LAS PLACAS CERÁMICAS DECORADAS DE LA ANTIGÜEDAD TARDÍA: UN ANÁLISIS MORFOLÓGICO E ICONOGRÁFICO DE LOS MATERIALES ENCONTRADOS EN LA ACTUAL ANDALUCÍA

THE CERAMIC PLAQUES DECORATED IN LATE ANTIQUITY: A MORPHOLOGICAL AND ICONOGRAPHIC ANALYSIS OF THE MATERIALS FOUND IN THE CURRENT ANDALUSIA

* Departamento de Prehistoria y Arqueología, Universidad de Granada. haruizgon@gmail.com

Hacomar RUIZ GONZÁLEZ*

Resumen

En el presente artículo se presentan los resultados de los análisis morfológicos e iconográficos realizados a las placas cerámicas decoradas, también conocidos en la historiografía como ladrillos decorados, de la antigüedad tardía encontrados en la actual Andalucía. El objetivo no es otro que tratar de profundizar en el estudio de estos materiales en cuanto a su posible funcionalidad, origen o cronología, aspectos que hasta el momento no han sido objeto de un estudio pormenorizado.

Palabras clave

Placas decoradas, ladrillos decorados, cristianismo, arquitectura, Antigüedad Tardía, Andalucía.

Abstract

In this paper we presented the results of the morphological and iconographic analysis of decorated ceramic plaques. The purpose is to try to carry out a study of these materials, concerning their possible functions, origins or chronologies, aspects that until this day haven’t been object of detailed research.

Key words

Decorated plaques, decorated bricks, christianism, architecture, Late Antiquity, Andalusia.


INTRODUCCIÓN

Las placas decoradas o ladrillos paleocristianos son una serie de placas cerámicas con relieves hechos a molde cuyo origen es arquitectónico, tratándose de uno de los materiales más singulares y característicos de la antigüedad tardía en el sur de la Península Ibérica.

Dado que la mayoría de estas piezas son fruto de hallazgos casuales y descontextualizados arqueológicamente, se carece de un estudio global referido a la interpretación de estos materiales en cuanto a su funcionalidad, origen o cronología. Es por ello que en el presente artículo se persigue intentar responder a estas cuestiones, o al menos plantear nuevas líneas de investigación para este tipo de piezas.

Para ello se ha realizado un análisis tanto morfológico como iconográfico de las piezas, con el fin de intentar dar respuesta tanto a la contextualización de las mismas dentro de las estructuras arquitectónicas a las que se adscriben, como a otras cuestiones relacionadas con la funcionalidad o dispersión geográfica de las mismas.


ESTUDIO DE MATERIALES

El estudio de las placas decoradas tiene sus orígenes en el siglo XIX, si bien el conocimiento de las mismas deriva de los siglos XVI y XVII (DE AVELLANEDA 2011: 523). Este tipo de piezas despertó el interés de numerosas personas cultas de la época que en sus trabajos comenzaron a hacer referencias a los descubrimientos de estos materiales en el territorio andaluz. Destacan algunos como José Oliver y Hurtado, que en 1866 hace referencia al descubrimiento de dos placas en Puente Genil y Osuna (CASTELO RUANO 1996: 468). También son importantes los trabajos de Emil Hübner o Juan de Dios de la Rada y Delgado, siendo este último el que recoge el descubrimiento de tres de estas piezas en Córdoba y las dota de una cronología entre finales del siglo V e inicios del siglo VI (DE AVELLANEDA 2011: 523). A estos primeros trabajos deben unirse los de Luis Siret (1908), Fidel Fita (1908), Manuel Rodríguez de Berlanga (1909) o Enrique Romero de Torres (1911).

Sin embargo, la mayoría de estos estudios se centraron casi exclusivamente en documentar las placas decoradas, sin entrar en un análisis exhaustivo de los materiales. El primer trabajo que centra su estudio en este tipo de placas es el de Luciano Fariña Couto, titulado “Notas sobre motivos ornamentales visigóticos: el ladrillo con relieve”, en el cual presenta una primera división grupal de estas piezas según los temas ornamentales (FARIÑA COUTO 1939: 206-209). A este trabajo seguirán otros como los publicados por Helmut Schlunk, donde incidirá en el posible origen africano de las placas decoradas o de los motivos ornamentales que aparecían en estas (SCHLUNK 1947: 235). También Pedro de Palol, entre otros, hará mención a estos materiales, de los cuales dirá que formaban parte de conjuntos monumentales a modo de ornamentos, y cuya cronología estaría entre los inicios del cristianismo y el fin de la época visigoda (DE PALOL 1966: 256).

Durante las décadas de los 80, aparecerán los trabajos de Marco Pous, titulado “Los ladrillos cordobeses con la formula cristiana antigua “Salvo Avsentio” (1981) y Carmen Martín Gómez con “Placas decoradas de época paleocristiana y visigoda, con inscripción, del Museo Arqueológico de Sevilla” (1982), que documentan y catalogan gran parte de estos materiales y recopilan los planteamientos anteriores.

Mención importante merecen los trabajos de María Luisa Loza Azuaga publicados en la década de los 90, en los cuales no solo catalogará los materiales correspondientes al Museo de Málaga y al territorio malacitano, sino en los que plantea la existencia de producciones hispanas, que parecen coetáneas o anteriores a los ejemplares norteafricanos, siendo los motivos decorativos vegetales una evolución de elementos de la tradición clásica (LOZA AZUAGA 1995: 584).

En los últimos años han aparecido diversos trabajos que presentan catálogos de las placas decoradas albergadas en museos o colecciones privadas, acompañando a estos un estado de la investigación acerca de dichos materiales. Estas publicaciones han sido claves a la hora de realizar nuestro trabajo de investigación, y por ello merecen ser citados en el presente artículo. Destacar el trabajo de Julio M. Román Punzón y José I. Ruiz Cecilia, en el que nos presentan las placas conservadas en el Museo Arqueológico de Osuna (Sevilla) hasta ese momento inéditas (ROMÁN y RUIZ, 2007: 127-139). También el trabajo de Carlos Gómez de Avellaneda Sabio, publicado en 2011 y en el cual realiza una síntesis interesante tanto del estudio de estos materiales como de la problemática que los mismos despiertan en cuanto a funcionalidad, cronología y procedencia (DE AVELLANEDA, 2011: 522-536).


HIPÓTESIS RELACIONADAS CON LA FUNCIONALIDAD

En lo que se refiere a la funcionalidad que se han atribuido a estos materiales, cabe destacar dos tipos de usos:

1. Como ladrillos sepulcrales o para el revestimiento de tumbas.

Planteado inicialmente por Juan de Dios de la Rada en 1876 (CASTELO RUANO 1996: 470) y recogido posteriormente por Luis Siret, al mencionar que estas piezas se encontraban en sepulturas visigodas (SIRET 1908: 62). También merecen especial mención los trabajos de Helmut Schlunk o de Carmen Martín, que inciden en el uso de estas piezas como labor de albañilería de las tumbas y en la posibilidad de que podamos estar ante exvotos (SCHLUNK 1947:235; MARTÍN GOMEZ 1982: 41).

2. Revestimiento y uso ornamental en paredes y techos.

Son numerosos los autores que han incidido en este posible uso. Uno de los primeros fue Enrique Romero de Torres, el cual lo planteaba en 1919, a pesar de ser consciente de la dificultad de poder establecer una funcionalidad concreta a estos materiales (ROMERO TORRES 1919: 1939-1940).

Otros autores como Luciano Fariña o Santos Gener plantean la hipótesis de que se esté ante piezas con una función ornamental, distinguiendo dos tipos, uno dedicado a decorar las paredes y otro destinado a la techumbre (FARIÑA COUTO 1939: 209-210; CASTELO RUANO 1996: 477). No obstante en ninguno de los dos casos argumentan o explican en profundidad estos planteamientos.


ANÁLISIS MORFOLÓGICO

Partiendo de estas hipótesis, y teniendo en cuenta el desconocimiento arquitectónico tardoantiguo, se planteó un estudio morfológico de las piezas con el fin de atestiguar su posible funcionalidad. Para ello se partió de dos planos de observación diferentes, siendo, por un lado, en qué parte de la placa se encuentra la decoración, y por el otro, cuáles son las dimensiones de las placas entre sí.

Con ello se buscaba apreciar qué zonas de la pieza en sí están exentas de decoración y, por consiguiente, eran susceptibles de estar destinadas a servir de áreas para la sujeción de la pieza en la estructura arquitectónicas. También el estudio de las dimensiones, unido al de las proporciones existentes entre altura y ancho, podría ayudar a plantear a qué lugares podrían estar adscritos estos materiales.

En lo referente a zonas exentas de decoración, aparece en las piezas estudiadas un predominio evidente de las placas donde los laterales superior/inferior o derecho/izquierdo están carentes de decoración, como se puede apreciar en la placa decorada representada en la imagen (Lam. 1).

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Lám. 1. Placa decorada A/CE02628 del Museo Arqueológico de Córdoba

 

El estudio estadístico muestra el predominio de este tipo de piezas, siendo las mismas un 80,7% del total. Si a esto sumáramos aquellas piezas con todos los laterales exentos de motivos decorativos, se estaría hablando de un número de placas superior al 90%.

Esto invita a pensar en la hipótesis de que este tipo de materiales podrían estar destinados a servir en el revestimiento de techos, dado que las áreas exentas de decoración (algunas con rehundimientos) estarían dedicadas para ser colocadas sobre las vigas del techo y sustentar la pieza, dejando los motivos decorativos visibles, como puede apreciarse en la reconstrucción en 3-D (Lam. 2).

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Lám. 2. Reconstrucción en 3-D.

 

El tamaño de las piezas también se convierte en un punto de estudio importante, dado que parece relevante observar, no solo las dimensiones totales de las piezas, sino también las proporciones existentes entre la altura y anchura de las mismas, lo que podría ayudar a plantear a qué lugares podrían estar adscritos.

Por ello, se agruparon las piezas estudiadas en 13 grupos relacionados con las dimensiones de las placas y en 4 según la proporción existente entre el alto y largo de cada una de estas. Los resultados estadísticos mostraron una gran variabilidad en lo referente a las dimensiones de las piezas, destacando aquellas con unas dimensiones cercanas a 35x25x5cm, conformando estas el 27,7% del total. Esta gran diversidad no permite apreciar un patrón definido, al menos en la elaboración o uso de estos materiales, lo que obliga a la creación de una tabla teniendo en cuenta en este caso el patrón de la proporción de las dimensiones, tanto del alto como del largo.

Los resultados en este caso parecen mostrar un predominio de aquellos materiales que conforman el grupo con una variable similar, superior a 5/7 e inferior a 7/5, siendo estas el 71,2% del total de las placas estudiadas.

Balance del estudio

Las dificultades intrínsecas relacionadas con este tipo de piezas actualmente es la imposibilidad de atestiguar la funcionalidad de dichos materiales, ya sea tanto por la ausencia de las piezas en contexto arqueológicos reconocibles como por la carencia de ejemplos arquitectónicos de este periodo que permitan adscribir dichos materiales tanto a un tipo de estructuras arquitectónica determinada como a un espacio dentro de la misma.

Los estudios morfológicos y estadísticos realizados nos permiten hablar de una funcionalidad múltiple para este tipo de materiales, dada la gran diversidad existente, sin embargo, la hipótesis principal sería que dentro de dicho aprovechamiento predominaría el uso de estos materiales como placas de techo.

Esta hipótesis, defendida por otros investigadores anteriormente, parece sostenerse en los análisis morfológicos realizados, siendo las zonas exentas de decoración usadas como elementos sustentantes de la pieza y las dimensiones propicias para que estas placas decoradas estuvieran insertas entre las vigas que formarían la estructura del techo.


ESTUDIO ICONOGRÁFICO

A la hora de plantear el estudio de una serie de materiales que carecen de un contexto arqueológico, el trabajo iconográfico es fundamental, atendiendo en todo momento de que los estudios relacionados con la historia del arte están siendo fruto de replanteamientos importante. En los últimos años las tesis y propuestas ligadas con el arte visigodo se han ido adaptando en favor de una tendencia que cuestiona la adscripción de determinados materiales escultóricos y arquitectónicos de época visigoda, y que retrasan la misma a la etapa mozárabe (BARROSO y MORÍN DE PABLOS 2001: 279; CABALLERO 2011: 210).

Las posibilidades del estudio iconográfico son diversas. En primer lugar se puede realizar una comparativa iconográfica con otros materiales, lo que permite la ocasión de establecer relaciones de tipo cronológico o en concordancia con los espacios dentro de la estructura arquitectónica a la que estos materiales estarían adscritos. No hay que obviar que unida a la decoración hay un lenguaje iconográfico que es clave para la liturgia, y por tanto, destinado a un espacio concreto dentro del templo.

Por estos motivos, y como paso previo al desarrollo de las comparativas con otros materiales, fue necesario agrupar las placas decoradas en unas 5 categorías, correspondiendo, la número 1, a las composiciones con crismones, las 2 y 3, para composiciones faunísticas y con motivos vegetales, la número 4, para las placas donde destacan los motivos geométricos y la 5, para las piezas donde aparecen cráteras representadas. Estas categorías se subdividen, a su vez, en otra serie de grupos donde se representan las diferentes variantes que puedan existir dentro de las piezas que componen dichas categorías (la variedad de estos grupos se representa en la Fig. 2).

Por consiguiente, tras plantear los grupos decorativos, se establecieron comparativas con otros materiales arquitectónicos como capiteles, canceles o ventanas geminadas, en la convicción de que al tratar en ambas situaciones de elementos arquitectónicos podían arrojar información acerca del espacio arquitectónico al que las placas decoradas podían estar adscritas. También se incluyeron en el análisis otras piezas, como la toréutica y las lucernas, cuyo estudio comparativo estaba en estrecha relación con la posibilidad de identificar posibles influencias visigodas en las placas decoradas y dotar a su vez a las mismas de una cronología más precisa.

No obstante, tras llevar a cabo el análisis de tipo iconográfico y la comparativa con otros materiales, dentro de la honestidad científica se debe reconocer que los resultados no fueron los esperados. Es cierto que se aprecian algunas similitudes en las composiciones decorativas, especialmente en lo que se refiere a los canceles. Un ejemplo de esto sería la comparativa entre los canceles nº CE011424, nº CE012635, nº CE012725 y nº CE012750, albergados en el Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba y publicados en la tesis de Jerónimo Sánchez Velasco (SANCHEZ VELASCO 2012: 163-170), cuyo entramado de motivos geométricos estaba caracterizado por flores de cuatro pétalos, y que se asemejarían a uno de los grupos decorativos en los que se han dividido las placas decoradas (Lám. 3).

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Lám. 3. Comparativa entre la placa decorada SN7 del Museo Arqueológico de Sevilla y el cancel CE012635 del Museo Arqueológico de Córdoba.

 

A pesar de que los resultados presentados no fueran significativos, no creemos que esto niegue las posibilidades futuras que el estudio iconográfico puede aportar, dado que es posible ampliar este análisis a otros materiales que parecen ser propicios a la hora establecer comparativas. Un aspecto interesante podría ser la posibilidad de ampliar dicho estudio a otros elementos arquitectónicos o a la musivaria tardoantigua, también importante en lo referente a la relación existente entre la iconografía y la delimitación del espacio litúrgico.


ANÁLISIS TERRITORIAL

A pesar de tratarse de materiales descontextualizados arqueológicamente, es interesante establecer un análisis territorial según el lugar en el que estos materiales fueron encontrados. Se plantearon dos tipos de análisis, uno en relación a la dispersión de materiales según su número y otro relacionado con la posible relación existente entre la composición decorativa y el área geográfica en la que estos materiales fueron descubiertos.

Este estudio ha permitido establecer dos hipótesis interesantes a tenor de los resultados obtenidos. En primer lugar, se aprecia una concentración de piezas en el entorno de dos áreas importantes, como son Sevilla y la costa del entorno de Málaga, como se puede apreciar en el mapa (Fig. 1), y que podrían estar ligadas con zonas de producción. Los resultados de este análisis muestran no solo una concentración de materiales en el área de Sevilla, sino una dispersión de estas placas decoradas a los alrededores y en enclaves con una relación directa con vías de comunicación, como eran el Guadalquivir y el viario romano que unías Gades con Hispalis.

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Fig. 1. Distribución de las placas decoradas según la densidad de materiales.

 

En segundo lugar, el análisis territorial ligado a los motivos decorativos, ha permitido apoyar la hipótesis de la existencia de dos áreas productivas. Esta idea se sostiene principalmente en la concentración en estas zonas de materiales que conforman un grupo decorativo concreto o cuya composición iconografía se asemeja (Fig. 2). Por consiguiente, permite plantear la hipótesis de que se está ante dos áreas de producción o de tradición diferentes, con composiciones propias de cada área geográfica y vinculadas estrechamente con las influencias y contactos con otras regiones existentes en las áreas citadas.

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Fig. 2. Distribución según los grupos decorativos.

 

No debe obviarse que estamos en un marco cronológico y territorial importante, en la cual se enmarcan los contactos con la presencia de los bizantinos y visigodos en el sur peninsular. La existencia de un área productiva en Sevilla, cuya zona de influencia se extendería a lo largo del Guadalquivir, podría estar ligada con una producción autóctona y con la influencia visigoda, mientras, en la zona de la costa malagueña, donde los hallazgos arqueológicos han mostrado la presencia bizantina, aparecería un área productiva no solo ligada con esta presencia, sino con las influencias del Norte de África dada la importancia portuaria de la ciudad de Málaga.


BALANCE FINAL

El análisis de las placas decoradas ha aportado una serie de resultados interesantes, desde el punto de vista morfológico, decorativo y territorial. En primer lugar, los estudios estadísticos realizados a las placas decoradas, y a tenor de las hipótesis acerca de la funcionalidad propuestas por otros autores, nos han permitido plantear la idea de que se está ante materiales con una funcionalidad múltiple, pero en donde primarían aquellas piezas cuyo uso principal sería como placas de techo. No obstante, se es consciente en todo momento que esta hipótesis difícilmente podrá ser fruto de comprobación hasta que el conocimiento sobre la arquitectura tardoantigua avance.

Es conveniente también señalar que el análisis iconográfico y simbólico no dio los resultados esperados. Es cierto que se debe destacar que han aparecido algunas relaciones interesantes entre placas decoradas y otros elementos arquitectónicos como arcos, cimacios o canceles, pero que dicha relación no ha sido fruto de un análisis exhaustivo por falta de tiempo.

No debe obviarse que la iconografía es fundamental a la hora de analizar este tipo de materiales, especialmente en lo referente a los planteamientos ligados con la simbología. Esta juega un papel clave en la liturgia, y por tanto, dichas piezas tendrían una funcionalidad clave en la delimitación de espacios dentro del templo.

En cuanto al análisis territorial de las placas decoradas, la hipótesis que se ha planteado en este trabajo es la de la existencia de dos áreas productivas, con dos zonas de influencia y distribución ligadas a esas áreas. No obstante, hasta el momento no se han documentado arqueológicamente estas zonas de producción, ya fuera con la localización de los hornos utilizados o de depósitos de materiales defectuosos propios de este tipo de áreas.


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