Gazeta de Antropología
Gazeta de Antropología, 2005, 21, recensión 06 · http://hdl.handle.net/10481/7190 Versión HTML · Versión PDF 

Publicado: 2005
Juan Javier Rivera Andía (y Adriana Dávila Franke) (eds.):
Músicos en los Andes. Testimonios y textos escritos de dos músicos del valle de Chancay (sierra de Lima).
Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, 2005. 

Por: Eduardo Linares

Este libro, breve pero denso, constituye el tercer volumen de la colección Etnográfica, publicada, bajo la dirección de Alejandro Ortiz Rescaniere, por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Esta joven colección de libros está consagrada a temas antropológicos y sociológicos de actualidad y al aporte de materiales comparativos para el estudio del cambio de la sociedad rural y urbana de las sociedades sudamericanas en los últimos sesenta años. Los números que publica Etnográfica nos prometen describir los fenómenos actuales y proporcionar materiales confiables para el análisis serio del cambio social y cultural. 

Este libro tiene un propósito específico: brindar al lector una aproximación a los músicos andinos contemporáneos. Los editores realizan esta aproximación a través de dos testimonios y dos documentos recopilados en el valle de Chancay, uno de los abruptos valles de la vertiente occidental de los Andes peruanos (el valle de Chancay, en la sierra de Lima). En la introducción, el libro nos brinda algunos datos generales acerca de la comarca en que habitan los músicos presentados, el contexto en el que se enmarcan los testimonios y los textos que recogidos de ellos, y los antecedentes y las motivaciones que hemos tenido presentes en la realización de este trabajo.

En los pueblos de los Andes casi todos son, en alguna medida, músicos o cantantes. Los rituales en torno a la identificación del ganado y a la limpieza de canales de riego son un buen ejemplo. En ellos se entonan canciones sin cesar, se componen versos y se tocan diversos instrumentos nativos y europeos. Los campesinos que interpretan el arpa, el violín y la mandolina son tan numerosos como los que saben aporrear los tambores de cuero y corteza, o soplar las trompetas hechas con cuernos de toros. A veces, se encuentran pueblos enteros dedicados a la música y a la formación de bandas, cuyas giras a través de los pueblos andinos son tan constantes como sus fiestas.

Los dos músicos cuyos testimonios y escritos se publican en este libro, Aquiles García Pastrana y Julián Montesinos Tupia, representan dos estilos de la música que hoy predomina en los Andes. Aquiles García es el director de una banda de música muy activa hoy en día. Con ella, D. Aquiles viaja por los pueblos recopilando canciones e interpretando sus propias composiciones. Julián Montesinos, ahora retirado, fue, en cambio, un cantautor se ganó su renombre en concursos provinciales y en coliseos citadinos. Es también notable que ambos hayan apelado a la escritura por cuenta propia: D. Julián tiene un cancionero, D. Aquiles ha llenado un cuaderno sirviéndose de su entrañable conocimiento de las fiestas de su pueblo. Ambos, siguiendo una tendencia muy marcada entre los músicos populares de los Andes, difunden la música popular de origen citadino tanto y a veces más que la de sus mismos pueblos. En los Andes, como se sabe, la música difundida por las ciudades y los medios masivos de comunicación tiende a reemplazar o a fundirse con la música que cada pueblo ha conservado durante años como un patrimonio de su especificidad. 

Los textos aquí transcritos son también una muestra de una actividad bastante difundida en las villas andinas: la escritura de sus intelectuales. Pero hay algo que diferencia de modo marcado esta escritura de aquella de los intelectuales provincianos, a la que tanto le debe la antropología en el Perú. En los cuadernos de Aquiles García y Julián Montesinos, estamos frente a ejemplos de un particular tipo de escritura: la de campesinos, o excampesinos. Estamos frente a una escritura que proviene de un ámbito cuyas expresiones de su enorme riqueza cultural, han sido tradicionalmente orales. Es por eso que los textos que aquí presentamos tienen otro sabor que el de los "señores" o "mistis" que escribían en castellano desde regiones con una densa población de habla quechua o aimara, y cuyos más importantes representantes han sido Demetrio Roca Wallparimachi, Sergio Quijada Jara, Pedro Villar Córdova, Marcos Yauri Montero o el mismo Vivanco.

Los antropólogos Rivera (Juan Javier Rivera Andía se ha dedicado a la investigación y la docencia en la Pontificia Universidad Católica del Perú, la Universidad de Lima, el College of the Holy Cross, en Worcester, Massachusetts; actualmente realiza un doctorado en Ciencias de la Religión, gracias a una beca de la Unión Europea, en la Universidad Complutense de Madrid) y Dávila (Adriana Dávila Franke se ha dedicado, además de las ciencias sociales, a la actuación -para teatro y cine- y a la ficción literaria -en poesía y guiones-) nos entregan algo más bien nuevo en la literatura folclórica conocida y, por tanto, en las fuentes etnográficas andinas: un campesino, que es también un artista, se preocupa por describir el mundo, por escribir sobre ese mundo que conoce tan de cerca, en el que ha nacido. La escritura de D. Aquiles parece provenir de una vida que lo terminado distanciado del mundo campesino. Es probable que Aquiles García no hubiese escrito lo que escribió sino no hubiese visto antes la ciudad donde sus hijos medran hoy. Quizá no lo habría hecho sin haber visto el espectáculo de Lima y Huaral, dos ciudades convulsionadas, populosas, llenas de gente proveniente de todas las regiones del Perú: después de haber visto dos ciudades que reúnen las gentes de antiguas comarcas con idiomas, emblemas y costumbres distintos.

Los testimonios recogidos por Juan Javier Rivera Andía y Adriana Dávila Franke poseen, pues, un valor innegable. Dichos testimonios nos ayudan a la comprensión de las dinámicas sociales y culturales puestas en juego en el quehacer de los músicos andinos.. Nos aproximan, además, con mucho detalle, a las vicisitudes, circunstancias y maneras en que se realiza la creación musical de los artistas de los Andes. Rivera y Dávila nos entregan textos que constituyen la narración vital de compositores e intérpretes que pueblan con sus melodías las fiestas comunales y los sueños del hombre andino. Rescatan, en esta obra, no solo los testimonios de Aquiles García Pastrana y de Julián Montesinos Tupia, sino, también, una serie de textos que consignan importante información acerca del valor que ellos otorgan a su propia actividad artística y su proceso creativo. Estos testimonios son transcripciones directas de sus propios cuadernos y diarios, por lo que, al cabo de un tiempo, este libro constituiría un importante documento histórico.


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