MASTER ARQUEOLOGÍA Y TERRITORIO

Departamento de Prehistoria y Arqueología. Universidad de Granada


NOTICIAS DEL MASTER

Prácticas de Arqueología Experimental en la Algaba (Ronda)

19 y 20 de abril de 2009:  

 

Los días 19 y 20 de Abril, algunos de los alumnos matriculados en la asignatura Arqueología de la producción en la Prehistoria perteneciente al master de Arqueología y Territorio dirigido por el departamento de Arqueología de la Universidad de Granada, nos embarcamos en un interesente viaje coordinado por el profesor Antonio Morgado hacia la serranía de Ronda. Una propuesta práctica dentro de la asignatura, dirigida a obtener una experiencia arqueológica experimental de una reducción de cobre utilizando las condiciones técnicas de la Prehistoria Reciente.
 

La experiencia metalúrgica se llevó a cabo en el Centro La Algaba (Ronda, Málaga), en el marco del convenio que la Universidad de Granada mantiene con este centro dedicado a la difusión de la Prehistoria y el medio ambiente en la Serranía de Ronda. El Centro Algaba está situado en una finca de monte mediterráneo, inmerso en un bello paisaje de encinas alcornoques y quejigos, en cuyo interior se ha construido de forma experimental un poblado de la Prehistoria Reciente. La recreación del poblado intenta ofrecer una imagen de cómo sería un hábitat humano en este momento histórico. El Departamento de Prehistoria de la Universidad de Granada colabora estrechamente con este Centro, siendo un lugar idóneo para la realización de actividades experimentales y donde tanto alumnos como profesores de la universidad han realizado y siguen realizando actividades relacionadas con la experimentación aplicada a la Arqueología de manera gratificante.
 

Durante el día 19 se nos mostró el entorno de la finca y el poblado prehistórico, explicándonos el proceso de construcción y los nuevos y futuros proyectos de La Algaba. Posteriormente los alumnos con ayuda de los especialistas nos pusimos manos a la obra y comenzamos con la primera parte de la experiencia metalúrgica: la construcción de los hornos. De forma sencilla y en trabajo cooperativo realizamos un primer horno de planta circular con una pequeña cavidad excavada en la tierra y recubierto con paredes de barro, Una vez culminado el primero de los hornos iniciamos la elaboración de un segundo empleando una técnica parecida pero reforzando las paredes con piedras recubiertas igualmente de arcilla. Asimismo hicimos uso de otro horno previamente testado, construido de barro y reforzado por piedra en la parte superior con dos orificios en las paredes para la entrada de aire con el uso de toberas de cerámica.
 

El día 20 lo empleamos exclusivamente para la elaboración de la experiencia. La materia prima usada fue mineral natural de malaquita y azurita. El primer proceso a llevar a cabo concierne a la trituración del mineral, realizado en una piedra de molino con un mango de piedra, triturando una parte en polvo y otra en pequeñas granos. Una vez adecuado el mineral realizamos tres intentos de reducción del mismo, obteniendo resultados positivos en dos de ellos. El primero lo efectuamos en el horno echo por nosotros la tarde anterior, con una única boca de entrada de aire en la parte superior por donde insuflamos aire a través de tubos de cañas y sauco reforzados con una tobera de barro en uno de sus extremos. En este primer intento el mineral lo colocamos directamente sobre las brasas sin vasija reductora para ver el resultado y probar técnicas distintas. El resultado fue positivo, obtuvimos pequeños granos de mineral de cobre que había pasado el proceso de reducción. El mayor problema de esta primera experimentación fue el resultado en que quedaron los materiales, pues al no usar vasija reductora los granos de cobre se mezclaron con el carbón de las brasas lo cual dificultaba bastante el hallazgo de las muestras.

En el segundo intento dio unos mejores resultados. Su realización lo realizamos en el horno con dos toberas laterales. El método fue el mismo, todos los colaboradores del proyecto insuflando aire con tubos desde arriba más otros dos insuflando por las toberas existentes en los laterales del horno. La mayor cantidad de aire transmitida al horno, atacándolo desde distintos ángulos, unido a una dimensión menor que la del horno primero facilitó mucho el experimento llegando a la temperatura adecuada (unos mil grados) en menor tiempo y con menos esfuerzo. El mineral lo colocamos en este caso en una vasija reductora para que los resultados esta vez no se desperdigaran, y, aunque la vasija se rompió, obtuvimos una clara escoria de cobre. Tras este segundo experimento y motivados por el resultado nos propusimos una tercera experimentación, de la que por desgracia no obtuvimos resultados. En la tercera el mineral en forma polvo y en forma de granulado se dispuso en una vasija reductora que introducimos en nuestro primer horno. Sin embargo no se obtuvo resultado positivo, debido a no alcanzar la temperatura necesaria o el ambiente reductor adecuado.
A modo de conclusión he de decir que disfrutamos enormemente de una agradable experiencia en estos dos días de convivencia y experimentación con los compañeros en un bello lugar inmerso en un agradable paisaje; una práctica que sobre todo fue altamente educativa de la que todos aprendimos mucho.

Pablo Fernández Sánchez, alumno del Master