Sección legal

 

Aviso legal

A efectos de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI), y en previsión de que la presente web pueda ser considerada como prestación de servicios, le informamos de que la web www.cripto.es está registrada por Babylon Multimedia SLU (sociedad inscrita en el Registro Mercantil de Granada, Tomo 1408, Folio 108, Hoja GR-38981, Inscripción 1 de 7/12/2010, con NIF B-18949149) radicada en c/Torre de los Hidalgos 1, 1ºB, 18008 Granada.  La dirección de correo info8 (arroba) fisicadepelicula.es está disponible para contacto.

Asimismo, y de acuerdo con la Ley Orgánica de Protección de Datos, le informamos de que los datos aportados por Vd. serán incorporados a un fichero automatizado gestionado por Babylon Multimedia, y podrán ser usados con fines de promoción e información relativos al Taller de Criptografía Película y productos y servicios similares. Sus datos no serán cedidos a terceros. Puede Vd. ejercer en cualquier momento sus derecho de acceso, cancelación y rectificación de sus datos en la dirección electrónica info8 (arroba) fisicadepelicula.es

 

Copyright

Aunque yo no monté mi Taller de Criptografía con fines lucrativos, hay mucha gente por ahí que ve la Red como una nueva fiebre del oro.  Ya hay al menos una empresa que se verá las caras conmigo en los tribunales por tal motivo. Así que ahí va mi copyright:

Yo, Arturo Quirantes Sierra, creador y autor de las páginas que conforman el Taller de Criptografía, me reservo todos los derechos sobre sus documentos y páginas. Autorizo a cualquiera a insertar en sus propias páginas enlaces a documentos y páginas del Taller, así como a insertar los documentos en sí (previo aviso al autor), siempre que se haga con fines no lucrativos y que se cite su procedencia original (autor y dirección url original). Cualquier enlace o inserción con fines lucrativos, o que formen parte de cualquier página o portal por la que se cobre cantidad económica alguna, ha de ser autorizado previamente por el autor.  Los derechos atribuidos a Arturo Quirantes Sierra como creador y autor podrán, en su caso, ser ejercidos por medio de su sociedad limitada unipersonal, Babylon Multimedia.

Para que quede más claro todavía, desde Enero de 2006 todos los contenidos del Taller de Criptografía están cubiertos por la licencia Creative Commons, que permite reservarme algunos derechos mientras te concedo a tí, lector, otros derechos.  La filosofía subyacente es la indicada anteriormente: compartir para el que desee usos no lucrativos, pasar la gorra para el que quiera sacar pasta.  Puedes comprobarlo por tí mismo, y ampliar información al respecto, en la Licencia reative Commons del Taller de Criptografía.

Y ahora, dejemos la terminología legal y hablemos claramente. Lo pondré muy sencillo. Si vas a ganar algo con mi trabajo, paga; si no vas a sacar nada, salvo aumentar tus conocimientos, sírvete. No es más que eso. Por lo demás, espero que en el infierno guarden una olla bien calentita para todos esos codiciosos que nos obligan a insertar párrafos como estos.

 

Política de privacidad

Cuando navego, me gusta saber que la página destino no me va a dar la murga con cookies, peticiones de información o vigilancias de ningún tipo, y aborrezco los que se aprovechan de tales prácticas para plantarte mensajes (banners) indeseados o inundarte con correo no solicitado. Hasta ahora no he me preocupado de manifestar mi propia política de privacidad, así que ahí va.

Dependiendo de mis conocimientos técnicos, instalaré en algunas páginas un control de accesos. Eso significa sencillamente que, de vez en cuando, echaré un ojo para autocongratularme sobre cuántas personas consideran dichas páginas interesantes. Puede que me dedique a hacer estadísticas sobre número de accesos, lugares de procedencia y similares, todo con fines de mera curiosidad personal; ya sabéis, ese síndrome de "¿hay alguien aquí?" que pulula por la llamada Web 2.0 en estos tiempos digitales que corren.

También puede que inserte en mis páginas algún anuncio de esos que, en el mundo de los Teletubbies, me hará millonario en un par de semanas.  Quizá vuestro navegador os de algún aviso del tipo "cuidado, javascript, ActiveX o algo así que hace mucha pupa".  Podéis hacer clic sobre esos anuncios o no.  Si lo hacéis, saldréis del Taller de Criptografía, y no seré responsable de lo que suceda a continuación; eso sí, si lo hacéis estaréis contribuyendo a sostener este Taller con, no sé, quizá unas milésimas de céntimo.  No es gran cosa, pero gota a gota se hace océano, y si os ha gustado lo que os ofrezco gratuitamente, un clic aquí o allá es una buena forma de recompensarme.  También están los cheques, claro, pero esa es otra historia.

Ocasionalmente, es posible que alguna de mis páginas os mande una cookie.  No soy yo realmente, sino el proveedor que alberga mis páginas.  No sé cómo quitarlo, pero si no os gusta no hay más que configurar el navegador con la opción "no quiero cookies, pesado".  Yo lo hago, y va de maravilla.

Hasta aquí lo que pienso hacer. Ahora viene lo que no pienso hacer. NO voy a guardar los datos de control de acceso, salvo a nivel estadístico (es decir, puedo guardarme el número de accesos que he tenido en una semana dada o los dominios de procedencia, pero no las direcciones IP concretas). NO voy a ceder de ninguna forma los datos que pueda obtener de dichos controles de accesos, sea de forma gratuita o de pago. En suma: NO voy a trapichear con vuestros datos personales. Quien los quiera, que traiga una orden judicial.

No tenéis más que mi palabra, pero quiero que mi Taller hable por mí mismo. En sus diversas páginas y secciones hallaréis muchos enlaces y documentos (bastantes de ellos, redactados por mí) que os dirán bien claramente en qué lado estoy dentro de la batalla por la privacidad. Como internauta, me molesta muchísimo tener que ceder información sobre mis hábitos, ceder información personal o tragarme anuncio tras anuncio. Y lo que no quiero para mí, no lo quiero tampoco para los demás. Internet se está convirtiendo en un gigantesco escaparate comercial ... pero algunos tenemos otras ideas.

En el caso de que no estés de acuerdo con esta política de privacidad, eres libre de seguir navegando con mis mejores saludos. Si decides quedarte, enhorabuena y sé bienvenido.
 

Mi declaración de intenciones

(Escribí lo que sigue a mediados de los años 90, lo que en el ciberespacio viene a ser tan antiguo como el hombre de Atapuerca. Pero no me arrepiento de ello, y ahí va de nuevo por lo que valga).

Se supone que Internet es un medio de transmisión libre y sin barreras, así que ¿a qué andar poniendo cortapisas como sistemas criptográficos? No puedo darte más que mi opinión personal, así que ahí va. Considero que tenemos el derecho a poder comunicarnos por correo electrónico sin temer que alguien esté con la oreja puesta. Creo en la libertad de expresión de información, y opino que no deben ponerse obstáculos al uso de herramientas que permitan expresarnos sin temor. Por desgracia, la naturaleza abierta de Internet la convierte en una herramienta perfecta para todo aquél que quiera jugar al Gran Hermano, ya sea la empresa, el gobierno o un vecino fisgón.

El alma cándida (o perversa) de alguna persona puede preguntar: ¿es que acaso tienes algo que esconder? Esta pregunta, que a veces se hace con fines capciosos del tipo "si escondes algo, es que no eres trigo limpio", tiene para mí una clara respuesta: sí, tengo algo que esconder. Se llama intimidad. La Real Academia la define como "zona espiritual íntima y reservada de una persona o de un grupo, especialmente de una familia." Y tan importante es para el ser humano que nuestra Constitución la protege. No importa que englobe áreas inmorales, ilegales o simplemente vergonzosas: la intimidad es un derecho fundamental que tenemos. Si no te leo la carta que escribí a mi tía Luisa la semana pasada, es simplemente porque no es asunto tuyo.

En palabras del creador del programa PGP, Philip Zimmerman, "si eres realmente un ciudadano cumplidor de la ley, sin nada que ocultar, ¿por qué no envías siempre tu correo convencional en postales? ¿Por qué no te sometes a controles antidroga cuando te lo piden? ¿Por qué exiges una orden judicial para que la policía registre tu casa? ¿Estás intentando ocultar algo? Debes de ser un subversivo o un traficante de drogas si ocultas tu correo en sobres. O tal vez un paranoico."

Se supone que los gobiernos protegen nuestros derechos. Pero juzga por tí mismo. En una época donde los servicios secretos espían impunemente a las más altas instituciones bajo la excusa de la "seguridad nacional" (y se salen con la suya); donde bancos y empresas trafican con tus datos personales para intentar suscribirte a ese maravilloso seguro que nunca habías oído mencionar; donde una simple orden judicial permite a un juez leer tu correo y escuchar tu teléfono antes siquiera de que se te considere un presunto culpable; donde Hacienda te hace una paralela apenas se entera de que no declaraste esas mil pesetillas; donde los medios de comunicación, en teoría libres y plurales, son o afines al gobierno o necesitan de éste una licencia; donde tienes tantos derechos, pero a condición de que papá Gobierno te dé permiso para ejercerlos... ¿de quién te fiarás para que proteja tu intimidad?

Tal vez sea algo duro con nuestros grandes buanas. Pero sus actos del pasado no son muy alentadores al respecto. Y, puesto que somos nosotros, los cibernautas de todo el mundo, los que hacemos de Internet lo que es hoy día, exigimos el derecho de establecer las pautas para defender nuestra intimidad. No me malinterpretes: quien cometa un delito por medio de Internet ha de pagar. Quien pretenda usar la Red para traficar con armas o fomentar la explotación infantil no debe esperar santuario. Pero ningún Gran Hermano se la molestado en crear Internet para nosotros, y ningún Gran Hermano tiene derecho a regirla a su manera. El ciberespacio es nuestro. Quien quiera unirse en paz, es bienvenido. Quien pretenda dominarla, que imponga las reglas que quiera ... y se siente a esperar a que las cumplamos.

Esta es mi declaración, y al mismo tiempo mi contribución.
 

Nota final

Pero bueno, ¿todavía estás aquí? Debes de ser de esos que se lee hasta la última coma del manual de instrucciones del televisor, incluida la lista de concesionarios oficiales y la plaquita de "made in Taiwan" !Venga, a disfrutar de la vida! Ya tardas en entrar en el Taller de Criptografía. Hay muchas páginas interesantes que te están llamando a gritos. Hala, a pasarlo bien.