UNA APROXIMACIÓN AL NUMERARIO IBEROROMANO DEL VERTEDERO MERIDIONAL ALTOIMPERIAL DE LAMINIUM “LA CUESTA DEL POZARRÓN” (ALHAMBRA, CIUDAD REAL)

AN APPROXIMATION OF THE IBERO-ROMAN NUMERARY OF THE SOUTHERN HIGH IMPERIAL LANDFILL OF LAMINIUM “LA CUESTA DEL POZARRÓN” (ALHAMBRA, CIUDAD REAL)

Gerardo Javier ROJAS MONTERO *

Resumen
El presente estudio forma parte de la investigación preliminar realizada en el Trabajo Final de Máster sobre el numerario inédito hallado durante las sucesivas campañas arqueológicas en el Vertedero Meridional de Laminium “La Cuesta del Pozarrón”. Durante las tareas arqueológicas se han recuperado un total de 128 monedas de diferentes épocas, entre las que destaca la moneda romana altoimperial, coincidiendo con las cronologías de uso del puticulum.

Palabras clave
Moneda, iberorromano, Laminium, vertedero, siglos I a.C.-I d.C.

Abstract
This paper is an extract from the preliminary research carried out in the Master’s Final Project on the unpublished numerary found during successive archaeological campaigns in the Southern Laminium Landfill “La Cuesta del Pozarrón”. During the archaeological work, a total of 128 coins from different periods have been recovered so far, among which the Roman coins from the High Imperial period stand out, coinciding with the chronology of use of the puticulum.

Key Words
Coin, Ibero-Roman, Laminium, landfill, 1st century BC-1st AD.

INTRODUCCIÓN Y CONTEXTUALIZACIÓN

Este artículo forma parte de la investigación desarrollada en el Trabajo Final de Máster de Arqueología de la Universidad de Granada, que se centra en el estudio preliminar de ciento veintiocho monedas inéditas, halladas en el vertedero meridional altoimperial de Laminium, “La Cuesta del Pozarrón”, localizado en el municipio de Alhambra (Ciudad Real). Se trata de un enclave en el que se han venido realizando intervenciones arqueológicas desde el 2017 y en el que se han hallado la documentación y los materiales arqueológicos necesarios para poder realizar un estudio en profundidad de la moneda antigua. De este modo, se ha realizado una identificación del numerario, que ha permitido obtener una cronología de acuñación y de circulación, además de llevar acabo un análisis tipológico y estadístico.

Al este de la provincia de Ciudad Real, concretamente en la comarca del Campo de Montiel, se localiza Alhambra, un municipio que ha sido identificado como la antigua ciudad romana de Laminium. Hoy en día es un pueblo de 983 habitantes con una densidad de población de 1,70 habitantes por km2 (INE, 2022). Se ubica sobre un cerro testigo de 862 metros de altitud sobre el nivel del mar, formado por roca arenisca. Desde este promontorio exento se obtiene una amplia visión del territorio circundante, alcanzando a divisar distancias de hasta 30 kms (FUENTES SÁNCHEZ 2018a: 204). El término municipal de esta pequeña localidad es uno de los mayores de la provincia de Ciudad Real, con 580,25 km2. Antiguamente debió quedar circunscrito por el territorio administrativo del ager laminitanus.

La hidrografía del territorio se encuentra sustentada por el Acuífero 24, que condiciona de una manera muy clara el entorno para sostener una base agropecuaria a través de suelos fértiles y el afloramiento de agua a modo de fuentes (RINCÓN et al., 2001: 213), algo que no pasó desapercibido en la antigüedad. Finalmente, el ager laminitanus contó con unos buenos recursos mineros —piedra molíz—, hídricos, forestales y agropecuarios, facilitando asentamientos permanentes en la zona desde la Edad del Bronce (MOYA 2008: 558-562; GÓMEZ SANTOS 2015: 157; MONSALVE 2019: 235-238).

El yacimiento de “La Cuesta del Pozarrón” se localiza en la ladera sur del cerro en el que se encuentra el actual municipio de Alhambra, concretamente en un terreno sin edificar con una inclinación considerable y con una superficie de 1501 m2. El vertedero se sitúa en una de las zonas de entrada al núcleo urbano, por donde pasa la calle Pozarrón, cortando el yacimiento por el este y el norte. Como es habitual en los puticula o vertederos, el de la Cuesta del Pozarrón se localiza en la zona perimetral del municipium. La disposición se configura de este modo para garantizar la salubridad y limpieza del asentamiento, así como para recrecer de una manera artificial la zona meridional de la ciudad.

ESTADO DE LA CUESTIÓN

La moneda antigua circunscrita al actual territorio de la provincia de Ciudad Real ha suscitado toda una serie de problemáticas, debido a que los hallazgos han sido menos cuantiosos que otro tipo de materiales. Aun así, son varios los vestigios monetales en la provincia. En Villarrubia de los Ojos se produjo el hallazgo de un tesoro conformado en origen por ciento ochenta ejemplares de los cuales solo se conservan ciento treinta y seis. Todos ellos con unas cronologías del 209-206 a.C. y procedentes de diversas cecas, tanto hispano-cartaginesas como romanas y sicilianas (CHAVES y PLIEGO 2015: 70). Por otro lado, de época republicana existen diversos yacimientos en los que se ha constatado la presencia de moneda. En el yacimiento de Minas Diógenes se han recuperado un total de cuarenta y cuatro monedas, todas ellas fuera de contexto. De las cuarenta y cuatro solo cinco son romanas, siendo las más modernas de los años 169-158 a.C. El resto proceden de cecas hispanas, como Castulo y Obulco en el sur o Kelse y Sekaisa en el norte (CHAVES y PLIEGO 2015: 147).

En el mismo sector meridional de Sierra Madrona se encuentra el yacimiento de Valderrepisa, un enclave minero activo durante época republicana, tal y como atestiguan los hallazgos monetales. Se han documentado un total de ocho monedas en contexto y una procedente de un hallazgo casual. Todo el numerario se enmarca en el siglo II a.C. y solo una de las monedas permite alargar la cronología hasta el primer cuarto del siglo I a.C. De las nueve monedas, cinco son romanas —denarios, victoriato y cuadrante— y las otras cuatro son procedentes de cecas hispanas, como Castulo, Abra y Titiakos (FERNÁNDEZ y GARCÍA 1993: 25-47). Además, en las cercanías de estos dos enclaves se localiza la ciudad de Sisapo, que actuó como centro neurálgico para el entorno minero. Durante las campañas de excavación arqueológicas se han documentado cuarenta y ocho ejemplares, de los cuales solo diez se atribuyen a época republicana y ninguna de estas es romana. Destacan las monedas procedentes de las cecas de Castulo con cuatro piezas y Obulco con tres piezas (ARÉVALO 1995: 129-136). Por otro lado, en el oppidum de Alarcos, que presenta una cronología desde la Edad del Bronce hasta la Edad Media, se han recuperado veintiuna monedas de época republicana, entre las que destacan dos ejemplares hispano-cartaginenses, siete romanas, cuatro de Castulo, dos de Bílbilis y una de Obulco (ARÉVALO 2008: 152).

Para la época altoimperial, concretamente a la etapa Julio-Claudia, se cuenta con una gran cantidad de moneda, ya que será en estos momentos cuando ciudades como Segobriga, Ercavica o Sisapo empiecen un desarrollo urbanístico potente. En Ciudad Real, destaca la ciudad de Sisapo, en la que se han hallado tres ejemplares de los emperadores Vespasiano, Adriano y Antonino Pío (ARÉVALO 2008: 174). No obstante, no hay que dejar de tener en cuenta nuevos hallazgos, como los producidos en el municipio de Poblete, en el que se recuperaron siete monedas, de las cuales cinco son altoimperiales y dos de ellas se corresponden con sestercios fusionados posiblemente del siglo II d.C. (FUENTES y ROJAS 2020: Inédito).

Además, la provincia de Ciudad Real cuenta con recientes aportaciones monetales de la villa de Puente de la Olmilla. En 2015 se realizó un estudio de veinte monedas documentadas durante las intervenciones arqueológicas, que presentan unas cronologías desde Augusto hasta Honorio (GARCÍA 2015: 161-168). En el nuevo ciclo de excavaciones en esta villa, se han hallado unas 105 monedas en contexto, aunque solo se han analizado treinta ejemplares, que han podido ser asociados a una cronología muy extensa, desde la etapa republicana —as Jano bifronte— hasta la etapa bajo imperial —ejemplares AE2, AE3, AE4—, pasando por una etapa altoimperial con monedas como ases, sestercios y antoninianos. Por otro lado, es interesante el origen de estas monedas, ya que proceden de diversas cecas, algunas de ellas situadas en el otro extremo del Mediterráneo, como es el caso de Antioquia, en la actual Turquía. Asimismo, se han documentado acuñaciones procedentes de Lugdunum y Aralate (Francia), Treveris (Alemania), Aquilea y Roma (Italia) y Calagurris y Celsa (España) (FUENTES et al., 2022: Inédito).

Recientemente, se produjo un hallazgo de un recipiente cerámico que albergaba cuatrocientas setenta y cuatro monedas en el municipio de Caracuel de Calatrava (Ciudad Real), mientras se llevaban a cabo tareas de prospección geofísica con georradar. El conjunto está formado por cuatrocientas setenta y dos monedas bajoimperiales, con unas cronologías desde finales del siglo IV d.C. hasta el primer tercio del siglo V d.C., un antoniniano del reinado de Probo fechado en el 282 d.C. acuñado en la IV oficina de la ceca de Roma y un AE procedente de Apulia del siglo III a.C. (FUENTES SÁNCHEZ y ROJAS MONTERO 2023: 381).

Las sucesivas intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en el municipio de Alhambra en los últimos años han dado lugar a diversas publicaciones sobre Laminium en época romana, basadas en el estudio de materiales cerámicos, tales como sigillatas (FUENTES SÁNCHEZ 2019: 38-43), morteros (FUENTES SÁNCHEZ 2017b: 155-192) y lucernas (FUENTES SÁNCHEZ y SÁNCHEZ FERNÁNDEZ 2019a). En lo relativo a moneda, en el término municipal de Alhambra se han producido numerosos hallazgos monetales, en contextualización arqueológica durante las diferentes intervenciones realizadas en la calle Calvario 6, Vertedero Meridional Altoimperial de “La Cuesta del Pozarrón” o la villa Altoimperial de los Villares. De todos estos hallazgos de numerario, solo los producidos durante las intervenciones llevadas a cabo en el Vertedero Meridional Altoimperial de “La Cuesta del Pozarrón”, son los que han visto la luz a raíz de la presente publicación.

En el Museo Arqueológico Municipal de Alhambra se encuentran expuestas noventa y cuatro monedas de época antigua, todas ellas halladas por los vecinos y por la Asociación Tierra Roja de Alhambra, por lo que no ofrecen un contexto arqueológico. Entre el numerario expuesto, hay moneda Ibérica procedente de las cecas de Obulco y Castulo, moneda republicana como un as Jano Bifronte, diversos ases de Augusto acuñados en cecas hispanas, como Bílbilis, un semis de Calígula acuñado en Segobriga, así como ases de Domiciano, dupondios de Trajano y sestercios de Adriano, Cómodo, Julia Mamea y Gordiano III, junto con antoninianos de Claudio II y Galieno. En cuanto a la moneda tardía, hay una amplia representación de Constancio II y Constantino II. De toda esta muestra numismática expuesta en el museo, solo hay una moneda acuñada en plata con el retrato de Julia Mamea durante el reinado de su hijo Alejandro Severo.

METODOLOGÍA

En este trabajo de investigación se ha seguido una metodología que consta de varias etapas o fases. En primer lugar, una vez documentados y extraídos los materiales del yacimiento y de su posterior siglado, se ha realizado una revisión y puesta en orden de dichos materiales, agrupando todo el material numismático hallado en el yacimiento durante las sucesivas intervenciones. A continuación, se ha llevado a cabo un proceso de restauración, debido a las oxidaciones y concreciones que presenta parte del numerario.

Tras el proceso de restauración se lleva a cabo una documentación fotográfica con una cámara réflex situada en una mesa de reproducción con un aro de luz neutra, para la toma de imágenes tanto del anverso como del reverso de las piezas y, acto seguido, se han recopilado los pesos y medidas de cada una de las monedas con la ayuda de un calibre y una báscula de precisión. Con todo ello, se ha creado un inventario en el que constan: números de sigla, números de pieza, unidad estratigráfica, sondeo, diámetro, peso, tipo de moneda, técnica de fabricación, material, cronología, contramarcas y cecas. Además, la consulta bibliográfica ha sido clave para la clasificación tipológica de las monedas. Ello ha permitido crear una ficha para cada pieza en la que aparece información relevante de cada moneda: fotografías, tipos, metal en la que está realizada, pesos, medidas y cecas. Finalmente, se han creado mapas y láminas con los resultados concluyentes.

NUMERARIO IBERORROMANO

La moneda iberorromana se corresponde con aquellas acuñaciones llevadas a cabo en la Península Ibérica desde la llegada de Roma hasta el cierre oficial de las cecas en el 41 d.C. (ARÉVALO 2008: 134). No obstante, el sincretismo en las acuñaciones monetales se produjo en décadas posteriores. De este modo, existe moneda de la ciudad de Castulo con caracteres latinos o cecas como la de Segobriga o Ercavica que producen moneda hasta el 41 d.C. Aunque el 41 d.C. es la fecha oficial de cese de emisión monetal en Hispania, hubo una serie de talleres o cecas no oficiales que pusieron en circulación una gran cantidad de moneda de bronce, sobresaliendo los ases y sestercios durante el reinado de Claudio I. De esta manera, se ha llegado a afirmar que el 90% de los ases existentes de este emperador son monedas realizadas en cecas no oficiales, por lo que sería numerario de imitación hispana que estuvo en circulación durante un largo periodo de tiempo (CEBRIÁN 1999: 9-13), debido a la escasez de moneda circulante.

Representaciones

Desde finales del siglo I a.C. y la primera mitad del siglo I. d.C. los anversos y los reversos de las monedas padecieron una serie de cambios, donde los primeros anversos fueron estandarizados, mientras que hubo una gran variedad de motivos representados en los reversos. En los anversos se representa al mandatario a través de un busto que puede estar orientado tanto a derecha como a izquierda y, a su vez, puede aparecer al descubierto, laureado o radiado. Alrededor de esta imagen, se presenta una leyenda a modo de titulatura, en la que se mencionan los títulos completos o abreviados del mandatario. En cuanto a los reversos, en las cecas de Hispania se observan multitud de tipologías como el toro —habitual en el norte peninsular—, la yunta de bueyes —Emerita Augusta y Caesaraugusta—, leyenda en corona —Colonia Patricia, Iulia Traducta y Segobriga—, corona con leyenda —Bílbilis—, elementos arquitectónicos —dupondios de Emerita Augusta—, elementos religiosos —semis acuñados en Iulia Traducta y Colonia Patricia—, bustos enfrentados —ases de las ciudades de Colonia Romula y Carthago Nova—, y bustos femeninos o masculinos en los que suelen aparecer Julia sobre un globo o la cabeza radiada de Augusto.

En cuanto a las representaciones de los denarios, en momentos de la República esta moneda presenta un estilo bastante estandarizado con pequeñas variaciones tanto en el reverso como en el anverso. En el reverso se representa a la victoria u otra alegoría o divinidad portando un látigo en la mano derecha, mientras que en la izquierda lleva las riendas de una biga que avanza hacia la derecha. Bajo esta representación, se encuentra el exergo en el que comúnmente se lee “ROMA”. Otra posibilidad es la representación de los dioscuros (Castor y Pólux) a caballo, portando una lanza y avanzando hacia la derecha y, bajo ellos, el exergo “ROMA”. Por otro lado, en el anverso la representación varía poco, con la personificación de Roma con un casco alado mirando hacia la derecha y en el campo una marca de valor, pudiendo ser X, XVI y más tarde una estrella de seis puntas.

Durante el siglo I a.C. las características de los denarios se transformaron, ya que en el anverso aparecieron bustos de deidades como: Juno, Apolo, Marte o Venus, mientras que en los reversos se presentaron los logros y la historia de la gens emisora. Ya en tiempos de Augusto, el denario contó con la representación del mandatario en el anverso, pudiendo ser este un busto desnudo o laureado. En cuanto a su fisionomía, el denario mantuvo su peso en 3,9 gramos con una ley del metal de 980 milésimas (BELTRÁN 1950: 220). Desde este momento en adelante, el denario sufrió una serie de modificaciones que afectaron tanto a su peso como a su ley.

Tipos

En el estudio tipológico del numerario de época antigua recuperado en el vertedero de “La Cuesta del Pozarrón”, seis han sido los tipos de monedas documentados, a saber: denario, sestercio, dupondio, as, semis y cuadrante. Estas monedas presentan una cronología muy amplia, abarcando desde el siglo II a.C. hasta el siglo II d.C., ofreciendo la inmensa mayoría una cronología altoimperial, desde época de Augusto hasta tiempos de la dinastía Flavia (Fig. 1).

Fig. 1. Gráfico en el que se recoge el tipo de moneda recuperada durante las excavaciones en el Vertedero Meridional Altoimperial de “La Cuesta del Pozarrón”. Elaboración propia.

En el vertedero de “La Cuesta del Pozarrón” han sido recuperados hasta la fecha un total de nueve denarios acuñados desde época republicana hasta época altoimperial. El denario más antiguo hallado en el vertedero se corresponde con una acuñación realizada en la ciudad de Roma en el 130 a.C., perteneciente a una familia poco conocida como es la Vargunteia (LM17PO-015232). El denario cumple con la fisionomía y la tipología del denario republicano, con una biga en el reverso y el busto de Roma en el anverso. El anverso alberga el nombre del magistrado monetal Marcus Vargunteius. Las acuñaciones de esta familia son escasas, limitadas a una serie de ases y a este tipo de denario.

En el vertedero se halló otro denario republicano (LM17PO-015236), ubicado cronológicamente en el 81 a.C. Se trata de una acuñación realizada en Roma por la Gens Maria. El miembro más conocido es Caius Marius, rival de Sila, que manda acuñar la moneda. La moneda representa a la diosa Ceres en el anverso y una yunta de bueyes en el reverso con la leyenda que menciona a Caius Marius. La fisionomía de esta pieza es la característica de los Denarius Serratus. Estos denarios son característicos por presentar un canto dentado que se llevaba a cabo como último proceso de fabricación, encareciendo la producción. Existen multitud de teorías sobre el uso de este tipo de cantos, pero todo parece indicar que se usaban como prueba de veracidad contra los denarios forrados y para evitar el limado y la pérdida de metal durante su circulación.

Para la época altoimperial, todos los denarios recuperados durante las excavaciones se corresponden con acuñaciones realizadas durante el siglo I d.C. Cabe hacer especial mención a tres denarios acuñados en la ciudad Gala de Lugdunum (actual Lyon) bajo el reinado de Tiberio (LM17PO-015231; 015234 y 015235). Las tres piezas tienen la misma tipología: en el anverso se representa al emperador Tiberio, mientras que en el reverso se encuentra Livia sedente con un cetro y una rama de olivo. Es una acuñación muy conocida bajo el nombre de denario del tributo, ya que, supuestamente, es el tipo de moneda a la que se refiere Jesucristo cuando dice “Dad al cesar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mateo 22.17.21).

Otro de los denarios hallados en el vertedero (LM17PO-015230) se corresponde con una acuñación Gala, de la ciudad de Lugdunum durante el breve reinado de Galba. Es una moneda en la que en el anverso se representa a Galba y en el reverso la personificación de la Concordia. El numerario de este emperador es escaso debido a la brevedad de su reinado (siete meses entre 68-69 d.C.). Más raro aún es el denario acuñado en Roma durante el reinado de Otón (LM17PO-015226). La pieza se corresponde con un denario en cuyo anverso se representa al emperador y en el reverso se encuentra la diosa Ceres estante. El numerario de Otón es escaso debido a su corto mandato de tan solo tres meses.

Una vez pasadas las guerras civiles, se ha documentado numerario de tiempos de Vespasiano y Domiciano. El denario (LM17PO-015233) realizado en tiempos de Vespasiano entre el 77-78 d.C. se corresponde con una emisión en la que se hace referencia al hijo menor de este, conmemorando el quinto consulado de Domiciano. Con todo ello, en el anverso de la moneda aparece Domiciano en vez de Vespasiano, y en el reverso se representa a la loba Luperca con Rómulo y Remo. Ya en el 90-91 d.C., bajo el reinado de Domiciano, se ha documentado el denario mejor conservado hasta el momento (LM17PO-015227). Se trata de una pieza acuñada Roma en la que en el anverso se representa a Domiciano y en el reverso se observa a la diosa Minerva acompañada por una lechuza en la proa de un navío.

La falsificación de moneda ha sido una constante desde su aparición en el siglo VII a.C. (VICO y FRANCISCO OLMOS 2016: 179). Es una fabricación que consiste en la acuñación de una moneda en cobre o bronce, con las características de una moneda de plata. Una vez acuñada la moneda en un material vil, se procede a darle un baño de plata, creando así un numerario con un núcleo de cobre o bronce, pero con un exterior plateado, asemejándose a una moneda de plata de buena ley (BELTRÁN 1950: 162).

La primera emisión de moneda forrada se dio por parte de la República durante la II Guerra Púnica, algo que se intentó deshacer con el pretor Gratiadano en el 94 a.C., mediante un edicto que pretendía suprimir la moneda forrada de la circulación, pero durante la dictadura de Sila y en tiempos de Marco Antonio, la emisión de moneda forrada junto con moneda de buena ley fue una constate (BELTRÁN 1950: 163).

Alrededor del 15 a.C., se retiró la moneda forrada de la circulación (BELTRÁN 1950: 163), haciendo llegar hasta nuestros días pocos ejemplares de este numerario, ya que el que se encuentra suele ser hallado durante intervenciones arqueológicas, en un contexto de pérdida o de uso, ya que existen casos de moneda con una muy buena calidad de forrado y es posible que circularan sin haber despertado sospechas a sus portadores.

Durante las diversas campañas de excavación llevadas a cabo en el Vertedero meridional altoimperial de “La Cuesta del Pozarrón”, se han documentado hasta el momento tres monedas correspondientes a denarios forrados. De las tres piezas, en una de ellas ha sido imposible determinar su procedencia ni su emisor (LM17PO-015215), ya que se trata de media moneda en unas condiciones de conservación muy deficientes.

En cuanto a las otras dos monedas, se corresponden con emisiones de Tiberio y Nerón. La primera de ellas es la falsificación de un denario de Lugdunum, conocido como denario del tributo (LM17PO-015228). En el anverso se representa a Tiberio y en el reverso a Livia sedente. El recubrimiento de plata de esta moneda está en unas condiciones aceptables. La segunda moneda forrada es una falsificación de un denario del reinado de Nerón (LM17PO-015209), realizado en Roma entre el 64-68 d.C. Se trata de una moneda que conserva muy pocos restos de la cobertura de plata, dejando a la vista una gran cantidad de cobre. En el anverso de esta pieza se representa a Nerón y en el reverso a la Salud sedente (Fig. 2).

Fig. 2. Denarios y denarios forrados estudiados.

De los 61 ases recuperados hasta el momento en el yacimiento, han podido ser identificados 42 de ellos, siendo los otros 19 indeterminados debido a su mal estado de conservación. Dentro de esta tipología de moneda, en el vertedero de “La Cuesta del Pozarrón” nos encontramos con unas cronologías amplias, que abarcan desde época republicana —as Jano bifronte— hasta época Flavia —as acuñado en tiempos de Domiciano—. Entre todos ellos, ya bien entrado el siglo I a.C., se ha documentado un as procedente de COLONIA VITRIX IULIA LEPIDA (LM17PO-015110), antigua ciudad de Kelse y futura ciudad de Celsa bajo el mandato de Octavio. La pieza se corresponde con un as en condiciones aceptables, ya que se pueden apreciar de una manera más o menos clara los detalles de la moneda. Se trata de un as acuñado durante la etapa de gobernador de Lépido en la Citerior entre el 48-36 a.C. En el anverso se representa una cabeza galadeada con casco a derechas, mientras que en el reverso se observa un toro en posición agresiva a derechas con los nombres de los duoviros en el campo. Por otro lado, en la ceca de Calagurris, se ha documentado otra contramarca LA, fechada en torno al 27 a.C.-14 d.C. (LM17PO-015119). En el averso aparece el busto desnudo de Augusto a derechas muy esquematizado y en el reverso se representa un toro con el nombre de los duoviros Q VRSO- C MAR CAP. Es en el reverso donde se estampa la marca LA, anteriormente mencionada.

Asimismo, se han documentado un total de siete ases acuñados durante el reinado de Tiberio, de las cuales cinco se corresponden con una cronología amplia, datadas entre el 14-37 d.C. Todas ellas están acuñadas en cecas de Hispania, como: Cascantum (LM17PO-015116) con la representación de un toro a derechas; Clunia (LM17PO-015162) con la representación de un toro a izquierdas; Bilbilis (LM17PO-015212) con el nombre de los duoviros y una corona de roble; Segobriga (LM17PO-015163) con la leyenda SEGO-BRIGA en dos líneas dentro de una corona de roble e Ilici (LM17PO-015167) y la representación de un ara votiva. Del reinado de Calígula se han documentado un total de cinco ejemplares, uno de los acuñados en Roma (LM17PO-015196) a nombre de Agripa con el busto del mismo con corona rostral en el anverso y con la representación de Neptuno con tridente y delfín en el reverso.

En época de Claudio el tipo más representativo es el de Libertad (LM17PO-015108; 015122; 015126; 015171 y 015198), acuñada entre el 41-42 d.C. en la que, al igual que los demás ases, en el anverso aparece el busto desnudo de Claudio a izquierdas, pero en el reverso se representa a la Libertad estante portando Pileus, con SC en el campo y alrededor LIBERTAS AUGUSTA. Del emperador Nerón solo se ha documentado hasta la fecha un ejemplar acuñado en la ciudad de Lugdunum en el 66 d.C. (LM17PO-015114). Se trata de un as que se encuentra en unas condiciones deficientes, aunque ha sido posible clasificar la pieza. En el anverso aparece el busto laureado del emperador a izquierdas y en el reverso se representa a la Victoria alada portando clípeo y en su interior SPQR con SC en el campo.

Más raro aún es el único as a nombre de Galba documentado hasta ahora en el vertedero. Se trata de una moneda acuñada en Tarraco entre el 8 de junio del 68 d.C. al 15 de enero del 69 d.C. (LM17PO-015219). Es un as en el que en el anverso aparece el busto laureado a derechas de Galba y en el reverso se representa a la Livia Drusila portando cetro en la mano izquierda y pátera en la mano derecha. Se trata de una pieza con variante, ya que es igual a la que se describe en “Roman Imperial Coinage” tipo 67, salvo que esta presenta la leyenda del reverso DIVA AUGUSTA en sentido contrario a la descrita.

De Roma es el as a nombre de Vespasiano. Se trata de una moneda fechada en el 74 d.C. en la que aparece el busto laureado del emperador a izquierdas, y en el reverso una alegoría de la equidad, con la Equidad estante sujetando centro con la mano izquierda y balanza en la mano derecha con SC en el campo y AEQUITAS AUGUST alrededor.

Del último miembro de la dinastía Flavia solo se ha documentado un as, acuñado en Roma y fechado entre el 81-96 d.C. (LM17PO-015218). Se trata de una restitución de Germánico, ya que en el anverso aparece el busto desnudo de Germánico y en el reverso se dispone SC en el centro del campo con IMP D CEAS DIVI VESP AVG REST alrededor (Fig. 3).

Fig. 3. Ases estudiados siguiendo un orden cronológico.

Por otro lado, de los semis hallados en el yacimiento han sido identificados 18 y, al igual que los ases, ofrecen una cronología amplia, desde el siglo II a.C. hasta tiempos de Tiberio. Fechada en el 13 a.C., la pieza LM17PO-015191 se corresponde con un semis en el que en el anverso aparece el busto laureado de Augusto a derechas, con la leyenda AUGUSTUS DIVI F, mientras que, en el reverso, en el centro del campo, aparecen una serie de elementos sacerdotales (Simpulum, Apex, Securis y Aspergillum) y alrededor de estos objetos litúrgicos C VAR RVF SEX IVL POL II VIR Q. También fechados en el 13 a.C. son los semis correspondientes a las piezas LM17PO-0151210 y LM17PO-015223, que son iguales. En el anverso aparece el busto desnudo de Augusto a derechas con la leyenda AUGUSTUS DIVI F y, en el reverso, en el interior de una corona REX PTOL y alrededor de la corona C LAETILIUS APALUS II V Q. Estos dos últimos semis de Carthago Nova muestran las estrechas relaciones comerciales que tenía Hispania con el norte de África, ya que en ella aparece el nombre de los duoviros quinquenales de carácter honorifico que en estos momentos eran los reyes mauritanos Juba II y Ptolomeo. Las piezas LM17PO-015111 y LM17PO-015213 son dos ejemplares iguales, donde en el anverso aparece una victoria en pie avanzado a derechas, portando corona y palma. Alrededor se disponen los nombres de los duoviros P BAEBIUS POLLIO II VIR QVIN, en el reverso aparecen dos insignias de carácter militar con la leyenda C AQUINUS MELA II VIR QVIN.

De época tiberiana solo se han documentado dos semis. En primer lugar, la pieza LM17PO-015225 es una moneda acuñada entre el 14-37 d.C. en la ceca de Carthago Nova, en la que en el anverso aparece un templo tetrástilo con la leyenda M POSTV ALBINVS II VIR QVINQ ITER y en el reverso se representa a una cuadriga avanzando a izquierdas con un vexilum y alrededor P TVRVLLIO V I N K II VIR QVINQ ITER. En segundo lugar, la pieza LM17PO-015178 es una acuñación de Ilici en la que en el anverso aparece el busto desnudo de Tiberio y en el reverso se representa un altar con SAL AVG en su interior.

Dos han sido los cuadrantes recuperados hasta el momento en “La Cuesta del Pozarrón” a lo largo de las campañas arqueologías. El primero de ellos (LM17PO-015156) se trata de una moneda hispana, acuñada en Colonia Patricia (actual Córdoba) alrededor del 12 a.C. En el anverso se representa a Augusto a izquierdas con busto desnudo y leyenda reducida, mientras que en el reverso se representan elementos sacerdotales (aspergillum, praefericulum, lituus y pátera). En segundo lugar, la pieza LM17PO-015124 se corresponde con una moneda acuñada en Roma durante el reinado de Claudio, concretamente en el 42 d.C. Es una moneda donde resalta un SC (Senatus Consulto) en el centro del campo, mientras que en el anverso se observa un modio de tres patas. Es una pieza con grandes concreciones y oxidaciones que han dificultado su lectura (Fig. 4).

Fig. 4. Semis y cuadrantes hallados en el vertedero meridional de Laminium.

Cecas

La ceca es el taller en el que se lleva a cabo la acuñación de numerario por parte de personal cualificado. Estas cecas pueden ser fijas o móviles, siendo las fijas las asentadas en una ciudad realizando acuñaciones siempre y cuando la utilización de numerario sea demandada. Las cecas móviles son talleres itinerantes, asociados al ejército, encargadas de fabricar y contramarcar el numerario conforme las tropas avanzan.

Durante las intervenciones arqueológicas realizadas en el yacimiento, se han podido identificar hasta un total de 15 cecas diferentes, tanto peninsulares como foráneas. Entre las primeras destacan las cecas del valle del Ebro, como son Calagurris, Cascantum, Caesaraugusta, Celsa, Tarraco, Bilbilis, Clunia, Tarraco, Castulo, Ilici, Carthago Nova o Iulia Traducta. Por otro lado, se han podido identificar dos cecas no situadas en Hispania, como Lugdunum (Actual Lyon) y la ceca de Roma (Fig. 5.)

Fig. 5.. Localización de las cecas identificadas en el numerario estudiado. Elaboración propia.

CONCLUSIONES

En definitiva, tras el estudio de la moneda de este yacimiento, la tipología más amplia es el as, con un total de 61 ejemplares, presentando seis de ellos modificaciones en su superficie a modo de contramarcas, donde predominan las letras compuestas LA y SB frente a los dos motivos animalísticos como la cabeza de águila o la representación del jabalí. El segundo tipo más numeroso son los semis, con un total de 22 ejemplares, seguido por los denarios con 12 piezas de las cuales tres son forradas, seguido de tres sestercios, para finalizar con dos dupondios y dos cuadrantes.

Respecto a la evolución del numerario, en el vertedero de “La Cuesta del Pozarrón” se han documentado más de un centenar de monedas de época antigua, que permiten observar de manera clara la evolución de las representaciones en las monedas, siendo las monedas del siglo II a.C. muy sobrias y esquemáticas, frente a las del siglo I a.C., en las que se observan rasgos indígenas con alfabeto latino o elementos indígenas como es el caso del toro en los reversos de algunos ases, mientras que en los anversos se representa el busto del emperador con elementos romanos. A partir del segundo cuarto del siglo I d.C. se aprecia una clara romanización en los ases, ya que en el anverso siguen apareciendo los bustos de los emperadores, pero en los reversos se representan dioses y personificaciones como Minerva, Neptuno, la Concordia o la Felicidad (Fig. 6).

Fig. 6. Gráfico en el que se recogen las representaciones documentadas en el numerario.

Durante el proceso de estudio de la moneda hallada en el vertedero de “La Cuesta del Pozarrón”, se han documentado tres ejemplares que atestiguan el uso de moneda fraudulenta durante el siglo I d.C. Se trata de tres denarios forrados, que al ser piezas acuñadas durante el siglo I d.C. no se corresponden con acuñaciones emitidas bajo el conocimiento de las autoridades como sí que ocurría en tiempos convulsos durante la República, por lo que estas piezas son monedas realizadas por falsarios sin autoridad emisora. Algo que, traducido a porcentajes, permite concluir que el 25% de los denarios recuperados durante las campañas arqueológicas en el vertedero meridional de Laminium son forrados.

En cuanto a la procedencia de las monedas halladas, han sido varias las cecas documentadas, destacando las cecas hispánicas, sudgálicas y de la propia ceca de Roma, por lo que se demuestra a través de la moneda la entidad que debía de tener Laminium durante el siglo I a.C. y el siglo I d.C., ya que el documentar moneda de cecas tan dispares señala un nivel comercial muy potente con todo lo que ello conlleva: rutas de comunicación eficientes, rutas comerciales en las que se transportan elementos cotidianos como cerámicas y alimentos, así como la transmisión de las ideas y la cultura. A modo de porcentajes, de las cecas exteriores a la Península Ibérica se corresponden con un 5,88% monedas procedentes del sur de la Galia, concretamente de la ciudad de Lugdunum, mientras que un 22,54% proceden de la propia ceca de la ciudad de Roma. Por otro lado, las monedas acuñadas en la Península Ibérica ascienden al 40,19%, siendo el resto (31,37%) acuñaciones de cecas indeterminadas debido a su mal estado de conservación (Fig. 7.)

Fig. 7. Porcentajes de cecas identificadas.

AGRADECIMIENTOS

He de agradecer a Oppida por la cesión y la facilitación de los materiales, a profesores, amigos, familia y a Laura Perona por todo el apoyo brindado. Además, a la revista Arqueología y Territorio por darme la oportunidad de publicar los resultados de mi trabajo fin de máster.

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* Universidad de Granada, Gerar251996@gmail.com ORCID: 0000-0001-9502-1223