El arte de las comadres en los tratados médicos Bajomedievales.(Ss. XIII-XVI).


AUTOR: Paloma Moral de Calatrava

PROGRAMA DE DOCTORADO: Sociedad, Instituciones y Fuentes del Medievo

UNIVERSIDAD DE MURCIA

DIRECTORES: Angel Luis Molina Molina - Juana Mª Hernández Conesa

FECHA DE LA LECTURA: 24-10-2003

RESÚMEN
En este trabajo se analiza el oficio de la partera y la circulación de las ideas obstétricas y ginecológicas en la España Bajomedieval. Utilizando como fuentes los textos médicos y quirúrgicos que, entre los siglos XIII y XVI, elaboraron médicos y cirujanos europeos (Guido Lanfranco de Milán, Bernardo Gordonio, Guy de Chauliac y Johannes de Ketham) y españoles (Alfonso Chirino, Diego de Covo, el tratado anónimo sobre “La Generación de la Criatura” editado por Guillén de Brocar, la obra de Damián Carbón, la de Luis Lobera de Ávila y la de Francisco Núñez de Coria) se analiza la concepción que estos hombres crearon y difundieron sobre la actividad sanitaria de las comadres y el proceso de asunción de competencias de la Medicina de las tareas de las parteras. La “vernacularización” de la literatura obstétrica y ginecológica coincidió con la creciente profesionalización de la Medicina y con el incremento del conocimiento que se produjo en las universidades, circunstancias que permitieron la justificación de la intervención del médico y cirujano en la salud de las mujeres. En este contexto el valor social de las comadres y la consideración académica hacia sus tareas se transformaron durante la Baja Edad Media, de modo que los cuidados obstétricos y ginecológicos fueron objeto de una paulatina asunción de competencias por parte de los médicos. Este proceso terminó por subordinar la actividad de la matrona, utilizando como argumento principal la incapacidad de las mujeres para asumir las responsabilidades legales que se derivaban de sus juicios diagnósticos. Así, la solvencia de los dictámenes de las comadres comenzaron a verse comprometidos, desde el siglo XIV, en temas tales como el diagnóstico de la impotencia, la valoración del estado de salud fetal o la legitimidad del recién nacido. Estos argumentos se fueron construyendo de modo tal que las intervenciones de estas mujeres pasaron de ser un oficio independiente a una actividad supeditada al criterio médico. Para tal fin, la Medicina universitaria inició un proceso de medicalización de la salud femenina en el proceso de embarazo, parto y puerperio en el que la justificación de la necesidad de la presencia médica se fundamentaba en el peligro para la vida de la mujer y el feto y en la mala praxis de las comadres, que podía desencadenar patologías de difícil curación.
El análisis de estos textos ha permitido, además, concluir con la determinación de los textos que estuvieron dirigidos a la formación de las parteras. De una parte, la obra de Damián Carbón, que en la historiografía aparece adscrita como un manual de comadres, ha resultado carecer de los requisitos necesarios para que pueda ser considerada como una obra educativa, mientras que para el libro de Núñez de Coria, a pesar de tratarse de la traducción del “Rosengarten” de Rösslin, se han identificado las referencias a las autoridades antiguas que este profesor añadió, así como los dos capítulos que introdujo en este manual sobre las brujas y el mal de ojo. Esta obra, junto a las distintas recetas que aparecen en diversas ediciones españolas del “Compendio de la Humana Salud” de Johannes de Ketham han sugerido posibilidades de investigación sobre los intereses de la sociedad medieval hacia la salud femenina, así como el estudio de las posibles contribuciones de las mujeres al desarrollo de compuestos farmacológicos.