Gazeta de Antropología
Gazeta de Antropología, 2005, 21, artículo 12 · http://hdl.handle.net/10481/7182
Versión HTML · Versión PDF 

Publicado: 2005-05
Vivir junto a la fábrica, como modo de habitar la ciudad
Housing next to the factory, as a way of inhabiting the city

Ernesto Licona Valencia
Profesor-investigador Titular del Colegio de Antropología Social de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México.

Licona123@yahoo.es



RESUMEN
El trabajo trata sobre el proceso de construcción de un territorio por vecinos de una Unidad Habitacional de la ciudad de Puebla. Se señalan los elementos centrales de construcción de éste y se discute sobre la forma de habitar en la ciudad.

ABSTRACT
This paper is on the subject of the construction process of a territory by the residents of a housing unit in the city of Puebla. The central elements of territorial construction are indicated, and there is a debate on the way of inhabiting in the city.

PALABRAS CLAVE | KEYWORDS
territorio | habitar | apropiación del espacio | México | Puebla | territory | housing | space appropriation


Presentación

La ciudad de Puebla es la cuarta ciudad de México, después de Guadalajara, Monterrey y la gran metrópoli de la ciudad de México, con una población municipal de un millón trescientos mil se localiza en el Valle Puebla-Tlaxcala, Altiplano Central, y es punto estratégico entre el golfo, Oaxaca y sureste de México. Con una economía sustentada en la producción de automóviles y servicios se conecta con la economía global; pero también sustenta en su interior un sinnúmero de formas productivas industriales, agrarias y artesanales. Puebla es la mayor concentración de industrias, comercios, servicios educativos, de salud, financieros y de personas del sur y sureste del país. Su área metropolitana concentra alrededor de dos millones de habitantes de veintidós municipios de dos estados. Fundada por españoles en 1531 fue nombrada Puebla de los Ángeles, y rebautizada en 1862 como Puebla de Zaragoza. Ciudad ritual por la cantidad de fiestas patronales que suceden en barrios y colonias, y en especial destacan anualmente dos rituales que involucran a la mayoría de la población, me refiero al desfile del cinco de mayo y la procesión del viernes Santo en Semana Santa. Carnavalera en febrero por las camadas que salen de barrios y transitan por la ciudad. De tradición obrera por la presencia de la industria textil en tiempos anteriores y hoy por la industria de producción de automóviles, la más importante en el estado. Conservadora por la posición política que la élite poblana ha expresado en diferentes momentos de la historia de México y por la influencia ideológica que la iglesia católica tiene en la sociedad.

Ciudad con un rico patrimonio monumental que data de los siglos XVI, XVII y XVIII, pero también con arquitectura global representada por centros comerciales que compiten con otros del mundo, con un aeropuerto internacional de una sola pista donde salen vuelos a los Estados Unidos transportando siempre gran cantidad de personas que trabajaran en los Estados Unidos. 

Puebla es una ciudad media, moderna que como cualquier urbe contemporánea podemos observar un proceso paradójico. Por un lado, tenemos habitantes que tienden a la desterritorialización porque sus identidades ya no se anclan en los espacios de habitación , es el caso de algunas culturas juveniles donde los signos y símbolos de identidad ya no pertenecen a un barrio específico sino que circulan por todo el mundo. Pero por otro lado, hay otros habitantes que se territorializan en sus espacios de residencia o en los que han creado como nuevos colonos y migrantes. Lo que hoy es la ciudad, es producto de la mezcla de significados y símbolos traídos de todos lados y épocas; podemos definir a la ciudad como la organización de la heterogeneidad, donde los cambios son parte de su estructuralidad, con disputas y arreglos interculturales muy complejos que como dice García Canclini (1990), donde lo tradicional y lo moderno conviven en un espacio sin negarse el uno al otro, manifestando formas de asumir la modernidad. Hoy, la ciudad no puede ser estudiada sino como espacio de diversidad cultural, así es como entendemos a la ciudad de Puebla.

Es en este contexto, donde localizamos a la Unidad Habitacional de Obreros Independientes de la VW, ubicada en la zona fronteriza de la ciudad, a medio kilómetro de la planta Volskwagen y habitada por ex obreros y obreros de la industria automotriz. Lo que a continuación presento es un conjunto de reflexiones sobre el proceso de construcción de un territorio, sobre la forma de habitar la ciudad.

Un río, un cerro, una jagüey, una fábrica, una calle, una pulquería o un tanque de agua pueden fijar a los sujetos en el espacio. Los lugares no funcionan de manera aislada sino en conjunto, como cadena sintagmática, forman una geografía que puede armar un territorio. Pero no son los lugares en blanco lo que los define sino el uso, la apropiación y las relaciones sociales que constituyen los sujetos es lo que posibilita que un espacio tenga sentido, desarrollen una adscripción socioterritorial y con ello expresen un modo de habitar la ciudad.

En este sentido, Tatuar un espacio con una misa, con un auto jetta estacionado en el zaguán, con una procesión, con un mitin, con una fiesta de cumpleaños o con un graffiti son acciones que expresan una incesante práctica transformadora del espacio. Pero también los sujetos desarrollan una práctica significante como poner un apodo, narrar historias, nombrar calles, adscribirse ideológicamente a un partido político o a un santo son procesos simbólicos que permiten que un espacio se torne territorio, expresa cómo se construye el sentido del lugar. Precisamente al proceso de llenar un espacio a través del tiempo y que sobreviene en un territorio es lo que llamo apropiación social del espacio.

Lo que presento son algunos elementos de la práctica transformadora y significante de los vecinos de la Unidad Habitacional de Obreros Independientes de la Volskwagen, que construyen un territorio y una pertenencia socioterritorial.
 

Los sujetos

Los vecinos que viven en la Unidad Habitacional fueron o son obreros activos de la VW, pero también hay vecinos que trabajan en las fábricas proveedoras, empresas que le trabajan a la firma alemana. A diferencia de otras Unidades Habitacionales, la de nuestro interés, sus habitantes participan en el trabajo industrial, principalmente el que tiene que ver con la producción de automóviles, rasgo estructurante que coadyuva a conformar la colectividad.

Muchos de los actuales habitantes de la Unidad habitacional ingresaron a VW en los años sesenta del siglo XX, fueron reclutados, algunos de ellos, en la ciudad de México; otros llegaron de los barrios de la ciudad de Puebla y otros más provinieron de estados de la República, así como de municipios de Puebla. Relataron diversos vecinos que llegaron de Chihuahua, Hidalgo, Oaxaca, D.F.,Veracruz, Guerrero, estado de México, Guanajuato; pero la gran mayoría fueron de la ciudad de Puebla y de poblaciones vecinas como Cholula y San Martín Texmelucan. Roberto Verdín narró que empezó a trabajar en la planta de Xalostoc, estado de México y por una invitación de sus jefes llegó a Puebla a capacitar obreros en la reciente planta de VW. Se hospedó, junto con otros obreros, también del D.F., durante ocho años en un hotel del centro de la ciudad de Puebla hasta que se casó y después se trasladó a vivir a la Unidad Habitacional. Muchos obreros de esa primera oleada se casaron con mujeres poblanas, de ahí su arraigamiento ya sea en la Unidad o en la ciudad.

Actualmente viven en la Unidad tres generaciones, ésta primera que llegó a trabajar en la planta en los años sesenta y setenta del siglo XX. La segunda son los hijos de éstos y que algunos han ingresado a laborar en la planta o en una de las proveedoras, otros han optado por la educación superior y la más reciente generación representada por los hijos de éstos últimos. 

Hay distinciones entre ellos, por ejemplo destacan aquellos que han ido a capacitarse a países como Alemania y que regresan con cierto prestigio y lo reafirman remodelando su vivienda y exhibiendo autos y otros signos. Otros se les considera importantes por su participación en la pasadas luchas sindicales. Por ejemplo, el señor Julián, que dejó de trabajar hace once años en la planta, pero fue seccional, organizó el deporte en el sindicato, en especial el equipo de fut y que hoy es responsable de la representación de la pasión de Cristo en Semana Santa, es una persona muy apreciada por la comunidad, y auque su casa es de la que se encuentran en permanente remodelación, tiene una posición importante en la comunidad, precisamente por su pasado y no tanto por su presente laboral, ya que es jubilado.

La familia que habita en la Unidad es la que se denomina nuclear, casi no hay familias extensas, en su mayoría son católicas. En general los vecinos de la Unidad Habitacional son pobladores que tienen en propiedad la vivienda, en su mayoría tienen auto, reciben un salario que esta por encima de los que se pagan en fábricas del rumbo. Son vecinos que tienen un nivel de vida por encima de otros obreros, campesinos, burócratas o empleados universitarios. Considero que siguen siendo obreros privilegiados a pesar de los actuales cambios laborales.
 

El territorio diferencial

La Unidad se encuentra localizada a corta distancia del parque industrial Finsa I y no a más de dos kilómetros de la localidad de Sactorum. Enclavada dentro de un paisaje donde todavía observamos trabajo agrario, así como industrial. Es común mirar campesinos por los alrededores de la Unidad que todavía trabajan la tierra, así como otras personas ataviadas con overol, que trabajan en las fábricas proveedoras. Dentro de esta vista, sin duda, el símbolo dominante es la planta VW, que sustituyó a la Constancia Mexicana que fungió como tal durante todo el siglo XIX y quizás durante cincuenta años del XX, pero que hoy sigue siendo referencia visual, junto con la María, otra fábrica textil, de los habitantes de la Unidad.

La Unidad Habitacional es como "hija" de la planta VW, se fraguo su construcción a partir de un acuerdo del sindicato con los empresarios alemanes y se inauguró en el año de 1979 con 600 viviendas. Inmediatamente fueron habitadas por trabajadores de la planta automotriz, pronto adquirieron otro color, otra fisonomía por la práctica transformadora de sus ocupantes e inmediatamente fueron bautizadas sus calles y estacionamientos por la práctica significante de los mismos. La Unidad nació y sigue ligada a la empresa y al parque industrial, vinculo que no es exclusivamente físico, o porque es una fuente de trabajo; sino porque en los vecinos se ha conformado una mentalidad con significados del capital simbólico de la empresa alemana que se combinan con otros que son propios de los trabajadores.

En un dibujo que pedimos a un vecino, dejó claro los límites y subrayó los signos que la hacen visible. Estos son el tanque de agua, la iglesia, las oficinas de la colonia, las combis, el campo de fútbol, la iglesia, las oficinas del comité de la Unidad, el mercado, el Kinder, la bomba del pozo profundo, el río Atoyac, la avenida 28 de noviembre y la barda donde termina la Unidad. Signos atados unos con otros, que desde el punto de vista del informante conformarían el sistema del lugar, una geografía del habitat más inmediato que por ello es perfectamente conocido y que como concluye el testimonio: "viene siendo prácticamente la Unidad". La Unidad es como un pequeño pueblo obrero.

¿La Unidad Habitacional es un territorio? ¿Sus habitantes desarrollan una relación de pertenencia al lugar donde residen?.¿Conforman una colectividad?. Para responder a estas interrogantes nos inclinamos por aquella línea que estudia los mecanismos a través de los cuales los grupos sociales se reconocen como diferentes. Retomamos el concepto de pertenencia socioterritorial que desarrolla Gilberto Giménez y la idea de Armando Silva que señala la importancia de lo vívido, lo enunciado y lo recorrido para definir un territorio. A continuación menciono los procesos que considero estructurantes para conformar el territorio:

1. En primer lugar los habitantes de Unidad Habitacional forman una colectividad no por ser poblanos sino fundamentalmente por su relación pasada o actual con la planta Volkswagen. Ser obrero o ex obrero ha posibilitado generar un conjunto de imágenes identitarias que los hace aparecer como calificados, bien pagados y de los "más chingones". A nivel local, antes y ahora, los vecinos siempre han tenido un determinado prestigio con respecto a otros vecinos, no sólo del área metropolitana de la ciudad de Puebla sino a nivel estatal. 

Ser trabajador de "la vocho" es un signo de distinción. Un rasgo que incluso rebasa las fronteras nacionales porque se les considera de los mejores obreros del mundo y así lo asumen los trabajadores. Los vecinos interiorizan este rasgo porque ellos mismos sienten orgullo de trabajar para Volkswagen y se autonombran, ya no obreros sino operarios. Vivir en la Unidad, trabajar o haber trabajado en la planta conformaría el universo principal de la colectividad, el trabajo juega el papel estructurante, porque es medio de vida, porción de espacio y referencia simbólica; es la actividad concreta que posibilita la cercanía de los actores sociales y aquellas colonias que comparten el espacio urbano con la Unidad, y las personas que las habitan -a pesar que los divide una barda o uno o dos kilómetros- son considerados diferentes y extraños al colectivo, porque su adscripción no es el trabajo industrial sino los servicios o el trabajo en el campo. El afuera del territorio y de la colectividad se expresa en todo aquello distinto -personas y lugares- a la planta o fábricas que arman automóviles, como puede ser el caso de la localidad de Sanctórum, que los obreros los significan como "santureños" y estos como "alemanes", nominación que expresan distancias de unos frente a los otros.

2. Otro eje de la pertenencia socioterritorial y de la diferenciación al interior del la colectividad es haber participado en las gloriosas luchas sindicales. Para el grupo de vecinos existe claramente un antes y un después estructurado a partir de cuando el sindicato fue independiente. Se recuerdan luchas "cabronas" contra la empresa y el "charrismo" y por supuesto se idolatra la organización obrera lograda en ese momento. Esa historia vivida, ese pasado heroico siempre se expresan con mucha nostalgia y caracterizan el presente como perdida y al sindicato actual como organización que "dio las nalgas".

En la Unidad, la mitificación de los pasados logros sindicales se sintetizan en las reiteradas narraciones de vecinos y en el nombre de las calles de la Unidad.

Las calles, paseos y plazas de la UHOIVW tienen nombres de personajes y acontecimientos históricos de la historia de México, y de fechas y hechos significativos de la vida sindical. Aquí resulta pertinente resaltar que el territorio, como afirma Armando Silva, se construye principalmente por actos de significación como el nombrarlo.

La Unidad Habitacional está dividida en arriba y abajo. La nominación de arriba hace alusión a las luchas sindicales y la de abajo a personajes históricos como Zapata, Villa, y entre otros Flores Magón. La Unidad la circunda una calle que tiene la forma de herradura y cuenta con dos nombres; avenida Revolución y avenida 28 de noviembre. Es la única avenida/calle de circulación vehicular pavimentada que delinea los límites físicos de la Unidad Habitacional. A la mitad de la "herradura" la atraviesa la calle o paseo llamado seccionales que la divide. El nombre de ésta se debe a que antiguamente el sindicato estaba estructurado por grupos de obreros que se llamaban seccionales, que correspondían, al mismo tiempo, a determinados procesos de trabajo en la planta. Los habitantes recuerdan con mucha claridad este tipo de organización laboral-sindical porque fue la etapa de muchos logros para ellos. Por esta razón, el nombre de la calle principal, recurrentemente les permite narrar lo que fue la lucha sindical. Además de ser punto neurológico de la vida vecinal porque se llevan a cabo las reuniones colectivas, donde los jóvenes se reúnen a jugar en las canchas, donde las mujeres hacen su mandado y punto obligado para trasladarse a cualquier punto de la Unidad. 

Otros nombres de calles se debe a un éxito del sindicato. Por ejemplo, se recuerda con precisión, la fecha 9 de abril de 1981, que corresponde al nombre de una calle, porque fue la fecha que pararon la planta tres días con el objetivo de quitar al asesor jurídico Juan Ortega Arenas, con este acontecimiento se "volvieron independientes". De esta manera se amalgaman espacio habitacional con espacio sindical.

Otro ejemplo, es el nombre de los estacionamientos que dos de ellos llevan el nombre de: Debate Obrero y Claridad. Nominaciones que se refieren a la ideología de acción de los años "gloriosos" del sindicato, a los valores que normaban, según los consultados, al sindicato que son la discusión y la claridad en la lucha obrera. 

3. El tiempo es otro componente del espacio. Expresiones de los vecinos como: "mañana no tengo tiempo", "no me alcanza el tiempo" y; "si Dios nos presta vida", "Dios mediante" sintetizan, al menos, dos concepciones sobre el tiempo que podemos llamar tiempo lineal y tiempo cíclico. 

¿Cómo se usa el tiempo en la Unidad Habitacional? Partimos de la idea que los habitantes fusionan las dos concepciones en su territorio. Un indicador principal de regulación del tiempo en la Unidad Habitacional es la fábrica. El turno de trabajo del vecino reglamenta las actividades en el hogar, según el horario (mañana, tarde o noche) se realizan o no determinadas actividades. Por ejemplo, cuando el señor duerme por la mañana, la casa debe permanecer en silencio. No se escucha radio, se habla en voz baja y a los niños se les alecciona para no despertar al papá. Pero el tiempo de descanso no es "eterno", la esposa sabe cuando despertarlo para comer, bañarse, alistarse y salir de nuevo al trabajo. En el modo de vida del habitante de la Unidad hay una clara percepción del tiempo de trabajo y del tiempo de no-trabajo (descanso o tiempo libre). Al primero se le respeta y se construyen las condiciones cotidianas para no interrumpirlo, de tal manera que la sincronización de los relojes en el hogar están en correspondencia con los relojes de la fábrica. 

Un día especial en la vida del vecino es cuando le pagan. "La raya" reorganiza sus actividades cotidianas y desarrollan otras "especiales", como ir de compras, comer algo "diferente", visitar un familiar o pagar una deuda. En esos días, el tiempo parece transcurrir sin presión laboral alguna y en especial cuando no se trabaja en día domingo. El domingo también es importante porque van a misa, juegan o se dedican a tomar cerveza, a diferencia de los habitantes jóvenes que prefieren el día viernes para ir a una fiesta o a un "antro". Los habitantes optan por el sábado o domingo para realizar celebraciones familiares, para visitar parientes o pasear por la ciudad. En la Unidad Habitacional siempre hay "prisa" a determinadas horas del día, principalmente en la mañana cuando los vecinos mayores se dirigen al trabajo y los niños a la escuela.

Otro indicador importante de regulación temporal es la escuela. El horario de entrada y salida de los niños marca una temporalidad donde, principalmente, las señoras organizan su tiempo desarrollando labores de limpieza en la casa, compras y arreglo personal. Son ellas las que se quejan del tiempo, incluso ven al tiempo como amenaza "porque no les alcanza". Un tercer indicador es la comida; ésta fronteriza un antes y un después en la vida cotidiana. Comer es la culminación de un conjunto de actividades diarias que se desarrollan durante la mañana; después se instaura otro tiempo, el del descanso, el de las tareas escolares y recreación con la televisión. La noche es de la familia y si llegan a tener visitas nocturnas, es que principalmente son personas próximas.

El ciclo anual está normado por acciones religiosas, es aquí cuando los vecinos se inmiscuyen en un tiempo cíclico, lo que Mircea Eliade llama tiempo sagrado que es vivido a través de un ritual. En la Unidad Habitacional se desarrollan principalmente dos rituales: la fiesta en honor a la Virgen de Guadalupe y la procesión del Vía Crucis en Semana Santa. Para realizarlos los habitantes le dedican recursos y tiempo, algunos consultados cambian de turno o adelantan horas para poder participar en la "pasión de Cristo". Anualmente organizan el tiempo para estas prácticas cíclicas significativas, porque como en la fábrica, acá tampoco pueden fallar. En la Unidad Habitacional se viven tiempos distintos pero complementarios; uno expresión del fordismo fabril, otro ritualizado y enunciado como sagrado. 

4. Las pertenencias sociales suponen que los individuos participen en una colectividad y desarrollen un sentimiento de lealtad. Asuman un rol y que compartan, afirma Gilberto Giménez, un complejo simbólico cultural que funge como emblema de la misma. En este sentido, la existencia de un conjunto de signos de la empresa permiten cierta "integración y solidaridad de la colectividad de referencia". La empresa despliega su presencia en la vida de la Unidad con un conjunto de signos como camisetas, ceniceros, paraguas, trofeos, diplomas, deportes, ceremonias, viajes, premios, crédito para autos y entre otras cosas un equipo de fútbol profesional que son expresiones del capital cultural de la empresa, diría Pierre Bourdieu, la cultura institucionalizada desplegada, que de igual manera, ayuda a conformar colectividades. 

5. También al interior de la Unidad Habitacional se dan otras pertenencias de carácter no territorial; es decir, las que se vinculan con la vida política, religiosa, ocupacional o, entre otras, generacional. Afirma Gilberto Jiménez la propia pertenencia socio-territorial tiende a fragmentarse, tornándose multifocal y puntiforme. Por ejemplo, una expresión importante de la lucha política al interior de la Unidad Habitacional se expresa claramente por el control del agua. En torno a la comisión del agua -formada por vecinos- se estructuran relaciones de lealtad que buscan en muchas cosas el beneficio del vital líquido. La comisión que se hace cargo del bombeo y del mantenimiento del pozo es objeto de presiones de todo tipo, incluso insultos y agresiones físicas, pero también se conforman alianzas y simpatías en torno a los representantes en turno. Para este grupo, el pozo es un espacio de poder, incluso se encuentra cercado y la llave la controla el representante designado. Se vuelve un lugar muy disputado.

Los jóvenes han consolidado sus microterritorios al interior de la Unidad. A través de un deporte o con su estancia todas las noches en una esquina, se han apropiado de un espacio y así es percibido desde el interior por los vecinos. Microterritorios que marcan diferencias de edades o generaciones en la Unidad. Las mujeres, principalmente las que no trabajan, se han apropiado de lugares como la tienda que representa para ellas sitio de socialización y narración de historias internas.

El sentido del lugar surge sólo de las relaciones sociales que entablan los habitantes entre ellos mismos y con los otros. Las interacciones que se establecen al interior de la Unidad Habitacional producen tanto diferencias como acciones de defensa del lugar, relatos de un pasado que los consolida como colectividad, los inscribe al trabajo industrial; todo ello los agrupa, los identifica y frente a los otros -Sactorum-, los vecinos de la Unidad se presentan como actores en un escenario que es suyo y que dotan de significado principalmente frente a los habitantes de los pueblos colindantes, dicen: "la tierra no va con nosotros, somos operarios".

Sin negar la religiosidad, la vida política, las relaciones vecinales, la utilización del tiempo cotidiano normado por el fordismo hoy toyotismo de la empresa, los apodos, el ingreso a la fábrica, los deportes y los encuentros cara a cara; y sin negar las diferencias al interior de los vecinos; considero a los anteriores procesos ejes estructurantes de la conformación de un territorio. De esta manera, trabajo y residencia estructuran la pertenencia socio-territorial. Ambas son esferas que interactúan y se complementan para conformar lealtad al territorio y a la colectividad. El territorio próximo entendido como espacio vivido, con espacios de sociabilidad y refugio frente a los extraños estaría estructurado por el enlace de la planta y la Unidad Habitacional. Sistema geográfico donde emergen signos como la fábrica, los estacionamientos, el tanque de agua, el río, las bardas y entre otras cosas el nombre de las calles que permite la tenencia sobre el espacio y el sentido de pertenencia.
 

A manera de conclusión

Pienso que la forma de habitar un territorio expresa una manera de habitar la propia ciudad. En Puebla y como en cualquier ciudad se intercalan otras ciudades dentro de la geografía que la delimita. Así por ejemplo, existe la ciudad ritual de santos y vírgenes, la ciudad de la memoria de barrios y calles, la ciudad nocturna de muchachos y muchachas, la ciudad patriota del cinco de mayo o la ciudad industrial de la rivera del Atoyac. Unas y otras estructuran la vida urbana, por eso afirmo que vivir junto a la fábrica expresa un modo de habitar la ciudad.
 

  
Bibliografía

García Canclini, Néstor
 1990 Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. México, CNCA-Grijalbo.

Giménez, Gilberto
 1994 "Modernización, cultura e identidades tradicionales en México", Revista mexicana de Sociología, UNAM, nº 4, año LVI.

Licona Valencia, Ernesto
 2004 Habitar y significar la ciudad de Puebla: Habitantes de una Unidad Habitacional, Tesis de doctorado en Ciencias Antropológicas, UAM-I, México.

Portal Ariosa, María Ana
 2001 "Territorio, historia, identidad y vivencia en un barrio, un pueblo y una unidad habitacional de Tlalpan, Distrito Federal", en María Ana Portal (coord.),Vivir la diversidad. Identidades y cultura en dos contextos urbanos de México. México, CONACYT.

Silva, Armando
 1992 Imaginarios urbanos. Bogotá y San Paulo. Cultura y comunicación urbana en América Latina. Bogotá, Tercer Mundo Editores.


 Gazeta de Antropología