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               En la superficie de contacto de dos metales distintos se presenta siempre una diferencia de potencial que da origen a una separación de cargas. Es el llamado efecto Volta y se establece de manera que uno de ellos tiene carga positiva y el otro una carga negativa equivalente. La diferencia de potencial en el contacto entre los dos metales se llama tensión Volta. Relacionado con este efecto está el fenómeno de la electrización por frotamiento. La electrización de contacto se exalta intensificando éste por frotamiento y es tanto más evidente cuanto más aislante es uno de los materiales. Se comprueba que el fenómeno es muy apreciable cuando se frota ebonita con un trozo de tela de seda. La Ley de Coehn indica que, en general, se carga positivamente la sustancia que posee permetividad o constante dieléctrica más elevada.

               A expensas de estos hechos se han construido máquinas electrostáticas con diferentes diseños y que, según sus autores, han recibido distintos nombres: Töpler, Wimshurst, Holtz, Wommelsdorf, etc. En todas ellas las cargas producidas por el frotamiento que producen los diversos materiales con unas escobillas se acumulan, a través de conductores, sobre unas esferas metálicas. Estas se pueden descargar con producción de chispa al aproximarlas adecuadamente, o bien se trasladan a botellas de Leyden o vasijas receptoras de las cargas eléctricas producidas.

               El ejemplar que se muestra fue construido en un taller mecánico granadino bajo diseño facilitado por el Departamento de Técnica Física.