DYNAMIS. Acta Hisp. Med. Sci. Hist. Illus. 2006, 26, 323-366.
Godelieve MASUY-STROOBANT; Perrine C. HUMBLET (dir.). Mères et
nourrissons. De la bienfaisance à la protection médico-sociale (1830-1945),
Bruxelles, Éditions Labor, 2004, 282 pp. ISBN: 2-8040-1963-2.
El presente libro, planeado al alimón por una historiadora de la población
y una socióloga experta en salud pública, viene a enriquecer nuestros conocimientos
sobre el devenir de la atención médica a la infancia para el caso
de Bélgica. Se trata de un acercamiento monográfico, si bien matizado con
un capítulo («juego de espejos») en el que se comparan las trayectorias belga
y francesa, tan significativa y ejemplar en muchos aspectos. Está compuesto
por una introducción, que detalla con absoluta claridad los propósitos, diez
capítulos temático-cronológicos, un breve apartado de notas, la bibliografía
conjunta (si bien, al final de cada capítulo se detallan brevemente las fuentes
primarias de archivo y periodísticas más particularmente empleadas en el
mismo), un índice onomástico y una breve semblanza de las autoras (nueve
mujeres y un hombre). El sumario aparece al final, conteniendo los títulos de
los capítulos y de sus diversos apartados tan minuciosamente desagregados
que sirve de índice temático. En las páginas centrales del libro se ofrecen
varias biografías de personas destacadas en todo el proceso histórico estudiado
y de un par de instituciones significativas.
El acercamiento interdisciplinar del que presumen sus directoras en la
Introducción se hace realidad en la estructura y contenidos de los distintos
apartados. El libro se inicia con un amplio recorrido sobre la sensibilidad social
respecto de la infancia en Bélgica entre 1830 y 1914, estudiando sus motivos
y sus manifestaciones, particularmente en el terreno legislativo. Los capítulos
segundo y octavo, respectivamente, presentan el problema del trabajo de las
mujeres (antes de la guerra y en el periodo de entreguerras), pues aparece,
pese a la contra-evidencia estadística, como un aspecto central de la preocupación
acerca del cuidado de la infancia. Hay un capítulo sobre la extensión
de las crèches o guarderías a partir de mediados del siglo XIX —institución
creada como solución de compromiso ante el trabajo extradoméstico de las
madres—, otro sobre el nacimiento de los hospitales infantiles, estudiando
el primero aparecido en Bélgica, el hospital Louise-Marie de Amberes, obra
de filantropía privada, inaugurado en 1846, y un tercero sobre la primera
gran asociación civil, la Sociedad protectora de la infancia mártir de Bruselas
(1892-1912). Intercalados, dos capítulos analizan la dimensión poblacional
del problema, básicamente la mortalidad, con la misma división cronológica
ya mencionada, antes y después de la Gran Guerra, incluyendo las acciones
suscitadas por la interpretación del momento, en particular el florecimiento
de organizaciones de beneficencia privada como la Liga nacional para la
protección de la infancia (creada en 1904) —en el primer periodo— y la
respuesta estatal de emergencia durante la guerra (en el capítulo «el impacto
de la guerra») a través del Comité Nacional de Socorros. Esta experiencia
se consolidó en el periodo inmediato bajo la Organización Nacional de la
Infancia, que estudia otro capítulo. El último analiza, de manera comparada,
la historia belga y francesa, como ya se ha dicho, y corre a cargo de dos
conocidos especialistas franceses, V. Gourdon y C. Rollet.
El libro conjuga trabajos originales, sobre aspectos hasta ahora no suficientemente
estudiados, con otros que sintetizan la experiencia anterior de
las autoras en la misma o parecida temática. El resultado es notablemente
homogéneo, pese al número de colaboradoras, pues se analiza muy sistemáticamente
el problema a lo largo del periodo indicado en el título. Hay dos
momentos críticos, la década de 1880, que alberga el punto de ruptura con la
consideración tradicional de la infancia, y la invasión alemana en la I Guerra
Mundial, que produjo una sensibilidad nacional y una articulación también
nacional de las respuestas. Resalta la amplia participación de la sociedad
civil a través de organizaciones filantrópicas, sobre la infancia moralmente
abandonada, «mártir», como se popularizó a finales del Ochocientos y su
paulatina articulación (liga nacional, privada, luego el comité nacional y la
organización nacional, estatales). Otro aspecto que destaca poderosamente
en el relato es la clara ubicación del problema de los cuidados de la infancia
en un contexto que podríamos llamar económico-moral, donde el hecho
reproductivo simboliza y define la personalidad femenina y su valor cultural
y la imagen ideal de familia se forja (y se intenta hacer realidad) desde la
normalidad burguesa. Esto es más claro en los capítulos que firman Gubia y
Piette, sobre el trabajo femenino, y en el que estudia la Organización Nacional
de la Infancia en el periodo de entreguerras, que muestra su focalización
en la educación de las madres. El objeto histórico de estudio queda, pues,
definido «madres y bebés», como argumento contemporáneo de movilización
y profesionalización (matronas, visitadoras, pediatras). La dimensión
sanitaria del problema aparece como una más, creciente a partir de 1900
y, en especial, después de 1918, si bien el programa de profesionalización
de la atención al parto se remonta a la independencia (p. 95). El examen
reposado de tan imponente como ineficaz aparato sobre el lugar social de
las mujeres deja en el aire el problema de analizar los factores estructurales,
económicos y socioculturales, que sí favorecieron la progresión emancipadora
de las mujeres.
El libro está trabajado con escrupulosidad, de modo que nos permite
conocer numerosos detalles institucionales y cronológicos de la experiencia
belga. El primer consultorio de lactantes y gota de leche de Bruselas, fundado
por Eugène Lust en 1897, fue ejemplo para los españoles y lugar de visita
favorito de nuestros primeros puericultores, como Ulecia o Tolosa Latour, y
aquí podemos conocer con detalle sus aportaciones. Seguramente, también el
ambiente sociopolítico belga, la mayor presencia de un catolicismo militante
en obras de beneficencia, le prestaría calidad de ejemplo para el mundo de
la filantropía hispana de primeros del siglo pasado, a diferencia del municipalismo
republicano francés, que sería modelo para otras orientaciones.
ESTEBAN RODRÍGUEZ OCAÑA
Universidad de Granada