LOS ESTUDIOS DE ARQUEOLOGÍA TEXTIL EN ESPAÑA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO

THE STUDY OF TEXTILE ARCHAEOLOGY IN SPAIN: PAST, PRESENT AND FUTURE

Leyre MORGADO-RONCAL*

Resumen

En las últimas décadas las investigaciones de Arqueología Textil han vivido un importante resurgir. Nos encontramos en un momento de consolidación metodológica y de oficialización como disciplina independiente. No obstante, la Arqueología Textil en España cuenta con más de un siglo de investigaciones. Por ello, en este trabajo queremos reflexionar sobre cómo han afectado esas transformaciones al actual estado de la disciplina. Con este análisis en clave historiográfica esperamos reflejar el pasado, presente y futuro de esta fascinante línea de investigación.

Palabras clave

Arqueología Textil, España, historiografía, metodología y vías de futuro.

Abstract

In the last decades, the investigations around Textile Archaeology have experimented a revitalization. We are currently in a time of methodological consolidation, the officialization as an independent discipline. However, the Archaeology of Textiles in Spain counts with a long tradition of over a hundred years of research. Consequently, in this paper we want to reflect how those changes have affected the current state of the discipline. As a result, with this historiographical analysis we hope to showcase the past, present, and future of this fascinating line of research.

Keywords

Textile Archaeology, Spain, historiography, methodology and future lines.

1. INTRODUCCION

El interés por la arqueología textil se ha multiplicado y finalmente ha ganado reconocimiento académico. Sin embargo, esto no siempre fue así. La naturaleza efímera de los tejidos y sus fibras causaron escepticismo. Durante muchos años, todo tipo de investigaciones textiles fueron sometidas al descrédito y a la devaluación de su valor histórico-arqueológico.

En España, la arqueología textil sumó un agravante más: las condiciones desfavorables para la preservación textil. Afortunadamente, después de más de un siglo de estudios y transformaciones, hoy encontramos un panorama más benévolo y positivo. No obstante, es necesario analizar cómo ha cambiado la arqueología textil española. Con ello, no solo entenderemos sus orígenes o su estado actual, sino también hacia dónde se dirige.

Uno de los inconvenientes de la arqueología textil española ha sido la falta de estudios sistemáticos y específicos. Esta situación ha provocado que sea arduo comprender la evolución histórica de la producción textil. Poco a poco esto ha ido modificándose, pero ha complejizado la comprensión del devenir de esta disciplina. Algunos autores ya han empezado a reflexionar sobre la trayectoria académica del textil en España (ALFARO GINER 2020) y esperamos que con esta publicación podamos seguir sumando. No se pueden concebir los nuevos retos académicos sin antes reflexionar sobre los orígenes, lo que sabemos y cómo se ha estudiado.

El presente trabajo se divide en tres grandes bloques. El primero recoge los orígenes y antecedentes que marcaron el porvenir de las investigaciones textiles. Con ello, esperamos reflejar el contexto teórico-social y los factores vinculantes del desarrollo de la arqueología textil.

En el segundo bloque analizamos las publicaciones y aproximaciones aplicadas durante el siglo XX. De esta forma, examinaremos los trabajos más influyentes y que han marcado el estado actual de esta disciplina. No obstante, no pretendemos sintetizar en su totalidad un siglo de trabajos, pero sí esgrimir qué avances se lograron, qué metodologías se aplicaron y cuáles fueron sus posibles deficiencias. Para ello, expondremos un discurso diacrónico, es decir, trataremos el estudio del textil de forma transversal. De esta forma, podremos también indagar sobre las transformaciones y métodos empleados dependiendo de la variable cronocultural.

El tercer bloque se centra en el momento actual, el siglo XXI, en el cuál estamos viviendo un momento de gran revitalización. Para ello, expondremos el cambio de metodologías, los nuevos intereses histórico-arqueológicos y las nuevas iniciativas. De esta forma, podremos reflexionar sobre las vías de futuro, los inconvenientes de las nuevas metodologías y el potencial de esta línea de investigación. En definitiva, deseamos que con este artículo contribuyamos a la comprensión de la arqueología textil española y a su visibilidad.

2. ANTECEDENTES

La industria textil en la península ibérica constituyó uno de los aspectos peor conocidos dentro del estudio de la evolución del ser humano. Una circunstancia bastante paradigmática, ya que los tejidos fueron un elemento de primera necesidad. Además, la confección de textiles refleja un alto nivel tecnológico y un avance en la calidad de vida de las sociedades pasadas. No obstante, durante el siglo XIX-XX la arqueología concedió su atención a esas culturas materiales más abundantes: la cerámica, los útiles de piedra, el metal, etc. En consecuencia, toda aquella cultura material de naturaleza orgánica se vio relegada a un segundo plano.

La arqueología textil fue impulsada por descubrimientos de carácter excepcional como los tejidos coptos en Egipto y los famosos bog-finds del siglo XIX. Para nuestro caso peninsular, las evidencias de cestería de la cueva de los Murciélagos o los restos textiles de la “momia de Galera” (ambos en la provincia de Granada) (ALFARO GINER 1980: 109; MOLINA et al., 2003). La materialización de los tejidos en el registro arqueológico fue el germen de sus publicaciones. Sin embargo, no fue suficiente para considerarse desde un inicio como una subdisciplina arqueológica.

Los intereses de la arqueología del siglo XIX y principios del XX han de explicarse dentro de su contexto teórico-social. Las investigaciones eran protagonizadas principalmente por hombres aristócratas y sus inquietudes reflejaban sus propios intereses. Esta cuestión no es baladí. Las artes textiles han sido tradicionalmente asociadas a las mujeres y en su momento, eso fue una causa de desprecio académico o quizá desinterés. Los estudios o alusiones a fragmentos textiles eran escasos en la península ibérica. Por tanto, esa escasez de datos y de fuentes clásicas frenó todavía más el interés por una cultura material tan fragmentaria.

Esta situación no significa que no existirían evidencias de la producción textil. De hecho, empezaron a acumularse en los museos (debido a las intensas actividades arqueológicas desarrolladas en la segunda mitad del siglo XX) y cayeron durante un tiempo en el olvido. Las publicaciones eran puntuales, pero sin duda el principal problema, y que en parte arrastramos, es la inexistencia de una metodología de actuación sistemática. Esto quedó reflejado en las publicaciones con pequeñas alusiones al material textil al final de largas memorias de excavación (CALVO Y CABRÉ 1918; CALVO y CABRÉ 1919; MARTÍNEZ SANTA OLALLA 1933; CUADRADO 1950). En consecuencia, el ámbito textil no fue valorado como un tema de primer protagonismo científico.

Bajo este panorama se gestó la arqueología textil. En estos breves antecedentes se encuentran las claves a los primeros estudios y muchas respuestas sobre la progresión de este ámbito de estudio. Con ellos en mente, ahora comprenderemos mejor las aproximaciones y transformaciones metodológicas que ha vivido la arqueología de las producciones textiles.

3. EL SIGLO XX DE LA ARQUEOLOGÍA TEXTIL EN ESPAÑA

El siglo XX marcó el pistoletazo de salida de los estudios entorno al textil. Anteriormente, las publicaciones y menciones eran fruto de la aparición de una nueva realidad arqueológica. Aun así, la mayoría de los trabajos siguieron dedicándose a atestiguar la presencia de estos materiales en yacimientos concretos (CAMPS CAZORLA 1934; HUNDT 1968; ALFARO GINER 1980; CUADRADO 1985:73) y, por tanto, ofreciendo visiones regionales.

A mediados de siglo XX empezó a emerger con más fuerza los estudios de textiles. De hecho, la primera generación reconocida de académicos de arqueología textil fue la de los setenta y ochenta. Esta transformación fue fruto de los cambios teóricos y epistemológicos. La entrada de la Nueva Arqueología revolucionó las publicaciones. La era de las clasificaciones llegó a su fin y se inauguró la ciencia arqueológica con los estudios arqueométricos (JOHNSON 2000: 38-39). Por ende, se abrieron multitud de nuevas posibilidades para extraer información del material textil.

Bajo este clima, Alfaro Giner en 1984 publicó, Tejido y cestería en la Península Ibérica: historia de su técnica e industrias desde la prehistoria hasta la romanización, una obra atemporal y que ha asentado las bases de la sistematización de los estudios textiles en España. Por primera vez, se aunaban esfuerzos para comprender de forma unificada, diacrónica y arqueológica, la realidad textil de la península ibérica. Con este punto de inflexión, se da a conocer la necesidad de especializarse en estas temáticas. A tal efecto, las publicaciones relativas al textil empiezan a aumentar exponencialmente en la década de los noventa y Alfaro Giner destaca como principal especialista (DELIBES et al. 1995; LÓPEZ MIRA 1995; ALFARO GINER 1999; LÓPEZ-AMO 1999).

Por otro lado, una de las particularidades de la arqueología textil es su carácter transversal. Los tejidos y su cultura material permiten una favorable visión diacrónica: desde la Prehistoria hasta la actualidad. A su vez, esta circunstancia ha provocado que el avance de los análisis haya sido dispar dependiendo de su adscripción cronocultural. Por consiguiente, es necesario que distingamos entre la Prehistoria y Protohistoria y los estudios de los tejidos en la Antigüedad. Estas diferencias entre otras cuestiones se deben a las evidencias materiales disponibles y que han implicado perspectivas de actuación diversas. Aun así, parten del mismo contexto académico-teórico anteriormente expuesto. Esperamos que su distinción facilite analizar los descubrimientos y perspectivas planteadas en el siglo XX.

3.1. La Prehistoria y Protohistoria a través del textil

Sin duda, la Prehistoria y la Protohistoria han sido la cuna del desarrollo de la arqueología textil tanto a nivel peninsular como internacional. Esta situación vino motivada por el deseo de conocer los orígenes de la tecnología textil, su dispersión y su efecto en el desarrollo del ser humano. Esto ha provocado que en el siglo XX gran parte de las publicaciones asociadas al textil se adscribieran a la Prehistoria y Protohistoria (Fig. 1).

Fig. 1. Ejemplos de evidencias arqueológicas de la producción textil estudiados en el siglo XX. A) Tejido en cuerdas de El Cigarralejo (Mula, Murcia). B) Placas perforadas de Vila Nova de San Pedro (Portugal). C) Agujas esparteras de bronce de Los Millares (Almería). (Fuente: ALFARO GINER 1984: Lam. IX; CARDITO ROLLÁN 1996: 135; ALFARO GINER 1984: Lam. XI).

Las publicaciones tendían a centrarse en la presencia de tejidos arqueológicos, es decir, observamos cierto culto al “producto final”. La vía más recurrente para abarcar la producción textil fue encontrar tejidos arqueológicos como en el Cigarralejo (Mula, Murcia), Los Millares (Almería) o la Cueva de Los Murciélagos (Granada) (CACHO QUESADA et al., 1996). Esta situación traía consigo una gran limitación: las dificultades climatológicas peninsulares para la preservación de fibras, tejidos o improntas. No obstante, estas consideraciones ya empezaron a analizarse en estos momentos (CUREL CASTRO 1984: 95). Sin olvidar, que no se contaba con métodos tan minuciosos para enfrentar las intervenciones arqueológicas.

A priori, este contexto podría haber restringido mucho las investigaciones. Sin embargo, apreciamos un temprano interés por el instrumental textil, cuestión que no captó tanta atención en la Antigüedad. Probablemente, la carencia de fuentes escritas y la metodología prehistórica motivaron que se buscaran otros vestigios arqueológicos: el instrumental textil.

En estos momentos ya encontramos bibliografía de instrumental textil, cuestión que se ve apoyada por su mejor conservación y variabilidad (tanto en tipología como en materias primas). Las publicaciones se dedican a casos concretos, establecer tipologías e identificar su funcionalidad. Nos gustaría destacar el trabajo sobre el Cerro de San Miguel con las fusayolas de época ibérica (VIDAL y LÓPEZ 1952), y los trabajos de Castro Curel sobre el empleo de las fusayolas y su aproximación cuantitativa a las pesas de telar (CASTRO CUREL 1980; CASTRO CUREL 1985). Del mismo modo, encontramos investigaciones que hacen alusión a hallazgos puntuales de instrumental textil. El caso más claro lo encontramos con las publicaciones sobre tensadores prehistóricos como en el caso de la Cueva de Nerja (Málaga) o la Cueva de la Murcielaguina (Priego de Córdoba) (GONZÁLEZ-TABLAS SASTRE 1982; GAVILAN CEBALLOS 1991). Aunque estas publicaciones han sido revisadas, su significación reside en dar a conocer la complejidad de la arqueología textil.

La metodología aplicada se basó en descripciones y presentación de hallazgos, pero también empieza a introducir análisis cuantitativos y microscópicos. Estos últimos fruto de la introducción de la arqueometría. Aun así, la principal deficiencia reside en la falta de sistematización y en los estudios puntuales que dificultan formarse una visión global sobre estas tecnologías. Aun así, la producción académica sobre el textil en época prehistórica y protohistórica demuestra ser más plural y abundante de lo que podría haberse pensado.

3.2 Los estudios del textil en la Antigüedad

La arqueología textil en momentos históricos ofreció una evolución diferente. Nos vamos a centrar principalmente en época romana. Aun así, queremos dejar patente que la arqueología textil permite llegar de forma diacrónica hasta la mecanización de la producción de tejidos.

La primera característica que encontramos en la Antigüedad es la presencia de fuentes clásicas, epigráficas e iconográficas. Todo un corpus de evidencias arqueológicas que para momentos anteriores no existían. Consecuentemente, la forma de aproximación tuvo que ser otra. Además, en época romana hablamos ya de una artesanía, una actividad profesional, con lo que eso implicaba.

La bibliografía española para esta adscripción cronocultural es escasa. Se detecta menos interés que en épocas no históricas. Las investigaciones se iniciaron con la revisión de las fuentes escritas y epigráficas. No eran estudios específicos sobre la artesanía textil romana, pero si se empezaron a presentar las alusiones a la actividad textil en Hispania. En ello ayudó mucho el Corpus Inscriptionum Latinarum (CIL) gracias a su información sobre la actividad artesanal.

Respecto a los vestigios de tejidos romanos, no son muchos, pero protagonizaron una parte significativa de las publicaciones de estos momentos (ALFARO GINER 1983-84; ALFARO GINER 1999). Se puede apreciar que en época romana hubo mayor culto al producto final. Una firme atención por encontrar los tejidos. Esta situación no fue favorable y limitó en gran medida la investigación. Del mismo modo, las publicaciones eran dispersas y esto dificultaba entender el número y tipo de evidencias textiles hispanas.

Por otro lado, respecto a la tecnología textil romana, encontramos una importante obra de Alfaro Giner. En ella, se evalúa de forma holística e unificada los distintos elementos participantes en la producción textil hispana: desde las materias primas a los tejidos (ALFARO GINER 1997). Este trabajo sigue constituyendo un gran referente por ofrecer una perspectiva multi-proxy, ya que considera tanto la información de las fuentes clásicas como lo que el registro nos aporta. Desde este trabajo, se empieza a plantear el estudio de la producción textil y no de la arqueología textil. Una transformación fundamental. El interés va a empezar a dirigirse a cuestiones sociales (el artesanado) y productivas.

Respecto a los estudios de instrumenta textilia estos son muy escasos. El instrumental quedó relegado del interés académico y no encontramos tantas publicaciones como en los periodos no históricos. Aun así, los primeros trabajos de instrumental buscan establecer tipologías, son descriptivos y tratan como mucho una variedad de instrumental. Algunos de los trabajos más significativas se centran en las agujas y los acus crinales (alfileres) en regiones concretas de Hispania (Fig. 2) (TABAR SARRIAS y UNZU URMENETA 1984; RASCÓN MARQUES et al. 1995).

Fig. 2. Ejemplo de una de las primeras clasificaciones de instrumental textil en hueso: las agujas y alfileres. A) Ejemplo de clasificación de agujas de Navarra por tipo de ojal. B) Tipos de alfileres encontrados en Complutum. (Fuente: TABAR SARRIAS Y UNZU URMENETA 1984: 194; RASCÓN MARQUES et al. 1995: 310).

Al igual que ocurría para la Prehistoria y Protohistoria peninsular, apreciamos falta de estudios concretos. La arqueología textil ofrece múltiples formas de aproximación, pero pocos fueron al principio los trabajos que sistematizaron temas concretos. En época romana, se localizan también espacios productivos (fullonicae, tinctoriae, officina lanificariae). De hecho, uno de los trabajos más sistemáticos y especializados de este periodo fue el que aproximó los espacios de lavanderías y tintorerías en época romana (USCATESCU 1994).

Por otro lado, encontramos otros trabajos arqueológicos para periodos más recientes, especialmente para época tardoantigüa y medieval. Con esta mención, queremos enfatizar la riqueza textil de la Antigüedad Tardía (especialmente con los tejidos coptos y la creación de las colecciones españolas como la de Montserrat) y de época medieval. De este último periodo destacan los tejidos de época nazarí cuyas investigaciones han de remontarse a los años cincuenta.

En definitiva, en estos momentos se cultivaron las bases metodológicas y se esbozaron las principales vías de estudio de la arqueología textil. La mayoría de los trabajos cuentan con un carácter puntual y la bibliografía se presenta dispersa. No existen especialistas como tal en arqueología textil (a excepción de Carmen Alfaro) y por ello, la tendente carencia de estudios más sistemáticos.

4. EL SIGLO XXI: EL BOOM DE LOS ESTUDIOS TEXTILES

Desde el 2000 hasta el presente, se ha apreciado una sobresaliente proliferación de estudios entorno a la arqueología textil. Este auge se ha producido sin distinción cronocultural, es decir, tanto para evidencias no históricas como históricas. Anteriormente, apreciábamos falta de sistematización, trabajos puntuales y cierto escepticismo académico. Precisamente, este es uno de los grandes cambios. Multitud de trabajos intentan suplir esto con estados de la cuestión y reuniendo las distintas evidencias de la producción textil en la península ibérica. Para la Prehistoria y Protohistoria, me gustaría destacar los trabajos de Ruiz de Haro sobre la tecnología textil y los de Jover Maestre y Basso Rial sobre producción e instrumental en la Edad del Bronce y Hierro (JOVER MAESTRE 2001; RUIZ DE HARO 2012; JOVER MAESTE y LÓPEZ PADILLA 2013; RUIZ DE HARO 2014; RUIZ DE HARO 2017, BASSO RIAL 2018a; BASSO RIAL 2018b). Este resurgir también se ve apoyado por nuevos descubrimientos textiles como los de la Casa del Turuñuelo (Guareña, Badajoz) (MARÍN-AGUILERA et al., 2019) o la primera evidencia de tejido en la península ibérica (GLEBA et al., 2021).

Para época romana también empieza a existir mayor interés y por ello se dan a conocer evidencias de tejidos procedentes de excavaciones del siglo XX (ALFARO GINER 2001; BUSTAMANTE et al., 2017; MARTÍNEZ et al., 2018; ALFARO GINER et al., 2020). Aun así, la aproximación tiende a seguir siendo la de hallazgos excepcionales y descubrimientos puntuales, pero ahora con análisis arqueométricos (microscopía SEM/EDX, microscopía óptica, etc.) (GARCÍA-IGLESIAS 2017: 52). Recientes trabajos han sintetizado los hallazgos de tejidos hispanos y con ello, se ve reflejada esta perspectiva de ofrecer una visión global (MORGADO-RONCAL 2021). Para la Antigüedad, el siglo XXI supone el verdadero inicio de los estudios. No solo se visibilizan los vestigios de tejidos, sino que los trabajos se diversifican. Las publicaciones son más específicas: establecimientos textiles (BELTRÁN DE HEREDIA BERCERO 2000; BUSTAMANTE-ÁLVAREZ 2018), el trabajo del hueso y el instrumental textil (MEZQUÍRIZ IRUJO 2009; ANDREU PINTADO 2013; BUSTAMANTE-ÁLVAREZ y DETRY 2019), los tintes y la púrpura (BERNAL CASASOLA y DOMÍNGUEZ-BELLA 2012), el artesanado textil y estudios de género (ALFARO GINER 2010), etc.

Respecto a época tardoantigüa destacan los análisis de las colecciones españolas de tejidos coptos (TURELL 2008; TURELL 2017) y para época medieval las investigaciones centradas especialmente en época nazarí (PARTEARROYO 2005; SERRANO-NIZA 2006; BORREGO et al., 2017).

Esta diversificación de temáticas, aproximaciones y su proliferación responde a la consolidación de la arqueología textil como una disciplina independiente. Internacionalmente, se deja notar con la creación de centros de estudios especializados como The Centre for Textile Research (Copenhague, Dinamarca), múltiples proyectos internacionales (PROCON, EuroWeb, DRESS ID…), workshops y conferencias (CTR Anual conference, NESAT…). En España, este cambio se introduce gracias a la inauguración de iniciativas internacionales que han permitido dar a conocer el panorama peninsular. El mejor ejemplo son los congresos bianuales de Purpureae Vestes. Una iniciativa española liderada por Alfaro Giner y que sigue el modelo de los conocidos NESAT (Northern European Symposium for Archaeological Textiles).

Los Purpureae Vestes se iniciaron en 2002 y desde entonces han aportado siete ediciones con sus correspondientes volúmenes editados. En ellos, se ha reunido la actualidad de las investigaciones de arqueología textil y han facilitado la creación de sinergias. El resultado se aprecia en la multitud de publicaciones, pero también en la presencia de estas temáticas en las universidades, en seminarios y en tesis doctorales. Estas iniciativas están consolidando y desarrollando nuevas generaciones de arqueólogos que ahora sí aspiran a centrar sus estudios en el textil. Sin duda, esa es una de las mayores transformaciones del siglo XXI: el desarrollo de especialistas sobre temas de arqueología textil. En cuanto a workshops realizados en España destacamos uno de los últimos: The fabric of society: Textile production, rituality, and trade in the Late Bronze-Early Iron Age Iberian Peninsula (Madrid, 2017) (MARÍN-AGUILERA y GLEBA 2020).

A nivel metodológico también se han diversificado los planteamientos. Uno de los factores esenciales ha sido la aplicación del concepto de chaîne opératoire. Con ello, ahora no solo se buscan los tejidos arqueológicos y los vestigios textiles, sino su rol dentro del ciclo productivo. Las inquietudes ahora traspasan la materialidad y se busca en ella respuestas de índole social y económico (BASSO RIAL et al., 2021). Estos planteamientos ya se habían introducido en la prehistoria, pero resultan novedosos en los periodos históricos. En consecuencia, se empieza a incorporar el carácter experimental y etnográfico. Por ejemplo, la aproximación al sagum hispanum (una vestidura militar de época romana, siendo el sago un tipo de manto) (GARCÍA CABO 2020) o el estudio de la producción de esparto en Hispania mediante etnografía, arqueología y su chaîne opératoire (GOSNER 2021: 331). Otra de las preocupaciones y ámbitos de estudio del siglo XXI es la conservación de tejidos arqueológicos y la búsqueda de técnicas analíticas no invasivas. Una vía fundamental que tendrá fuertes implicaciones en el futuro.

En resumen, en la actualidad reina la diversidad de formas de aproximación. No obstante, seguimos echando en falta una tipocronología de instrumental textil para época romana (cuestión que desarrollaré en mi tesis doctoral), mayor interdisciplinaridad y perspectivas de estudio más holísticas. No obstante, la arqueología textil española no deja de estar en proceso de formación y consolidación. Esto queda todavía más patente si la comparamos con la trayectoria desarrollada en otras partes de Europa (especialmente en el norte). Del mismo modo, en época clásica es donde más recorrido nos queda. En ese sentido, se ha progresado más para las épocas de la Prehistoria y Protohistoria. Probablemente, se deba a que en época romana la producción textil se estandariza y esto ha provocado menor atención. No obstante, el futuro análisis del artesanado dará importantes resultados a nivel histórico-social. Sin duda, nos encontramos en un momento de desarrollo y en lo que constituirá la consolidación disciplinar de la arqueología textil en España.

5. REFLEXIONES CONCLUSIVAS

Las discusiones y conclusiones fruto de este trabajo las vamos a sintetizar en tres grandes bloques:

Las transformaciones metodológicas: Los cambios metodológicos se producen conforme el desarrollo de la propia disciplina arqueológica. Esto hace que los primeros estudios sean clasificatorios, luego puramente arqueométricos y que finalmente se busquen también los aspectos sociales, los agentes. Esas percepciones no son más que un reflejo de la arqueología histórico-cultural, procesual y postprocesual. Con ello, venimos a indicar que la metodología textil se ha visto directamente influida por el desarrollo teórico de nuestra disciplina.

Podemos apreciar, en las investigaciones de arqueología textil, una evolución diferente para la cultura material histórica y no histórica. Los estudios han mostrado mayor atención a los orígenes tecnológicos y por tanto a la Prehistoria y Protohistoria. Probablemente, se relacione con su significancia en la evolución del ser humano y debido a la estandarización de la producción en época romana. No obstante, esta circunstancia se está transformando rápidamente y los periodos históricos están reflejando un gran potencial histórico-arqueológico. Sin duda, la presencia de tal diversidad de fuentes arqueológicas, en épocas históricas, dificultó el desarrollo de las investigaciones.

En la actualidad, se aboga por los métodos interdisciplinares y por la comprensión de la arqueología textil desde su ciclo productivo (la chaîne opératoire). Una visión mucho más holística y multi-proxy.

Problemáticas de la arqueología textil española: El inconveniente principal son las condiciones climáticas. El material orgánico es difícilmente preservado en el registro arqueológico y las condiciones de la península ibérica son un agravante. No obstante, esta circunstancia se ha visto optimizada gracias a la mejora metodológica y el proceder sistemático.

La arqueología textil durante mucho tiempo se trató de forma puntual y no tuvo el reconocimiento científico que ahora está consiguiendo. Una de las principales carencias fue la ausencia de especialistas y la imposibilidad de centrar los trabajos exclusivamente en el ámbito textil. En ello, Alfaro Giner, como especialista, ha abierto un gran camino y sobre todo ha dado a conocer la arqueología textil española en otros países. Sin duda, gracias a ella hoy contamos con una nueva generación de investigadores.

Por último, el reiterado interés por estudiar solo tejidos arqueológicos. Durante mucho tiempo, la arqueología textil se redujo a eso, a tejidos e incluso fue tachada por estudiar “solo ropa”. Sin embargo, la arqueología textil va mucho más allá de los tejidos. Se trata de su proceso productivo, los espacios, los que trabajan el textil, el instrumental de confección, etc. Los cambios han traído una visión más amplia, ahora hablamos sobre todo de producción textil, ya que con ella la percepción es más completa.

El futuro de la arqueología textil: En España queda mucho por hacer y especialmente en la Antigüedad. Cada vez hay una mayor sistematización. Aunque seguimos apreciando una metodología que no es del todo uniforme. Los referentes internacionales son esenciales, al igual que hacer llegar a otros países nuestros trabajos.

El ámbito del instrumental textil todavía tiene mucho que ofrecer ya que ha sido tratado de forma dispersa. Sin duda, será una de las vías que más resultados aportará en el futuro.

En definitiva, debemos esperar trabajos interdisciplinares, aproximaciones múltiples (perspectivas de género, arqueología experimental, arqueometría…) y visiones holísticas. De esta forma, se podrá optimizar el potencial informador de las evidencias textiles.

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* Doctoranda FPU de la Universidad de Granada. Departamento de Prehistoria y Arqueología. Grupo de investigación HUM-296.
morgadoroncalleyre@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0839-3510