Echeverría, C. y Madrid, D (2000): “Regresión del vocabulario en lengua inglesa en los alumnos de Educación Secundaria”, en González, D., Hidalgo, E. y Gutiérrez, J.: Innovación en la escuela y mejora de la calidad educativa, pp. 177-182. Granada: Grupo Editorial Universitario.

 

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LA PÉRDIDA DE LA COMPETENCIA COMUNICATIVA EN LENGUA EXTRANJERA: UN FENÓMENO POCO INVESTIGADO.

 

Mª Carmen  Echeverría y Daniel Madrid

(Universidad de Granada)

 

Introducción

            La investigación relacionada con la enseñanza y aprendizaje de lenguas extranjeras ha sido desarrollada durante décadas por profesionales de distintas disciplinas. Sin embargo, se ha prestado escasa atención a la pérdida de competencia comunicativa que sufre el alumnado después de los períodos de interrupción de la enseñanza formal.

            Comparada con la investigación sobre la adquisición de la lengua extranjera, o de una segunda lengua, la investigación sobre su mantenimiento y pérdida es de reciente desarrollo. De acuerdo con nuestros datos, el estudio de la pérdida de la lengua extranjera no se reconoció como campo de investigación hasta 1980. En este año, la Universidad de Pensilvania fue la sede del primer congreso sobre pérdida de competencia comunicativa de la lengua. La mayor parte de las contribuciones a ese congreso, señalaron la necesidad de comenzar a investigar de modo sistemático sobre este fenómeno.

            Desde entonces, este campo de estudio se viene desarrollando en varias publicaciones. Las más relevantes, a nuestro entender, son las actas del congreso de Pensilvania (Lambert y Freed, 1982) y las actas de un congreso internacional que tuvo lugar en Holanda en 1986 (Weltens, De Bot y Van Els, 1986). Así mismo, la revista Applied Psycholinguistics dedicó un ejemplar al tema en 1986 y en 1988 la ITL Review of Applied Linguistics publicó las actas de un simposio que tuvo lugar en Sidney en 1987.

            Sin embargo, la mayor parte de estas publicaciones se han centrado en la pérdida de la lengua materna. La primera publicación que se dedica exclusivamente a la pérdida de la lengua extranjera es Studies in Second Language Acquisition, vol. 11, 1989. Un tema recurrente en estas publicaciones es la necesidad de unir esfuerzos entre la comunidad científica para definir los subcampos de estudio para probar que este fenómeno presenta diversas manifestaciones. Así se abordaría su estudio desde la lingüística aplicada, la sociolingüística, la psicología cognitiva y otras disciplinas afines.

            El estudio de la pérdida de la lengua materna o extranjera se centra en la reducción de su uso que sufre el individuo. Esta reducción puede deberse a un cambio en el entorno lingüístico o a la finalización de un programa de instrucción.

            Van Els (1986) indica que una de las primeras cuestiones en investigación sobre competencia comunicativa es la necesidad de definir el fenómeno de pérdida y propone que se entienda como un continuo que se extiende entre un punto de pérdida total hasta otro donde el individuo se siente competente aún para utilizar la lengua aunque ésta se halle restringida. Dado que la pérdida de competencia comunicativa en lengua extranjera tiene lugar en un contexto donde la lengua materna es dominante, los estudios sobre esta pérdida deben considerar al individuo, su actitud hacia la segunda lengua y sus actitudes culturales y sociales hacia la comunidad lingüística. De Bot y Weltens (1995) consideran que la pérdida de competencia comunicativa en una lengua extranjera es toda clase de declive de las destrezas lingüísticas, sufrido por causa del tiempo, que puede afectar a un individuo o comunidad lingüística.

 

Clasificación de los tipos de pérdida de la lengua.

            Los estudios realizados distinguen entre aquellas pérdidas sufridas por causas naturales o patológicas; éstas últimas se refieren a casos de lesiones cerebrales o procesos relacionados con ciertos casos de demencia. Resulta evidente que estas causas, por su naturaleza, no tienen relación con el tema que aquí se trata.

            Respecto a las causas naturales, pueden ocurrir de modo intergeneracional o intrageneracional. En el primer caso, se refiere a los procesos de pérdida a través de las generaciones, por ejemplo, dialectos que dejan de hablarse debido al predominio de otra lengua. En el segundo, se refiere a situaciones de inmersión lingüística debido a movimientos migratorios.

            Van Els et al. (1983) proponen cuatro tipos de investigación que se definen dependiendo de que se estudie la pérdida de la lengua materna o de la lengua extranjera y dependiendo de que la lengua que sufre la pérdida sea la variante dominante en una comunidad lingüística:

            1- Pérdida de la lengua materna en su propio entorno. Es el caso de la pérdida que afecta a las personas debido a su edad o la pérdida de dialectos de comunidades minoritarias (Hyltenstam y Stroud, 1993).

            2- Pérdida de la lengua materna en un entorno donde se habla una lengua diferente. Implica tanto pérdida como cambio, interferencia de una lengua a otra. Es la pérdida sufrida por personas que emigran a un país con una lengua diferente a la materna (McKay y Weinstein, 1993).

            3- Pérdida de competencia comunicativa de una segunda lengua debido a que el hablante se halla inmerso en un medio donde se habla su lengua materna. Se refiere a la pérdida de las lenguas aprendidas en el contexto de aula o a emigrantes que regresan a su país de origen (Jordens et al, 1989; Kuhberg, 1992).

            4- Pérdida de una segunda lengua en un medio donde se habla esta segunda lengua. Se trata de la pérdida sufrida por emigrantes que por causa de la edad reducen su trato social (Gardner et al. 1985).

 

Pérdida de habilidad en lengua extranjera.

            Para el estudio de la pérdida de las habilidades lingüísticas y comunicativas de los sujetos, resulta necesario distinguir entre la adquisición de una segunda lengua en un medio natural (SLA) o su aprendizaje en el contexto de aula (SLL) porque ambos procesos transcurren por sendas muy diferentes y generan niveles de competencia muy distintos, según Krashen (1977, 1985)[1] , totalmente opuestos. También hay que distinguir entre el aprendizaje durante la primera infancia y la adolescencia ya que los procesos de aprendizaje son diferentes, por tanto arrojan resultados diferentes.

            En el caso de la pérdida de la lengua extranjera, Weltens (1987) establece tres categorías de variables:

            1- Características del proceso de adquisición.

            2- Características del período de pérdida.

            3- Características del alumno.

 

 

1.      Características del proceso de adquisición: 

            Abarca los factores que determinan el grado de competencia que el alumno ha adquirido antes de que la pérdida comience. Incluye el método de enseñanza al que el alumno se ha visto sometido, el número de años durante los que se ha visto expuesto a la lengua extranjera, el grado de capacidad alcanzado y la relación entre la lengua materna y la lengua extranjera tanto en lo que respecta al prestigio social de ambas lenguas como al grado de diferencia o similitud del vocabulario y de las estructuras gramaticales implicadas.

 

2. Características del período de pérdida:

            Es necesario estudiar el período en el que el alumno no utiliza ni se ve expuesto a la lengua extranjera para prevenir su deterioro. Se propone investigar qué clase de comportamiento mantendrá mejor la destreza una vez que ésta se ha adquirido.

 

3. Características del alumno:

            El proceso de pérdida está íntimamente relacionado con ciertas características del alumno. Berko-Gleason (1982) menciona el estilo cognitivo, sexo y clase social. También puede ser importante estudiar su estado motivacional , los intereses y necesidades respecto a la L2, su capacidad intelectual y el rendimiento académico general. Olshtain (1989) demostró que la edad es un factor importante, está relacionado directamente tanto con la adquisición como con la erosión de la lengua. La edad interactúa con otras variables: la alfabetización es un factor determinante para el mantenimiento de la lengua, se establece que los alumnos más pequeños están más limitados en su nivel de alfabetización y, bajo circunstancias similares de interrupción del proceso enseñanza-aprendizaje, se produce una pérdida mayor que en adolescentes.

            La posición social y prestigio de la lengua extranjera así como la disponibilidad a verse expuesto a la misma predicen un mayor mantenimiento de ésta mientras que una consideración social baja de la lengua predice una pérdida tanto por falta de uso como por falta de interés.

 

 

El umbral crítico de Neisser.

            Evidentemente el fenómeno de pérdida de competencia comunicativa de una lengua no puede ser explicado por una sola teoría o por varias teorías provenientes de una sola disciplina. Si bien es verdad que los factores patológicos pueden explicar algunos casos de regresión, son los factores sociales los que probablemente proporcionan la explicación más sólida a este fenómeno.

            También se ha definido la "regresión" como el proceso inverso de la adquisición. La defensa de la hipótesis de regresión como un principio básico para la pérdida de una lengua no ha sido cuestionada hasta ahora. Para su validación, Jordens et al (1989) establecieron dos hipótesis: la hipótesis lingüística y la hipótesis cognitiva.

            La hipótesis lingüística se basa en la noción de regresión. Según esta noción, la pérdida es el reverso del proceso de adquisición de una lengua. La hipótesis cognitiva se basa en la asunción de que en casos de adquisición natural de una lengua hay una tendencia a establecer una correspondencia cognitiva entre las funciones cognitivas y el caso morfológico asignado. Los resultados de experimentos sobre la marca de caso en alemán mostraron diferencias entre hablantes nativos e individuos que habían aprendido esa lengua. Para los hablantes nativos, la hipótesis cognitiva proporciona un marco de explicación más adecuado mientras que para los sujetos que aprenden una segunda lengua la hipótesis lingüística es más adecuada.

            La hipótesis lingüística sostiene que lo último aprendido es lo primero que se pierde. Las destrezas se pierden en orden inverso a como han sido adquiridas es decir, lo que se ha adquirido en primer lugar será retenido durante mayor tiempo y lo que se ha adquirido en último lugar se perderá antes (Andersen, 1982).

            Neisser (1984) sugiere que existe un umbral crítico para el conocimiento lingüístico. El conocimiento de ciertos aspectos de la lengua que alcanza este umbral es inmune a la interferencia lingüística o a la regresión. Este autor concluye que la información que está atada a una estructura cognitiva extensa se resiste al olvido, las piezas aisladas de información, en contraste, son mucho más vulnerables.

            Freed (1980) señala que lo último que se ha aprendido es lo primero que se olvida y propone la lectura inversa de esta sentencia, es decir, la información que mejor se ha aprendido será la última en olvidar. De aquí se desprende que los sujetos con mayor competencia lingüística tendrán una mejor retención.

 

La naturaleza de la regresión lingüística y comunicativa

            Cabe preguntarse qué características de la lengua se ven afectadas en primer lugar y con qué intensidad. Berko-Gleason (1982) sugiere que la pérdida, como la adquisición, deberían verse como un proceso continuo, gradual y direccional.

            Conocer qué se pierde es de suma importancia ya que entraría en el campo de la prevención para remediar la pérdida. Se ha demostrado que las destrezas productivas sufren mayores pérdidas que las receptivas, aunque habría que investigar el tipo de regresión que experimenta el alumnado de diferentes niveles y cursos, en diferentes contextos de enseñanza y aprendizaje, Weltens (1987) sugiere que el vocabulario es más susceptible de erosión que las estructuras sintácticas ya que éstas forman un sistema más cohesivo.

            Otra cuestión importante es el papel de los universales lingüísticos. Es posible establecer que las propiedades lingüísticas que son de naturaleza universal no sólo son fáciles de adquirir sino también más fáciles de retener cuando la pérdida se asienta. Este principio supone que a las propiedades que son específicas de una lengua son difíciles de adquirir y fáciles de perder una vez que la reducción de la lengua ha tenido lugar. En este sentido, Ellis (1986) afirma que hay evidencia en estudios de adquisición de lenguas extranjeras de que la adquisición sigue un orden jerárquico y que las características no marcadas o menos marcadas se adquieren primero que las marcadas.

            Las conclusiones de un trabajo de Olshtain (1986) con niños hebreos sobre qué aspectos de la lengua extranjera sufren mayores pérdidas demuestran que en alumnos de 5 a 8 años se halló regresión en formas irregulares de los plurales sustantivos y verbos en pasado. Olshtain (1986) explicó esta pérdida por ausencia de refuerzos lingüísticos positivos.  Sin embargo, el grupo 8-14 años no mostró la misma clase de proceso regresivo. Olshtain (1986) justifica este hecho debido a que durante el período de interrupción de exposición a la lengua estos alumnos habían leído en inglés lo que permitió a este grupo mantener su competencia. A través de la lectura es posible que esos niños mantuvieran la exposición a la lengua extranjera por sí mismos, en grado suficiente como para mantener la competencia con el inglés de manera más efectiva que el grupo de menor edad.

            Los resultados generales prueban que las áreas que más sufren son: el orden de las palabras dentro de la oración, el uso del género (en hebreo sólo hay femenino y masculino mientras que en inglés también se utiliza el género neutro), los verbos con preposición y el uso de preposiciones (ésta es la categoría que más pérdida sufre, mientras algunas preposiciones se adquieren pronto y fácilmente, aquellas que entran en conflicto con la lengua materna crean dificultades especiales). Todos estos aspectos de la lengua inglesa presentan diferencias tipológicas con la lengua materna del grupo estudiado.

            Olshtain (1986) deduce que la pérdida de competencia comunicativa en lengua extranjera no sólo es el reverso de la secuencia de adquisición sino que se ve interferida y potenciada por la transferencia de la lengua materna.

 

Estrategias compensatorias.

            Las personas que sufren pérdida de competencia comunicativa en lengua extranjera sufren lo que Sharwood-Smith (1983) denominó "reducción de accesibilidad" de ciertos items léxicos.

            Según Cohen (1989), cuando el hablante se ve afectado por esta reducción de accesibilidad y no encuentra el item léxico adecuado para realizar una producción lingüística puede optar por diferentes actuaciones:

            1- Actitud de abandono: el hablante se siente totalmente incompetente y decide evitar la lengua extranjera.

            2- Efectuar cambios o mezclas constantes con la lengua materna.

            3- Uso de circunloquios.

            4- Activar un "camino de recuperación léxica": una búsqueda consciente y sistemática en la memoria de un término específico. Si no lo encuentra utiliza otro de significado más global, menos específico.

 

Conclusiones.

            El estudio de la “regresión” que sufre el aprendiz a causa de la interrupción del programa de enseñanza.-aprendizaje también puede aportar claves importantes que nos ayudan a conocer mejor cómo aprenden los escolares, los aspectos que se aprenden y se olvidan con más facilidad, para poder aplicar medidas correctoras y de recuperación en determinados momentos. De esta forma , los resultados de la investigación sobre la pérdida de la competencia comunicativa en lengua extranjera debiera repercutir sobre el diseño curricular. Habría que comenzar definiendo y conociendo los niveles de competencia que consiguen los alumnos, las estrategias que emplean para retener las destrezas comunicativas en lengua extranjera, encontrar un modo de remediar la pérdida resultante de la interrupción de su uso y evaluar los efectos inmediatos de los cursos de larga duración y de los métodos de enseñanza. Además, encontraríamos argumentos para planificar la política educativa respecto al aprendizaje de lenguas extranjeras.

 

Referencias bibliográficas

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[1] "... there is no necessity of providing any conscious learning in the "acquisition" section..., (1988:101), (and) ... there is evidence to support the claim that consious learning needs to precede acquisition (1977:113)" Krashen (1977, 1988).