Colouir del Veleta 17.11.06

Aquí está recogido un pequeño resumen gráfico del ataque al colouir del Veleta que realizamosMacu y yo. Toda la noche anterior estuvo nevando y por tanto se había acumulado nieve. Salimos sobre las 9.30 con el cielo cubierto pero empezando a despejarse.

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La aproximación hacia las posiciones del Veleta con Macu abriendo huella a lo lejos y vista de la arista del Cartujo. Nos llevó casi dos horas llegar a las posiciones para descender el Veredón, debido a la nieve fresca.
Subiendo hacia las posiciones del Veleta
Arista del Cartujo desde las posiciones
En la aproximación a las posiciones, con el sol ya calentando
En el Veredón hicimos una parada para sacar el material técnico y comenzar el descenso a Los Corrales. Las caras norte de la Alcazaba, el Mulhacén y los Machos (desde el Veredón) aparecían nevados. La oeste del Mulhacén tembién ofrecía buen aspecto, así como el Colouir, que estaba muy cargado y sin huella. La bajada del Veredón esta vez no ofrecía ningún problema.
La Alcazaba (izqda), Mulhacén (centro) y los Machos (dcha) desde el Veredón
El Colouir desde el Veredón
El colouir desde el Veredón
La cara norte del Veleta ofrecía un aspecto impresionante y totalmente invernal debido a la nevada de la noche anterior. Realizamos la entrada al corredor por la zona más alta, pegada a la pared rocosa, buscando mayor estabilidad en la nieve, que estaba profunda y dificultaba la progresión. Aún así, sólo el flanqueo de entrada resultaba delicado, ofreciendo el resto buena seguridad. El corredor estaba pesado y costaba progresar abriendo huella en la nieve blanda, aunque debajo había una capa estable.
La cara norte del Veleta ofreciendo un aspecto plenamente invernal, con ventisca en la cumbre
Buscando el flanqueo de entrada al corredor
Paso delicado de entrada al corredor
Entrando al corredor después del flanqueo
Macu en la entrada al Colouir
Macu, al fondo, peleándose con la nieve profunda del corredor
La ventisca que había a la salida ofrecía un aspecto todavía más invernal al final del corredor. Mientras estuvimos a la sombra de la cara norte, la temperatura descendió hasta los -6ºC. De todas formas, el día abrió completamente y el sol y las vistas del mar desde la cara sur reconfortan después de terminar el colouir. La nevada y el viento habián tapizado de coliflores de hielo inestable la pared de roca por donde discurren las vías de salida.
Ventisca a la salida del corredor
Las vistas del mar recompensan la huella abierta en el corredor
Aspecto de las vías de salida
La Fidel Fierro ofrecía un aspecto muy delicado, con nieve y hielo totalmente inestables que no servían para progresar, teniendo que usar casi siempre la roca. El primer resalte, la entrada a la vía, era la parte más delicada y peligrosa. El diedro que constituye el segundo resalte hubo que resolverlo totalmente en roca, con los piolets en el arnés, limpiando de hielo los agarres. El resalte de salida, aunque más aéreo, resultó menos complicado. No llegamos a sacar la cuerda en ningún momento, aunque tampoco hubiera sobrado dada la dificultad para progresar por la ausencia de nieve y hielo estable.
Aspecto de la Fidel Fierro tras superar el primer resalte
Macu sonríe después de superar el delicado primer resalte
Macu supera sin problemas el último resalte que da acceso a la cumbre
Por fin, a las 15.15 salimos a la cumbre. Nos llevó casi tres horas el ascenso desde el Veredón, cuando no es raro hacerlo en menos de la mitad, debido a la huella que tuvimos que abrir y a lo delicada que estaba la Fidel Fierro.
En la cumbre