DYNAMIS. Acta Hisp. Med. Sci. Hist. Illus. 2002, 22, 551-609.

Andreas FREWER; Volker ROELCKE (Hsrg.). Die Institutionalisierung der Medizinhistoriographie. Entwicklungslinien vom 19. ins 20. Jarhundert, Stuttgart, Franz Steiner Verlag, 2001, 267 págs.

La presente obra festeja el centenario de la fundación (1901) de la Sociedad Alemana de Historia de la Medicina mediante la publicación de trabajos recopilados con motivo de un simposio mantenido durante el congreso de la actual Deustche Gesellschaft für Geschichte der Medizin, Naturwissenschaften und Technik en Lepizig en 1999, simposio celebrado en conmemoración a su vez del primer centenario de la muerte de Theodor Puschmann. Su objeto es la indagación acerca de los orígenes inmediatos de la institucionalización disciplinar de la Historia de la Medicina a caballo entre los siglos diecinueve y veinte. Se compone de trece capítulos, uno introductorio firmado por los editores, y otros doce más de otros once autores, pues uno de los compiladores repite como autor, una sección con detalles biográficos de todos ellos y un índice onomástico. Contribuyen al libro diez autores alemanes, uno suizo y una austriaca, en total dos son mujeres, la mediana de cuyo año de doctorado es 1984. Todos desempeñan puestos universitarios en historia de la medicina, salvo una doctoranda, una médica con puesto clínico y un farmacólogo posiblemente retirado, los cuales, no obstante, mantienen algún tipo de vinculación no venal con institutos del ramo. Es interesante advertir que, en ocho casos, la formación básica es la médica, que en seis casos se une a estudios humanísticos o científico-sociales, mientras que en los restantes cuatro el tronco disciplinar es historia, siempre junto con otra formación humanística o científico-social. Este perfil nos habla de los cambios producidos en el reclutamiento de nuevos profesionales en el ámbito de la historia de la medicina y, de forma colateral, sobre el no menos notable fenómeno del emborronamiento de las ominosas barreras disciplinares, que tanto hacen por mantener compartimentos estancos en la práctica científica, asociados a un reparto no menos escrupuloso de competencias docentes universitarias en procesos más semejantes a juntas de la propiedad inmobiliaria con ocasión de cualquier plan parcial urbanístico que a ninguna otra cosa.

Este libro constituye un excelente pretexto para estimular una reflexión sobre los contenidos de nuestra tradición disciplinar, precisamente porque examina su nacimiento inmediato en el relevante contexto de la historiografía germánica, cuyo modelo adoptamos en España.

Las contribuciones son variadas por su objeto de estudio particular (desde los trabajos de Sprengler a la marcha de Sigerist, la reanudación en 1952 del Sudhoffs Archiv interrumpido en 1943, o la secuencia de fundación de institutos historicomédicos en territorio alemán) y por su estilo narrativo, incluyendo aquí la pluralidad de abordajes metodológicos: se practica la recuperación de textos manuscritos, el análisis pormenorizado de procesos societarios, con amplio apoyo de archivo cuyas aportaciones sirven de contrapunto a lo oficialmente publicado, prosopografía, historia institucional, etc. Una ojeada al índice onomástico, nos muestra con 15 ó más citas a T. Puschmann 29, J. Pagel 22, M. Neuburger 21, A. Hirsch 18, K. Sudhoff, 17 y R. Virchow, 15; pero si consideramos el número de secciones en las que se cita a estos autores, el orden sería Sudhoff (8), Puschmann y Neuburger (5), Hirsch (3), Pagel (2) y Virchow (1), debiendo incluir a H. Haeser, R. Koch y A. Klebs, con presencia en 2 secciones y a H. E. Sigerist en 4. Hay capítulos llamativos por el esclarecimiento que prestan a ciertos sucesos, como es el de Andreas Frewer sobre las maquiavélicas actuaciones de Sudhoff en el periodo 1896-1906, que considera «la fase nuclear del proceso de de institucionalización», que muestran la soberbia con que el sabio de Leipzig condujo sus actuaciones públicas, sin recato ninguno con sus aliados, a los que usaba y tiraba sin contemplaciones. Otros suministran ricas informaciones bien sistematizadas, como es el caso de los escritos por K. H. Leven sobre el periodismo germano especializado (del primer Janus al último Sudhoffs Archiv) o el de B. vom Broche sobre la dinámica universitaria de la disciplina. Particularmente bien estudiada es la aportación de Puschmann, con dos trabajos, uno dedicado a la reconstrucción biográfica, si bien bastante escolar desde mi punto de vista, y otro donde se pormenorizan los avatares de su legado material, empleado en la dotación del Instituto de Leipzig. Hay cuatro capítulos que estudian personalidades y actuaciones anteriores o ajenos a las figuras de Puschmann y Sudhoff, y que resultan un conjunto muy apreciable por el esmero con que abordan dichas vicisitudes; llama la atención en particular el trabajo de W.F. Kümmel dedicado a analizar las estrategias de legitimización empleadas por la Historia de la Medicina en el siglo XIX, en tres grandes fases: la imediata a la Ilustración, la de los años de la década de 1870 y la de tránsisto con el siglo veinte. La última colaboración viene firmada por Alfons Labisch, quien muestra con su habitual maestría y síntesis conceptual el camino que ha llevado de la historia pragmática de Sprengler a la desaparición de los argumentos históricos en la época positivista, el proceso de institucionalización y la situación actual, en que preconiza la Historia en la Medicina (en la línea de Rothschuh, Hartmann, Seidler o Schipperges) con un sentido muy similar al buscado por el antecesor ilustrado: la creación de un pensamiento conformado historiográficamente que se emplee en la resolución de problemas técnicos médicos.

ESTEBAN RODRÍGUEZ OCAÑA
Universidad de Granada