ARQUEOLOGÍA DE LA GUERRA CIVIL EN LA PROVINCIA DE GRANADA. LAS POSICIONES DEL EJÉRCITO POPULAR DE LA REPÚBLICA EN EL CERRO DEL CALABOZO (HUÉTOR-SANTILLÁN, GRANADA)

ARCHAEOLOGY OF THE SPANISH CIVIL WAR IN GRANADA. THE MILITARY POSITION OF PEOPLE´S REPUBLICAN ARMY ON THE CERRO DEL CALABOZO SITE (HUÉTOR-SANTILLÁN, GRANADA)

José Javier CARREÑO SOLER *

Resumen

Los frentes de combate establecidos a lo largo de la provincia de Granada entre 1936 y 1939 sufrieron un profundo proceso de fortificación por ambos bandos. En torno a los objetivos más importantes como la capital, los accesos naturales cobraron una gran importancia en el campo atrincherado de ambos contendientes. En el siguiente artículo presentamos un ejemplo de las fortificaciones del ejército republicano en torno a la vía de acceso del Puerto de la Mora.

Palabras claves

Poliorcética, Guerra Civil, Arqueología Militar, Granada, Frente de Guadix

Abstract

The combat´s fronts stablished throughout the Granada province between 1936 and 1939 experimented a deep process of fortification by both contenders. The natural accesses around the more important objectives as the capital acquired a great importance in the two armies entrenched battlefield. In this paper we present an example of the republican army´s fortifications along the passage way of Puerto de la Mora.

Keywords

Poliorcetics, Spanish Civil War,, Military Archaeology, Granada, Guadix Front, Puerto de la Mora, Sierra de Huétor


1. INTRODUCCIÓN

La labor realizada sobre las posiciones que mostramos a continuación forma parte de un estudio más amplio del sistema defensivo establecido por el Ejército Popular de la República en el espacio geográfico del Puerto de la Mora. Este espacio, de gran valor estratégico para los contendientes, fue objetivo de una progresiva fortificación a lo largo de la guerra para controlar dicho paso.

El trabajo realizado sobre este tipo de estructuras militares creadas como consecuencia del choque armado producido en 1936 supone una aproximación arqueológica a un tipo de patrimonio que en los últimos años está cobrando la importancia que merece. La divulgación y puesta en valor de esta clase de enclaves supone, aunando las fuentes documentales y orales con los restos materiales, avanzar en el conocimiento de este conflicto.


2. CONTEXTO HISTÓRICO

Con el fracaso de los intentos republicanos de entrar en Granada y la ruptura del cerco sobre la capital por parte de las tropas del General Varela en Agosto de 1936 se ponía fin a las esperanzas de retomar el control de la capital. La llegada de los refuerzos rebeldes procedentes de Andalucía Occidental, principalmente tropas de regulares y legionarios, permitió a los golpistas consolidar su situación y tomar nuevas poblaciones que permitieron establecer un cinturón de seguridad en torno a la ciudad de la Alhambra. Por su parte, a pesar de que las milicias recuperaron algunas zonas en la que inicialmente triunfó la sublevación, el entusiasmo inicial pronto se tornaría en desánimo. Estos factores junto al desplazamiento del foco de interés de ambos bandos hacia otras zonas provocará que el frente granadino comenzara a estabilizarse (Fig. 1).

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Fig.1. Soldados en una posición del Sector de Granada (Diario AHORA 1936)


En septiembre el Estado Mayor republicano dispondrá la primera organización del Sector de Granada dividiéndolo en tres subsectores: Iznalloz, Guadix, y Vélez de Benaudalla (PÉREZ LÓPEZ 2015:79). Este sector quedaría bajo las órdenes del Coronel Salafranca Barrio quién tenía el control de las columnas de milicias procedentes de la región de Levante, junto con las de Granada y Almería. El Subsector de Guadix, el que nos ocupa pues englobaba el Puerto de la Mora, se encontraba dividido, para su mejor organización, a su vez, en tres sectores más pequeños denominados “flancos”. El flanco derecho sería el que aglutinara las posiciones que conformaban el campo atrincherado republicano en la Sierra de Huétor. Este durante las primeras fases de la guerra se encontraba guarnecido por las Milicias Voluntarias del Batallón Guadix, dos Compañías del Regimiento de Infantería Nº 34 y las Milicias Masegosa, cuyo mando recaía en el Comandante Avelino de la Iglesia.

A comienzos de octubre se darán las primeras medidas para suprimir las milicias voluntarias y encuadrarlas en batallones cuyo control recayó en las comandancias militares comarcales supeditadas a la Junta Nacional de Milicias (GIL BRACERO 1995:645). Esto supuso el primer paso hacia la militarización a la que le seguiría la constitución a finales de diciembre del mismo año del Ejército del Sur al mando del general Martínez Monje y que englobaría los teatros de operaciones de Extremadura y Andalucía (GIL BRACERO 1995:651). A pesar de estas medidas la situación secundaria a la que había quedado relegado el frente Andaluz hacía mella en la moral y abastecimiento de las tropas. Si el teatro andaluz carecía en gran parte de medios, el Sector de Granada vivía una dificultad constante dado que tras los fracasos de tomar la capital este había quedado en una situación estática.

Con la militarización de las fuerzas milicianas, las tropas que guarnecían el frente pasarían a engrosar nuevas brigadas mixtas como la número 78 comandada por el Teniente Coronel José González que se crearía sobre la base de las columnas milicianas Pancho Villa y Guadix (ENGEL MASOLIVER 1999:106). Otras como la 51 Brigada Mixta, que también se apostaría en esta parte del frente, serían creadas a raíz de la pérdida de Málaga (ENGEL MASOLIVER 1999:79). No obstante algunas de las designadas a otros sectores tendrán gran protagonismo en esta zona del frente como la 55 Brigada Mixta comandada por el Mayor de Milicias Antonio García o la 54 Brigada Mixta dirigida por el Comandante de Infantería Luis Molina Suárez (ENGEL MASOLIVER 1999:81).

El sistema defensivo que encontramos en esta zona geográfica se estructura en torno a una lógica, la defensa y control de la carretera de Murcia a Granada. Esta vía de comunicación en tanto que constituía un objetivo militar de primer orden, era fundamental para el Ejército Republicano. Por ello dispuso una serie de defensas en torno a la carretera que permitiesen un control efectivo de todo el recorrido a lo largo de la Sierra de Huétor. Aprovechando lo accidentado del terreno y que la carretera que lo atraviesa ese construyó siguiendo el paso de montaña que bordea grandes salientes rocosos, barrancos y elevaciones, el sistema defensivo se sustentó en estos accidentes para obtener un control visual excelente. El Ejército Republicano estableció todo el sistema defensivo del frente en torno a dos líneas, en oposición a la defensa más sofisticada que establecería el Ejército Franquista (BAENA HUERTAS, 2015). Estas líneas consistían en una primera línea o Línea A donde se encontraban las posiciones enfrentadas directamente al enemigo y por tanto mejor defendidas y una línea de retaguardia o Linea B que cerraban el sistema defensivo y tenían como objetivo ofrecer una última resistencia ante un avance enemigo. Entre estas dos líneas se situaban una serie de posiciones que no formaban una línea propia sino que constituían fortificaciones intermedias entre ambos ejes, agrupadas en centros de resistencia (AGMAV,C.664,9,3/18).


3. SITUACIÓN

El Puerto de la Mora se encuentra en el interior del Parque de la Sierra de Huétor situado al N-E de la ciudad de Granada. Se trata de una depresión intramontañosa que de Sureste a Noreste atraviesa el Parque y comunica la Depresión de Granada con el Altiplano. El largo paso se encuentra formado por dos realidades geográficas distintas: de una parte, el largo collado que desde el norte de la población de Huétor Santillán se extiende entre diversos accidentes geográficos elevándose hasta los 1390 m, donde se constituye propiamente el puerto y una segunda parte formada por la depresión causada en la cabecera del río Fardes hasta las proximidades de la población de Diezma (BUENO PORCEL 2005:95). Todo el recorrido se encuentra flanqueado por grandes elevaciones de formación kárstica que en los puntos más cercanos entre sí llegan a configurar un corredor de unos escasos treinta metros.

En julio de 1936 cuando se produzca la sublevación militar que provoque el estallido de la Guerra Civil, el paso era atravesado por la carretera de Murcia a Granada que desde su puesta en servicio unos años antes pasaría a conocerse coloquialmente como carretera de Murcia. La carretera discurría por el interior de la sierra con un trazado moderno e instalaciones secundarias de nueva obra lo que hizo que se convirtiera en una vía muy transitada ya que desde la ciudad de Granada comunicaba todas las poblaciones que bordeaba la carretera hasta Guadix. Esta importancia como comunicación directa entre ambas regiones hará que el control del Puerto de la Mora, a todos los efectos la llave que permite controlar la carretera, sea un objetivo primordial para ambos ejércitos. Para unos era la clave para entrar en Granada y su vega. Para otros era crucial para mantener a salvo la ciudad contra cualquier ataque que quisiera tomarla y poder en un futuro irrumpir en la parte oriental de la provincia y amenazar Murcia y Almería.

Las posiciones que son presentadas en este artículo se localizan en una de estas elevaciones desde las cuales se controla el trazado de la carretera. La ubicación de este macizo orientado de SE a NE y haciendo de divisoria entre el desarrollo del puerto y el descenso hacía el curso del río Fardes hacen de este enclave un obstáculo natural. Estas fortificaciones se sitúan en el macizo montañoso del Cerro del Alto del Calabozo (1654 m), conocido popularmente como Dientes de la Vieja debido al afloramiento de calizas y dolomías cuya disolución por la acción del agua ha creado profundas grietas que le dan un aspecto de perfiles puntiagudos, donde la vegetación es escasa con presencia de encinas en su parte baja y su parte superior poblada por espartos y abulagas. En esta elevación se encuentra el conocido como Lapiaz de la Mora catalogado en el Inventario Andaluz de Georrecursos.


4. LAS POSICIONES DEL CERRO DEL CALABOZO

Durante las labores de realización del proyecto de estudio del sistema de fortificaciones construido por el Ejército Republicano en torno a la antigua carretera de Murcia a Granada, pudimos constatar como este macizo suponía otro enclave dentro del campo atrincherado. En este punto encontramos dos posiciones localizadas en diferentes puntos de la ladera de la cordillera distanciadas entre sí (Fig. 2). Cada una de ellas posee unas particularidades y una morfología que responden al objetivo para el cual fueron establecidas. Dentro del organigrama defensivo establecido en el Frente de Granada, estas fortificaciones se encuentran inmersas en el denominado Centro de Resistencia nº VIII que en dicho sistema forman parte de los baluartes cercanos a la Línea B y por tanto constituirían las defensas inmediatas a la retaguardia de la zona de conflicto (AGMAV, C.664, Cp.9, 3/18).

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Fig.2. Ubicación general de las posiciones y su entorno


De estas dos posiciones solo hemos localizado documentos referentes a la situada en el extremo N-O, la cual se localiza más próxima al trazado de la vía e inmediatamente anterior a los desfiladeros que descienden hacia el curso del río Fardes. Posiblemente forme parte del primer conjunto de fortificaciones creadas por el Ejército Republicano al comienzo del conflicto para asegurar la toma de Granada utilizando el Puerto de la Mora como vía de penetración. Por ello sería ocupado por las milicias como base de partida de las columnas (Periódico El Sol. 20/08/36;2). Una vez constatado el fracaso de intentar entrar en la capital será de las primeras posiciones en consolidarse y ampliarse en Septiembre de 1936 (VIDAL, 2004:155).

Posición Dientes de la Vieja

Se encuentra localizada en el extremo NO del macizo a una altitud que oscila entre los 1400m y los 1460m de altitud. Su función es la de cubrir el trazado de la carretera de Murcia en el punto donde comienza el descenso hacia el curso del río Fardes y la conocida como Venta del Molinillo. La fortificación está conformada por dos conjuntos estructurales diferenciados entre sí. En primer lugar encontramos una línea de parapeto al cual se le adosan diversas casamatas y galerías de tirador orientadas hacía el OE que forman la defensa principal y que articula todo el conjunto. Adelantados a esta encontramos una serie de puestos situados a barbeta de la misma y cuyo cometido es cubrir los puntos ciegos que el accidentado relieve crea en la fortificación principal (Fig. 3).

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Fig.3. Distribución de la posición Dientes de la Vieja


De estos puestos avanzados el más notable de ellos es una casamata de planta cuadrangular realizada con mampostería en seco. Su función sería proteger una vaguada de acceso a la posición y batir con una ametralladora el cruce de la carretera de Murcia con el camino del Cortijo Nuevo. Se encuentra realizada sobre una superficie artificial elaborada mediante el relleno de una de las grietas naturales del terreno mediante un alzado de mampostería. Al interior del mismo se accede mediante un pasillo anterior que permite la circulación hacia otros puestos y hacia el interior del mismo por su parte posterior. Debido al avanzado estado de erosión la estructura ha perdido la techumbre. No obstante observando tipologías similares situadas en este frente es de pensar que se encontraría techado por una cubierta de rollizos de madera sobre la que se dispondrían planchas de uralita. Asociada a este nido de ametralladora se encuentra una estructura rectangular también construida en mampostería en seco de función desconocida (Fig. 4).

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Fig.4. Casamata situada sobre el trazado de la carretera


A unos 30m de esta casamata encontramos una galería de tiro de planta rectangular a la cual se accede tras un corto parapeto de 1m de altura y 30 cm de grosor. El conjunto ha sido realizado con mampostería en seco, recortando parte de la roca para hacer la planta y realizando un muro espaldero con la misma técnica. Al igual que la casamata anterior, probablemente se techaría con una cubierta de rollizos sobre la que se dispondría uralita o teja. A la misma cota que ésta se encuentra otra galería de tiro. Se trata de una galería de aproximadamente 30m de longitud, más amplia que la anterior, compartimentada en su interior por un muro que divide el espacio en dos. A la estructura se accede a través de un pequeño parapeto en esquina que protege parcialmente el acceso. El edificio se cierra por un potente relleno de rocas que hace la función de muro espaldero terminado en forma curva en la zona de acceso. El tipo de construcción es el mismo a los anteriores y su cobertura sería idéntica.

A escasa distancia encontramos otro edificio que por su planta podría tratarse seguramente de una casamata. Esta tiene unas características similares a la anterior, aunque su acceso no se produciría por la parte posterior, sino a través de una pequeña trinchera excavada parcialmente en la roca, situada en su lado derecho. Desde este puesto se obtiene un control visual de parte del recorrido de la carretera. Seguidamente a la misma altura y adaptándose a las curvas del nivel encontramos una pequeña trinchera parapetada de planta trapezoidal. El conjunto se cierra con otra estructura de planta rectangular orientada hacia el SO de función desconocida. Posiblemente esté relacionada con el control de la vaguada de La Rinconada situada a la derecha de la misma.

Toda esta serie de estructuras se encuentran diseminadas a lo largo del trazado principal de la posición. Responden a la necesidad de cubrir diversos puntos del terreno con la misma tipología constructiva, por lo que es probable que fuesen realizadas por un mismo Batallón de Obras y Fortificaciones.

En cuanto a la línea principal, esta se articula en torno a un parapeto de mampostería en seco con una distribución SE a NO y orientando su frente hacia el SO, menos una pequeña parte al comienzo de la misma que se orienta hacia el NO. Todo el recorrido de la obra aprovecha la ladera del terreno para ir ganando en altura adaptándose a su abrupta orografía. Los grandes afloramientos rocosos que encontramos a lo largo de su desarrollo han sido aprovechados por los ingenieros para usarlos como cierre del parapeto, continuando su trazado a una altura superior a la anterior. Este sistema de aprovechamiento hace que la construcción aparezca dividida en tres secciones, creando una fortificación que de forma escalonada asciende por la falda de la montaña aumentando así la visibilidad sobre el espacio que se extiende enfrente.

El parapeto se ha realizado con mampostería en seco a base de dos hiladas paralelas formadas con piedras irregulares de tamaño medio. Estas dos hileras se levantaron con un relleno interior de ripios más pequeños. Es de destacar que toda la obra carece de algún tipo de mortero como la cal y por este motivo, para dar solidez a la estructura, en algunos tramos alcanza 1,20 m de grosor. La altura de la construcción es generalmente de un metro, aunque tenemos que tener en cuenta que al ser una construcción sin ningún tipo de argamasa parte del alzado total se ha perdido. El parapeto tiene unas pequeñas troneras que se distribuyen de forma irregular y que permiten abrir fuego sin exponerse fuera (Fig.5). Generalmente estas se abren en zonas que permiten cubrir un gran espacio delante de la línea o controlar el trazado de la carretera. Hemos localizado a lo largo del desarrollo de la línea un total de cuatro troneras de un mayor número que se han perdido debido al derrumbamiento de partes del muro. Adosadas a este parapeto encontramos una serie de espacios que se engloban en dos tipologías de estructuras defensivas que son casamatas y galerías de tirador, las cuales siguen la misma orientación que la línea principal.

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Fig.5. Detalle de una de las troneras realizada en el parapeto principal


Las casamatas tienen planta cuadrangular y sirven para acoger un arma defensiva, generalmente una ametralladora. Solo encontramos cuatro nidos de ametralladoras a lo largo del parapeto. El primero de ellos se encuentra en un afloramiento rocoso sobre el cual se ha construido un alzado cuadrangular de 1,30 m (Fig. 6). La estructura se ha perdido casi en su totalidad solamente pudiendo interpretar su planta por el perímetro de la base donde se asienta y el muro de mampostería que cerraba el espacio. Se trataría de una casamata de 1,30 m de ancho por 2 m de largo abierta por la parte posterior por donde se adosa al parapeto, con espacio suficiente para un arma automática y sus dos servidores. Siguiendo el mismo modelo de los edificios anteriores está realizado con mampostería en seco y la cubierta estaría compuesta por una techumbre de rollizos cubierto por uralita o teja.

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Fig.6. Restos de la casamata


En la parte media de la línea de parapeto se encuentra una pequeña abertura que da acceso a un espacio que probablemente se tratase de este tipo de estructura. El gran deterioro de esta parte de la posición dificulta el que podamos afirmar que se trata de una casamata. Los motivos para considerarlo una construcción defensiva son su planta adelantada al parapeto y su orientación hacía la vía de comunicación. El siguiente puesto se sitúa en la misma dirección del recorrido del parapeto, pero aparentemente sin conexión física con ella. En este caso los zapadores aprovecharon otro saliente rocoso en la divisoria de una prolongación del terreno que divide el espacio en dos vaguadas. El nido de ametralladora tiene una planta cuadrangular de 2 m de largo por 2 m de ancho construido en mampostería en seco, con un acceso a su izquierda protegido por el parapeto exterior. Al igual que el resto de estructuras de este tipo tendría una cubierta similar.

Otra estructura que hemos interpretado como una casamata es la que se encuentra en el extremo de la vaguada de La Rinconada. Al igual que el resto, aprovecha el parapeto principal para crear una obra defensiva cerrando la parte posterior con un muro de mampostería en seco con el acceso en su parte derecha. Se trata de una edificación de 5 m de longitud por 2 m de ancho. Sin duda presenta las mismas características que las galerías de fusileros que hemos identificado en esta posición, pero posee una serie de elementos que nos hace decantarnos por su función de casamata. El parapeto que utiliza como frente tiene una apertura de 2´30 m de longitud orientada hacia el Sur. En un primer momento podríamos considerar que este espacio puede ser debido a un desprendimiento del muro en esta parte, pero este vacío se encuentra sobre una pared inclinada construida con piedras calizas irregulares que solo se encuentra en este punto del parapeto. Por tanto consideramos que se trata de una casamata destinada a alojar un arma defensiva.

El otro tipo de estructuras que encontramos son las galerías de tiro. La diferencia con respecto a la casamata es que estas no están pensadas para acoger un arma defensiva como una ametralladora, sino que es una sección del parapeto cerrado que cuenta con una cubierta y troneras que permiten abrir fuego desde el interior. La definición exacta de este tipo de obras es el de abrigo activo pues de esta forma se puede abrir fuego con un arma mientras se encuentra a cubierto. Estas galerías de planta alargada y estrecha están pensadas para varios defensores en paralelo haciendo uso de sus armas (Fig. 7). También constituyen un refugio contra las inclemencias del tiempo. Todas ellas poseen la misma orientación SE a NO que el parapeto al que se adosan, dirigiendo su frente hacía SO por donde discurre la carretera. Encontramos hasta un total de cuatro galerías adosadas a la línea de defensa. Todas tienen las mismas características materiales, aprovechando los ángulos del parapeto para crear estos espacios. La única diferencia observable entre estas obras es la forma de cerrar la estructura. Contaría también con una cubierta de rollizos y uralita que protegiese de las inclemencias del tiempo a los combatientes.

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Fig.7. Galería de tiro adosada al parapeto


La primera de este tipo de obras se encuentra en el extremo NO del parapeto, cubriendo un espacio entre las fortificaciones avanzadas que vigilan parte del trazado de la carretera. Este galería es del tipo más sencillo que documentamos en estas posición, estando compuesta por un único muro de 3 m realizado en mampostería en seco paralelo a la línea principal, que al no estar apoyado al muro principal crea dos accesos a izquierda y derecha. Esta misma tipología de construcción la encontramos en otra galería compuesta por un muro de mampostería en seco con las mismas características que el anterior.

La siguiente forma la encontramos situada en la parte media de la posición en un plano superior a otra galería de las que forman parte de las fortificaciones avanzadas. En este caso se aprovecha una ligera curva del paramento exterior para construir un muro de mampostería en seco en forma de L de aproximadamente unos 6 m de largo, con el brazo más corto ligeramente curvado. La estructura al no trabarse el muro trasero con el parapeto se crea dos accesos al espacio interior, uno en su parte izquierda y el otro en el ángulo superior derecho del puesto. Por último hemos documentado otra tipología de galería construida en la forma anterior con un muro trasero en L, el cual en este caso si se encuentra adosado a la línea principal creando de este modo un espacio cerrado con un único acceso abierto en la parte superior izquierda

La línea de parapeto finaliza en una estructura cuadrangular a la cual se accede por su parte izquierda aprovechando un recodo de la línea de frente. El edificio está construido por un muro de mampostería en seco que es la continuación del parapeto y otro muro trasero realizado con la misma técnica. El espacio interior se encuentra dividido en dos estancias por un muro pequeño, habiéndose perdido casi la totalidad de la segunda sala. Observando la forma de la estructura y su disposición sobre un extremo de la vaguada de La Rinconada, interpretamos que se trata de otra galería de fusileros del mismo modelo constructivo que el documentado en las fortificaciones que se sitúan a barbeta de la posición principal.

Posición derecha del alto del calabozo

Se encuentra en la ladera Sur del Alto del Calabozo dominando visualmente toda la vaguada de La Rinconada. Su objetivo sería además de controlar el acceso por esta zona, evitar una incursión a través de ella que tomase por la retaguardia las posiciones de la Majada del Cabo desde donde se controla el Hoyo de Orón, el Cortijo del Pozuelo y el Barranco de los Carbonales. A pesar de esto no es una posición con un alto grado de fortificación contando con un escaso número de estructuras. Esto se puede deber a su alejamiento de la vía de comunicación principal que es la que articula todo este sistema defensivo (Fig. 8).

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Fig.8. Plano de la posición Derecha del Alto del Calabozo


No hemos localizado información referente a esta posición en la diferente documentación que hemos manejado para realizar este proyecto, por tanto carecemos de fechas exactas sobre su construcción. Probablemente se realizaría una vez consolidado el sector cuando la situación del Frente de Granada pasa a una fase estática. Esto lo deducimos del lugar donde se encuentra puesto que las primeras fortificaciones se dispusieron inmediatamente sobre la carretera de Murcia a Granada para proceder a su control. En cambio esta se construye como parte de un sistema de control del terreno más amplio ya que está relacionada con la defensa de otras posiciones inmediatas.

La posición consiste en una línea de parapeto construido en mampostería en seco que tiene un recorrido SE a NO. La defensa tiene 1m de grosor y uno 60 cm de alzado ofreciendo una protección hasta la cintura. El resto del frontal estaría realizado con sacos terreros y contaría posiblemente con espacios para troneras. El muro tiene un plano sinuoso adaptándose al perfil del terreno, pero realizando un trazado en algunos puntos demasiado recto, algo del todo desaconsejado en los manuales de fortificación (Fig. 9). Los afloramientos rocosos que encontramos a lo largo de su desarrollo han sido aprovechados en algunos casos como cierre del parapeto, continuando su trazado una vez superado este obstáculo. Encontramos también un vano abierto de forma intencionada en el muro que permite la comunicación con el espacio batido por la posición.

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Fig.9. Vista general de la división interior de la posición


De las escasas estructuras que hemos podido documentar en esta posición, creemos que solamente una de ellas puede estar pensada para albergar un arma defensiva. Se trata de un pequeño puesto de ametralladora que se encuentra orientada hacia el NO. Una casamata de planta cuadrangular construida parcialmente con mampostería en seco y utilizando los afloramientos de roca para cerrar parte de la estructura. Separada del resto de la posición, se encuentra un poco adelantada del parapeto y cubre parte de las estribaciones del Alto del Calabozo y de la depresión de La Rinconada.

Adosada a la línea de defensa encontramos una estructura de planta rectangular realizada por un muro de mampostería en forma de L que se traba con el parapeto. Ha sido construida sobre una plataforma de casi 2 m de alzado construida en dos alturas con el mismo tipo de técnica. El acceso al edifico se realiza por su parte derecha quedando cubierto por el parapeto. Su función no está del todo clara pudiéndose tratar tanto de un puesto como de una galería de fusileros. Posiblemente atendiendo a su orientación hacia el SO y al no encontrar ningún elemento significativo en su obra, quizás se trate de un puesto destinado a algún tipo de servicio para la tropa.

El elemento más llamativo de esta posición es sin duda este observatorio que se encuentra en la misma localización pero situado aproximadamente 8 m por encima de la línea principal. Se trata de una estructura que aparenta tener una planta cuadrangular y se encuentra adosada a una pared de roca que ha sido convenientemente cortada a mano donde todavía son apreciables las marcas del cincel (Fig.10). El resto del edificio se ha realizado con mampostería en seco configurando una pequeña estancia de 2 m de largo por 1,20 m de ancho aproximadamente. Lo interesante de esta estructura es la forma de acceder a la misma. Puesto que es necesario ascender parte de la ladera para llegar al observatorio, el centinela debería recorrer el escaso trayecto entre el parapeto y este puesto en campo abierto. Para evitar exponer a los centinelas que se dirigieran al puesto se construyó un parapeto de 30 m de longitud perpendicular a la línea de defensa principal. Desde un punto de vista defensivo esta es una práctica errónea, no solo por el hecho de constituir un trazado fácilmente batible por la aviación, sino que además se está haciendo una compartimentación innecesaria del terreno. Asimismo hay que considerar que a pesar de que el objetivo de esta estructura sería el proporcionar un ocultamiento del combatiente que se tiene que mover por la posición, el emplazamiento enemigo más cercano se encuentra a 4,5 km de distancia y fuera de todo contacto visual.

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Fig.10. Interior del observatorio de la posición


5. CONCLUSION

Vistas en profundidad estas posiciones se obtiene un claro mensaje sobre la situación del Ejército Republicano en el Sector de Guadix y en general en el Frente de Granada, donde las fuerzas republicanas sufrían una acusada carencia de medios. Este desaprovisionamiento se observa en la propia construcción de las fortificaciones. Todas las obras han sido realizadas utilizando la roca del mismo paraje donde se encuentran, mediante la técnica de mampostería en seco. En contra de lo expuesto en informes sobre las disposiciones para la construcción de las defensas en este mismo frente, donde se indica que las casamatas deben ser construidas con hormigón, no hemos localizado ninguna estructura realizada con dicho material en toda la zona. No encontramos materiales propiamente industriales en la elaboración de las estructuras militares, a excepción del extendido uso de la uralita para techar los espacios. La mayoría de los elementos constructivos son tradicionales de la zona como la típica teja alpujarreña o la madera obtenida de la propia vegetación del parque.

Por tanto lo que observamos son unas posiciones construidas de forma precaria cuya debilidad se intenta solventar mediante la construcción de paramentos de mayor grosor y altura. En muchos casos lo accidentado del paraje obligó a los zapadores a realizar buena parte de las obras en positivo. Así el elemento que más encontramos en estas fortificaciones es el parapeto. En ocasiones para poder crear zonas de paso bien resguardadas, estas defensas han sido habilitadas mediante el recorte de la propia roca para poder crear así zonas de paso de suficiente tamaño que no estorbasen la circulación dentro de la posición.

Resulta curioso ver la presencia de casamatas en ambas posiciones a pesar de que los partes oficiales del sector nos hablan de la insuficiencia de armas automáticas para cubrir toda el área. Esto nos lleva a pensar que las existentes se ocuparían en cubrir las partes más sensibles del frente. Si atendemos a lo referido en los informes gran parte de estas estructuras, a pesar de ser realizadas para acoger ametralladoras, serían reutilizadas como puestos de vigilancia o de tiro.

Otro aspecto reseñable es la escasez de refugios o albergues para las tropas que hemos observado en ambas posiciones. Destaca ese hecho, a pesar de encontrarnos en unas posiciones que se encuentran a una altura superior a los 1300 m. Esto se puede deber a dos motivos, el primero de ellos es que gran parte de estas posiciones se encuentran cercanas a cortijos ya existentes antes del conflicto y estos serían utilizados como albergues. Aunque los informes militares hablan del escaso número de viviendas que podían ser militarizados para alojar a las tropas, la realidad es que sí existen suficiente de estos como para poder ser ocupados por pequeños contingentes. Pero no podemos olvidar al respecto que muchos de estos serían desmantelados durante el conflicto para aprovechar sus materiales, especialmente las tejas, para la construcción de las fortificaciones. Por este motivo muchos de ellos quedarían en desuso. El otro motivo, y el más plausible, es que no todas las posiciones se mantuvieran ocupadas al mismo tiempo. Es decir, solo aquellas que se encuentran en la propia línea de frente o que se encuentran más cercanas a esta estarían atendidas por guarniciones. Así vemos como en los informes republicanos sobre el establecimiento del sistema defensivo se hace hincapié en que a pesar del escaso número de efectivos en el sector, las posiciones de primera línea debían estar siempre guarnecidas con al menos 20 hombres (AGMAV C.660,Cp.9,1/23). Por ello es posible que las fortificaciones del Cerro del Calabozo se convirtieran en posiciones de resistencia en caso de una penetración enemiga en el sector. Es llamativa en estas dos fortificaciones la ausencia de restos de desecho como latas y demás materiales fruto de un uso reiterado del espacio. La explicación más lógica a este fenómeno es que pasados los primeros meses de la guerra y la creación de puestos más avanzados a la línea de frente, estas no fuesen abandonadas pero desde luego no ocupadas de forma reiterada.

A modo de conclusión queremos poner el foco sobre la importancia patrimonial que tienen estos restos. Hoy día, debido al auge urbanístico y escaso interés que tradicionalmente han suscitado estos vestigios, la gran mayoría de las posiciones generadas durante la Guerra Civil Española corren un serio peligro de desaparecer. La destrucción de un gran número de estos ha hecho mella en gran parte de dichos complejos provocando que solo hayan llegado hasta nosotros restos parciales. Afortunadamente en el Puerto de la Mora no es así. A pesar de las afecciones que ya han sufrido parte de estas estructuras, su ubicación dentro de un Parque Natural ha beneficiado su conservación hasta la actualidad. No obstante como hemos mencionado los materiales empleados en su construcción y el auge de la vegetación los perjudica, llegando el caso de que en pocos años algunas de las más vulnerables podrían desaparecer.

Se precisaría de una primera inscripción de estas posiciones en el Inventario de Bienes Inmuebles de la Junta de Andalucía según contempla la Ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad Autónoma. Su clara vinculación en torno a la vía de comunicación y su inmersión en un paraje natural único que crea unas condiciones paisajísticas espectaculares, las convierte en gran recurso para un turismo activo marcado por los deportes de aventura como el senderismo. Su puesta en valor pasaría por una mínima consolidación y limpieza de las obras defensivas, con la instalación de una cartelería adecuada y el trazado de unas rutas o itinerarios culturales. Esta se sumaría a la ya realizada con otros enclaves de la Guerra Civil en el mismo Parque Natural de la Sierra de Huétor.


6. AGRADECIMIENTOS

No podía acabar este artículo sin agradecer el estimable apoyo de los tutores del proyecto del cual nace este trabajo, los Dr. Gonzalo Aranda Jiménez y Dr. Sergio Fernández Martín. Es necesario además una mención especial a Fidel Baena Huertas quién ha sido mi Cicerone a lo largo del Frente de Granada por su ayuda e información, así como los fantásticos compañeros del Máster de Arqueología de 2015-2016, Ana, Sergio, Samuel, Justo, Alfredo y tantos otros que se han preocupado por el desarrollo del trabajo y sobretodo aquellos que me han ofrecido desinteresadamente su tiempo. Por último una dedicación a mi compañero y amigo Jorge Rouco Collazo por soportar junto a mí los rigores de este estudio.


7. BIBLIOGRAFÍA

BAENA HUERTAS, F. (2015): El Cuartel de José Antonio, una singular arquitectura de campaña (Alfacar-Granada), LA LINDE Nº 4,2015.

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* Universidad de Granada jjcarresoler@gmail.com