| Aquí está recogido un pequeño resumen gráfico del ataque al colouir del Veleta que realizamosMacu y yo. Toda la noche anterior estuvo nevando y por tanto se había acumulado nieve. Salimos sobre las 9.30 con el cielo cubierto pero empezando a despejarse. |
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| La aproximación hacia las posiciones del Veleta con Macu abriendo huella a lo lejos y vista de la arista del Cartujo. Nos llevó casi dos horas llegar a las posiciones para descender el Veredón, debido a la nieve fresca. | ||
| En el Veredón hicimos una parada para sacar el material técnico y comenzar el descenso a Los Corrales. Las caras norte de la Alcazaba, el Mulhacén y los Machos (desde el Veredón) aparecían nevados. La oeste del Mulhacén tembién ofrecía buen aspecto, así como el Colouir, que estaba muy cargado y sin huella. La bajada del Veredón esta vez no ofrecía ningún problema. | ||
| La cara norte del Veleta ofrecía un aspecto impresionante y totalmente invernal debido a la nevada de la noche anterior. Realizamos la entrada al corredor por la zona más alta, pegada a la pared rocosa, buscando mayor estabilidad en la nieve, que estaba profunda y dificultaba la progresión. Aún así, sólo el flanqueo de entrada resultaba delicado, ofreciendo el resto buena seguridad. El corredor estaba pesado y costaba progresar abriendo huella en la nieve blanda, aunque debajo había una capa estable. | ||
| La ventisca que había a la salida ofrecía un aspecto todavía más invernal al final del corredor. Mientras estuvimos a la sombra de la cara norte, la temperatura descendió hasta los -6ºC. De todas formas, el día abrió completamente y el sol y las vistas del mar desde la cara sur reconfortan después de terminar el colouir. La nevada y el viento habián tapizado de coliflores de hielo inestable la pared de roca por donde discurren las vías de salida. | ||
| La Fidel Fierro ofrecía un aspecto muy delicado, con nieve y hielo totalmente inestables que no servían para progresar, teniendo que usar casi siempre la roca. El primer resalte, la entrada a la vía, era la parte más delicada y peligrosa. El diedro que constituye el segundo resalte hubo que resolverlo totalmente en roca, con los piolets en el arnés, limpiando de hielo los agarres. El resalte de salida, aunque más aéreo, resultó menos complicado. No llegamos a sacar la cuerda en ningún momento, aunque tampoco hubiera sobrado dada la dificultad para progresar por la ausencia de nieve y hielo estable. | ||
| Por fin, a las 15.15 salimos a la cumbre. Nos llevó casi tres horas el ascenso desde el Veredón, cuando no es raro hacerlo en menos de la mitad, debido a la huella que tuvimos que abrir y a lo delicada que estaba la Fidel Fierro. | ||