras procedentes de la gruta de Tanì (Carbonia) (FERRARESE CERUTI, 1997). De una sola hipérbola es la pequeña perlita en alabastro o calcita del estrato III del hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998), similar a las cinco cuentas tubulares del estrato III del mismo hipogeo. También en Anghelu Ruju (Alghero) (TARAMELLI, 1904, 1909a) en la tumba XIII, se encuentra un tubito en hueso ensanchado en el centro y las cuentas del collar de la tumba XXX, en piedra verde, parecen pequeños alamaros.

En contextos del Campaniforme Final encontramos las cuentas troncocónicas. Estos elementos se obtienen normalmente de valvas de conchas grandes, de forma plano-convexa y sección troncocónica. Presentan un único agujero central, alguna vez clepsidra. Tenemos diferentes elementos en los collares de la gruta de Capo Sant’Elia (ATZENI, 2003), de Cuccuru Nuraxi de Settimo (FERRARESE CERUTI, 1997) y de Is Calitas (Soleminis) (MANUNZA, 1998). A estos podemos añadir la cuenta de la colección Doneddu. En la provincia de Sassari tenemos las cuentas de la tumba XVIII de Anghelu Ruju (TARAMELLI, 1904, 1909a) y de la tumba XXV.

Entre las cuentas sin duda el elemento más precioso y refinado es el de forma romboidal en piedra verde-azul de la tumba de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998). Junto a éste se pueden citar una cuenta poligonal procedente de Anghelu Ruju (Alghero) (TARAMELLI, 1904, 1909a), una cuenta en forma de fusayola, y las graciosas y menudas perlitas en hueso o concha de Monte D’Accoddi, así como las dos cuentas de forma irregular, expuestas en el Museo G. Sanna de Sassari.

Se han encontrado también unos fragmentos de cuentas en forma de anillo en caliza o hueso en Su Crocifissu Mannu (FERRARESE CERUTI, 1997) y en Monte D’Accoddi, expuestos en el Museo G. Sanna de Sassari.

Los collares

Los collares (Lám. 2), están formados sobre todo por elementos obtenidos de valvas de conchas y por dientes de animales, en particular caninos de cánidos y colmillos de jabalíes, y elementos de varias formas en hueso y en caliza. Los collares más refinados están constituidos también por elementos obtenidos de piedras preciosas como la esteatita verde agua y la ardesia, o por elementos metálicos, raramente oro.

Los yacimientos donde han aparecido collares enteros están situados sobre todo en la provincia de Cagliari: Capo S.Elia (ATZENI, 2003), los collares de la colección Doneddu de Carbonia procedentes de Sulcis Iglesiente, quizás de Locci Santus (San Giovanni Suergiu) (ATZENI, 1993-95), Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998), Cuccuru Nuraxi (Settimo San Pietro) (FERRARESE CERUTI, 1997), Is Calitas (Soleminis) (MANUNZA, 1998). Ningún ejemplar se ha localizado en la provincia de Nuoro, y uno solo en la provincia de Oristano en Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998). Finalmente en la provincia de Sassari debemos citar los collares encontrados en la tumba I y XXX de la necropoli de Anghelu Ruju (Alghero) (TARAMELLI, 1904, 1909a), y los de Ponte Secco (Porto Torres) (CONTU, 1952-54).

Tenemos en Cerdeña collares formados enteramente por cuentas de concha. En este sentido debemos reseñar en la provincia de Cagliari los collares de la gruta de Capo S. Elia (ATZENI, 2003), y los dos collares de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998) que son de pequeñas dimensiones y podrían ser brazaletes o tobilleras y los collares de la colección Doneddu del Museo de Villa Sulcis en Carbonia quizás procedentes de la domus de janas de Locci-Santus (San Giovanni Suergiu) (ATZENI, 1993-95). En la provincia de Oristano tenemos los seis collares de Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998), y finalmente en la provincia de Sassari el collar de la tumba I de la necrópolis de Anghelu Ruju de Alghero (TARAMELLI, 1904, 1909a), compuesto de cerca de 200 cuentas obtenidas de delicadas valvas de Cardium y de Pectunculus, algunas muy corroídas y otras mejor conservadas.

En el ámbito sardo hasta ahora son escasos (sólo dos) los collares compuestos exclusivamente de cuentas en marfil. Un ejemplo lo encontramos en la tumba hipogeico-megalítica de Bingia ‘e Monti en Gonnostramatza (ATZENI, 1998), provincia de Oristano, y está compuesto por dientes de ciervo y caninos de zorro perforados, otro procede de la tumba I de la necrópolis en domus de janas de Anghelu Ruju (Alghero) (TARAMELLI, 1904, 1909a) en la provincia de Sassari y compuesto por 150 dientes de cánidos perforados.

En Cerdeña se conserva sólo un ejemplar de collar realizado completamente en metal adscribible al periodo Campaniforme. Realmente se trata de un torque de oro de la tumba hipogéico-megalítica de Bingia ‘e Monti en Gonnostramatza (ATZENI, 1998), en la provincia de Oristano, realizado con una barra maciza de sección redondeada y con las extremidades abiertas, aplanadas y curvadas, con un diámetro de 14 cm. y un espesor de 0,2 grs.

La característica principal de los collares campaniformes sardos es la variedad de elementos que integran. Numerosos son de hecho los ejemplares formados por elementos diferentes no sólo por la forma sino también por la naturaleza del material. Cuentas con forma de disco o colgantes elípticos en concha se alternan con dientes de animales, con cuentas cilíndricas o con perlas en hueso o caliza o con colgantes en piedra de forma trapezoidal, triangular, rectangular, elíptica. Recordamos en la provincia de Cagliari los dos collares de la gruta de Capo S. Elia (ATZENI, 2003), el ejemplar de la colección Doneddu del museo de Villa Sulcis en Carbonia, y los 14 collares del estrato II de la tumba en cámara hipogeica de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998), compuesto de más de 2000 elementos. Un collar tiene 650 elementos, mientras los otros objetos de adorno (cuentas, pendientes y colgantes) agrupados en diferentes composiciones dan una cifra entre las 50 y las 150 unidades. Los collares de Padru Jossu (UGAS, 1982, 1998) tienen colgantes obtenidos de dientes de cánidos perforados en la raíz, cuentas de disco obtenidas de conchas de moluscos marinos, incluso, de caracoles de tierra. Algunos elementos se distinguían de los otros por las grandes dimensiones, y serían utilizados como colgantes centrales o separadores. El más recurrente es el colgante de colmillo de jabalí (Lám. 3), que a menudo supera los 10 cm. de longitud, aunque sin raíz. Pero el más importante es con seguridad el colgante decorado con 28 puntos de dado. El colgante de disco tiene un diámetro de 2 cm. Similares a los collares de Padru Jossu (Sanluri), son los de Is Calitas (Soleminis) (MANUNZA, 1998). Están compuestos de ruedecillas de Glycineris, dientes atróficos de ciervo, conchas en forma troncocónica perforadas en la parte central, de colgantes en hueso o conchas de forma cilíndrica, conchas pequeñas ovales y cuentas de forma circular. La mayor parte tiene como colgantes centrales colmillos de jabalí, aunque uno tiene una concha de Cardium, otro un colgante en concha de forma oval. De la tumba en cista de Cuccuru Nuraxi, (Settimo S. Pietro) (FERRARESE CERUTI, 1997), procede un collar, compuesto por 179 colgantes en concha y 3 elementos en hueso. De la provincia de Oristano procede el collar de Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998), formado por cuentas en concha y con una cuenta en hueso. De la tumba I de la necrópolis de Anghelu Ruju de Alghero (TARAMELLI, 1904, 1909a) en la provincia de Sassari procede un collar con un centenar de cuentas de valvas de Pectunculus, muy delicadas, en formas elípticas y perforadas en una de las extremidades también dientes de cánidos perforados (quizás de zorro). Los collares de Ponte Secco (Porto Torres) (CONTU, 1952-54) están compuestos de colgantes elípticos perforados, obtenidos de valvas de molusco. Colgantes circulares compuestos por concha perforada, colmillos de jabalí. Son colgantes planos de forma circular con ancho agujero. Particular, es la forma de una cuenta parecida a un grano de rosario, su diámetro es de 1 centímetro, en color negro brillante, quizás sea el hueso de una baya silvestre. De materia similar pero de forma cilíndrica es otra cuenta que parece realizada a partir del hueso de una aceituna o de un dátil y que tiene color marrón claro. Mide 1,2 cm de largo, y tiene un diámetro de 0,8 centímetros; otra cuenta ha sido obtenida de una concha casi entera, muy redondeada del mar con 2,5 cm de diámetro y perforada de modo artificial en el centro; junto con dos más pequeñas de 0,7 cm de diámetro y una grande de 1 cm, y un robusto colgante trapezoidal, una pequeña hacha con un agujero ancho de suspensión cerca del lado menor, han sido realizados con una porción de esqueleto de molusco, quizá Trithon nodiferum y con fragmentos de conchas redondeados del mar (una de estas cuentas está cubierta de una incrustación roja) y 6 han sido realizados a forma de minúscula ruedecilla perforada de 0,7 cm de diámetro.

Algunos collares del Campaniforme sardo tienen cuentas y colgantes obtenidos de piedras como la caliza (blanca, gris, negra), la ardesia, y la esteatita verde agua. Se trata quizá de los ejemplares más refinados de todo el repertorio sardo. Su belleza les viene dada de la forma de los elementos individuales (perlas, cuentas cilíndricas, cuentas que imitan los botones a alamaro), y de los colores brillantes, que capturan la mirada gracias el contraste claro oscuro de los materiales (caliza gris\caliza blanca, caliza negra\esteatita verde agua, hueso y marfil/caliza negra), siguiendo criterios similares a los que se emplean en el diseño de las joyas modernas. Los dos collares de la tumba I de la necrópolis de Anghelu Ruju de Alghero (TARAMELLI, 1904, 1909a) tienen cuentas en caliza. El primero presenta una veintena de cuentas en caliza (muy negras, brillantes y cilíndricas) y un colgante en ardesia de forma oval, con un agujero en una extremidad y el intento de otro en extremidad opuesta, quizás para representar un hacha simbólica. El segundo muestra alrededor de 300 cuentas de collar en caliza gris y blanca, de forma cilíndrica y perforadas en el centro. De la tumba III de la necrópolis de Anghelu Ruju de Alghero procede un collar formado por un colgante en hueso perforado de forma cilíndrica con dos bordes prominentes en las dos extremidades y otras dos cuentas en forma de aceituna perforadas, en caliza negra, un colgante de hueso, o cuerno de ciervo, trabajado para imitar un colmillo de jabalí, perforado en el centro, así como colgantes de pequeño tamaño obtenidos de dientes de caninos y de valvas de moluscos. De la tumba XXX de la necrópolis de Anghelu Ruju procede un collar (Lám. 4) compuesto de seis cuentas cilíndricas en piedra negra, una cuenta discoidal, una cuenta a pastilla elíptica, tres cuentas de forma bicónica, aplastadas con los bordes laterales destacados en el punto de la perforación que las atraviesa en paralelo al eje mayor asi como un colgante plano elíptico muy irregular, todas estas en piedra verde. A los más largos de los collares de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998), pertenece una gruesa cuenta en caliza.

Los brazaletes o tobilleras

En Cerdeña, también encontramos brazaletes, tobilleras y anillos, que están formados por colgantes en conchas y dientes de animales (que en su estructura recuerdan a los collares), en caliza, en mármol y quizá también en cobre.

Debemos comenzar citando las dos joyas del estrato II de la tumba hipogeica de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1998) en la provincia de Cagliari que, por el pequeño tamaño, pueden ser interpretadas como brazaletes o tobilleras más que como collares. Significativa es la presencia en uno de esos brazaletes de un colgante a luna creciente obtenido de un colmillo de jabalí, provisto de muescas para la sujeción.

En Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) encontramos un pequeño brazalete (ATZENI, 1998). Seis brazaletes proceden de la necrópolis de domus de janas de Anghelu Ruju (Alghero) (TARAMELLI, 1904, 1909a). Un brazalete a banda muy fino y no cerrado en caliza junto con un fragmento de brazalete en alabastro, de gran anchura, localizado en la tumba XV, un brazalete en hilo de cobre curvo, pero no cerrado, robusto y de sección elíptica y un fragmento de brazalete o anillo, decorado con una línea discontinua en relieve de la tumba XVIII. Un fragmento de brazalete de cinta de mármol de la tumba XXV y un fragmento de brazalete a sección cilíndrica en caliza blanca, en la tumba XXVIII.

De incierta atribución es un fragmento de brazalete o anillo en lámina de bronce o cobre, decorado por una serie de rombos, con líneas incisas. Desafortunadamente, en general, estos elementos que proceden de las tumbas hipogeicas colectivas de Anghelu Ruju, no pueden ser datados con seguridad al periodo campaniforme. En la necrópolis de Cuguttu (TARAMELLI, 1909b) encontramos un círculo en fina lamina de cobre abierto y otro círculo en fina lámina de cobre, no totalmente cerrado creado sin soldadura y sin martilleo, además otros tres fragmentos de cinta, en cobre o bronce, proceden también de Santu Pedru (Alghero) (CONTU, 1966). Podrían ser restos de uno o más brazaletes.

Anillos

Sólo en dos yacimientos campaniformes Sardos hemos localizado anillos. De la colección Doneddu expuesto en el Museo Villa Sulcis de Carbonia, procede un ejemplar en plata del que no conocemos exactamente su procedencia ni su atribución cronológica, y dos pequeños anillos en lámina de cobre y una espiral de hilo plano de cobre de la necrópolis de domus de janas de Cuguttu (Alghero) (TARAMELLI, 1909b).

Botones

El elemento característico de la cultura Campaniforme es el botón (Lám. 5). En Cerdeña han sido encontrados cincuenta ejemplares. Veintiocho en provincia de Cagliari (Padru Jossu-Sanluri, Locci Santus-San giovanni Suergiu, S.Elia-Cagliari, Villasor-Cagliari), siete en la provincia de Oristano, todos proceden del yacimiento de Bingia ‘e Monti-Gonnostramatza, y quince de la provincia de Sassari (Anghelu Ruju-Alghero, Ponte Secco-Porto Torres, Su Crucifissu Mannu-Porto Torres), mientras que no se encontrados ninguno en la provincia de Nuoro.

De la tumba XIII de la necrópolis de Anghelu Ruju (TARAMELLI, 1904, 1909a), proceden diferentes botoncitos decorados. Estos presentan pequeños agujeros alineados sobre la región dorsal, y, sobre todo, el ejemplar de la necrópolis de Su Crucifissu Mannu, “de forma circular y sección hemisférica, que presenta el margen superior decorado de nueve círculos con puntos de dado dispuestos a lo largo del perímetro del pequeño objeto” (FERRARESE CERRUTI, 1997).

Los botones, son generalmente de hueso y raramente de marfil, y solo conocemos un ejemplar en concha (necrópolis de Ponte Secco- Porto Torres) (CONTU, 1952-54). Por tanto, se trata de pequeños objetos claros y bien bruñidos cuya blancura puede estar relacionada con el mundo mágico y ritual.

Variada es la tipología de los botones sardos, conocemos de hecho diecisiete elementos hemisféricos, de sección plano-convexa. En la cara plana, tienen agujeros que se comunican en V.

Hay ejemplares muy pequeños cuya perforación en V no permite el paso de la aguja para su eventual cosido en el tejido por lo que en estos casos quizá se trata de cuentas de collares, aunque en apariencia es de pequeños botones hemisféricos. Este es el caso de los once ejemplares en marfil de la tumba hipogeica de Padru Jossu (Sanluri) de la provincia de Cagliari (UGAS, 1982, 1998).

De la provincia de Sassari tenemos tres ejemplares. Uno de ellos procede de Anghelu Ruju (Tumba III) (TARAMELLI, 1904, 1909a) presenta dos incisiones paralelas, oblicuas, rectilíneas sobre la cara inferior y dos de Su Crocifissu Mannu (FERRARESE CERUTI, 1997). Mientras en la provincia de Oristano en la necrópolis de Bingia e’ Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998) se localizan tres ejemplares más en hueso alisado. Su pequeño tamaño recuerda los botoncitos de Sanluri que hemos visto antes.

Cerdeña, conserva un solo elemento de forma elíptica. Lo encontramos en la tumba hipogeica de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998). Realizado en marfil con superficie color avellana oscura, brillante, semiesférico, con cara elíptica ahusada. Sobre la cara plana presenta agujeros comunicados en V. Aunque también se podría considerar un colgante de collares, lo que de nuevo viene sugerido por el hecho que en este caso la perforación en V no permite el paso de la aguja para un eventual cosido al tejido. En Cerdeña aparece también un botoncito de forma rectangular, recuperado en la gruta de Tanì (Carbonia) (FERRARESE CERUTI, 1997), único ejemplar en toda la isla con esta forma.

Una forma particular llamada por los franceses a tortue, tortuga, por la fuerte analogía con el perfil del animal, o “antropomorfo estilizado” está atestiguada en Cerdeña por seis ejemplares, que se distinguen por la forma del cuerpo circular, elíptica o romboidal (también a menudo la diferencia entre estas dos últimas no es clara):

• Botones elíptico-circulares, como el ejemplar de la tumba XXX de Anghelu Ruju (Alghero) (TARAMELLI, 1904, 1909a).

• Botones elíptico-romboidales: un elemento del hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1998), estrato II, con cuerpo en forma de rombo de sección plano-convexo y apéndices menudos cuadrangulares. El botón con cuerpo romboidal y pequeñas apéndices subtrapezoidales de Bingia e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998). El botón de Su Crocifissu Mannu (FERRARESE CERRUTI, 1997) en hueso, con dos pequeños apéndices en el diámetro mayor y perforación en V cuyos agujeros tienden a converger hacia el centro y que quizás una vez roto fue reutilizado. Romboidales son también dos botones con dos agujeros en forma de V, encontrados en la tumba XXX de la necrópolis de Anghelu Ruju (Alghero), Sassari (TARAMELLI, 1904, 1909a).

La forma más característica del Campaniforme sardo está formada por los botones de alamaro, que recuerdan la forma de los botones modernos del abrigo mongomery. Quizás son más evolucionados, de hecho están dotados de apéndices laterales y podían contar con un mejor bloqueo en el ojal. Por lo tanto, podremos suponer una evolución en la forma del botón. De la forma inicial hemisférica (botón hemisférico), pasan a presentar dos pequeños apéndices (botón a tortue), los cuales por la funcionalidad habrían ido progresivamente aumentando su tamaño (botón de alamaro).

Los botones de alamaro pueden tener cuerpo circular, elíptico, cuadrangular, tubular, romboidal, unido a dos apéndices.

1. Forma circular:

• El ejemplar de S. Elia, en hueso, del estrato II del hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1998).

• El botón de alamaro de la colección Vargiu de Villasor (FERRARESE CERUTI, 1997), en hueso.

• El botón de di Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998) en hueso pulido.

• Los botones de alamaro en hueso de las tumbas III (TARAMELLI, 1904, 1909a).

• Los ejemplares en hueso de la tumba XIII de Anghelu Ruju (TARAMELLI, 1904, 1909a) uno de los ellos está decorado en la región dorsal con cuatro agujeros alineados, de los cuales solo los dos centrales lo atraviesan.

• El botón de alamaro de Ponte Secco (Porto Torres) (FERRARESE CERUTI, 1997) en concha, de color amarillo manchado de gris, con dos agujeros verticales a clepsidra.

2. Cuerpo cuadrangular: Mencionar los botones de la colección Doneddu (ATZENI, 1993-95) procedentes quizás de la necrópolis de domus de janas de Locci Santus (San Giovanni Suergiu).

3. Cuerpo romboidal:

• Los botones de la colección Doneddu quizás procedentes de la necrópolis de domus de janas de Locci Santus (San Giovanni Suergiu).

• Los botones de alamaro, del estrato II del hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998).

• El botón de alamaro de Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998) en hueso pulido, con pequeños apéndices apenas esbozados.

4. Cuerpo elíptico: del hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998), en su estrato II, proceden tres botones de alamaro. Otros ejemplares, los encontramos en la tumba hipogeico-megalítica de Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998), con doble perforación, así como el de la tumba XVII de Anghelu Ruju (Alghero) (TARAMELLI, 1904, 1909a).

5. Cuerpo tubular o cilíndrico: botón de alamaro en hueso de forma tubular con apéndices laterales provista de agujero que lo atraviesan longitudinalmente que puede ser un elemento de collar. Parece anómala su presencia en el estrato III del hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) por lo que podría ser un elemento intrusivo, mientras en el hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998), pero en el estrato II encontramos otro botón, que tiene también una acanaladura central.

Los apéndices de los botones de alamaro o de tortue (aunque estos últimos apenas esbozados), pueden tener diferentes perfiles: trapezoidal, rectangular o cuadrangular con las aristas rectas o redondeadas.

• Trapezoidal: son los más comunes y los encontramos en el botón de alamaro de S. Elia (CORNAGGIA CASTIGLIONI – CALEGARI, 1980). En dos botones de la colección Doneddu (ATZENI, 1993-95), y en el hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998). Las alitas trapezoidales redondeadas están presentes también en el botón de alamaro de la colección de Vargiu de Villasor (FERRARESE CERUTI, 1997) y los botones de Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998). También presentan este tipo de apéndices los botones de alamaro de la tumba XIII de Anghelu Ruju (Alghero) (TARAMELLI, 1904, 1909a) e incluso con una sola alita trapezoidal como es en el caso de la tumba XVII. Finalmente el botón de alamaro de Ponte Secco (Porto Torres) (FERRARESE CERUTI, 1997).

• Cuadrangulares: Un ejemplo es el botón a tortue del hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998), localizado en el estrato II.

• Rectangulares: Es el caso del botón de alamaro en hueso de la tumba III de Anghelu Ruju (TARAMELLI, 1904, 1909a).

• Semiesféricos: El botón de alamaro en hueso. Tiene forma tubular con apéndices laterales, provistos de agujero que lo atraviesa longitudinalmente. Fue localizado en el estrato III del hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998).

Tenemos botones de difícil identificación tipológica. Este podría ser el caso de un pequeño colgante, a doble punta y agujero central, encontrado en la gruta Tanì (Carbonia), y tres botones hallados en la tumba hipogeica de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998). Estos pertenecen a los llamados botones a luna creciente o biapuntados, debido a su forma arqueada y sin perforación, aunque también podrían ser colgantes.

Como hemos visto, los botones campaniformes tanto los hemisféricos como los elípticos, a tortue o de alamaro, además de la perforación rectilínea presentan las perforación llamada en V, así denominada porque la colocación de los agujeros en el interior del cuerpo del botón es hecha en modo que estos convergen precisamente en V; pero en algún caso el agujero no es inclinado, sino que es uno solo que atraviesa el objeto de parte a parte. En dos casos encontramos la perforación a clepsidra.

• Perforación que atraviesa el botón en vertical o en horizontal: Tenemos diferentes ejemplos: el botón de alamaro de S. Elia (FERRARESE CERUTI, 1997), el de la colección Doneddu (ATZENI, 1993-95), el botón de alamaro de la colección Vargiu de Villasor (FERRARESE CERRUTI, 1997). El botón circular de la tumba III de Anghelu Ruju (TARAMELLI, 1904, 1909a) tiene el agujero en la parte inferior para adaptarlo a la costura. Otros ejemplos que presentan este tipo de perforación son el botón de alamaro de la tumba III de Anghelu Ruju, de la tumba XIII. Los botones de alamaro del hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998), del estrato III, y del estrato II y los botones de alamaro del hipogeo de Padru Jossu (Sanluri), estrato II.

• Perforación en V: Es la perforación típica de los botones del periodo Campaniforme y la encontramos en el botón de alamaro de la colección Doneddu (ATZENI, 1993-95), y en los 11 botones hemisféricos, en marfil. En el botón elíptico en marfil, y en los botones de alamaro en hueso del hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998), en el botón a tortue y en el botón de alamaro de Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998) en hueso, así como en los botones de alamaro de la tumba número XIII, de Anghelu Ruju (Alghero) (TARAMELLI, 1904, 1909a) y de la tumba XVII, como en los botones de Su Crocifissu Mannu (FERRARESE CERUTI, 1997) de forma hemisférica y otro en tortuga.

• Perforación a clepsidra: El ejemplar de Ponte Secco (Porto Torres), y el botón rectangular de la gruta Tanì (Carbonia) (FERRARESE CERUTI, 1997).

Quizá eran botoncitos los elementos de los collares de la necrópolis de Anghelu Ruju (Alghero) (TARAMELLI, 1904, 1909a) en piedra verde.

Punzones, alfileres o agujas

Debemos citar los punzones, instrumentos en cobre, bronce o hueso, que tienen a menudo sección circular o cuadrangular con aplastamiento en forma de rombo en el centro. Muchas veces son simples alfileres con doble punta. Si bien, podrían ser considerados útiles usados para perforar sustancias rígidas, como el cuero, quizás sería la función más probable para de mayor tamaño, que en ocasiones presentan enmangue en hueso de animal, este es el caso del encontrado en San Bartolomeo (Cagliari) (ATZENI, 1980). Suelen localizarse en contextos domésticos aunque en otros casos, se encuentran en contextos funerarios, como otro elemento procedente de la gruta de Capo Sant’Elia (Cagliari). Estos podían cumplir la función de verdaderos alfileres utilizados como cierres de los bordes del sudario, o como alfileres sobre los vestidos del muerto o simplemente como elemento ornamental para adornar el peinado, (FERRARESE CERUTI, 1997).

Seis de estos instrumentos en cobre forman parte de la colección Erriu, conservada en el Museo Arqueológico de Cagliari. Desafortunadamente no es posible establecer su lugar de procedencia. Siete alfileres en cobre se han encontrado también en la gruta Tanì (Carbonia), pero no pueden ser atribuidos con seguridad al periodo Campaniforme (FERRARESE CERUTI, 1997). Un ejemplar de alfiler punzón forma parte de la colección Doneddu, y está expuesto en el Museo Villa Sulcis de Carbonia. De la tumba hipogeica de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998), proceden seis alfileres en cobre de sección cuadrangular. Cuatro enteros y uno en dos piezas reconstruidas. En Cuccuru Nuraxi Settimo San Pietro (ATZENI, 1998) se recuperaron dos alfileres, uno fragmentado, de sección cuadrangular, el otro con perfil romboidal y extremidad muy puntiaguda, de sección rectangular, recubierto de una pátina gris verde. En la provincia de Oristano tenemos los alfileres en cobre de doble punta y de sección cuadrada de Bingia ‘e Monti (Gonnostramatza) (ATZENI, 1998). En el territorio de Sassari, los de Anghelu Ruju (TARAMELLI, 1904, 1909a) en la tumba I, dos alfileres, en cobre o bronce afilados y de sección rectangular, y tres agujas en cobre de la tumba XX, una con dos puntas muy finas y la otra con una punta y en la otra extremidad ensanchada y comprimida, y una aguja corta puntiaguda y con la extremidad superior ensanchada, aplanada con martilleo en las dos caras, que forman una especie de agujero. Un alfiler de cobre a sección cuadrada se encuentra también en la necrópolis de Cuguttu (TARAMELLI, 1909b) (Alghero).

Encuadramos en esta categoría también los punzones en hueso, con el cuerpo ahusado. A menudo tienen forma de rombo alargado, y sección circular, cilíndrica o cuadrangular, y pueden tener la cabeza a forma de luna, como las dos agujas encontradas en el estrato III del hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1998). De la misma tumba proceden tres punzones en hueso: el primero en dos partes soldadas y el segundo integro y el tercero, parcialmente reconstruido, recuperado en tres partes, dos punzones en hueso a cabeza lateral de sección cilíndrica. En la provincia de Sassari en Su Crocifissu Mannu (San Giovanni Suergiu) (FERRARESE CERUTI, 1997), se ha descubierto una aguja en forma de clavo en hueso, con cabeza hemisférica y punta afilada, y dos punzones obtenidos de huesos animales y agujas de peineta obtenidos de un hueso fino decorado sobre el dorso, con una serie flanqueada de pequeñas hipérbolas en tamaño decreciente del centro hasta la extremidad. Estos alfileres son parecidos en la forma a los pequeños colgantes en hueso decorado con glóbulos que procede de la gruta de Tanì (Carbonia) (FERRARESE CERUTI, 1997) y podrían pertenecer a la cultura que examinamos. Recordamos, el descubrimiento en el hipogeo de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1998) de elementos en hueso similares a los anteriores, que podrían considerarse por extremidad superior, de agujas. De hecho presentan uno, tres, seis glóbulos o astrágalos o alamaros asociados, y una cabeza de aguja de peineta en hueso de forma cilíndrica, alineada con dos surcos en sentido longitudinal y que tienen un agujero circular que no atraviesa totalmente la pieza, encontrado en Ponte Secco (Porto Torres).

Espejo

Cerdeña conserva además un único ejemplar de espejo que procede de la tumba hipogeica de Padru Jossu (Sanluri) (UGAS, 1982, 1998). Se trata de un disco en lámina de plata, recubierto de una pátina gris clara, y que está roto sobre el margen donde se observan tres agujeros, a través de los cuales con unos clavos o remaches sería fijado el mango.


LOS ELEMENTOS DE ADORNO DE ÉPOCA CAMPANIFORME EN CÓRCEGA

Hasta hace poco tiempo no habían aparecido huellas de la Cultura del vaso Campaniforme en Córcega aunque la proximidad de la isla a regiones que han restituido una abundante documentación como Francia meridional, Cerdeña y la vertiente tirrénica italiana Centro Septentrional hacían sospechar que se trataba de un problema de investigación.

En Córcega el único yacimiento clasificado con seguridad como Campaniforme es el tafone o abrigo funerario n. 6 de I Calanchi (Sollacaro) (CESARI, 1994), en la parte meridional de la isla, el cual, ha restituido sólo fragmentos cerámicos, pero ningún objeto de ornamento.

Incierta es la atribución al Campaniforme de los materiales descubiertos por Peretti (PERETTI, 1966), en la sepultura en cista de Palagghiu (Sartène) (Fig 3). Hoy se piensa de hecho que se pueden encuadrar en el bronce antiguo, en la Cultura de Bonnannaro, por sus fuertes analogías con el material coevo de Cerdeña (CAMPS, 1988, DE LANFRANCHI, 1997), pero podrían también formar parte del Campaniforme Final. Se trata de dos anillos (CAMPS, 1988; DE LANFRANCHI, 1997). El primero, es una varita de sección circular, con el espesor de dimensiones irregulares, el segundo está reducido a cuatro pequeños fragmentos. Ambos anillos de Palagghiu (Sartène), están realizados en materiales preciosos, uno en oro, el otro en plata, sucesivamente.


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