
A pesar del lento arraigo del liberalismo en España, a partir de 1857, con la publicación de la «Ley Moyano», el Estado centralizó y controló toda la instrucción pública en el territorio nacional. En adelante, las enseñanzas universitarias serían gestionadas directamente por el Estado, cada vez más necesitado de profesionales para su expansión y funcionamiento.
Desde por lo menos finales del siglo xix la Universidad de Granada, como otras del país, fue espacio de estudio y formación, pero también de democratización: en sus aulas se reflexionaba sobre los problemas del país, circulando ideas y proyectos para contribuir al desarrollo de la sociedad a la que servía. No existía conocimiento y ciencia sin democracia. Ejemplo de ello pudieron ser, por ejemplo, las movilizaciones de 1884 de los estudiantes de Granada en apoyo de la libertad de cátedra frente al dogmatismo del Estado liberal, o la impresionante movilización de 1919 junto a los trabajadores granadinos en protesta por las condiciones de vida y la corrupción generalizada del régimen de la Restauración (1875-1923). Y por supuesto, tanto estudiantes como profesores jugaron un papel principal en la llegada de la democracia a España con la proclamación de la II República en abril de 1931.
El primer tercio del siglo xx supuso el crecimiento urbano, con la llegada de un buen número de población de las zonas rurales y una diversificación del tejido social de la ciudad. Al igual que Granada creció, lo hizo su Universidad, aumentando de forma significativa el número de estudiantes y de estudios. Vinculado a la Facultad de Filosofía y Letras, en 1910 se inauguró el Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino. En 1913 se amplía la Facultad de Ciencias con la sección de Química, todo un símbolo de los tiempos. La entonces joven Facultad de Farmacia, fundada en 1850, amplía en 1922 sus dotaciones al trasladarse a un nuevo edificio. La sociedad cambiaba, los influjos culturales llegaban de otros lugares y la modernidad alcanzaba al conocimiento. De hecho, aquellos años fueron testigo de un florecimiento cultural y científico en el que las universidades —también la de Granada—, tuvieron mucho que ver.
No obstante, el golpe de estado militar de julio de 1936 contra el legítimo gobierno democrático de la II República puso fin a aquella época. No pocos profesores y universitarios leales al gobierno fueron asesinados —el rector Salvador Vila Hernández y los profesores José Palanco Romero, Joaquín García Labella, Rafael García Duarte Salcedo, Jesús Yoldi Bereau y José Mejías Manzano—, depurados, encarcelados o se vieron forzados a marchar al exilio, como el rector Alejandro Otero Fernández. La libertad de pensamiento, el conocimiento crítico y científico fueron sepultados por la moral nacional-católica de la dictadura franquista (1939-1975) y por un largo silencio.
En ese período los rectores fueron los siguientes (fuente1, fuente2) :
Nombre | Fecha de nombramiento |
---|---|
Dr. D. Juan Nepomuceno Torres [ de Yáñez ] | 21/04/1854 |
Dr. D. Pablo González Huebra | 30/01/1861 |
Dr. D. Diego Miguel Vahamonde y Jaime | 15/02/1865 |
Dr. D. Juan Bautista Enriquez y García | 21/05/1865 |
Dr. D. Francisco de Paula Montells y Nadal | 29/10/1868 |
Dr. D. Eduardo García Duarte | 27/06/1872 |
Dr. D. Nicolás de Paso y Delgado | 19/02/1875 |
Dr. D. Santiago López Argüeta | 03/11/1876 |
Dr. D. Eduardo García Solá | 14/06/1891 |
Dr. D. Federico Gutiérrez Jiménez | 22/11/1909 |
Dr. D. José Pareja Garrido | 30/01/1920 |
Dr. D. Eloy Señán y Alonso | 10/10/1922 |
Dr. D. Fermín Garrido Quintana | 01/02/1924 |
Dr. D. Francisco Mesa Moles | 29/03/1930 |
Dr. D. José Pareja Yébenes | 20/05/1931 |
Dr. D. Alejandro Otero Fernández | 21/11/1932 |
Dr. D. Antonio Marín Ocete | 18/12/1933 |
Dr. D. Salvador Vila Hernández | 20/04/1936 |
Dr. D. Antonio Marín Ocete | 23/07/1936 |
Dr. D. Luís Sánchez Agesta | 03/10/1951 |
Dr. D. Emilio Muñoz Fernández | 01/10/1960 |
Dr. D. Federico Mayor Zaragoza | 14/07/1968 |
Dr. D. Juan de Dios López González | 04/09/1972 |