Carlos Ameghino

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por Horacio H. Camacho

La obra científica de Florentino Ameghino (1854-1911) constituye uno de los pilares de la Paleontología argentina. Los indiscutibles méritos de este sabio investigador conquistaron el reconocimiento del mundo científico y la trascendencia de sus trabajos es de tal magnitud que aun hoy, resulta difícil llevar a cabo una investigación del Cenozoico de nuestro país, particularmente de las regiones patagónica y bonaerense, sin tener en consideración alguna de sus publicaciones.

En cambio, mucho menos conocido es el hecho de que F. Ameghino, para la elaboración de sus teorías fundamentales, contó con la decisiva colaboración de dos personalidades que, hasta el presente, han sido poco valoradas en nuestro medio. En efecto, se podría afirmar que, Florentino Ameghino, Carlos Ameghino y Hermann von Ihering (1850-1930) conformaron un verdadero equipo de investigaciones científicas dedicado a desentrañar la complejidad de la estratigrafía del Cenozoico argentino y su riqueza fosilífera.

La abundante comunicación epistolar entre Florentino Ameghino y sus colaboradores, como también las propias publicaciones del sabio, avalan los vínculos mencionados y la influencia que ellos tuvieron en su obra.


Carlos Ameghino, el hombre

Carlos Ameghino nació en Luján el 16 de junio de 1865, siendo el tercer hijo de una familia italiana, modesta, humilde y unida en sus alegrías y sufrimientos. Sus hermanos fueron: Florentino, el mayor, y Juan ( ?-1933), quien habría sido gran conocedor de la Botánica, aunque nunca publicó (Rusconi, 1865).

Carlos realizó su educación primaria en Luján, finalizándola en 1876, cuando se trasladó a Mercedes donde se hallaba Florentino. De su hermano mayor recibió las primeras enseñanzas en Ciencias Naturales y juntos, colectaron material fósil y arqueológico a orillas de los ríos y arroyos de Mercedes, Luján y Buenos Aires. Aprendió el método taquigráfico creado por Florentino y comenzó recogiendo mamíferos fósiles y hallando evidencias del hombre fósil primitivo. En esa época, Florentino aconsejaba a Carlos para que pudiera ganarse la vida y ayudar a sus padres, que estaban en la indigencia pero él, con sus 18 años de edad, continuaba haciendo excursiones y recogiendo materiales para Florentino (Rusconi, 1965).

A principios de 1885, Florentino integró una comisión científica al Chaco, en compañía de E. L. Holmberg y F. Kurtz, en la que Carlos participó como Ayudante. Sin embargo, su primera oportunidad importante se le presentó en 1886 cuando Francisco P. Moreno (1852-1919) lo nombró Naturalista Viajero en el Museo de La Plata que había fundado en 1884, encomendándole la tarea de recorrer el río Santa Cruz y colectar mamíferos fósiles en las localidades descubiertas por Moreno y Moyano, en 1877. Desde entonces y hasta el año 1903, Carlos realizó unos 15 viajes a la Patagonia, algunos de ellos de hasta un año de duración (el último de 2 años), y la mayoría financiados por Florentino y su familia.

En Patagonia tuvo una vida muy sacrificada y no exenta de peligros. Prefería las tropas de mulas a las de caballos. Vivía en las tolderías o pasaba las noches a la intemperie, expuesto a los ataques de los pumas. Más de una vez se perdió en el desierto y debieron salir a buscarlo (Rusconi, 1965). Frecuentemente, la falta de noticias de Carlos, desesperaba a Florentino.

Entre 1903 y 1931, Carlos prosiguió sus excursiones por la Provincia de Buenos Aires, excepto la que en enero de 1905, en compañía de Juan B. Ambrosetti (1865-1917), realizó a la Sierra de Aconquija y el valle de Santa María. Su último viaje lo efectuó el 21 de septiembre de 1931, en compañía de Carlos Rusconi (1898-1969), recorriendo el cauce del río Luján y recordando su primer descubrimiento de moluscos del Platense, cuando aun era un niño.

El 26 de enero de 1903 fue incorporado como Naturalista Viajero a la Sección Paleontología del Museo de Historia Natural de Buenos Aires. Posteriormente, el Director Dr. Angel Gallardo (1867-1934) lo designó Jefe de la misma, cargo que ocupó desde 1917 hasta 1923, cuando fue reemplazado por el Prof. Martín Doello Jurado (1884-1948) y se acogió a la jubilación ordinaria, aunque continuando en la jefatura, con carácter ad-honorem, hasta 1930. En el año 1927 el Congreso Nacional le otorgó una jubilación especial, en mérito a los extraordinarios servicios que había prestado al país y a la ciencia.

Cuando en 1916, el Dr. Angel Gallardo fue designado Presidente del Consejo Nacional de Educación, Carlos Ameghino lo reemplazó interinamente como Director del Museo, durante el lapso 1919-1923, siendo precedido entre 1916-1919, interinamente, por Agustín J. Péndola, Secretario de la institución.

Carlos Ameghino fue un hombre muy modesto y bondadoso. Florentino, quizá por su condición de primogénito y poseer carácter más autoritario, habría tenido cierto dominio sobre él. La correspondencia mutua mantenida durante los años en que Carlos viajó a la Patagonia y la lectura de los trabajos de Florentino, revelan el aprecio que se tenían, lo pendiente que estaba uno del otro y la vida sencilla y sacrificada que ambos llevaban a los efectos de poder concretar su objetivo común y principal, como era el conocimiento de las faunas fósiles de la Argentina. El sacrificio personal de Carlos llegó al punto de que, recién en 1923 resolvió casarse con Ascencio Merello, con quien continuó unido hasta su fallecimiento, el 12 de abril de 1936, en Buenos Aires.

Si bien, Carlos Ameghino nunca ejerció la docencia, siempre estuvo dispuesto a transmitir oralmente sus conocimientos y experiencias, actitud que le proporcionó numerosos amigos y gran aprecio de sus colegas, como Luis Kraglievich (1886-1932) y Carlos Rusconi, quienes se consideraban sus discípulos.


Carlos Ameghino, paleontólogo y geólogo

Carlos Ameghino fue un sagaz observador que anotaba cuidadosamente en sus libretas de campaña las observaciones y perfiles que realizaba durante sus excursiones. Periódicamente remitía en cajones, cuidadosamente embalados, el material que había hallado. Sin embargo, sólo publicó los datos correspondientes a sus dos primeros viajes, aunque bastante sintéticamente. Rusconi (1965) transcribió la libreta de campo del primer viaje, en el que figuran 14 esquemas y cortes geológicos. La información restante puede conocerse a través de la lectura de la correspondencia con su hermano Florentino y principalmente, por los relatos de éste último quien, frecuentemente, en sus trabajos aludió a la importancia de la labor de Carlos y al gran valor de sus descubrimientos.

Este reconocimiento quedó igualmente manifestado cuando, deseando Florentino homenajear a paleontólogos de fama mundial a través de la denominación de importantes mamíferos fósiles patagónicos con nombres alusivos a los apellidos de dichas celebridades, incluyó entre éstas últimas a Carlos, dedicándole el nuevo género Caroloameghinia.

Su primer viaje a la Patagonia lo realizó desde enero hasta setiembre de 1887. Fue muy sacrificado pero tan exitoso que puede considerárselo el iniciador de la exploración geológica de la Patagonia. Durante el mismo, colectó más de 2000 piezas de mamíferos terciarios pertenecientes a más de 120 especies, cuando hasta ese momento sólo se conocía una docena. Darwin había concentrado sus observaciones estratigráficas sobre la costa patagónica, y Carlos Ameghino las extendió al resto del territorio.

Su último viaje lo realizó entre el 21 de febrero de 1901 y el 23 de marzo de 1903. En Cabo Blanco, el 9 de febrero de 1903 se reunió con su hermano Florentino a los efectos de que éste pudiera verificar ciertas observaciones geológicas efectuadas por Carlos. Florentino Ameghino había partido de Buenos Aires, en el Transporte Guardia Nacional, el 31 de enero de 1903, siendo este viaje el único que realizó a la Patagonia.

Carlos Ameghino no sólo colectó piezas fósiles sino que fue el autor de la gran mayoría de las relaciones estratigráficas sostenidas por Florentino en sus obras. Además, sus conocimientos le permitían efectuar reconocimientos taxonómicos en el campo y trasmitir sus impresiones a Florentino, con quien en algunas oportunidades no coincidió.

La labor realizada por Carlos y Florentino Ameghino entre los años 1887 y 1903, constituye uno de los capítulos más memorables de la ciencia argentina y por primera vez la Paleontología argentina adquirió proyecciones mundiales. Los méritos de semejante obra han sido reconocidos por famosos especialistas que posteriormente, tuvieron oportunidad de analizar y verificar con nuevos descubrimientos, los hallazgos y conclusiones de los Ameghino. Así, George Gaylord Simpson (1902-1984), destacada personalidad del mundo paleontológico moderno, en una de sus principales obras sobre las faunas de mamíferos fósiles de América del Sur (Simpson, 1953), dedica un capítulo a destacar el valor de la obra ameghiniana, expresando:

Simpson, al recorrer gran parte del terreno explorado por Carlos, no pudo hallar error importante en cualquiera de sus observaciones de campaña, lo que no podría decir de otros posteriores.

Como coleccionista Carlos debe ser valorado alto. Tuvo un ojo extraordinario y sagaz para coleccionar mamíferos muy pequeños en afloramientos comúnmente bastante estériles donde posteriormente, otros fracasaron en encontrarlos, por lo que afirmaron que Carlos se había equivocado. Poco más tarde, Simpson los halló y confirmó que Carlos tenía razón.

El Dr. Pablo Groeber, gran investigador de la geología argentina y en particular, de la patagónica, también se expresa muy elogiosamente sobre la meritoria obra de Carlos Ameghino (Groeber 1938: 455).

Otro gran geólogo y paleontólogo, profundo conocedor de la Patagonia, el Dr. Egidio Feruglio (1897-1954), en su importante obra “Descripción Geológica de la Patagonia” (1949-1950), alude en numerosas ocasiones a los hallazgos de Carlos Ameghino, expresando en una de ellas (Feruglio II: 315): “Desde 1887 hasta 1903, Carlos Ameghino, en sus numerosos viajes por la Meseta Patagónica, fue explorando con gran tesón los terrenos terciarios y descubriendo la mayor parte de los horizontes con restos de mamíferos que en ella actualmente se conocen. Sus magnificas colecciones han sido ilustradas en una serie numerosa de trabajos por Florentino, quien pudo así revelar al mundo científico todo un conjunto de faunas absolutamente nuevas y extrañas, y echar al mismo tiempo las bases de la sucesión de los terrenos continentales terciarios de la Patagonia”.

Carlos Ameghino fue muy apreciado por muchos de sus colegas contemporáneos. Algunos de ellos, como Vignati, Molfino y Rusconi, posteriormente se convirtieron en sus biógrafos y expresaron con detalles la admiración que sentían por su obra.
Generalmente, se ha valorado más las contribuciones de Carlos Ameghino al Terciario continental que al marino, si bien sus descubrimientos de formaciones y faunas marinas fueron igualmente significativos. Al respecto, F. Ameghino, en “Notas sobre cuestiones de Geología y Paleontología argentina” (1896) expresa que, hasta hacía pocos años se creía que el territorio patagónico era de constitución geológica sumamente simple y uniforme y que la Formación Patagónica marina la cubría casi totalmente. Pero los resultados de los viajes de Carlos cambiaron totalmente tal modo de pensar, pues mostró que en Patagonia existen faunas extinguidas verdaderamente maravillosas y formaciones marinas, terrestres o fluviales de diferentes épocas.

En sus viajes a lo largo de la costa patagónica, Carlos no sólo pudo observar la variedad litológica de los sedimentos marinos sino que además, efectuó una extraordinaria colección de invertebrados marinos fósiles, principalmente moluscos que, estudiados en su mayoría por Ihering (1907, 1914), permitieron a Ameghino diferenciar distintas asociaciones. En 1906, Florentino publicó una de sus obras fundamentales en la que pone de relieve la trascendencia de los trabajos de su hermano, reproduciendo 25 de sus perfiles estratigráficos y un perfil geológico de la costa patagónica, desde el río Negro hasta el cabo Vírgenes (escala horizontal 1:700.000; escala vertical 1:11.000) hecho por Carlos, indicando todas las formaciones que había diferenciado y las localidades estudiadas.

Uno de los mayores méritos de Carlos Ameghino fue su descubrimiento de faunas de mamíferos y otros vertebrados del Terciario patagónico, característicos de distintos horizontes fosilíferos. Sobre la costa santacruceña halló los primeros restos conocidos en nuestro país, de monos y grandes aves fósiles. También, a partir de 1889 identificó importantes niveles de terrazas marinas cuaternarias, a lo largo del litoral atlántico, muy fosilíferos. En 1888, durante su segundo viaje, donde el río Chico nace en el lago Musters, Carlos Ameghino halló un esqueleto de dinosaurio de no menos de 40 m de largo.

Las exploraciones de Carlos Ameghino también incluyeron a la Provincia de Buenos Aires, donde ya durante su niñez colectó material paleontológico. Entre 1883 y 1887, en Luján descubrió restos fósiles del hombre primitivo y en Monte Hermoso halló valiosos mamíferos fósiles que fueron descriptos por Florentino Ameghino (1887a), quien menciona a su hermano Carlos entre los precursores del estudio de los mamíferos fósiles argentinos, agregando que ellos son ejemplo de una ciencia nacional que está emergiendo.

A partir de 1887 estas excursiones fueron interrumpidas por sus exploraciones patagónicas pero, en los momentos transcurridos entre las mismas y hallándose en Buenos Aires, Carlos aprovechaba para recorrer localidades bonaerenses colectando mamíferos y moluscos fósiles.

Finalizados los viajes a la Patagonia, entre 1903 y 1931 reanudó sus estudios en Monte Hermoso y otros lugares de la costa bonaerense principalmente, colectando nuevos materiales.


Sus publicaciones

Carlos Ameghino fue poco afecto a publicar sus observaciones patagónicas. Este aspecto de su personalidad preocupaba a Florentino, quien en “Notas sobre cuestiones de Geología y Paleontología argentinas” (1896) comenta que, hasta ese momento Carlos sólo había publicado una reseña de sus dos primeros viajes (1890, 1891), pero que se hallaba preparando otra más detallada de todas sus exploraciones. Dado que varios años después, esta nueva versión seguía sin ser dada a conocer, Florentino en una carta a Carlos fechada en La Plata, junio 1 de 1895, le pide que reseñe sus viajes y la geología de las regiones estudiadas, para publicarlos en Cosmos. Pero el 15 de julio siguiente, Carlos le respondió que no podía escribir dicho trabajo pues estaba muy ocupado.

Carlos Ameghino publicó 29 trabajos. Los dos primeros, sobre geología y paleontología patagónicas, en 1890 y 1891; los restantes, entre 1913 y 1933 cuando ya terminadas sus exploraciones a la Patagonia, ahora estaba dedicado al estudio de los depósitos pampeanos bonaerenses, excepto la breve interrupción motivada por un viaje a Catamarca y Tucumán, donde efectuó colecciones en el Araucano, que luego describió.

En sus últimas publicaciones, se observa gran interés de Carlos por la fauna del Pampeano, particularmente las de Monte Hermoso y Miramar, localidades que concentraron gran parte de sus esfuerzos. También se destaca su preocupación por el origen del hombre americano, un problema que ya le había interesado en su niñez cuando acompañaba a su hermano Florentino en las excursiones locales, pero que en los últimos años había tomado mayor notoriedad a la luz de lo investigado por Florentino y nuevos hallazgos realizados con posterioridad al fallecimiento de éste.


Bibliografía seleccionada

El listado bibliográfico que figura a continuación incluye trabajos propios de Carlos Ameghino, y de otros paleontólogos que se convirtieron en sus biógrafos.

Ameghino, C. 1890. Exploraciones geológicas en la Patagonia.
I. Viaje a la Patagonia austral efectuado en Enero de 1887 a Setiembre del mismo año. Boletín del Instituto Geográfico Argentino XI: 3-23.
II. Viaje a la Patagonia Central (Territorio del Chubut) efectuado en Agosto de 1888 a Enero de 1889. Boletín del Instituto Geográfico Argentino XI: 23-46.

Ameghino, C. 1891. Exploraciones de los depósitos fosilíferos de la Patagonia Austral. Revista Argentina de Historia Natural I: 119-120. Buenos Aires.

Ameghino, F. 1887a. El yacimiento de Monte Hermoso y sus relaciones con las formas cenozoicas que lo han precedido y sucedido. Conferencia pronunciada en la Sociedad Científica Argentina (28 julio 1887). En Torcelli, A.J. 1916. Obras Completas y Correspondencia Científica de Florentino Ameghino, Vol. V: 431-444. La Plata, Argentina.

Ameghino, F. 1887b. Enumeración sistemática de las especies de mamíferos fósiles coleccionados por Carlos Ameghino en los terrenos eocenos de Patagonia. Boletín del Museo de La Plata I; 26 páginas.

Ameghino, F. 1888. Lista de las especies de mamíferos fósiles del Mioceno superior de Monte Hermoso hasta ahora conocidas. En Torcelli, A.J. 1916. Obras Completas y Correspondencia Científica de Florentino Ameghino, Vol. V: 483-496. La Plata, Argentina.

Ameghino, F. 1896. Notas sobre cuestiones de Geología y Paleontología argentina. Boletín del Instituto Geográfico Argentino XVII: 87-119.

Ameghino, F. 1906. Les formations sedimentaires du Crétacé Supérieur et du Tertiaire de Patagonie. Anales del Museo Nacional de Buenos Aires, t. XV (serie 3º, t. VIII): 1-568.

Feruglio, E. 1949-1950. Descripción Geológica de la Patagonia, Vols. I al III. Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, Buenos Aires.

Groeber, P. 1938. Mineralogía y Geología. Cap. XXV. Espasa Calpe Argentina S.A. 488 págs. Buenos Aires.

Ihering, H. von. 1907. Les Mollusques fosiles du Tertiaire et du Crétacé supérieur de l’Argentine. Anales del Museo Nacional de Buenos Aires 3, VII: 1-611.

Molfino, J.F. 1938. Carlos Ameghino (1863-1936). Physis XII, 44: 386-391. Buenos Aires.

Rusconi, C. 1965. Carlos Ameghino. Rasgos de su vida y su obra. Revista del Museo de Historia Natural de Mendoza, XVII, entregas 1-4: 1-160. Mendoza, Argentina.

Simpson, G.G. 1948. The work of the Ameghinos. In “The Beginning of the Age of Mammals in South America”. Bulletin of the American Museum of Natural History, New York, Vol. 91, art. 1: 19-26 (Traducción por H.H. Camacho “La Obra de los Ameghino”, Revista de la Asociación Geológica Argentina IX, 1953: 75-88).

Torcelli, A.J. 1935. Correspondencia entre Don Florentino Ameghino y Don Carlos Ameghino. En Obras Completas y Correspondencia Científica de Florentino Ameghino. Tercera Década (1891 a 1900), Vol. XXI: 7-115; Cuarta Década (1901 a 1911), Vol. XXII: 7-24. La Plata, Argentina.

Vignati, M.A. 1936. Carlos Ameghino. Revista del Museo de La Plata (nueva serie), Sección Oficial: 179-183. La Plata, Argentina.



Horacio H. Camacho

Dr. Horacio H. Camacho

Investigador Superior de CONICET

Museo Argentino de Ciencias Naturales
"Bernardino Rivadavia"
División Invertebrados Fósiles
Av. Angel Gallardo 470
(1405) Buenos Aires
Argentina

Correo electrónico: Horacio H. Camacho


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