REINTERPRETACIÓN CRONOLÓGICA DE LA NECRÓPOLIS DE EL CIGARRALEJO (MULA, MURCIA): EL ESTUDIO DE LA CERÁMICA ÁTICA

CRONOLOGICAL REINTERPRETATION OF CIGARRALEJO (MULA, MURCIA) NECROPOLIS: STUDY OF GREEK POTTERY

María NAVARRO FERNÁNDEZ*

Resumen

La cronología de las tumbas del yacimiento ibérico de El Cigarralejo propuesta por E. Cuadrado está basada en el análisis de la cerámica ática como fósil director, fundamentada en los trabajos de N. Lamboglia. La importancia de dicha tipología cerámica como indicador cronológico conduce a este trabajo a reinterpretar de manera aproximada la cronológica de 95 tumbas a través del análisis actualizado de la citada tipología. Dando lugar, al planteamiento de nuevas fechas que acotan el intervalo cronológico de los enterramientos al siglo IV a.C.

Palabras clave

El Cigarralejo; cronología; cerámica ática; necrópolis; ibero

Abstract

The chronology of the tombs of archeological site El Cigarralejo proposed by E. Cuadrado is based on the analysis of Attic potter as a director fossil, founded on the works of N. Lamboglia. The importance of this typology as a chronological indicator leads this work to reinterpret in an approximate way the chronology of 95 tombs through the updated analysis of the mentioned typology. Thus allowing the approach of new dates that restrict the chronological interval of burials to the 4th century BC.

Key words

El Cigarralejo; chronology; attic pottery; necropolis; iberan

1. INTRODUCCIÓN

A través del presente trabajo se pretende analizar las diferentes tipologías de cerámica ática halladas en el yacimiento ibérico de El Cigarralejo (Mula, Murcia), con el fin de otorgar una nueva propuesta cronológica a una selección de tumbas pertenecientes a la necrópolis.

La elección de la cerámica ática, como indicador cronológico, no es una propuesta baladí. Dicha tipología fue considerada como un fósil director (CUADRADO DÍAZ 1987) y como resultado, la secuencia cronológica de las tumbas está basada en las fechas proporcionadas por el estudio de la cerámica ática. Es decir, los enterramientos de la necrópolis de El Cigarralejo poseen, en su mayoría, una datación otorgada por el análisis de la citada tipología, ya que E. Cuadrado consideró este material como un “elemento fiable de datación” (CUADRADO DÍAZ 1987: 37- 40).

Para poder llevar a cabo dicha propuesta cronológica, E. Cuadrado se apoyó en los estudios cerámicos de N. Lamboglia (1952) y, en consecuencia, la cronología de la cerámica ática de El Cigarralejo es la propuesta en dicho trabajo. A pesar de que la obra de N. Lamboglia fue pionera y continúa siendo un referente en la actualidad, la literatura científica ha evolucionado, dando lugar a la desactualización de dicha tipología en el yacimiento.

Así mismo, si consideramos necesario revisar la cronología de la cerámica ática, la datación general de las tumbas también precisa de una reinterpretación es aquí donde radica la importancia de nuestro trabajo. Así pues, mediante el análisis de la cerámica ática fundamentado en el trabajo de Sparkes y Talcott (1970) y a través de la comparación con el llevado a cabo por E. Cuadrado Díaz (1987) ofrecemos un nuevo horizonte cronológico para las tumbas que contienen dicha tipología.

Marco histórico y geográfico

El complejo arqueológico de El Cigarralejo se localiza en el término municipal de Mula (Murcia) a unos dos kilómetros del núcleo urbano (Fig.1). Con una situación geográfica de 38º 3’ 10, 42024’’ de latitud N. y 2º 13’ 13,15455’’ de longitud E; en lo que respecta a la extensión del asentamiento, en conjunto sus dimensiones oscilan entre dos y tres hectáreas, extensión matizable puesto que aún quedan áreas por documentar, aunque dicha superficie corresponde a los términos referenciados por Emeterio Cuadrado, es decir, al poblado, necrópolis y el santuario, los tres espacios que componen el yacimiento (CUADRADO DÍAZ 1950: 13-18).

Fig.1. localización del yacimiento ibérico de El Cigarralejo (Elaboración propia a partir de imágenes de Iberpix).

En el ámbito geográfico, el yacimiento se sitúa en un cerro de flancos abruptos. Delimitado al Este por un macizo rocoso que constituye la defensa natural del poblado, conocido como “Piedra Plomera” y al Oeste acotado por el camino de bajada al Río Mula (CUADRADO DÍAZ 1987: 19-21); morfológicamente, el área está situada en los niveles más bajos del valle, donde destaca la horizontalidad y el escalonamiento de terrazas aluviales que acompañan a las terrazas del río Mula, el principal aporte hídrico de dicho yacimiento (SÁNCHEZ TORIBIO 1993).

En lo que respecta a los antecedentes de estudio del yacimiento, comenzaremos comentando cómo fue descubierto el mismo, puesto que las referencias sobre este territorio eran escasas y no hacían mención sobre ningún resto arqueológico ibero o ibero - romano. Será por primera vez en La Historia de la Muy Noble y Leal Villa de Mula (ACERO et al. 1886) donde se mencionen unas ruinas árabes situadas en un lugar denominado “El Cigarralejo”. Esta afirmación junto a la de Abelardo Merino que aseguraba que dicho territorio fue ocupado por los árabes (MERINO ÁLAVAREZ 1915), hicieron a Emeterio Cuadrado, conocedor de la costumbre popular de atribuir a los árabes todos los restos arqueológicos de un territorio, iniciar las primeras investigaciones en este escenario. El análisis de estos textos, dio pie al descubrimiento de los primeros restos iberos, en el año 1945, atribuidos al santuario.

Por definición El Cigarralejo, es un yacimiento ibérico, aunque su periodo de ocupación abarca desde el siglo V al I a.C. (CUADRADO DÍAZ 1987). Dicho intervalo cronológico está delimitado principalmente por los estudios de necrópolis y de los materiales hallados en los enterramientos.

En lo referente a la funcionalidad del mismo, el complejo arqueológico se distribuye en tres áreas:

El santuario: excavado entre los años 1946 y 1949. Los trabajos se centraron en la delimitación de la planta hasta el año 1949 en el que fueron hallados la mayor parte de los exvotos, dentro de una gran habitación (H - 11), la cual hoy es entendida como una favissa. La gran atracción de los exvotos y su pronta publicación en 1949 junto al hecho de que durante la última campaña se localizasen los primeros indicios de la necrópolis no favorecieron a la continuación de las excavaciones del santuario (CUADRADO DÍAZ 1950).

La necrópolis: comenzó a ser excavada en el año 1947 y los trabajos se dilatarían en múltiples campañas, siendo el área que más ha sido estudiada y que por consecuencia ha otorgado múltiples resultados. En este espacio se localizaron más de 500 tumbas durante todo el proceso de excavación con diversas tipologías, aunque todas seguían el rito incinerador (CUDRADO DÍAZ 1987 b).

El poblado: en esta área no se llevaron a cabo trabajos de excavación. De su composición apenas sabemos que estaba amurallado y que las plantas de las casas debieron de ser rectangulares, datos que se conocen a través de los restos que aún hoy en día se vislumbran en superficie.

2. ANTECEDENTES

Los estudios de cerámica ática en el yacimiento de El Cigarralejo comenzaron con el análisis de la cerámica de figuras rojas (CUADRADO DÍAZ 1958) a través de una interpretación tipológica y descriptiva, fundamentada en la decoración de las piezas. Por otra parte, en la primera publicación dedicada al análisis de la cerámica ática de barniz negro (CUADRADO DÍAZ 1963) se documentaron las unidades identificadas hasta la campaña del año 1963 generando un primer acercamiento a las tipologías más comunes.

Sin embargo, la investigación de la colección completa fue llevada a cabo por García Cano (GARCÍA CANO 1998), el cual distingue, analizando el total de las tumbas, un repertorio de 232 ítems compuestos en su mayoría por cerámica de figuras de barniz negro (212 ítems). El estudio, se centró en clasificar las diferentes tipologías y en resaltar la presencia de la cerámica ática como un indicador de prestigio social. Por otra parte, el autor planteó la entidad que debió tener el yacimiento, junto a la excelente comunicación costera como consecuencia del alto influjo de material cerámico importando hallado en los enterramientos (GARCÍA CANO 1998).

Más allá de las aportaciones cronológicas y cuantitativas (GARCÍA CANO 1988), la cronología de la cerámica no ha sido actualizada ni tampoco la nomenclatura de la misma. Es para ello referente el estudio comparativo de El Ágora de Atenas (1970), en cual, además, de proponerse nuevas dataciones, se establece una nomenclatura propia (Tab. 1), la cual utilizaremos en adelante.

Lamboglia 1952 Athenian Agora tipología numeral (1970) Athenian Agora tipología nominal (1970)
Forma 21 825-842 Bowl, incurved rim
Forma 22 777-808 Bowl, otturned rim
Forma 42-B 532-561 Bolsal
Forma 40 E-I 696-704 Kantharos, moulded rim
Forma 42-A-II Ky14 Stemless, delicate class
Forma 23-A 1061-1076 Fish-plate
Crátera del “pintor del Tirso Negro” Cr4b Bell-krater with handles
Forma 43-A Sk2d Skyphos
Forma 21/25 843-847 Small bowl; steep wall
Forma 24 - A II 939-950 Salt cellar, footed
Lekytos aribalístico Lt4 Lekytos
Forma 40B 696-704 Kantharos, moulded rim

Tab. 1. tabla comparativa entre la nomenclatura propuesta por N.Lamboglia y la elaborada por B.A Sparkes y L.Talcott (elaboración propia).

En lo que concierne a la tipología cerámica, en el yacimiento, se repiten las siguientes formas.

Cerámica ática de figuras rojas

Lt4 (Fig. 2): vaso de forma alargada, cuello estrecho y una embocadura ancha, que permite a la vez limitar la salida del líquido y facilitar su aplicación. Su cuerpo es de forma cilíndrica, con un pequeño pie, un asa vertical y una gran embocadura (SPARKES Y TALCOTT 1970).

K y 14 (Fig. 3): copa con dos asas horizontales elevadas, su cuenco es poco profundo, con un perfil continuo y plano en el exterior que conecta con un pequeño resalte en el interior que marca la diferencia entre este y la pared. Todo ello levantando sobre un pie vertical de poca altura (SPARKES Y TALCOTT 1970).

Sk2d (Fig. 4): copa profunda cuyo cuerpo sufre un estrechamiento en su base, baja y ancha, en relación al resto del cuerpo, el cual se abre hacia el exterior con un labio dispuesto en la misma dirección; asas horizontales en forma de “U” (GARCÍA CANO 1998) muy próximas al borde superior.

Cerámica ática de barniz negro

939-950 (Fig. 5): pequeño cuenco, de una anchura mayor que la altura, cuyo cuerpo se dispone de forma curva junto a un borde entrante; pie de tipo anular (CUADRADO DÍAZ 1987 b: 414).

825-842 (Fig. 6): pátera poco profunda, de forma abierta, borde entrante muy curvado hacia el interior y base con uña en el plano de reposo (CUADRADO DÍAZ 1987 b: 114).

Forma 777-808 (Fig. 7): plato, de poco fondo y disposición horizontal, de forma abierta y perfil continuo, borde aplastado y vuelto hacia el exterior; base anular y de disposición recta. Sus paredes tienden a una disposición vertical y ligeramente abierta (GARCÍA CANO 1988).

843-847 (Fig. 8): pequeño cuenco, de borde saliente cuyo cuerpo se dispone de forma entrante.

532-561 (Fig. 9): copa profunda de paredes rectas verticales y el borde totalmente recto. Debajo del borde rectilíneo, nacen a cada lado dos asas horizontales, el pie es bajo, y se une al cuerpo a través de una señalada carena, además posee una inflexión característica, convexa al exterior (García Cano, 1998). Esta forma, común y reconocida entre la cerámica ática, es la conocida como “Bolsal” nombre que le otorga Beazley en su estudio (Beazley, 1940-45).

696-704 (Fig. 10): kántharos con dos grandes asas verticales, cuerpo convexo y labio cilíndrico. La unión entre el cuello y el cuerpo se produce a través de una marcada carena (GARCÍA CANO 1998); pie estrecho, en relación con la anchura del cuerpo.

1061-1076 (Fig. 11): plato de labio colgante y cuerpo inclinado que desemboca en una cazoleta central rehundida en el fondo interior (García Cano, 1998). Esta forma, es denominada como plato de pescado y se caracteriza por su pie anular y el fondo exterior curvo exterior.

La contabilización y el estudio de los materiales de las tumbas fue llevada a cabo por dos autores. Sin embargo, en este trabajo analizaremos únicamente la cerámica ática de las primeras 363 tumbas estudiadas por Emeterio Cuadrado en su monografía (CUADRADO DÍAZ 1987), el resto fueron documentadas por Mercedes de Prada (2019 a; 2019 b) contabilizando 547 tumbas entre ambos estudios. En total, de 363 enterramientos excavados son 95 los que contienen cerámica ática.

Frente al análisis de García Cano, mediante el cual fueron contabilizados 232 ítems de 575 enterramientos estudiados. En nuestro trabajo a través del estudio de 363 tumbas, hemos conseguido documentar 202 NTI, para los cuales proponemos la siguiente clasificación:

1. Piezas completas: 135 (66,83%)

2. Piezas incompletas: 18 (8,91%)

3. Un fragmento de un individuo (sin especificar la parte del mismo al que pertenece): 17 (8,14%)

4. Dos fragmentos de un mismo individuo (sin especificar la parte del mismo al que pertenece): 2 (0,99%)

5. Fragmentos de un mismo individuo (sin especificar el número): 21 (10,38%)

6. No clasificados: 9 (4,45 %)

En proporción, respecto a las 365 tumbas analizadas un 26,07 % contienen cerámica de figuras rojas y de barniz negro. En lo que respecta a las tipologías, predomina las formas 825-842 (40,59 %) y 777-808 (19,80 %), ambas son cerámicas barniz negro, y en total representan un 60,39 % de todo el material de procedencia ática analizada (Fig. 12).

Fig. 12. Gráfica en la cual se representan el NTI de cada una de las tipologías halladas en las 95 tumbas estudiadas (elaboración propia).

3. RESULTADOS

Para poder llevar a cabo la comparación entre la cronología otorgada por E. Cuadrado Díaz y la nueva propuesta, a través de una tabla comparativa, analizamos las piezas áticas de cada una de las 95 tumbas, otorgándoles a estas una nueva cronología basada en los estudios de El Ágora de Atenas (1970). Una vez datadas las piezas, basadas en ellas, será propuesto un término postquem y antequem para las distintas tumbas (Tab. 2).

Para comprender el sentido de la tabla, comenzando por la izquierda se exponen los 95 enterramientos que contienen cerámica ática. A continuación, en la siguiente columna evidenciamos la cronología que Emeterio Cuadrado propuso para dicha tumba centrándose en el análisis de la cerámica ática. Para contrarrestar esta información en las últimas dos columnas se enumeran las tipologías cerámicas que aparecen en dicha tumba y la cronología propuesta para las mismas y finalmente establecemos una nueva cronología entre las fechas indicadas por la tipología cerámica.

Así mismo, las cronologías propuestas por E. Cuadrado (primera columna), basadas en la cerámica ática, oscilan entre el siglo V a.C y el III a.C, sin embargo, según la cerámica ática hallada en la tumba (cuarta columna) presentamos una nueva propuesta cronológica (tercera columna) que difiere de la primera.

Siguiendo los pasos anteriormente indicados y observando la tabla, podemos comprender el proceso llevado a cabo para proponer una nueva cronología.

Tab. 2. tabla comparativa entre la cronología propuesta por E. Cuadrado y la nueva propuesta cronológica basada en los estudios de B.A. Sparkes y L. Talcott (1970) (elaboración propia).

Número de tumba Datación E. Cuadrado (1987) Cronología basada en la cerámica ática (Sparkes y Talcott) Cerámica ática hallada en la tumba Número de tumba Datación E. Cuadrado (1987) Cronología basada en la cerámica ática (Sparkes y Talcott) Cerámica ática hallada en la tumba Número de tumba Datación E. Cuadrado (1987) Cronología basada en la cerámica ática (Sparkes y Talcott) Cerámica ática hallada en la tumba
Tumba 12 375-300 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C Tumba 34 400-375 a.C 425-300 a.C 825-842> 425-300 a.C 777-808> 500-300 a.C Tumba 51 360-340 a.C 425-300 a.C 532-561 > 425-300 a.C
Tumba 16 375 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C Tumba 35/36 400-375 a.C 400-300 a.C 1061-1076 > 400-300 a.C Tumba 53 400-375 a.C 425-300 a.C 425-325 a.C 825-842> 425-300 a.C 532-300 > 425-300 a.C 939-950 > 500-325 a.C
Tumba 23/24 Siglo IV a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C Tumba 41-42 375-350 a.C 425-300 a.C 825-842 a.C > 425-300 a.C Tumba 54 375-350 a.C 425-300 a.C 532-561> 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C
Tumba 25 Siglo IV a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C Tumba 47 400-375 a.C 425-300 a.C Cr4b > 425-300 a.C 825-842> 425-300 a.C Tumba 56/58 400-375 a.C 500-300 a.C 500-300 > 777-808
Tumba 29/31 375-350 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C Tumba 49 400-375 a.C 425-300 a.C 425-325 a.C 825-842> 425-300 a.C SkyphosSk2d> 425-325 a.C Tumba 57 410-375 a.C 425-300 a.C 825-842> 425-300 a.C
Tumba 33 400-375 a.C 425-300 a.C 825-842> 425-300 a.C 777-808> 500-300 a.C Tumba 50 370-360 a.C 425-300 a.C 425-325 a.C 939-950> 500-325 a.C. 825-842 > 425-300 a.C Tumba 59 350-325 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C
Tumba 60 350-325 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C Tumba 79 375-350 a.C 425-300 a.C 425-350 a.C 825-842 > 425-300 a.C 777-808 > 500-300 a.C 939-950 > 500/300 a.C Kylix Ky14> 450-350 a.C Tumba 100 350-325 a.C 500-325 a.C 939-950 > 500-325 a.C
Tumba 105 400-375 a.C 425-300 a.C 825-842> 425-300 a.C
Tumba 63 415-375 a.C 500-300 a.C 777-808 > 500-300 a.C Tumba 83 425-375 a.C 425-300 a.C 825-842> 425-300 a.C Tumba 111 350-325 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C
Tumba 64 400-375 a.C 500-300 a.C 777-808 > 500-300 a.C Tumba 85 375-350 a.C 425-300 a.C 825-842> 425-300 a.C Tumba 114 425-375 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C
Tumba 74 400-375 a.C 375-325 a.C 696-704 > 375-325 a.C Tumba 86 325-300 a.C 425-275a.C 825-842 > 425-300 a.C 696-704> 375-275 a.C Tumba 118 BIS 400-375 a.C 425-300 a.C 777-808> 500-300 a.C 825-842> 425-300 a.C
Tumba 75 375-350 a.C 500-300 a.C 777-808 > 500-300 a.C Tumba 93 400-375 a.C 425-300 a.C 777-808> 500-300 a.C 825-842> 425-300 a.C Tumba 125 325-300 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C
Tumba 76 375-350 a.C 425-300 a.C Kotyle 532 -561 > 425-300 a.C Tumba 95 325-300 a.C 375-275 a.C 696-704 > 375-275 a.C Tumba 129 325-300 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C 777-808> 500-300 a.C
Tumba 130 375-300 a.C 375-275 a.C 696 - 704 > 375/275 a.C Tumba 141 380-375 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C Tumba 193 400-375 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C
Tumba 133 400-375 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C 843-847 > 500-425 a.C K y 14 > 450-350 a.C Tumba 150 375-350 a.C 375-275 a.C 696-704> 375-275 a.C Tumba 200 425-375 a.C 375-275 a.C/ 825-842> 425-300 a.C 777-808> 500-300 a.C 532-561> 425-300 a-C 696-704> 375-275 a.C Kylix Ky14> 450-350 a.C
Tumba 154 325-300 a.C 425-300 a.C 825-842 a.C > 425-300 a.C
Tumba 138 400-300 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425/300 a.C 939-950 > 500/325 a.C Tumba 176 400-375 a.C 500-300 a.C 777-808> 500-300 a.C Tumba 204 400-375 a.C 450-350 a.C Kylix Ky14> 450-350 a.C
Tumba 180 300-200 a.C 425-300 a.C 825-842 a.C > 425-300 a.C Tumba212 400-375 a.C Finales del siglo IV a.C Plato etrusco no ático
Tumba 140 350-325 a.C 375-275 a.C 696-704 > 375/275 a.C Tumba 187 375-350 a.C 425-300 a.C 825-842 a.C > 425-300 a.C 532-561> 425-300 a.C Tumba 213 400-375 a.C 500-325 a.C 939-950> 500-325 a.C
Tumba 217 425-375 a.C 500-325 a.C 777-808 > 500-300 a.C Tumba 235 375-350 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C 777-808 > 500-300 a.C Tumba 273 425-375 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C 777-808> 500-300 a.C 532-561 > 425-300 a.C
Tumba 221 400-375 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C 777-808 > 500-300 a.C Tumba 236 375-350 a.C 425-300 a.C 825-842 a.C> 425-300 a.C Tumba 277 425-375 a.C 400-375 a.C 825-842 > 425-300 a.C 1061-1076> 400-300 a.C 863-876> 450-375 a.C 532-561> 425-300 a.C
Tumba 239 350-325 a.C 375-275 a.C 696-704> 375-275 a.C
Tumba 228 400-350 a.C 500-325 a.C 939-950 > 500-325 a.C Tumba 253 375-325 a.C 375-275 a.C 696-704> 375-275 a.C Tumba 282 400-375 a.C 425-300 a.C 825-842> 425-300 a.C 777-808> 500-300 a.C Kylix Ky14> 450-350 a.C
Tumba 230 350-325 a.C 375-275 a.C 696-704 > 375/275 a.C Tumba 255=334 375-350 a.C 425-300 a.C 825-842 a.C > 425-300 a.C Kotyle 532-561> 425-300 a.C Tumba 284 400-315 a.C 500-325 a.C 939-950 > 500-325 a.C
Tumba 231 375-350 a.C 375-275 a. C 696-704 > 275 a.C Tumba 271 400-350 a.C 400-300 a.C 825-842> 425-300 a.C Tumba 294 350-325 a.C 500/300 a.C 939-950 > 500/300 a.C
Tuomba 298 A 350-325 a.C 425/300 a.C 532-561 > 425/300 a.C Tumba 324 375-350 a.C 425-300 a.C 825-842 a.C > 425-300 a.C Tumba 350 375-350 a.C 425-300 a.C 825-842> 425-300 a.C 532-561> 425-300 a.C
Tumba 298 B 350-325 a.C 425/300 a.C 825-842 > 425-300 a.C Tumba 330 400-375 a.C 425-300 a.C 532-562> 425-300 a.C Tumba 353 400-350 a.C 400-350 a.C Lekytos Lt4> 400-350 a.C
Tumba 301 400-375 a.C 500-300 a.C 777-808 > 500-300 a.C Tumba 331 400-375 a.C 500-300 a.C 939-950 > 500/300 a.C Tumba 357 425-375 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C 777-808 > 500-300 a.C
Tumba 307 375-350 a.C 425-300 a.C 825-842 a.C > 425-300 a.C Tumba 331 BIS 400-350 a.C 425-300 a.C Skyphos Sk2d > 425-325 a.C 532-561 > 425-300 a.C Tumba 358 400-350 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C 777-808 > 500-300 a.C 532-561 > 425-300 a.C
Tumba 309 400-350 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C 777-808 > 500-300 a.C Tumba 335 400-375 a.C 425-300 a.C 825-842> 425-300 a.C Tumba 359 400-350 a.C 425-300 a.C 825-842 > 425-300 a.C
Tumba 341 375-350 a.C 500/300 a.C 939-950> 500/300 a.C Tumba 362 375-350 a.C X No se trata de una producción ática.
Tumba 381 400-375 a.C 450-350 a.C Kylix Ky14> 450-350 a.C

 

4. CONCLUSIONES

El estudio tipológico de la cerámica ática nos evidencia una nueva propuesta cronológica, en la que cabe destacar la clasificación de todos los enterramientos estudiados en el siglo IV a.C. A diferencia de las cronologías planteadas en 1987 (CUADRADO DÍAZ 1987) el análisis de la cerámica de figuras rojas y de barniz negro evidencia un abanico cronológico más cerrado, que deja atrás los siglos III y V a.C y cierra la datación de los enterramientos al siglo IV a.C.

Así mismo, este análisis, se trata de una aproximación cronológica puesto que en las tumbas se hallaron otros materiales que pueden confirmar esta cronología o por el contrario proponer nuevas fechas y, por otra parte, sería necesario complementarlo con análisis de tipo arqueométrico. Sin embargo, teniendo en cuenta que la datación válida hasta el momento para las tumbas está basada en las fechas proporcionadas por la cerámica ática, este trabajo prueba un intervalo de nuevas cronologías para la cerámica ática del yacimiento de El Cigarralejo y en consecuencia para sus enterramientos.

El escaso porcentaje de la cerámica de procedencia griega en las tumbas (26, 07%) no se presenta de manera uniforme. A pesar de la afirmación por parte de Emeterio Cuadrado mediante la cual asociaba la presencia de cerámica ática en las tumbas con un personaje importante o de una escala social elevada, no en todas las tumbas que aparece dicha tipología se identifican con enterramientos de abundantes ajuares. Mientras que algunos son completos e incluso abundantes como es el caso de la tumba 200, la cual comprende veinte formas de figuras de barniz negro y figuras rojas junto a otros 198 objetos (joyas de oro, armas…). Frente a estos ajuares, los cuales no son las más abundantes en la necrópolis, existe otra tipología de tumbas con un ajuar mucho menos numeroso o incluso enterramientos en el que el único objeto material hallado es la cerámica ática, como es el caso de la tumba 118 BIS cuyo ajuar únicamente está compuesto por una pátera 825-842.

A través de esta comparación, se pone de manifiesto el riesgo de asociar el concepto de bien de prestigio con la presencia de cerámica ática. Dado que, aunque no toda la sociedad pudiese acceder a su consumo (75,86 % de las tumbas no contienen cerámica ática), tampoco aquellos que la consumiesen eran un grupo homogéneo ya que la presencia de la cerámica ática en las tumbas no es uniforme, ni en tipo ni en cantidad.

A modo de conclusión, cabe destacar que la presencia de la cerámica ática en los enterramientos de El Cigarralejo muestra una sociedad inserta en los circuitos comerciales mediterráneos, abierta a nuevos modelos, materiales, costumbres… procedentes de un mundo protohistórico en constante fluctuación.

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* Investigadora Predoctoral FPU. Dpto. de Prehistoria, Arqueología, Hist. Antigua, Hist. Medieval y CCTT. Historiográficas. Facultad de Letras. Universidad de Murcia. maria.navarro@um.es