MASTER ARQUEOLOGÍA

 Universidad de Granada


NOTICIAS DEL MASTER

Visita al Laboratorio Carbono 14. Universidad de Granada

27 de noviembre de 2009

Un acercamiento a la datación radiocarbónica a través de la visita al Centro de Instrumentación Científica de la Universidad de Granada

La aplicación de la datación radiocarbónica a los restos materiales del pasado es uno de los métodos científicos aplicados más importantes y conocidos en relación a la arqueología ya que, pese a tener limitaciones, puede considerarse como el más útil de todos. Esta técnica fue descubierta por Libby en 1949 como consecuencia de una mejora en el conocimiento de la radioactividad de la materia. Se estableció que el carbono-14 (14C) es un isótopo radioactivo que a lo largo del tiempo sufre un proceso de transformación constante de manera independiente al contexto ambiental. Dicha transformación se inicia en el momento en que la materia orgánica, formada por átomos de carbono y presente en todos los seres vivos, muere. Es entonces cuando la presencia de 14C decrece de manera exponencial, al sufrir un proceso de transmutación en el cual se va transformado en nitrógeno-14 (14N).

La medición del nivel de radioactividad presente en las muestras nos permite calcular la cantidad de 14C contenida en el material orgánico. Esto hace posible conocer el momento en que la presencia de 14C comenzó a decaer como consecuencia de la muerte del ser vivo del que procede y, a través de la extrapolación de esos datos a fechas calendáricas, realizar una aproximación a la cronología de ciertos materiales. Al interpretar la antigüedad de los contextos arqueológicos en relación a una estratigrafía, la información sobre el marco cronológico en que tuvieron lugar los procesos de actividad humana favorece su reconstrucción y esto es fundamental para la arqueología ya que se trata de un objetivo esencial de la disciplina.

Es por ello que el pasado viernes 27 de noviembre de 2009, los alumnos del máster que cursamos la asignatura de Arqueometría nos dirigimos junto a nuestra profesora, la Dra. Trinidad Nájera, al Centro de Instrumentación Científica de la Universidad de Granda situado en el Campus Universitario Fuentenueva de la Facultad de Ciencias. Allí nos esperaba la profesional Elena Villafranca, que muy amablemente nos explicó de manera didáctica las labores de laboratorio que deben llevarse a cabo para la obtención de las fechas mediante el análisis de la cantidad de 14C presente en las muestras de material orgánico.

El primer paso en las tareas de análisis es la preparación del material. Las muestras deben llegar al laboratorio acompañadas de una orden de trabajo, así como un cuestionario debidamente cumplimentado. La toma y manipulación de la muestra debe realizarse evitando la presencia de materia orgánica ajena a la misma, siendo importante no tocarla con las manos ni conservarla en ambientes húmedos. Tampoco debe envolverse en papel ni ponerse en contacto con productos derivados del petróleo como parafina, pegamentos, etc. Esto es de vital relevancia para la obtención de una datación lo más fiable posible, ya que la contaminación de la muestra derivaría en última instancia en datos falseados.

La cantidad necesaria de material orgánico contenido en la muestra es variable. Se pueden datar todo tipo de muestras que contengan carbono, tanto orgánico como inorgánico, excepto las muestras cuyo porcentaje en materia orgánica sea inferior al 10%. Además, los pesos mínimos de muestra, seca y sin tierra, necesarios para la datación oscilan entre los 15g en el caso de madera, carbón, semillas y otros materiales vegetales hasta los 400g en el caso de huesos, pasando por los 30g para la turba y los 50g para conchas y carbonatos. La cantidad necesaria en el caso de los huesos es considerablemente mayor debido a la necesidad de extraer el colágeno de los mismos tal y como la Sra. Villafranca nos explicó al mostrarnos la preparación de una muestra de este material, mientras que los carbonatos deben limpiarse con clorhídrico. En estos procesos de preparación el carbono se mezcla con ácido clorhídrico (HCl) para eliminar la cantidad de carbono moderno y con NOH para eliminar los ácidos húmicos.

Una vez que la muestra está preparada se llevan a cabo una serie de procesos químicos en la línea de vacío, el instrumental mecánico con el que está dotado el laboratorio. Primero se procede a la quema de la muestra al mezclarla con oxígeno (O2), obteniéndose así dióxido de carbono (CO2). Segundo, ese CO2 se mezcla con litio, obteniéndose carburo de litio (C2Li2). Tercero, el C2Li2 se mezcla con agua (H2O), obteniéndose acetileno (C2H2). Y cuarto, se mezclan 3C2H2 con el fin de obtener benceno (C6H6) a partir del cuál se obtendrá el nivel de radiocarbono mediante el análisis de las partículas beta con el contador de centelleo líquido, siendo expresado de manera gráfica mediante una curva de Quenching.


Es importante tener en cuenta que uno de los principios básicos del método radiocarbónica resultó no ser correcto. Libby dio por sentado que la concentración de 14C en la atmósfera había permanecido constante a lo largo del tiempo, pero hoy sabemos que ha variado, debido en gran parte a los cambios en el campo magnético terrestre. La dendrocronología demostró este error y ha proporcionado los medios para corregir o calibrar las fechas radiocarbónicas. Las fechas de radiocarbono obtenidas a partir de los anillos de los árboles demuestran que antes del 1000 A.C., aproximadamente, las fechas expresadas en años radiocarbónicos son cada vez más jóvenes en relación a los años calendáricos reales.


La corrección no es sencilla: hasta el 2500 A.C., aproximadamente, la curva acreditada internacionalmente es la de Stuiver y Pearson, pero para el período anterior se está determinando una curva que no va más allá del 4.000 – 5.000 A.C. Existen oscilaciones a corto plazo en la curva y, de vez en cuando, secciones de la misma que discurren tan horizontalmente que dos muestras de la misma edad en años radiocarbónicos podrían, estar distanciadas por 400 años calendáricos, problema especialmente molesto para el período del 800 – 400 A.C. Por lo tanto para calibrar es necesaria la desviación típica que dará lugar a un intervalo de edad en años calendáricos. En el Centro de Instrumentación Científica se recurre a la infografía para solucionar este problema a través del programa gratuito Radiocarbon Calibration Program que está disponible a través de Internet y contrasta las fechas radiocarbónicas con secuencias dendrocronológicas obtenidas en secuoyas o pinos gigantes que abarcan hasta c. 20.000 BP.

Realizar cada uno de estos procesos en el laboratorio conlleva intervalos temporales relativamente largos, siendo el tiempo total necesario aproximado para la obtención de una fecha a través de este análisis de unos diez días, mientras que el coste puede ascender hasta aproximadamente 500 €. Además, Villafranca consideró muy importante señalar la necesidad que tenemos los arqueólogos de especificar con anterioridad sobre qué edades suponemos que procede la muestra, para evitar posibles malentendidos y facilitar la interpretación de las curvas.


Esta visita resultó de gran utilidad, pues nos permitió comprender de una manera más clara los límites a los que se enfrenta el profesional arqueólogo cuando debe abordar cuestiones de carácter multidisciplinar en las que es necesaria la intervención de profesionales de otros campos científicos que poseen la formación adecuada para el análisis de cuestiones, en este caso de carácter físico-químico, aplicadas al registro arqueológico. Igualmente sirvió para conocer la gran responsabilidad a la que nos enfrentamos en el trabajo de campo ya que es muy importante evitar la contaminación de las muestras y recoger la cantidad necesaria para el análisis, sobre todo teniendo en cuenta el elevado coste de los mismos. Por último, evidenció la necesidad de pensamiento crítico que debemos profesar a la hora de enfrentarnos a éste método ya que, considerando que la interpretación de las curvas es necesaria para calibrarlo, no es completamente objetivo.

Tomás Aguado Millán
Santiago González Villajos
Rafael Serrano Ariza

Alumnos del Master de Arqueología