Pensamiento y melancolía


Come, Sancho amigo -dijo don Quijote-, sustenta la vida que más que mí te importa, y déjame morir a mí a manos de mis PENSAMIENTOS y a fuerza de mis desgracias. Yo, Sancho, nací para vivir muriendo y tu para morir comiendo.

(Don Quijote de la Mancha, IIQ, LIX)