|
|
ROBERT J. DI PIETRO Y LA LINGÜÍSTICA
DE CONTRASTES
Luis Quereda Rodríguez-Navarro
What is compared in language depends on how the investigator
conceives of language. The general theory of language determines the methods,
form, and goals of contrastive studies. With the changing theory contrastive
analysis ought to change, providing the new theory is of higher scientific
value than the old one. (Lipinska, 1975:46).
Esta comunicación
pretende ser una pequeña contribución a la historia de la lingüística de
contrastes, área en la que Di Pietro tuvo un papel importante y refleja el
paso de la lingüística de contrastes estructuralista a una lingüística de
contrastes dominada por los presupuestos generativistas. A
la hora de enfrentarnos con la metodología de la lingüística de contrastes
son dos las preguntas que debemos intentar contestar: ¿qué tipo de análisis
debemos hacer? Y )cómo hacerlos?
Estas dos cuestiones, a simple vista sencillas, son tan complejas que, a pesar
de que de ellas dependa la propia existencia de la lingüística de contrastes,
difícilmente van a tener respuesta definitiva. La
primera pregunta puede tener muchas respuestas, que dependen, en primer lugar,
de los objetivos que queramos cubrir: según los objetivos, así será el tipo
de análisis. En segundo lugar, también dependerá del modelo de descripción
que se quiera utilizar. La escuela estructuralista no tiene la misma concepción
de la lengua que la generativista, ni
ésta la misma que la integracionista. Al no tener la misma concepción, el análisis
ha de ser necesariamente distinto. En
la segunda pregunta, además de estos dos condicionamientos, entra en juego
otro más, sin duda, el más difícil de resolver: el carácter complejo de la
lengua. Si la lingüística actualmente no ha conseguido proporcionarnos un
modelo capaz de describir las relaciones existentes entre todos y cada uno de
los elementos de una lengua, )qué se puede decir
cuando lo que se pretende no es sino la descripción de dos, o más, lenguas,
y, además, desde un punto de vista contrastivo? La
polémica sobre la elección de un modelo, que en los años setenta se polarizó
en la dicotomía estructuralismo / gramática generativa ha sido posible
gracias a las distintas aplicaciones de la lingüística de contrastes. Así,
los lingüistas que eligieron un modelo estructuralista defendieron su postura
en base a su objetivo final, la enseñanza de lenguas. Puesto que su interés
es la enseñanza de lenguas, un análisis de la estructura superficial de la
lengua es mucho más rentable que cualquier intento de comparación de
estructuras profundas abstractas:
The contrasts that the learner can profit from lie pretty
close to the surface. (Ivir, 1971:163).
When deep structure is so deep that all languages are very much alike
depth equals triviality, for practical pedogogical purposes. (Twaddell, 1968:198). De
acuerdo con los lingüistas estructuralistas, cuanto más teórica sea la
orientación del modelo, más fácilmente nos alejaremos de los objetivos prácticos
que impulsaron la realización de la comparación. Cuanto más sofisticado sea
el marco teórico, más difícil será convertir los resultados de la
investigación en materiales apropiados para la enseñanza. König
(1971:143), que defiende la aproximación generativa, reconoce hasta qué
punto los objetivos marcan la elección de modelo, cuando afirma:
Whether or not one is prepared to adopt a transformational
approach will probably depend ultimately on how quickly one has to present
practical results and for which level of language instruction these results
are envisaged.
Por el contrario,
los partidarios de la utilización de un modelo generativo han utilizado lo
que ellos creen que es el objetivo último de la lingüística de contrastes,
la creación de un modelo teórico de la comparación para rechazar las
aproximaciones estructuralistas, ya que consideran que un modelo taxonómico
es incapaz de explicar y de analizar muchos aspectos del contraste de dos
lenguas. Según ellos, el análisis estructural falla siempre que no exista un
claro paralelísmo entre los sistemas de las lenguas en comparación.
Evidentemente, puede que no existan grandes problemas al contrastar la
estructura inglesa Where have you been? con la estructura española )Dónde has estado?, pero le será muy difícil
comparar esa misma estructura inglesa con la española )De dónde vienes?, a pesar de que sea esta
segunda estructura un equivalente semántica y funcionalmente más adecuado.
Al no poder analizar aspectos de las estructuras profundas de estos sistemas,
los análisis se tienen que reducir a una búsqueda de expresiones
equivalentes que puedan considerarse similares. En cualquier ciencia, la
observación sistemática es sólo posible dentro de un marco teórico explícito.
Si la lingüística de contrastes se define, por regla general, como un método
que es capaz de establecer explícitamente las diferencias y las semejanzas
entre dos o más lenguas, el único modo de hacerlo es comparar la estructura
profunda común a las lenguas y estudiar como éstas se van diferenciando
hasta convertirse en unas estructuras superficiales distintas. Si se llega a
hacer una formulación de estos fenómenos, tendremos una teoría general del
funcionamiento de las lenguas. Entre
los años cincuenta y sesenta la lingüística de contrastes en Estados Unidos[1] tuvo una orientación
claramente estructuralista. La génesis del English Language Institute
de la Universidad de Michigan, del que formaron parte Fries, Lado, Marckwardt,
y Catford, es fundamental para esta parte de la historia de la lingüística
de contrastes, ya que junto con el Center for Applied Linguistics, va a
ser el centro impulsor de estos estudios. A finales de los 60, sin embargo,
los principios de la lingüística de contrastes son puestos en duda por
muchos lingüistas. Entre los primeros en criticarla se encuentran Wolfe
(1967), Corder (1967), y Ritchie (1967); más tarde fueron Newmark y Reibel
(1968), Catford (1968), y Hamp (1968). Estas palabras de Wardhaugh (1974:186)
pueden servir para resumir cual era el sentimiento general hacia la lingüística
de contrastes en aquellos momentos:
A decade or so ago Contrastive Analysis was still a fairly new
and exciting idea apparently holding great promise for teaching and curriculum
construction. Now, one is not so sure ... The Contrastive Analysis hypothesis
has not proved to be workable, at least not in the strong version in which it
was originally expressed.
Así que no es de
extrañar que durante los días 15 y 16 de marzo de 1968 se celebre en
Washington un congreso cuyo único tema de discusión es Contrastive
Linguistics and its pedagogical implications, en el cual se pone de
manifiesto las dudas de los gramáticos generativistas ante las posibilidades
de la lingüística de contrastes. El
origen de estas críticas es diverso, aunque, por norma general, todos
coinciden en varios presupuestos. El más generalizado viene dado por el
cambio producido en la lingüística americana después de las propuestas de
Chomsky del 65. Hasta este momento, prácticamente todas las investigaciones
llevadas a cabo por la lingüística de contrastes seguían una metodología
estructuralista. Si el estructuralismo, a la vista de los presupuestos teóricos
generativistas, no eran válidos, tampoco podía ser válida cualquier
manifestación que de él surgiera. La situación la resume Svartvik (1973:7)
perfectamente:
The onslaught of transformational theory naturally shook many
people's belief in the structuralist approach and, in its wake, such
applications of it as contrastive linguistics.
Por lo tanto, no fue
realmente los presupuestos de la lingüística de contrastes los que se
pusieron en duda, sino los presupuestos estructuralistas que la soportaban y,
en consecuencia, el enfoque que esta disciplina había tomado. Los
estructuralistas americanos (Fries, Lado, etc.), de una manera un tanto
ingenua y apriorística, quisieron separarse de todo lo que estuviera
relacionado en primer lugar con la lingüística teórica comparada y en
segundo lugar con todo lo que tuviera que ver con las teorías sobre el bilingüísmo
y lenguas en contacto (Haugen y Weinreich), ya que esta investigaciones tenían
un carácter más sociolingüístico que el que para sí querían los
promotores de la lingüística de contrastes. Esto, sin duda, fue un grave
error, ya que conforme se fueron haciendo comparaciones y la lingüística de
contrastes fue desarrollándose, se empezó a ver la ausencia de un marco teórico
en el que encuadrar estos contrastes, la necesidad de un modelo para hacer
dichas comparaciones.[2] La crisis de la
lingüística de contrastes a finales de los sesenta fue la crisis de la
superación del modelo estructuralista, o mejor dicho, la búsqueda de un
nuevo modelo que en la lingüística americana no podía ser otro que un
modelo de corte generativista. El
primer intento de usar un modelo generativista en la comparación de lenguas
fue propuesto por Z. Harris. Harris hizo un intento de modelo comparativo en
su Transfer grammar (1954). El modelo de Harris influyó de alguna
manera en el propio Di Pietro. El modelo de Harris establece un conjunto común
de estructuras para las dos, o más, lenguas contrastadas, y un conjunto de
reglas de transferencia de una estructura dada en la lengua materna a una
estructura, diferente pero equivalente, en la lengua de llegada. El propio Di
Pietro (1976:11) resume la formula de Harris de la siguiente manera:
RLm + (RLll - RLm) = RLll es decir, las reglas
de la lengua de llegada se obtienen mediante la suma de las reglas de la
lengua materna y las reglas de la lengua de llegada que no se encuentren en la
lengua materna. En esta formulación se haya implícita la idea de que existen
reglas que son compartidas por ambas lenguas, que las lenguas tienen una base
común, idea claramente relacionada con la hipótesis de los universales lingüísticos
que los gramáticos generativistas iban posteriormente a defender. En este
sentido, Di Pietro (1976:4) es claro:
The supposition that human languages all share a number of
essential features is crucial to achieving a level of adequacy in CA. If there
were no such sharing of both a general framework and a number of grammatical
processes, there would be no point of departure for the contrastive statements
to be made.
La teoría de que
las lenguas tienen una base común va a ser una idea fundamental en la lingüística
de contrastes que van a desarrollar autores como Klima (1962), Moulton
(1968:28), Lado (1968:125) o el mismo Di Pietro (1968:68), entre otros. Esta
base común puede interpretarse bien formalmente (Schachter, 1960), semánticamente
(Kufner, 1962; Stockwell, Bowen y Martin, 1965) o psicológicamente (Selinker,
1972). Aunque los conceptos propuestos por Harris calaron pronto y
profundamente en la lingüística de contrastes, sin embargo, la propuesta de
Harris de una transfer grammar no fue seguida por nadie, si exceptuamos
a Dingwall (1966). Naturalmente
los primeros modelos generativistas aplicados a la lingüística de contrastes
fueron modelos que seguían el modelo estándar que preconizaba el predominio
del componente sintáctico sobre el componente semántico y fonológico. El
estudio contrastivo de Stockwell et al. (1965), por ejemplo, está
basado en el modelo propuesto por Klima (1962), que, según el propio
Stockwell (1968:23), era el más adecuado para la lingüística de contrastes
ya que:
[It] highlights the deep-structure similarity of the two
languages and traces the steps in parallel transformational derivations which
differentiate the surface structures of comparable constructions.
Con el auge de la
lingüística generativa aparecen muchos trabajos (ver, por ejemplo Dingwall,
1964; Schachter, 1965, Wyatt, 1966 y 1967; Di Pietro, 1968; Marton, 1968;
James, 1969; etc.) en los que, de una manera u otra, se emparentaban la lingüística
de contrastes y la gramática generativa. Estos trabajos proclaman las
posibilidades del modelo generativo a la hora de la comparación de dos o más
lenguas. Como acabamos de decir, estos primeros trabajos siguen el modelo
propuesto por Chomsky, pero, poco a poco, surgen voces discordantes y aparecen
modelos de base semántica siguiendo el modelo de Fillmore (Di Pietro, 1976;
Corder, 1973:243 y ss; Marton, 1974; Dirven, 1976; Boas, 1977; etc.) o el
modelo de la semántica generativa (Krzeszowsky, 1979). El
modelo chomskiano fue pronto rechazado como modelo aplicable a la lingüística
de contrastes. Corder (1973:233 y ss) demuestra la imposibilidad de tal modelo,
puesto que, siguiendo los postulados de Chomsky (1965), tendría que ser el
componente sintáctico profundo el nivel ideal donde se tendría que
desarrollar la comparación. Sin embargo, es fácil demostrar que las gramáticas
profundas de las lenguas no son idénticas y por tanto:
They cannot adequately serve, therefore, as a basis for
applied linguistic comparisons. (Corder: 1973:243). Ante esta situación,
sólo queda una salida: lo que es universal es la estructura semántica de las
lenguas. De aquí la necesidad de proponer un modelo para la lingüística de
contrastes de base semántica. Y
es eso precisamente lo que va a hacer Di Pietro. El modelo que va a proponer
Di Pietro (1976) se basa en una versión modificada de la gramática de casos
propuesta por Fillmore (1968), aunque como el propio Di Pietro (1976:39)
reconoce, el modelo es, en realidad, el resultado de la fusión de las teorías
de Katz y Fodor (1963), Chomsky y Halle (1968), Fillmore (1968) y Bach (1964).
El modelo de Di Pietro difiere del de Chomsky (1965) en que las categorías de
la estructura profunda que luego se realizan como NP no están ordenadas en el
modelo de Di Pietro (1976:59) en ningún orden, ni lineal ni jerárquico, cosa
que sí ocurre con las categorías de la estructura profunda en Chomsky. Del
de Fillmore difiere en que, además de las categorías de S(entence),
M(odality), P(roposition) y C(ase), el modelo de Di Pietro incluye
como categorías universales libres, o como el prefiere llamarlas, como syntactic
primes, a las categorías Name y Verboid. El
modelo de Di Pietro es multidimensional. Sin embargo, en él todavía el
componente básico es la sintaxis, mientras que el componente morfofonológico,
al igual que el componente semántico, se convierten en componentes
interpretativos. Di Pietro considera al componente sintáctico básico en el
sentido de que es este componente el que provee el nódulo inicial S(entence)
y es a partir de él donde se generan todas las derivaciones. La salida (output)
del componente sintáctico entra en el componente semántico, que interpreta
las estructuras generadas por el componente sintáctico, proporcionando de
esta manera la entrada (input) al componente fonológico, que es el que
se encarga de las realizaciones más superficiales de las oraciones. La
dimensión estructura profunda-estructura superficial divide el modelo en dos
partes. El componente semántico y parte del sintáctico pertenecen a la
estructura profunda; la otra parte del componente sintáctico y el componente
fonológico pertenecen a la estructura superficial. Así pues, el modelo de Di
Pietro es multidimensional, ya que cumple estas tres características: (a)
tiene componentes independientes, (b) tiene distintos niveles de estructura y
(c) es generativo, o lo que es lo mismo, se formula mediante reglas que
predicen todas las oraciones posibles de una lengua. La representación gráfica
del modelo de Di Pietro es la siguiente:
│
┌───────────────────────┐
│
│ COMPONENTE SEMANTICO │───────────┐
│
└───────────────────────┘ │
│
?
┌─┐
│ │
│
e. profunda
┌──<│1│
│ │
┌ ─ ─ ─ ─ ─ ─ ┘ │
└─┘
┌──────────────┴────────┐ │
│
│
│ COMPONENTE SINTACTICO
│──────┘
│
│
└──────────────┬────────┘ │
┌< SALIDA
? │ ┌
─ ─ ─ ─ ─ ─ ─ ─ ─
┘
┌─┐ │
│ │ │
e. superficial │2│──┘ │
│ │
└─┘
> │
┌───────────────────────┐
│
│
│
│
│ COMPONENTE FONOLOGICO
│───────────┘ │
│
│
└───────────────────────┘ │
A
la hora de realizar el modelo, Di Pietro parte de la oración:
The sentence ... is a convenient abstraction to make of human
language because it enables us to discuss a good deal of how man puts his
thoughts together. Upon investigating the paticulars of sentence, we find that
other units and rules of syntactic arrangement suggest themeselves. (Di Pietro,
1976:53). ... The sentence stands as the most encompassing of all syntactic primes ... The sentence remains the largest workable unit. (Di Pietro, 1976:54). La
Oración consta de Modalidad, que al igual que en Fillmore cubre la negación,
el aspecto, el tiempo, el modo, etc. y de Proposición, que consta de Verboid,
categoría que describe las relaciones entre los Nombres (Names), y las
categorías de Caso, que al igual que las de Fillmore pueden ser Agente,
Dativo, Locativo, Factitivo y otras que pueden ser añadidas a este
inventario. Las categorías de Caso, a su vez, constan de un Marcador de Caso y
de un Nombre, unidad que se refiere a la propiedad de las lenguas humanas por la
que se clasifican las nociones y los objetos. Así que Di Pietro repite el marco
de Fillmore que también describió Longacre (1965) en su comparación de esta
concepción de la Oración con una representación teatral, en la que la
Modalidad es el escenario, la Proposición es el argumento de la obra, el Verboid
es la acción de dicho argumento, acción que involucra a los Nombres (Names)
como autores de dicha representación, en la que no falta el apuntador, que está
representado por los marcadores de caso, ya que éstos ayudan a especificar el
papel que cada Nombre representa. Di
Pietro (1976) dedica un capítulo entero de su libro a la estructura del léxico.
En el léxico del modelo de Di Pietro las entradas se caracterizan por matrices
de rasgos semánticos como (" humano), (" concreto), (" animal), etc.
Según él, cada lengua hace uso de un conjunto específico de estos rasgos, que
deben ser descubiertos por el lingüista usando la técnica de "decompositional
contexts", proceso de descomposición del significado. Una
vez propuesto el modelo, Di Pietro sugiere tres distintos pasos para poderlo
aplicar al contraste de dos lenguas. En primer lugar, debemos establecer las
diferencias de las dos lenguas comparadas a través de lo que Di Pietro llama surface
features (la flexión del plural en inglés, por ejemplo, sería un rasgo
superficial). Estas diferencias pueden variar desde la ausencia total del rasgo
en una de las dos lenguas hasta que las dos lenguas compartan ciertos rasgos
parciales. El segundo paso consiste en postular los universales que subyacen
debajo de esas estructuras superficiales (en el caso de la flexión del plural,
la categoría de Número). Por último, tendremos que formular las reglas de
realización que relacionan la estructura profunda con la estructura
superficial. No tendremos que formular un conjunto de reglas de realización
para cada lengua. Puesto que nuestro interés es contrastivo, sólo se deberán
especificar aquellas reglas que no comparten ambas lenguas. Evidentemente,
el modelo de Di Pietro no puede defenderse hoy tal y como él lo propuso.
Conociendo como él conocía el período de ebullición que la lingüística
americana vivía, el mismo adelanta en su libro la posibilidad de nuevas
revisiones:
Keep in mind, however, that the organization presented herein
is not universally accepted by theorists. Indeed, arguments rage overpractically
every specific. Semantics, especially, is open to debate. Our only claim is that
the design allows for the identification and explanation of contrasts between
languages. While those contrasts which we discuss appear to be fundamental ones,
there is no guarantee that revisions of the design will not allow for the
expression of even more basic contrasts. (Di Pietro, 1976:39). Pero,
a pesar de esto, claramente se puede decir que la contribución de Di Pietro al
campo de la lingüística de contrastes fue importante y que su labor contribuyó
a la reformulación de la lingüística de contrastes estructuralista, que
desgraciadamente no estaba ofreciendo las soluciones que su propuesta inicial
había prometido. En este sentido, Di Pietro se dio cuenta de la importancia del
componente semántico, aunque dado el estado de la lingüística en aquel
momento, no le dio la preponderancia que por supuesto le hubiera dado de haberse
enfrentado al mismo problema en nuestros días. Di Pietro contribuyó de alguna
manera al cambio de orientación de la lingüística de contrastes, que de
plantearse como una serie de técnicas para su aplicación en la enseñanza pasó
a ser una parte de la lingüística que no sólo se debía de ocupar del
problema de errores y su aplicación en la enseñanza de lenguas, sino que empezó
a considerarse como una parte fundamental de la lingüística general en su
intento de elaborar una teoría del lenguaje basada en el descubrimiento y
estudio de los universales lingüísticos; una parte importante de la lingüística
que podría contribuir en el estudio del cambio diacrónico y del cambio
dialectal, y quizás lo más importante una parte de la lingüística que debería
impulsar el desarrollo de una teoría científica de la traducción. Es por esto
por lo que estamos totalmente de acuerdo con Bolinger cuando afirma: Professor Di Pietro ['s book] ... brings contrastive linguistics up to date by adjusting it to current linguistic theory and the advances in other fields that have been affected by it. (Di Pietro, 1976: viii).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Alatis, J.E. (1968)
(ed.), Contrastive linguistics and its pedagogical implications. Report
of the 19th Annual Roundtable Meeting on Linguistics and language Studies.
Washington, D.C.: Georgetown University Press. Bach, E. (1964), An
introduction to transformational grammars. New York: Holt, Rinehart &
Winston. Boas, H.U. (1977),
"Some remarks on case grammars as bases for contrastive studies", Papers
and Studies in Contrastive Linguistics 7, 21-32. Catford, J.C. (1968),
"Contrastive analysis and language teaching", en J.E. Alatis, 159-173. Chomsky, N. (1965), Aspects
of the theory of syntax. Cambridge, Mass.: The M.I.T. Press. Chomsky, N. y M. Halle
(1968), The sound pattern of English. New York: Harper & Row. Corder, S.P. (1967),
"The significance of learner's errors", IRAL 5, 4, 161-170. Corder, S.P. (1973), Introducing
applied linguistics. Harmondsworth: Penguin. Di Pietro, R.J.
(1968), "Contrastive analysis and the notions of deep and surface
grammars", en J.E. Alatis, 65-80. Di Pietro, R. (1976), Language
structures in contrast. 2nd ed. Rowley, Mass.: Newbury House Pub. (10 ed. 1971). Dingwall, W.O. (1964),
Diaglossic grammar. Doctoral Dissertation, Georgetown University. Dingwall, W.O. (1966),
"Morpheme sequence classes: a taxonomic approach to contrastive
analysis", IRAL 4, 39-61. Dirven, R. (1976),
"A redefinition of contrastive linguistics", IRAL 14, 1-14. Filipoviƒ, R. (1971) (ed.), Zagreb Conference on
English contrastive projects, 7-9 December, 1970: papers and discussions.
Zagreb: Institute of Linguistics. Fillmore, Ch. (1968),
"The case for the case". en Bach y Harms (1970) (eds.), Universals
in linguistic theory. New York: Holt, 1-90. Fisiak, J. (1980),
"The contrastive analysis of phonological systems", en J. Fisiak
(1980) (ed.), Theoretical issues in contrastive linguistics. Amsterdam:
John Benjamins. Hamp, E.P. (1968),
"What a contrastive grammar is not, if it is", en J.E. Alatis,
137-147. Harris, Z. (1954),
"Transfer grammar", International Journal of American Linguistics
20, 259-270. Ivir, V. (1971),
"Generative and taxonomic procedures in contrastive analysis", en R.
Filipoviƒ, 156-167. James, C. (1969),
"Deeper contrastive study", IRAL 7, 2, 83-96. Katz, J. y J. Fodor
(1963), "The structure of a semantic theory", Language 39,
170-210. Klima, E.S. (1962), Correspondence
at the grammatical level. Research Laboratory of Electronics, M.I.T. König, E. (1971),
"Transformational grammar and contrastive analysis", en R. Filipoviƒ, 129-145. Krzeszowsky, T.P.
(1979), Contrastive generative grammar: theoretical foundations. Tübingen:
Gunter Narr. Kufner, H.L. (1962), Kontrastive
Phonology Deutsch-English. Stuttgart: Klett. Lado, R. (1968),
"Contrastive linguistics in a mentalistic theory", en J.E. Alatis,
123-135. Lipi½ska, M. (1975), "Contrastive analysis
and the modern theory of language", Papers and Studies in Contrastive
Linguistics 3, 5-62. Longacre, R. (1965),
"Some fundamental insights of tagmemics", Language 41, 65-76. Marton, W. (1968),
"Equivalence and congruence in transformational contrastive studies", Studia
Anglicana Posnaniensia 1, 53-62. Marton, W. (1974),
"Some remarks on the formal properties of contrastive pedagogical
grammars", en G. Nickel, 182-95. Moulton, W. (1968),
"The use of models in contrastive linguistics", en J.E. Alatis, 27-38. Newmark, L. y D.
Reibel (1968), "Necessity and sufficiency in language learning", IRAL
6, 145-164. Nickel, G. (1974)
(ed.), Applied contrastive linguistics, vol 1. Proceedings of the 3rd
International Congress of Applied Linguistics, Copenhagen, 1972. Heidelberg:
Julius Groos. Ritchie, W.C. (1967),
"Some implications of generative grammar for the construction of courses in
English as a foreign language", Language Learning 17, 45-69 y
111-113. Schachter, P. (1960), A
contrastive analysis of English and Pangasinan. Los Angeles:
U.C.L.A. Schachter, P. (1965),
Transformational grammar and contrastive analysis", en Allen y Campbell
(eds.), Teaching English as a second language. McGraw-Hill, 268-275. Selinker, L. (1972), A
brief reappraisal of contrastive linguistics", Studia Anglicana
Posnaniensia 4, 15-21. Stockwell, R.P.
(1968), "Contrastive analysis and lapsed time", en J.E. Alatis, 11-26. Stockwell, R.P., J.D.
Bowen (1965), The sounds of English and Spanish. Chicago: University of
Chicago Press. Stockwell, R.P., J.D.
Bowen y J.W. Martin, (1965), The grammatical structures of English and
Spanish. Chicago: University of Chicago Press. Svartvik (1973) (ed.),
Errata: Papers in error analysis. Lund. Twaddell, W.F. (1968),
"The durability of contrastive studies", en J.E. Alatis. Wolfe, D. (1967),
"Some theoretical aspects of language learning and language teaching",
Language Learning 17, 173-188. Wyatt, J.L. (1966),
"Contrastive analysis via the Chomskyan verb phrase formula", Language
Learning 16, 41-48. Wyatt, J.L. (1967),
"The common core transformational grammar: a contrastive model", Journal
of English as a Second Language 2, 2, 51-65.
[1] La presente comunicación no se
ocupa del desarrollo de la lingüística de contrastes en Europa. Sin
embargo queremos dejar claro que la historia de la lingüística de
contrastes en Europa no ha seguido un camino paralelo al que siguió en
Estados Unidos. Los cambios producidos por el estructuralismo, la gramática
transformacional-generativa y la semántica generativa iban a producir un
impacto más brusco en América que en Europa, debido fundamentalmente a la
ya larga tradición lingüística europea, donde las escuelas alemanas,
inglesas o centroeuropeas iban a recoger los frutos de estas nuevas
aportaciones de una manera más crítica y, al fin y al cabo, de una manera
menos apasionada. No es esta, sin embargo, la única diferencia, ya que
tampoco coincidieron, al menos en estos años en la orientación dada a
estos estudios. Según
Fisiak (1980:217), uno de los lingüista europeos que más destacaron dentro
del campo de la lingüística de contrastes,
"the main difference between the contrastive work done in Europe
and in America was that in America almost all the works were pedogogically
oriented whereas in Europe the importance of the theoretical aspect of
contrastive linguistics was recognized on a larger scale and both
pedagogical contrastive linguistics and theoretical contrastive linguistics
were produced. Some contrastive projects (ie. the Polish-English
contrastive project) are even more theoretically based, thus continuing the
early European tradition. [2] La actitud de Di Pietro es precisamente la contraria. Di Pietro (1976:1) acepta desde el primer momento la doble aportación de la lingüística de contrastes: "While a contrastive study is motivated chiefly by the foreign language teacher's need to uncover important areas of difference between the language he is teaching and that of his students, the value of contrastive analysis as a way to evaluate the postulations and claims of linguistic theory itself should not be overlooked." |