Un autoinforme es una reflexión descriptivo-explicativa, serena, estructurada y organizada, con tiempo, redactada de forma comprensible y concisa que supone implicación personal del narrador y en la que se ven claramente temas, enfoques, relaciones y abre el campo a subjetividades (Domingo y Fernández, 1999).
Interesa saber qué ha aprendido, cómo ha afrontado sus problemas teóricos y prácticos, cómo ha superado la metodología, la intervención, el ambiente, los documentos institucionales..., describir pues los momentos clave, los logros, las dificultades, los periodos de crisis..., para todas las acciones, tanto de observación como de intervención.
Se trata de que las prácticas realizadas se recojan en un documento final donde se reflejará todo lo previsto y lo llevado a cabo. Empezando por la situación inicial desde la que se parte, los elementos motivadores, las propias expectativas, la observación sistemática del ámbito, la descripción de las actividades realizadas, el plan de intervención, finalizando con una valoración crítica de las mismas y la autoevaluación.
De forma desglosada, se advertirán de forma narrativa estos aspectos, que tienen la intención de guiar la reflexión, pero que en ningún caso se tomarán como “epígrafes a cumplimentar”:
Posicionamiento personal: Autopresentación (el alumno cuenta cuántos años tiene, los años en la carrera, expectativas ante el prácticum, opinión de lo estudiado, expediente académico, qué aspiraciones como educador social tiene, qué pretende hacer, quién cree que es el buen profesional); Objetivos y expectativas que se prevén y/o se quieren lograr; Situación inicial desde la que se parte (intereses, miedos, desconciertos...); Razones que justifiquen el ámbito escogido y si se cuenta con experiencia previa en dicho campo.
Posicionamiento académico y formativo: se trata de que se analice las aportaciones que las distintas asignaturas que conforman la carrera han hecho para el desempeño del Prácticum.
Estudio del centro y del contexto: Nombre del centro o Institución (dependencia administrativa, forma de acceso y de salida, sector de población que atiende, localización, recursos materiales y humanos, ambiente y espacio físico e impresión externa); Proyecto del Centro (modelo de persona y concepto de educación. Problemática a la que presta su atención. Tipos de actividades que oferta. Objetivos de la institución); El equipo de educadores (motivaciones, experiencia, formación y organización. Formas de coordinación: reuniones, comisiones y/o grupos de trabajo. Formas de relación e intercomunicación con el grupo o sector social)
Grupo de trabajo e intervención: Descripción y características del objeto de nuestro trabajo (número, edad, sexo, procedencia y rasgos específicos).
El diseño de la intervención socioeducativa (tanto si es propio, como si es adhiriéndose a alguno ya establecido): Justificación y fundamentación de la intervención; Objetivos; Actividades y secuenciación; Metodologías utilizadas; Recursos materiales y humanos; Evaluación.
Puesta en práctica de la intervención: Breve descripción de la forma en la que se ha llevado a cabo la intervención y forma de participación del alumno en prácticas.; y Análisis y juicio crítico de las intervenciones, relacionándolas a la luz de las teorías estudiadas.
Reflexión sobre la experiencia: Reflejar el grado de implicación personal con el grupo diario y con los educadores; Comparar los resultados con las expectativas previstas al inicio; Realizar una autoevaluación de las prácticas: observaciones, sugerencias y propuestas para mejorar en el futuro; Perfil del educador social en el ámbito trabajado desde la experiencia propia en relación con necesidades y legislación vigente.
Con estos relatos, como apunta el profesor Domingo (2003:511) los profesionales de la acción social
“van descubriendo su yo, mostrando sus dilemas consigo mismos o con los roles que desempeñan e instituciones que los ocupan, van comprendiendo también la realidad en la que se desarrolla su labor e interpretan estos contextos, grupos y las circunstancias que se ponen en juego cotidianamente, al tiempo que hacen emerger también las contradicciones ocultas de su formación y de su práctica. Con la construcción y narración a otros de estas historias también se reconstruye la trayectoria de vida profesional, se facilita la reflexión y el análisis del pasado como proyección de las necesidades actuales y se adelantan futuras opciones, objetos, finalidades, etc”
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