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Diálogo Iberoamericano

Núm. 16 / julio-agosto 1998. Pág. 23

Mario Bunge: "El estudioso solitario ya no existe"

Rev. "Exactamente" (Universidad de Buenos Aires). Relata con precisión sus primeras aproximaciones a la ciencia, en la Universidad de La Plata, bajo la dirección de Guido Beck. Escucharlo es como leer uno de sus libros, concreto, preciso, empleando palabras filosas, de calculado impacto; Mario Bunge, el epistemólogo más destacado de Argentina y, muy probablemente, del ámbito iberoamericano. Se remonta a aquellos tiempos, en los años 40, cuando estudiaba física para luego dedicarse a la filosofía "porque sabía que para hacer filosofía de la ciencia hay que saber algo de ciencia".

¿Cuales fueron sus primeras lecturas epistemológicas?
Leía muchísimo, y un poco de todo. Por aquella época era marxista, entonces perdí muchos años leyendo a Hegel, a quién eventualmente vomité. También leía historia de la filosofía, a clásicos como Platón, Aristóteles, Descartes, a los positivistas. Hay que tener en cuenta que en aquella época había muy pocos libros acá en la Argentina, y de revistas ni hablar. Cuando comencé a estudiar física no dejé la filosofía, sino que la seguí leyendo de reojo, incluso en el 43 fundé una revista de filosofía que se llamaba "Minerva" y estaba dedicada a combatir el irracionalismo que venía de Alemania. Un año después, cuando cerró la revista, comencé a presentar mis artículos en publicaciones extranjeras. Las publicaciones fueron importantísimas cuando concursé un cargo de profesor para la cátedra de Filosofía de las Ciencias en la Facultad de Filosofía de la UBA: como ninguno de mis oponentes tenía publicaciones, tuvieron que nombrarme, muy a su pesar porque había gente que tenía el apoyo de ciertos militares y yo no tenía ninguno.
¿Compartían sus colegas de la Facultad de Ciencias Exactas el interés por la filosofía de las ciencias?
No me estimulaban para que siguiera mis actividades, pero al fin me toleraban. Sería por tener fama de buen profesor de física. También hay que reconocer que por parte de los alumnos no había ningún inconveniente, sino más bien todo lo contrario, ya que a los alumnos les gusta mucho la historia y la filosofía de las ciencias.
En el año 58 conseguí la dedicación exclusiva en Filosofía y Letras y decidí inclinarme por la docencia en esa facultad y dejar la investigación en física. Después la retomé en el exterior y ahora ya hace 15 años que no escribo nada de esa ciencia.
¿Por que no eligió la vía institucional para estudiar la filosofía?
Yo me libré de la vía institucional: lo que se enseñaba en la Facultad de Filosofía era casi todo oscurantista y además no había pensadores originales, recordemos que en América Latina nunca ha habido filósofos originales, sino que son todos imitadores. Lo que puede dar una carrera de filosofía es información, pero no formación.
¿Cree que hay un retroceso en cuanto a la valoración de la ciencia por el público general?
Es muy difícil saber eso. Las encuestas sobre la estimación de la ciencia en los EE.UU. no son claras. La mayor parte del público dice que aprecia la ciencia, pero entiende por ciencia la medicina y la ingeniería. Además, insólitamente, al mismo tiempo cree en la astrología, no considera posible la evolución, la mayor parte es religiosa, cree en los fantasmas, en la telepatía y en el psicoanálisis. Por esto creo que hay muchos errores en la percepción de lo que en realidad es la ciencia, en la educación.
¿Qué entiende por educación?
Aprender. No memorizar. Saber utilizar los conocimientos por cuenta propia y pensar críticamente. Es fundamental instigar el deseo de estudiar por cuenta propia. En las escuelas se enseña a dar exámenes y después del examen se olvida todo. Hace treinta y dos años que yo no tomo exámenes a mis alumnos.
¿Cuál es su actividad actual?
Trabajo como profesor universitario en Montreal, a pesar de mis 78 años. Me gusta hacerlo y necesito el dinero. Además me estimula mucho el contacto con los jóvenes. Hace un par de meses publiqué un libro sobre las ciencias sociales y ahora estoy terminando otro que habla de la conexión entre la sociología y la filosofía. A fin de año aparecerá un diccionario de filosofía. Tengo el tiempo bastante ocupado.
¿Cómo es su metodología de trabajo para mantener la continuidad a través de los años?
Investigo con gente de diversas especialidades: físicos, matemáticos, biólogos, sociólogos y demás, los que sean necesarios para abordar el tema que desee. Me parece una irresponsabilidad trabajar sobre la filosofía de tal ciencia sin los conocimientos pertinentes, y para esos conocimientos es necesario contar con los profesionales indicados. En mi último libro agradecí a unas cien personas que me aportaron información fundamental para mi trabajo. El estudioso solitario ya no existe, es un ignorante. El estudioso de hoy tiene que formar parte de una red.

Fuente: "Exactamente" revista de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.


Nuevos materiales para uso industrial, investigación UNAM-Universidad de La Habana

Yolanda Díaz de Salas (UNAM). Encontrar nuevos materiales que superen a los que se utilizan actualmente en las actividades industriales, es una de las áreas de investigación más importantes en la actual revolución científica y tecnológica mundial.
Televisiones, radios, computadoras y otros equipos sofisticados requieren para su fabricación de componentes con propiedades ferroeléctricas. La ferroelectricidad es un estado de la materia que se caracteriza por la distribución polarizada de cargas positivas y negativas en forma natural, cualidad que ha sido muy útil para elaborar diferentes bienes, muchos de los cuales utilizamos diariamente en nuestros hogares. Por su aplicación industrial, existe el interés a nivel internacional de crear nuevos elementos ferroeléctricos eficientes, funcionales, resistentes y económicos.
Dentro de esta búsqueda se inscribe el proyecto de investigación "Estudio de compuestos con titanio de plomo modificados con tierras raras", a cargo del Dr. Alfonso Huanosta Tera, del Instituto de Investigaciones en Materiales de la Universidad Nacional Autónoma de México, y la M. en C. Aime Pelaiz Barranco, del Departamento de Ciencia de Materiales y Reactivos para la Electrónica de la Universidad de la Habana, Cuba.
Ambos especialistas realizan experimentos para introducir propiedades ferroeléctricas en compuestos cerámicos, materiales con importancia tecnológica y comercial a nivel internacional, sobre todo en las industrias electrónica, de la informática, las telecomunicaciones y la automotriz. Las cerámicas tienen la capacidad de soportar altas temperaturas sin alterar su estructura física y el método para su fabricación es sencillo y de fácil reproducción en laboratorio.
Los experimentos consisten en modificar la estructura de los materiales cerámicos agregando elementos químicos como las tierras raras, esto es, europio, terbio, itrio y lantano, los cuales poseen propiedades ferroeléctricas.
Algunos de los materiales obtenidos en la investigación méxico-cubana ya han sido utilizados. En Cuba, por ejemplo, se están empleando en el campo de la medicina como sensores para medir la energía de los láseres o en medidores que controlan la temperatura. Muchos de los resultados de la colaboración conjunta han sido publicados en revistas internacionales y presentados en congresos científicos realizados en nuestro país y en el extranjero.
Fuente: Boletín Intercambio Académico, UNAM, núms. 96/97.


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