UNA APROXIMACIÓN A LA PUESTA EN VALOR DEL ARTE
ESQUEMÁTICO Y SU PAISAJE. LA SIERRA DE LA CULEBRA (ZAMORA)
AN APPROACH TO THE RESTORATION AND IMPROVEMENT OF THE
SCHEMATIC ROCK ART AND ITS RELATING LANDSCAPE. THE SIERRA DE LA CULEBRA
(ZAMORA)
José Carlos SASTRE BLANCO
Resumen
La Sierra de la Culebra es el único lugar de la
provincia de Zamora en el que nos encontramos con muestras de Arte
Esquemático. Estas manifestaciones artísticas se concentran
en tres zonas de la Sierra de la Culebra, algunas de ellas situadas junto a
castros o covachas. La mayoría se encuentran muy dañadas y
deterioradas por diversos factores, por lo que se hace necesaria una buena
conservación de estos yacimientos arqueológicos con el fin de
protegerlos y preservarlos.
Palabras clave
Arte Esquemático, Sierra de la Culebra,
conservación, antropomorfo, grabado
Abstract
The Sierra de la Culebra is the only place of the
province of Zamora where we can find any representation of Schematic Art.
It can be found in three different places of the Sierra de la Culebra, some
of them are located near to castros or small caves. Due to the bad
conservation of some of them it is necessary a good conservation of this
archaeological sites.
Key words
Schematic rock art, Sierra de la Culebra,
conservation, anthropomorphic, engraving
1. ARTE ESQUEMÁTICO Y PAISAJE: UNA
APROXIMACIÓN AL ENTORNO MEDIOAMBIENTAL DE LA SIERRA DE LA CULEBRA
(ZAMORA)
Uno de los principales objetivos de este trabajo es
plantear una adecuada puesta en valor, preservar y dar a conocer estos
yacimientos con arte esquemático. Atendiendo a este planteamiento
valoraremos el estado de conservación de todas las estaciones, para
así plantear nuestro propio modelo de puesta en valor y para ello
nos basaremos en algunas de las actuaciones realizadas tanto en yacimientos
esquemáticos de Castilla y León como de la Península
Ibérica.
El fenómeno esquemático es muy amplio
en el tiempo y en su localización geográfica, se observan
manifestaciones esquemáticas en todo el mundo y
cronológicamente aparece desde el Calcolítico hasta la Edad
del Bronce, llegando en algunos casos hasta la Edad del Hierro. Uno de los
problemas más habituales para su datación es que en la
mayoría de los casos carece de un contexto arqueológico
claro. La primera referencia a la pintura esquemática en nuestro
país data del año 1868. Manuel de Góngora, en su obra “Antigüedades prehistóricas de
Andalucía” describió
por primera vez el arte esquemático a través de los
yacimientos de Peña Escrita de Fuencaliente (Ciudad Real) y sobre
todo Los Letreros (Almería).
Nuestra intención es abordar el estado de
conservación y de conocimientos que poseemos sobre el arte
esquemático en la provincia de Zamora, basándonos para ello
en los yacimientos conocidos hasta el momento. La Sierra de la Culebra se
encuentra ubicada al norte de la provincia de Zamora, lindante con
Portugal. Se trata de un espacio natural protegido, desde 1973 es una
Reserva Nacional de Caza, y desde 1992 está incluido en el Plan de
Ordenación de los Recursos Naturales. Cuenta con una superficie
aproximada de unas 87.900 ha. La totalidad de este espacio natural queda
incluido en la cuenca del Río Duero. Con una altitud entre los 740 m
y los 1.238 m, su máxima altura son los 1.238 m del pico de
Peña Mira. Presenta un paisaje ondulado con extensas superficies de
matorral y pinares de repoblación. La flora y fauna propia de la
Sierra de la Culebra son muy abundantes y variadas. Se trata de uno de los
espacios naturales más ricos de toda la provincia de Zamora y de la
Comunidad Autónoma de Castilla y León en general. Está
ocupado en más de su mitad de extensión por masas repobladas
de coníferas. Cabe reseñar, que en la Sierra de la Culebra
vive la mayor población de lobo ibérico de toda Europa
occidental, siendo su principal seña de identidad.
2. EL ARTE ESQUEMÁTICO EN LA SIERRA DE LA
CULEBRA
No contamos en la provincia de Zamora con un elevado
número de estaciones con arte esquemático como sucede en
otros lugares de la Península Ibérica (Las Batuecas,
Fuencaliente, etc). Sin embargo, conocemos varios abrigos y covachas con
manifestaciones esquemáticas, todos ellos ubicados en la Sierra de
la Culebra y sus estribaciones.
En cuanto al tipo de manifestaciones que se
encuentran plasmadas en estos yacimientos arqueológicos todas ellas
encuentran sus paralelos en otras estaciones de la península. Los
motivos aquí representados no presentan ninguna novedad
tipológica, sino que reducen a los comunes antropomorfos, barras,
ancoriformes, bastones, cruciformes, etc. Lo más relevante de las
estaciones esquemáticas de la provincia de Zamora se encuentra la
ubicación de las determinadas covachas y abrigos, todos ellos con
unas condiciones de visibilidad y control del territorio muy
significativas. Hasta la fecha se han documentado los siguientes
yacimientos esquemáticos.
Covacha del Portillón
La Covacha del Portillón fue descubierta en
1977 por Grande del Brío. Se encuentra situada al sur de la
localidad zamorana de Linarejos. Ubicada muy cerca del punto más
elevado de toda la Sierra de la Culebra, el pico de Peña Mira, desde
donde domina la totalidad del valle colindante. Se trata de una
pequeña cavidad de origen cuarcítico, con unas dimensiones
muy reducidas, 9 m de largo, 3,5 m de ancho y 3 m de altura en el interior
de la misma. La entrada se encuentra orientada al Norte, dominando el paso
del Portillón, si bien al Sur de la misma se encuentra otra abertura
de reducidas dimensiones que proporciona luz al interior de la misma. Desde
la covacha se domina completamente todo el valle adyacente, por lo que
hablamos de una ubicación estratégica importante. Igualmente
es visible el cercano Canchal de Melendro, también con
representaciones esquemáticas, que se encuentra ubicado en la parte
opuesta de dicho valle.
Las pinturas esquemáticas que se encuentran en
el interior del Portillón aparecen distribuidas en dos paneles, a
una altura de 1,60 m. Ocupan la parte central de dicha covacha y han sido
realizadas en lugares donde se han desprendido grandes pedazos de la roca
en los que ha quedado una superficie óptima para realizar estas
manifestaciones artísticas. Los motivos esquemáticos
aquí representados vienen a ofrecer una gama de formas muy escasa
pero son, morfológica y técnicamente, paralelizables con la
inmensa mayoría de las estaciones esquemáticas peninsulares.
Todas las figuras han sido realizadas en color rojo utilizando el soporte
cuarcítico para plasmar las pinturas. El conjunto que publicó
Grande del Brío se centraban en un grupo de cuatro barras paralelas,
una figura en forma de bastón y tres antropomorfos, uno de ellos con
una posible cabeza en forma de “martillo” y otro, portando una posible lanza o espada.
En nuestra visita a la Covacha del Portillón
pudimos comprobar la presencia de todos los motivos publicados por Grande
del Brío, sin embargo, pudimos constatar la presencia de
algún motivo más. Así, junto a la
representación del bastón, que se ubicaba en la parte
más oriental de la covacha, se aprecia claramente la presencia de
otro motivo, que, con casi total seguridad, bien pudiese ser otro
bastón, aunque en un estado de conservación malo. Sobre ambos
motivos se aprecia toda una serie de cuatro barras o puntos de diversos
tamaños.
Debajo de la serie de cuatro barras se puede apreciar
la presencia de otros motivos pictóricos, de difícil
clasificación, debido a su mal estado de conservación, entre
otros motivos por la presencia de un grabado de origen moderno sobre dichas
pinturas (LAURA 5-10-05). En el caso de los tres antropomorfos no hemos podido apreciar
en la actualidad claramente todos los rasgos definidos por Grande del
Brío, debido al deterioro sufrido, que afecta especialmente a la
zona de la cabeza de las tres figuras antropomorfas. En uno de los tres
antropomorfos (Fig. 1), hemos podido comprobar la existencia de un objeto,
de difícil clasificación y asimilación, en su brazo
izquierdo, que se podría interpretar como un arma o bastón de
mando, sin poder precisar más sobre la naturaleza de dicho objeto.
En lo que se refiere a la información al
público, no existe ningún tipo de indicación sobre la
localización de las pinturas ni de la Covacha del Portillón,
es cierto que hay carteles informativos sobre la flora y la fauna, y el
medio ambiente de la zona, a menos de 200 m de la entrada de la covacha. En
cuanto a la conservación de las pinturas esquemáticas, son
visibles todos los motivos descritos por Grande del Brío. Algunas de
ellas se encuentran deterioradas por las visitas, tanto de gentes del
lugar, como de turistas, pero sobre todo por la contaminación
ocasionada por el humo producido por las diversas hogueras encendidas en el
interior de la covacha. Esto origina que algunos de los motivos se
encuentren en un lamentable estado de conservación. Esto nos hace
pensar que aun hoy en día pueden servir de refugio a gentes, que,
sin saberlo, estarían deteriorando gravemente dichas pinturas.
El Canchal de Melendro
Las pinturas del Abrigo de Melendro se encuentran al
Sur del paso del Portillón, en las inmediaciones del Arroyo de
Melendro (Fig. 2). Dicho abrigo se encuentra orientado hacia el Oeste, y
mide 10 m de anchura. Desde el Abrigo de Melendro se puede observar con
total claridad la Covacha del Portillón, lo que parece indicar
cierta conexión entre ambos yacimientos.
Las pinturas esquemáticas del Abrigo de
Melendro representan sólo una serie con cuatro grupos compuestos por
sucesiones de barras, realizadas en colores rojizos. En uno de los grupos
aparecen sólo dos barras (40 mm de longitud), otra más
definida por Grande del Brío como barra– antropomorfo (70 mm)
aparecería aislada; otro conjunto consta igualmente de dos barras de
mayores dimensiones que las anteriores (de 70 y 80 mm) y en el ultimo de
los grupos tendríamos también dos barras (de 60 y 70 mm). El
panel en el cual se encuentran representados los motivos
esquemáticos viene a ocupar tan solo un reducido espacio en el
extremo izquierdo del abrigo.
En nuestra visita hemos podido constatar la presencia
de una covacha de reducidas dimensiones, que hemos convenido en asignarle
el nombre de Covacha de Melendro, dada su proximidad al Abrigo de Melendro.
En esta covacha se aprecian claras muestras de deterioro, producidas por
las numerosas hogueras que se han producido en su interior, y cuyos restos
de ceniza cubren la practica totalidad de sus paredes, impidiéndonos
comprobar si allí se realizaron o no manifestaciones
artísticas paralelizables a las del Abrigo de Melendro y la Covacha
del Portillón, parece susceptible de haber podido ser utilizada para
plasmar algún motivo esquemático, o cuanto menos haber sido
utilizada como refugio temporal por los artistas que realizaron las
pinturas del Canchal de Melendro.
Durante nuestras visitas al Canchal de Melendro no
pudimos localizar ninguno de los motivos descritos por Grande del
Brío. La no señalización exacta de su presencia en
dicho canchal, así como unos destrozos ocasionados recientemente
(que nos hacen pensar que la presencia de dichos motivos
esquemáticos se situasen en esta zona), unido a la gran cantidad de
abrigos y cavidades rocosas, hacen muy difícil su ubicación
en la actualidad. Hemos podido comprobar ciertos destrozos producidos en
dicho canchal, debido a las obras para la realización de un
cortafuego que atraviesa justamente la zona más elevada del Canchal
de Melendro. Los destrozos realizados en dicha zona son bastante
importantes, y nos van a impedir saber si en esa zona se habían
realizado pinturas rupestres. La no señalización de este
abrigo, pese a su publicación, así como su falta de
conservación lo ponen en una situación de grave peligro.
Castro del Pedroso
Está ubicado en las proximidades de la
localidad de San Martín del Pedroso (Trabazos, Zamora) y fue dado a
conocer por Gómez–Moreno en 1927, en su “Catalogo Monumental de España”. En las primeras prospecciones que se realizaron
llamó la atención el material de la muralla, granito, en
contraste con otros castros de la comarca de Aliste, donde se utilizan las
pizarras. Sin embargo, el Monte del Pedroso es un “inselberg” o
monte – isla, constituido por un afloramiento de rocas ácidas
(granito de dos micas), en medio de una penillanura labrada sobre pizarras
ordovícicas. Se trata de un cerro de planta irregular, cuya altura
máxima se encuentra situada a 766 m, rodeado por una muralla en un
estado de conservación deficiente. Este recinto amurallado
ocuparía una extensión de 3 ha.
La muralla se adapta con facilidad a las
irregularidades del terreno. Fue edificada con bloques irregulares de
granito, de pequeño tamaño, aparejados con mampostería
en seco. Celestino Beça hace referencia a una posible torre circular, que
podría tratarse de una almenara. Sin embargo, en la actualidad,
debido al deficiente estado de conservación no es posible apreciar
claramente esta posible almenara. En la parte Oeste podría situarse
el área destinada a las viviendas, ya que es en esta zona donde se
ha encontrado el mayor número de restos cerámicos de todo el
castro. Aunque por el momento no se ha podido definir, claramente ninguna
estructura habitacional.
En cuanto a las insculturas, se encuentran en una
pequeña cavidad situada al Sureste del castro. La altura de la cueva
oscila en torno a los 2´5 m, por 10 m de longitud. Estos grabados se
encuentran deteriorados ya que en la misma zona se aprecian grabados
modernos (un jarrón con flores, siglas A.M.P., flechas, etc.). Estos
grabados han sido divididos en diversos grupos para su mejor estudio. El
Grupo A es el más numeroso. En este grupo nos encontramos con
cruciformes, alfabetiformes, trazos verticales, manos, barras, un
ancoriforme masculino, cazoletas, etc. Una figura ha sido definida como una
posible estela o ídolo placa. El Grupo B plantea problemas de
conservación. Sólo se aprecia con seguridad una figura
cruciforme. El Grupo C solo cuenta con un único grabado, un
antropomorfo cruciforme, con lo que se ha venido identificando como un arco
semicircular sobre su cabeza. Por lo que, aceptando la hipótesis de
que portase un arco, nos encontraríamos ante la figura, que ha sido
definida, por algunos investigadores, como la de un guerrero. Otro de los
grupos con más representaciones sería el D, en el cual nos
encontramos con varios grabados, tales como cruciformes, antropomorfos, y
un posible ídolo oculado, así como un posible tectiforme o
ídolo – placa. Por ultimo, en el Grupo E nos encontramos con
representaciones de tectiformes, cazoletas, un cruciforme y un antropomorfo
en forma de “phi” griega.
Por los hallazgos cerámicos que se han
realizado se podría datar entre el Eneolítico y el Bronce
Inicial, pudiendo llegar incluso hasta la Edad del Hierro. Desconocemos el
momento en que se utilizó el castro por primera vez, así como
la fecha en que se abandono. En las prospecciones que se han realizado se
han descubierto restos de lascas de sílex y diversos fragmentos
cerámicos. Entre las cerámicas nos encontramos con
cerámicas lisas con perfiles hemisféricos generalmente, y
cerámicas con decoración impresa (cardial), incisa (espina de pescado) y
triángulos invertidos rellenados con punteados.
Existe una clara relación entre el Castro del
Pedroso y los vecinos castros portugueses, así como con Vila Nova de
Sao Pedro, Zambujal, Pedra do Ouro, Rotura, Columbeira y Penedo. A tan
sólo 20 km del Castro del Pedroso nos encontramos con el yacimiento
de las Pedras Escrevidas, de Guadramil, que parece claro que podría
guardar algún tipo de relación dada su cercanía.
Durante nuestra visita al Castro del Pedroso no
encontramos ningún panel informativo que señalase la
presencia de dicho castro, lo cual hace muy difícil su
localización. Uno de los principales problemas que se aprecian es la
falta de vigilancia, así como de seguridad y conservación del
yacimiento. Pudimos observar en la parte inferior del castro una
pequeña zanja, que parecía haber sido realizado por
algún furtivo. Este es uno de los problemas a los que se enfrentan
los yacimientos arqueológicos, principalmente aquellos sin
ningún tipo de protección y conservación (Fig. 3).
En cuanto al estado de conservación de los
grabados, debemos destacar las pésimas condiciones en las que se
encontraban algunos de sus motivos. A pesar de la naturaleza
granítica de su soporte, estos grabados se encuentran muy
deteriorados debido a que en la misma zona donde se encuentran los
grabados esquemáticos, se pueden contemplar muchos grabados
modernos, tales como un jarrón con flores, las siglas A.M.P., y diversas flechas.
Abrigo de El Castillón
Las pinturas de El Abrigo de El Castillón
(Santa Eulalia de Tábara) no fueron publicadas hasta el año
1987, en que Fernández Rivera se ocupó de ellas, si bien el
verdadero descubridor, como señala el propio Fernández Rivera
de estas pinturas fue Santiago del Río, un lugareño de la
zona. De pequeñas dimensiones, este abrigo tiene una abertura de
5,50 m.; la profundidad máxima es de 3,50 m., y su altura
varía entre 1,50 m. y 1,70 m. Forma un semicírculo,
localizándose en su lado derecho todo el conjunto pictórico,
a excepción de un motivo que se encuentra fuera del abrigo, en la
pared exterior del mismo.
Las pinturas esquemáticas de El
Castillón no son los únicos vestigios arqueológicos de
la zona de Santa Eulalia de Tábara, ya que cerca del citado abrigo
con pinturas, en 1970 Virgilio Sevillano, publicó la existencia de
un castro situado en la margen derecha del Río Esla. Dicho castro
constaría de un doble recinto amurallado. En el sitio se pueden
observar los muros exteriores en toda su longitud, así como en la
parte del poniente una depresión que debió de ser una de las
puertas que daban acceso al recinto. Parece probable que una parte de las
piedras que faltan en dicho castro habrían sido reutilizadas por los
lugareños para la construcción de cercados para animales y
como otro tipo de construcciones. Este hecho lo hemos podido constatar con
bastante claridad en nuestra visita al Castro de El Castillón, al
comprobar la existencia de una construcción de reducidas
dimensiones.
En el castro, parece bastante clara la existencia de
dos puertas de acceso, una opuesta a la otra, y por las deducciones
lógicas, parece bastante probable la existencia de otras dos
entradas de acceso, una de las cuales facilitase el descenso hacía
el cercano Río Esla. En las investigaciones llevadas a cabo por
Virgilio Sevillano se documento la presencia, en el interior del recinto
amurallado, de una casa circular o cabaña de reducidas dimensiones
(3 m de diámetro); desgraciadamente, sin embargo, en nuestra visita
al castro no pudimos comprobar con precisión la existencia de esta
cabaña, dadas las malas condiciones de conservación de dicho
castro; por el contrario, si que pudimos observar la presencia de numerosas
estructuras, de difícil catalogación.
Los motivos pictóricos se localizan en dos
paneles de un mismo abrigo de pequeñas dimensiones, orientado al
Este y situado sobre el Río Esla. El color predominante sería
el rojo, aunque un mismo motivo puede ofrecer distintas gamas
cromáticas, lo que se debe a la acción de elementos erosivos
y degradantes de las pinturas originales. En el primero de los paneles,
situado en el exterior del abrigo, se puede observar un grupo de ocho
barras, de entre 25 y 55 mm de longitud. Su estado de conservación
no es bueno, el color está muy desvaído, hallándose
dos de ellas muy deterioradas. En el panel interior se pueden apreciar
varias figuras humanas y otros motivos indeterminados, enmascarados algunos
por la gran abundancia de concreciones calcáreas y numerosos
líquenes. Entre las figuras del panel interior nos encontramos con
una figura ictifálica de brazos en asa. Presenta el brazo izquierdo
estirado y la rodilla del mismo lado flexionada, lo que se ha venido a
interpretar como un arquero en actitud de disparo. Consta la presencia de
un motivo indeterminado, en un estado de conservación muy
deficiente. Se aprecia en la parte izquierda, un trazo inclinado, y en su
parte inferior otro, existiendo restos de un tercer trazo muy
desvaído (Fig. 4).
Igualmente, podemos constatar la presencia de una
figura muy desdibujada, posiblemente un antropomorfo, que conserva un trazo
correspondiente al cuerpo y cabeza, diferenciándose esta
última, y otro perteneciente a uno de los brazos. Junto a estos
destaca la presencia de un motivo cruciforme, observándose un trazo
vertical que representaría posiblemente un cuerpo y un falo, sobre
el que se extienden dos líneas transversales, que
corresponderían a las extremidades superiores e inferiores. Sin
embargo, es apenas perceptible dado su mal estado de conservación.
Respecto al ancoriforme simbolizado, el cuerpo aparece representado
mediante una línea vertical, mientras que otra línea curvada
indica las extremidades superiores.
Una de las figuras más sobresalientes
sería la que representa lo que se ha venido identificando como un
personaje armado. Sujeta lo que sería un bastón o cayado en
una de sus manos. Se aprecia claramente el trazo del cuerpo, el sexo y una
de las piernas, destacándose la cabeza. Igualmente se encuentra muy
deteriorado. Aparece también un bastón en un muy deficiente
estado de conservación. Por último, nos encontramos con un
conjunto de tres barras, conjunto muy característico en el corpus
del Arte Esquemático.
En cuanto al estado de conservación de las
pinturas destaca la presencia abundante de óxidos de hierro y de
manganeso, así como de gran cantidad de concreciones
calcáreas, lo que hace difícil, en algunos casos, la
visualización de los motivos representados. Podemos afirmar que en
la actualidad solamente es visible con claridad un motivo y parte de otro,
en gran medida debido a la gran cantidad de líquenes que tapan la
practica totalidad de los paneles pictóricos. También se
puede comprobar como una parte del panel principal se ha desprendido de su
soporte original, encontrándose caído en el suelo.
En cuanto al Castro de El Castillón, en
nuestra visita pudimos constatar la presencia de numerosos restos de tegulas romanas
esparcidas por el interior del castro. Se puede observar como algunas de
las piedras procedentes del castro han sido reutilizadas para la
construcción de una vivienda moderna en el interior del propio
castro, en la actualidad deshabitada y parcialmente destruida. Igualmente
pudimos comprobar la presencia de diversas hogueras realizadas
recientemente en el interior del propio castro, que a la vez que deterioran
y ponen en serio peligro todo el conjunto arqueológico, suponen un
claro peligro para el medio ambiente, por el riesgo de incendios que ello
conlleva. Benjamín Fernández en sus estudios descartó
toda relación entre el castro de Santa Eulalia de Tábara y la
zona de El Castillón, ya que los materiales que hasta el momento
habían aparecido en dicho castro corresponderían con una
ocupación de época romana, y hasta el momento no se
habían encontrado materiales anteriores a la ocupación romana
que pudiesen poner en contactos a las gentes que ocuparon dicho castro con
las que realizaron las pinturas esquemáticas. Sin embargo nuestro
modo de ver difiere bastante ya que no se han realizado estudios
suficientes sobre dicho castro que nos arrojen lo suficientes datos como
para establecer una cronología precisa al respecto. La
ocupación romana bien pudiese darse sobre una base indígena
anterior, como sucede en casos similares; la no presencia de restos
materiales de épocas anteriores a la ocupación romana no
descarta, un establecimiento indígena en la zona. En nuestra visita
al castro pudimos constatar la presencia de numerosos materiales de
época romana, pero ninguno de una época anterior, si bien es
cierto, que el estado actual en que se encuentra dicho castro no permite
profundizar en el estudio del mismo.
3. ACTUAL ESTADO DE CONSERVACIÓN DEL ARTE
ESQUEMÁTICO EN LA PROVINCIA DE ZAMORA
Nuestro objetivo con este trabajo es exponer
claramente la actual situación del Arte Esquemático en la
Sierra de la Culebra y sus inmediaciones. Mostrar el estado de
conservación en que se encuentran tanto los motivos
esquemáticos, así como los castros o zonas
arqueológicas en que se encuentran, e intentar buscar soluciones y
medidas tanto para conservar estos motivos, como para ponerlos en
conocimiento y disfrute de todo el público. El ser humano se ha
constituido, sin querer o no, como el peor enemigo del arte rupestre. La
explotación turística desorbitada de una estación
artística, la instalación de rejas protectoras o muros de
cierre peligrosamente cercanos a las manifestaciones pictóricas o
grabados, el descuido involuntario en el tema de un calco o copia inciden
en la conservación de estos restos.
Así nos encontramos con algunos casos tan
significativos como en El Mirador (Valonsadero, Soria), donde se documento
en 1981 el arranque o desprendimiento intencionado de un fragmento
pictórico de un abrigo. En la Peña Somera (Valonsadero,
Soria) nos encontramos con una pintada en uno de los paneles, “acotado de caza”,
claramente hecho a propósito. En la Peña de los
Plantíos (Fuentetoba, Soria) se puede apreciar la presencia de un
grafito moderno “JOR 159…4”. Se han documentado la presencia de hogueras recientes en
yacimientos como el Covacho de El Cubillejo, peña de la Visera,
Covachón del Puntal, La Cuerda del Torilejo o El Risco del
Portón de la Cañada (Fuentetoba, Soria). En el Abrigo II del
Barranco de Valdecaballos se documenta la presencia de una gran cruz
trazada con pintura blanca industrial cubriendo todo el panel
pictórico. En la Cueva Mayor de San Bartolomé Ucero hay
numerosos grabados con nombres de turistas que han visitado las pinturas.
En Domingo García (Segovia) sus grabados han sido arrancados y
sirven de sillares de zócalo de un chalet del mismo pueblo. En Ojos
Albos, las pinturas sirven de diana a los cazadores. En el conjunto
pictórico de Las Batuecas, exactamente en la Cueva del Cristo, se
pintó un complejo motivo de características barrocas sobre el
conjunto de soliformes y pectiniformes esquemáticos. En la Cueva de
la Santa Cruz de Conquezuela (Soria) la construcción de una
bóveda románica de medio cañón ocasionó
la excavación en las paredes de la cueva de varios huecos
rectangulares para el apoyo del maderamen que habría de sostenerla.
En ambos casos se trataría de la reutilización del santuario
en épocas y culturas distintas.
Si a todo esto le añadimos la
degradación natural, bien por medio de los agentes internos
inherentes a la roca (tendencia al desmoronamiento, desintegración,
exfoliación, etc), bien por los agentes externos (efectos
físicos y químicos de los factores atmosféricos,
acción de los elementos bióticos presentes en todo medio
ambiente produciendo microorganismos que dañan las pinturas)
tendremos que la conservación del arte rupestre se presenta como un
enorme problema de urgente, pero de muy difícil solución.
Creemos necesario diferenciar dos tipos de
degradación que sufren las manifestaciones artísticas
aquí estudiadas; por un lado, estarían las alteraciones o
degradaciones naturales, y por el otro las producidas por la acción
humana. En cuanto a las alteraciones o degradaciones naturales que sufren
los motivos esquemáticos aquí estudiados nos encontramos con
una diversa variedad, desde la presencia en los paneles, de óxidos
de hierro y de manganeso, diversos tipos de concreciones calcáreas,
así como la presencia de líquenes en algunas estaciones
esquemáticas. En algunos determinados casos hemos podido apreciar, in situ, como parte o la
totalidad de algunos paneles se ha desprendido de su soporte original, por
causas naturales, con la perdida total o parcial de los motivos que
allí se encontraban representados. Los factores antrópicos
son los que van a afectar de una manera más grave a las
manifestaciones esquemáticas. En nuestras visitas a los diversos
yacimientos hemos podido corroborar la presencia de diversos grabados de
índole moderna realizados sobre las manifestaciones
esquemáticas. Este problema se puede apreciar en casi todas las
estaciones esquemáticas zamoranas.
4. PROPUESTA DE CONSERVACIÓN Y PUESTA EN VALOR
PARA EL ARTE ESQUEMÁTICO DE LA SIERRA DE LA CULEBRA
Investigación en torno al estado de
conservación del arte esquemático en la provincia de Zamora
En primer lugar debemos de valorar el estado de
dejadez y falta de protección en que se encuentran todas las
estaciones con Arte Esquemático en la Sierra de la Culebra. Para la
puesta en valor de la Covacha del Portillón el primer paso y
más inmediato consiste en la correcta señalización del
yacimiento, mediante carteles informativos en las diferentes vías de
acceso al yacimiento, que nos indiquen que nos aproximamos a un conjunto
arqueológico, así como un panel informativo junto a la
covacha que nos indique las pinturas que se encuentran en el interior de
dicha covacha, mediante dibujos de las mismas, explicaciones sobre el arte
esquemático de la zona, etc, que permitan al visitante conocer
aquello ante lo que esta presente. Ante el grado de deterioro en el que se
encuentran todas las manifestaciones esquemáticas de la Sierra de la
Culebra, y para evitar su continuo deterioro y desaparición total de
las mismas, lo que en este trabajo proponemos es la colocación de
una seria de verjas, que se integre dentro del conjunto
arqueológico, y que limite el acceso de las visitas, pero sin
impedir su visualización, con el fin de preservar las pinturas de
las posibles agresiones.
Conservación
Muchas de las representaciones esquemáticas
han sido dañadas, tanto por efectos humanos, como por efectos
naturales, mediante hogueras, diversos grafitos de índole moderna,
líquenes, concreciones calcáreas, etc. Lo que aquí
planteamos no es limpiar los motivos ya afectados, principalmente por
hogueras o líquenes, sino proteger el resto de los motivos para que
no se acaben igualmente deteriorando. El caso de los líquenes, que
afectan a algunos de los motivos tiene difícil solución, pero
no imposible. Nunca optaríamos por la limpieza de los mismos, pues
solo conseguiríamos arrancar las pinturas de las paredes donde se
encuentran ubicadas. Lo más factible seria intervenir sobre los
líquenes que se encuentren próximos a las pinturas el fin de
detener su avance, y que finalmente cubran todo el panel pictórico.
En el Abrigo de El Castillón, uno de los
paneles principales que contienen manifestaciones esquemáticas se
encuentra actualmente en el suelo del abrigo, debido a causas de un
desprendimiento natural. Aquí nuestra propuesta seria la de ubicar
el panel en su zona originaria, ya que actualmente es visible la zona de la
cual se desprendió. La recolocación de este panel en su
soporte originario no afectaría al conjunto de las pinturas
esquemáticas, y si que favorecería al conjunto
arqueológico. Igualmente creemos necesaria la consolidación
tanto de este panel como de otros adyacentes, con el fin de que no vuelva a
suceder lo mismo. La consolidación de estos paneles debe de hacerse
de tal forma que no se afecte al conjunto total de las pinturas
esquemáticas, ni del abrigo en general.
Nos parece apropiado en aquellas estaciones
esquemáticas próximas a castros, como es el caso del Pedroso
o de El Castillón, que la conservación y puesta en valor, se
haga conjuntamente con el castro adyacente y las manifestaciones
esquemáticas, pues los resultados que se pueden llegar a obtener van
a ser más precisos, y a nuestro modo de ver no se debería de
separar el castro de las manifestaciones esquemáticas.
Las actuaciones no deberían de centrarse
únicamente en los lugares con manifestaciones esquemáticas,
sino que igualmente deberían de afectar al entorno donde se
encuentran, tanto a las covachas, abrigos y castros. Ya que una
actuación conjunta sobre las manifestaciones artísticas y el
entorno arqueológico nos va a permitir una mejor conservación
y puesta en valor del conjunto arqueológico. Por ejemplo, para el
Castro del Pedroso sería muy interesante la realización de
una serie de varias campañas de excavaciones, con el fin de que nos
proporcionen una información útil sobre diversos temas, tales
como el tipo de viviendas, las diversas actividades desarrolladas en dicho
castro, los sistemas defensivos, etc; con el fin de poder conocer algo
más sobre las gentes que pudieron realizar los grabados allí
representados y la relación entre los mismo y el propio castro.
También creemos que sería necesaria la realización de
diversas campañas de excavaciones en el Castro de El
Castillón, con varios objetivos, el primero determinar la
relación entre el castro y el abrigo con pinturas
esquemáticas. Profundizar en el estudio de dicho castro, al fin de
obtener una cronología fiable, determinar ciertas
características, como la funcionalidad del castro, sistemas
defensivos, tipos de viviendas, etc; y sobre todo la protección y
puesta en valor de dicho castro, ya que se encuentra amenazado por las
acciones antrópicas.
Difusión
En cuanto a la difusión de estos yacimientos,
nuestro objetivo principal es el de informar sobre la presencia de este
tipo de arte en la Sierra de la Culebra, así como transmitir a todo
el público estas manifestaciones artísticas, de que se
tratan, los motivos por los que se realizaron en dichas zonas, los modos de
vida de las gentes que pudieron realizar dichas manifestaciones, y sobre
todo la importancia de conservar este arte esquemático. El primer
paso para la difusión del arte esquemático de la Sierra de la
Culebra sería informar al visitante de la presencia de dichas
manifestaciones, mediante diversos paneles informativos en la principales
vías de acceso.
Junto a las covachas o abrigos deben de colocarse
paneles informativos que expliquen las pinturas que se encuentran en dicho
yacimiento, mediante dibujos, explicaciones sobre el arte
esquemático de la zona, etc, que permitan conocer aquello ante lo
que se esta presente. Lo importante es mostrar los motivos allí
representados, explicando el por que dela elección de ese lugar para
las representaciones esquemáticas, los métodos utilizados por
los artistas, y la importancia de la conservación de dichas
manifestaciones. Consideramos oportuno que la explicación que se
muestre en todos los paneles se reproduzca en varias lenguas diferentes
(principalmente en ingles), ya que como observamos en el caso del
Castro del Pedroso, la proximidad con el país vecino de Portugal
hace factible que una importante parte de los visitantes del yacimiento
sean portugueses, todos los paneles se deberían de realizar tanto en
castellano como en portugués.
Uno de los puntos principales para la difusión
del arte esquemático de la Sierra de la Culebra pasaría por
la creación de diversos Centros de Interpretación y
documentación, que estén dotados de salas de proyecciones y
exposiciones, una pequeña biblioteca, una pequeña tienda, que
cuente con una librería especializada en arte esquemático y
arte rupestre en general, una cafetería y aseos. Por ejemplo,
sería factible la creación de un Centro de
Interpretación en la localidad de San Martín de Pedroso
(Castro del Pedroso) y otro en Santa Eulalia de Tabarra (Castro y Abrigo de
El Castillón), ya que ambos yacimientos se encuentran distantes
entre sí. Ambos yacimientos cuentan con la presencia de un castro
cercano a la zona de las pinturas esquemáticas. Estos Centros de
Interpretación servirían para completar la visita al
yacimiento, mediante la utilización de diferentes servicios
multimedia, paneles informativos, audiovisuales, maquetas, etc.; el
objetivo final es que el visitante pueda conocer y valorar el conjunto que
esta visitando.
Por el contrario, en la Covacha del Portillón
y el Canchal de Melendro, nos inclinamos más por la creación
de aula arqueológica. Este aula arqueológica se
situaría en la localidad de Linarejos, y además de contar con
un Centro de Interpretación, permitiría el poder realizar
diversas visitas guiadas a ambos yacimientos, así como diversas
Rutas Verdes por la zona, con el fin de poder disfrutar igualmente de la
flora y la fauna de esta región, todo ello organizado mediante
diversas rutas, establecidas para poder disfrutar del Patrimonio
Arqueológico y del Medio Ambiente, sin dañar el entorno. Lo
que pretenderíamos con la creación de este aula
arqueológica sería mostrar el ambiente en el cual vivieron
los artistas prehistóricos que realizaron las pinturas, las
condiciones climáticas y medio ambientales a las que se enfrentaron,
la flora y fauna con la cual tuvieron que convivir, y como pudieron
sobrevivir en dicha zona. Además de concienciar al visitante de la
importancia de conservar y valorar tanto el patrimonio arqueológico
de la zona como el medio ambiente.
Igualmente propondríamos la edición de
uno o varios folletos, en los que se muestren mapas de las diversas zonas
con arte esquemático de la provincia de Zamora, con textos
explicativos, así como con las representaciones de la figuras
más significativas y una correcta explicación
didáctica de todos y cada uno de los yacimientos con manifestaciones
esquemáticas. También nos parece muy apropiada la
edición de una guía arqueológica sobre el Arte
Esquemático en la provincia de Zamora, siguiendo las pautas
establecidas para ello por la Junta de Castilla y León para este
tipo de publicaciones. Interesante sería la creación de una
pagina Web a cerca del arte esquemático. En la que cualquier usuario
de Internet pueda desde cualquier ordenador domestico visitar de forma
virtual dichas pinturas así como el entorno natural que las rodea.
Dicha pagina puede contar con un “foro”, donde los internautas puedan dar a conocer sus opiniones
sobre el arte esquemático en general, así como de poder
difundir diversos ataques que puedan sufrir las diversas estaciones con
arte esquemático en toda la Península Ibérica.
5. CONCLUSIONES
Por el momento, los yacimientos con Arte
Esquemático en la provincia de Zamora se limitan a la Covacha del
Portillón, el Abrigo de Melendro, el Castro del Pedroso y el Abrigo
del Castillón, todos ellos en la Sierra de la Culebra. Si bien es
cierto que la provincia de Zamora no es una de las provincias
españolas con más muestras de arte esquemático esto no
quiere decir que sean de inferior calidad o importancia a las de otras
partes de la misma. Tampoco podríamos afirmar que estas sean las
únicas manifestaciones esquemáticas de la provincia, pues
como hemos podido comprobar la zona se encuentra plagada de numerosos
canchales y afloramientos rocosos, con una gran multitud de abrigos,
covachas y lugares susceptibles de contener arte esquemático,
además de algunos motivos nuevos que hemos podido verificar en la
Covacha del Portillón.
El principal problema es el pésimo estado de
conservación en que se encuentran todos los yacimientos de la
provincia de Zamora, así como el grave peligro que corren todas las
estaciones esquemáticas. Si a corto plazo la degradación y
deterioro de las manifestaciones esquemáticas parece muy claro, a
largo o medio plazo esto supone la desaparición de estas
manifestaciones artísticas. Hemos podido comprobar como desde las
primeras publicaciones sobre estas manifestaciones artísticas, hasta
nuestra visita a los yacimientos, la degradación de las mismas ha
sido enorme, debido tanto a factores naturales como a factores
antrópicos. En algunos casos la situación es aun más
grave, ya que desde que se publicaron las pinturas por primera vez hasta
nuestra visita han pasado poco más de 20 años. No hemos
podido apreciar ningún tipo de actuación con el fin de
preservar o poner el valor estas estaciones. Los únicos trabajos al
respecto corresponden a Grande del Brío, Esparza Arroyo,
Fernández Rivera y Virgilio Sevillano. El ultimo de ellos publicado
en el año 1987.
Queda mucho trabajo aun por hacer para poder
preservar estas manifestaciones esquemáticas, pero, también
estamos a tiempo de preservar estas muestras artísticas. Lo
más urgente pasa por la señalización de los
yacimientos y el cierre de los mismos mediante verjas protectoras. Con
esto, ya habremos logrado frenar el deterioro de las manifestaciones
esquemáticas. Los costes económicos de toda esta
operación serian insignificantes. Pero si esto no se lleva a cabo,
ninguna de las medidas que podamos llevar a continuación será
satisfactoria para la protección de los yacimientos. Todas estas
medidas de conservación y puesta en valor que se plantean
serán insuficientes si no se produce la ayuda de instituciones
públicas tales como la Junta de Castilla y León, así
como de organizaciones preocupadas por el Patrimonio Arqueológico de
Zamora y de Castilla y León en general, de universidades, de
instituciones privadas, etc. No debemos de olvidar en ningún momento
que las representaciones esquemáticas que se analizan en este
trabajo se encuentran situadas en el Espacio Natural de la Sierra de la
Culebra, y por lo tanto en un paraje protegido, por lo cual es necesario
trabajar conjuntamente en cuanto al medio ambiente y el patrimonio
arqueológico de la zona, para el enriquecimiento del mismo.
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