DYNAMIS. Acta Hisp. Med. Sci. Hist. Illus. 2005, 25, 547-585.

Emilio MUÑOZ (dir.), María Jesús SANTESMASES, Ana ROMERO y Jesús ÁVILA (eds.). Cuarenta años de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (1963-2003), Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales S. A., 2004, 362 pp. ISBN: 84-95486-79-02.

Queda claro desde la lectura de la referencia que este texto responde a una empresa conmemorativa, instada desde el propio organismo que se celebra (Jesús Ávila es el presidente de la SEBBM) y en la que se conjugan la recopilación de las memorias individuales junto con un trabajo analítico experto. Desde esta perspectiva, el contenido e interés del sumario está a la altura de lo que se espera de él, combinando recuerdos personales (Margarita Salas, Emilio Muñoz, Federico Mayor…) con aportaciones histórico-sociológicas (las de Santesmases y Ana Romero). Se encuentran también capítulos básicamente descriptivos sobre las líneas de investigación seguidas durante este periodo (M. Ángeles Serrano y Fco. García Olmedo) y otros en los que se elaboran recuerdos sobre algunos de los más destacados aspectos de las relaciones internacionales de la disciplina (Carlos Gancedo, sobre organizaciones, y Ángel Pellicer, sobre personas españolas en Estados Unidos). También se publican las biografías de los seis presidentes fallecidos, en las que puede apreciarse la misma diversidad de enfoque y método que en el conjunto del libro, desde acercamientos muy profesionales hasta la emoción del recuerdo amistoso personal. Un último grupo de trabajos lo constituyen ensayos de interés como los de Guinovart (qué hacer para ajustar a los tiempos la vida societaria) o García Barreno (relaciones entre la investigación y la clínica); si el primero tiene un interés corporativo, el segundo es una minuciosa y erudita disertación sobre las modalidades de la investigación médica internacional y sus cambios en la segunda mitad del siglo veinte, con un abundante apoyo bibliográfico. Sería interesante aplicar la misma tesis sobre ejemplos hispanos. En tanto que libro de encargo, podemos decir que el equipo coordinado por Emilio Muñoz, director de la Unidad de Políticas Comparadas del CSIC, ha cumplido con suficiencia. Ha recogido contribuciones de buena parte de las personalidades vivas más destacadas en la historia de este grupo profesional, ha orientado el análisis de esa correspondencia internacional tan señalada en la formación de este grupo, así como de su estructura de género (Miras y de Pablo) y las ha completado con sus propias aportaciones acerca del contexto en que se originó la sociedad (Santesmases), el estudio analítico de los congresos y reuniones científicas, así como de la base social (sendos capítulos por Romero). El libro se completa con cinco anexos donde se detalla la composición nominal de los organismos societarios y se ofrece la relación de las reuniones científicas celebradas, así como con un útil e imprescindible índice onomástico. Se echa a faltar, por el mismo motivo, un capítulo bibliográfico que reuniese el conjunto de obras citadas en los distintos capítulos.
La propia existencia de esta celebración, con la atípica cifra de 40 años, es un dato más para apuntalar la extremada importancia de las influencias internacionales en el desarrollo de la SEBBM, que es lo mismo que decir del desarrollo de esta disciplina. En efecto, se une a las conmemoraciones del Organismo Europeo de Biología Molecular nacido en 1964, al cual se incorporó nominalmente España desde sus inicios, aunque no lo hizo de pleno derecho hasta mucho más tarde. La historia de la aclimatación en España de la Bioquímica y su rápida deriva hacia la Biología Molecular ha sido felizmente iluminada, con gran minuciosidad y aguda inteligencia por trabajos anteriores de Santesmases, de los que citaré solamente Establecimiento de la bioquímica y biología molecular en España (1940-1970) —Madrid, 1997—, cofirmado con Emilio Muñoz; Entre Cajal y Ochoa: ciencias biomédicas en la España de Franco, 1939-1975 —Madrid, 2001—, y su reciente biografía de Ochoa para Nívola, 2002. La autora, además de haber producido en castellano, ha conseguido una excelente visibilidad en el escenario internacional, con artículos en Studies in History and Philosophy of Biological and Biomedical Sciences (2002), International Social Science Journal (2001), ISIS (2000) o Social Studies of Science (1997). La guerra civil generó en este terreno una importante cisura, que impidió la floración de la importante generación de investigadores, en biología experimental, aparecida en el periodo que la historiografía universal menciona como «de entreguerras». Los efectos de la contienda, directos e indirectos, hicieron que los discípulos de los Negrín, Pi Sunyer, Pittaluga se vieran en el exilio, o derivados por necesidad imperiosa hacia otras actividades. Esta diáspora internacional facilitó después un punto de amarre para la especialización postdoctoral de nuevas generaciones a partir de finales de los años de la década de 1940, en particular una vez levantado el bloqueo aliado contra la España franquista. Aquí los nombres oportunos son los de Ochoa y Grande Covián. Si María Jesús Santesmases resume con acierto en el capítulo correspondiente las circunstancias de la conexión española en el espacio transnacional en el que creció la biología molecular, las aportaciones de varios de los socios relevantes permiten advertir la fuerte impronta empírica de ese análisis. Luego, varios otros capítulos suponen un aporte interesante de datos brutos, que para un miembro de esta comunidad le permitirán reconocerse o afiliarse en determinadas tradiciones de trabajo y que para los historiadores futuros tendrán la condición de fuentes convenientes que deberán contextualizar adecuadamente.

ESTEBAN RODRÍGUEZ OCAÑA
Universidad de Granada