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3.2 Fuentes de radiación artificiales

Las fuentes de radiación hechas por el hombre constituyen una pequeña fracción de la cantidad total de radiación a que estamos expuestos. La mayor contribución proviene de los rayos X médicos. En la tabla 3 podemos ver la dosis media de las más comunes fuentes de radiación artificiales. No se incluyen en la tabla las dosis debidas a tratamientos médicos con radiación ni al radon (discutido más abajo). Otra fuente de radiación es el tabaco, del que se habla más abajo.



Tabla 3: Fuentes de radiación artificiales
(dosis anuales medias, mrem)

Rayos X médicos Pacientes 100
  Personal médico 300-500
Rayos X dentales Pacientes 3
  Personal dental 50-120
Viajes a´ereos Pasajeros 3
  Tripulación 160
Vivienda Piedra 50
  Ladrillo, hormigón 35
Centrales nucleares   2-10

Como se muestra en la tabla 3, la primera fuente de radiación artificial la constituyen los rayos X médicos. Nótese que los números de la tabla son valores medios y que en casos especıficos las dosis podrıan ser apreciablemente mayores.

La segunda fuente de radiación en orden de importancia la constituyen las edificaciones, ya que los materiales de construcción, especialmente piedra, ladrillo y hormigón, contienen elementos pesados, incluyendo algunos que son radiactivos (de forma natural). En efecto, algunos de los más famosos edificios y monumentos construidos en granito y mármol, presentan también los mayores niveles de radiación. La radiación puede alcanzar niveles de 100 mrem/año en espacio rodeados por muros masivos de granito y mármol. Los edificios más convencionales de ladrillo y hormigón pueden comunicar una dosis de $\sim 50$ mrem$/$año a sus habitantes.

Aparte de estas dos categorıas, los niveles de radiación de otras fuentes artificiales son considerablemente menores. Por ejemplo, los viajes aéreos contribuyen con unos 3 mrem por año en promedio. Naturalmente, esta cifra depende de las veces que tomemos un avión cada año. No obstante, los valores mostrados son lo suficientemente bajos como para que no haya necesidad de preocuparse por ellos a la hora de viajar.

Cabe mencionar aquı la televisión, no porque sea una fuente significante de radiación, sino por todo lo contrario, puesto que ésta es una fuente de radiación despreciable. Por mucho que veamos la televisión no recibiremos más de $\sim 2$ a 5 mrem por año. La forma en que las imágenes se forman en la pantalla de TV es una prueba directa de que la radiación es un fenómeno que puede controlarse de forma muy precisa. En efecto, un tubo de TV es un acelerador que emite electrones directamente en dirección al televidente. Estos electrones transfieren su energıa al material fosforescente depositado en la pantalla y al mismo cristal de la pantalla. Parte de la radiación secundaria emitida debido a la interacción de estos electrones está en el espectro de luz visible y puede percibirse por el ojo humano. Esta es la imagen que podemos ver. Otra parte es emitida como rayos X muy blandos, que pueden producir un campo de radiación medible. Pero, como hemos comentado, el efecto acumulado de este campo es bastante pequeño.

El hecho de fumar puede producir un efecto relativamente grande debido a la radiación (grande en comparación con pequeñas dosis). Junto con los alquitranes y otros productos cancerıgenos, se depositan en los pulmones ciertas cantidades de isótopos radiactivos. Particularmente dañino es el $^{210}$Pb y su hijo el $^{210}$Po, que son producidos en la cadena de desintegración del $^{222}$Rn. Un fumador puede exponer sus pulmones a dosis locales muy grandes debido a estos isótopos (nótese que en este caso la fuente es natural, aunque colocamos este punto en la categorıa de ``fuentes hechas por el hombre'', porque el fumar no lo es). Se ha estimado que quien fuma un paquete y medio al dıa puede estar exponiendo su tejido pulmonar a dosis de hasta 8000 mrem$/$año. La razón de que este número sea tan alto es porque esta dosis se deposita en un volumen pequeño de tejido. Si la dosis se calculara en base al cuerpo completo, caerıa dentro de unos pocos mrem por año.

Finalmente llegamos a las centrales nucleares. La cantidad de material radiactivo emitido por las centrales nucleares se controla muy estrechamente y, por tanto, se conoce muy bien el campo de radiación alrededor de una central nuclear. Las dosis de radiación generadas por esta fuente son las siguientes:

La magnitud de estos valores puede compararse con los del fondo de radiación natural. La dosis comunicada por las centrales nucleares es en general menor del 1% de la total recibida al año por otras fuentes naturales y cae, por tanto, dentro de la categorıa llamada ruıdo de fondo. Incluso es muy posible que personas que vivıan cerca de una central nuclear y cambien su residencia incrementen ligeramente su dosis al pasar a vivir de una casa de madera a otra de ladrillo.


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J.E. Amaro
2006-05-26