Juanki: Agosto de 2010

                  El Camino de Santiago                  

 

Un poco de historia sobre el Apóstol:

Originarios de Betsaida, Santiago y Juan eran dos hermanos, hijos del Zebedeo, dedicados a la pesca en el lago Genesaret en la ciudad de Cafarnaún (Galilea, hoy Israel). Su nombre, en realidad, era Jacob, aunque en su derivación al latín Sanctus Iacobus, y después al español se transformó en Santiago, Jacobo, Jaime, Diego o Iago. De familia humilde, ambos fueron llamados por Jesucristo para formar parte de su reducido grupo de doce apóstoles, al igual que otros pescadores de la zona como Simón (S. Pedro) o Andrés.

Conforme avanza la predicación, Santiago se convierte en uno de los apóstoles con mejor relación con Jesús, junto con Juan y Pedro, participando en dos momentos claves como la transfiguración en el monte Tabor o la oración en el huerto de los olivos. La pasión y la valentía que demuestra Santiago, quizá un tanto excesiva e inconsciente, le hace merecedor del sobrenombre del “hijo del trueno”, otorgado por el propio Jesús.

Tras la muerte y resurrección de Jesús, Santiago pasa a formar parte del primer grupo cristiano que comienza a crecer vertiginosamente primero por todo el actual Israel y luego hacia Grecia y Egipto. Hacia el año 44, Herodes Agripa decide escarmentar a la comunidad cristiana con el arresto de Pedro y el asesinato de Santiago en Jerusalén mediante decapitación, siendo así el primer cristiano en morir por su fe.

La tradición:

La primera de las tradiciones jacobeas que aparecen tiempo después de la muerte del Apóstol Santiago en Jerusalén es su traslado y enterramiento hasta Galicia. La prohibición de que Santiago fuera enterrado hizo que sus discípulos, en secreto, sacaran el cuerpo a la orilla del mar, desde donde navegarían hasta llegar al fin del mundo (Finis Terrae). Como tantos otros santos, su cuerpo se conservó incorrupto durante el viaje que les llevó a Iria Flavia, la capital de la Galicia romana. Allí enterraron al Apóstol y los discípulos que lo acompañaron se quedaron por esas tierras hasta su muerte, con una evangelización infructuosa que hace perder la memoria de lo allí acontecido.

Saliendo de la leyenda y entrando en la historia, en el año 813, el eremita Pelayo observó unos resplandores que salían de un campo cercano al que vivía, que pasaría a llamarse Campus Stellae. Advierte a las autoridades eclesiásticas del acontecimiento y el obispo de Iria Flavia, Teodoromiro, ordena apartar la maleza y excavar el lugar para descubrir una necrópolis entre cuyas lápidas se identifica una inscripción con la del Apóstol Santiago. Informa al rey asturiano Alfonso II y comienza la historia de las peregrinaciones y el Camino de Santiago.

La otra tradición, posterior, afirma que en el reparto de las tierras de evangelización, Santiago recibió las de Hispania, y así llegó por el Mediterráneo para evangelizar estas provincias. No obstante, no debió de acompañarle el éxito en su empresa, dejando escasos y pequeños grupos de evangelizados, acabando de vuelta para Jerusalén, donde encontraría años después el martirio. Corrobora esta tradición la existencia de un evangelio apócrifo que sitúa a Santiago precisamente en Hispania, cuando se le aparece en vida la Virgen María sobre un pilar en Cersaraugusta (Zaragoza).

El Camino:

Tras el descubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago en la actual Compostela a principios del siglo IX, el lugar se transforma en destino de peregrinación para millones de europeos durante la Edad Media. Los nobles y reyes de los pequeños reinos cristianos de la península Ibérica favorecieron el desarrollo de la ruta de peregrinación, que se convirtió en el cordón umbilical con el resto de la Europa cristiana. La marea de peregrinos era tal, que algunos años superaban en número a la población de las principales ciudades del Camino.
Esta eclosión fue precedida por el cambio y afianzamiento de trazado que tuvo lugar a principios del siglo XI, cuando Sancho el Mayor de Navarra y Alfonso VI de León deciden que la ruta de peregrinación principal discurra por las tierras que estaban siendo reconquistadas. El nuevo Camino, además de ruta de peregrinación, se convierte en torrente de cultura, arte, comercio y repobladores, que llegan de toda Europa. A partir del siglo XVI, las guerras de religión y el desinterés llevan al olvido a la ruta jacobea. Algunos años, los peregrinos se pueden contar con los dedos de las manos.

A partir de los años setenta del siglo XX, comienza un resurgir del Camino, gracias al empeño de anónimos amantes del Camino, un nuevo interés de las administraciones, las visitas del Papa a Santiago en los años ochenta y el renovado esfuerzo de la Iglesia, el desarrollo de múltiples asociaciones y cofradías y la declaración de Patrimonio de la Humanidad. Los peregrinos del siglo XXI, hartos de la sobrecarga materialista, busca un refugio ante el mundo que nos asfixia, y se pone en marcha hacia Santiago. El año 2009 llegaron a Santiago más de ciento cuarenta mil peregrinos de un centenar de países a pie, en bicicleta o a caballo, más una marea humana diaria imposible de contar de peregrinos en vehículos particulares o autobuses. En los últimos años, además, la cifra aumenta en torno a un 10% respecto al año anterior. Peregrinos que buscan y encuentran en el Camino abnegación, esfuerzo, espiritualidad, aventura, solidaridad, compañerismo, sudor, lágrimas y alegrías y mucho camino por andar.

Mapa de los distintos Caminos:

 


 

Mi experiencia: (Agosto de 2010)

En cuanto a los motivos de realizar el Camino tal como se relata anteriormente, los hay de muy distinta índole. Lo que si es común a todos los peregrinos es la experiencia vivida que dependerá de nosotros, de nuestra disposición y de que buscamos al hacerlo.  En cuanto al momento, el nos llamará cuando estemos preparados.

Yo planifiqué mi Camino de la siguiente forma: (Sarria-Santiago)

Salida el día 2 de agosto en coche a las 6 de la mañana, llegada a Santiago a las 16,30. Coger el autobús dirección Sarria a las 18 y llegada a las 21, buscar albergue y salir por la mañana dirección Portomarín (1ª Etapa). Hasta aquí todo bien sobre el papel, pero una lesión de mi rodilla izquierda me va hacer volver a Granada sin comenzar el Camino. Al llegar a Sarria y dirigirme al albergue comienzo a notar unos pinchazos en la rotula que apenas me dejan dar paso, la subida hacia el albergue se hace imposible, y bajar aún mas doloroso, con lo que decido regresar a Granada al día siguiente (3 de Agosto). Llego a Granada a las 21 del 3 de agosto y el 4 de agosto por la mañana hacemos unas compras y tomamos una cerveza, comprobando que no tengo ninguna molestia y decido volver a Santiago esa misma tarde. Comenzando por fin el Camino el día 5 de Sarria a Portomarín.(Mi rodilla tras el Camino está como nunca).

Las etapas de Sarria a Santiago:

 

Etapa 1. Sarria-Portomarín

Etapa llevadera y muy amena por lo mucho y bonito por ver (senderos, lavaderos, fuentes, etc).

 Tiempo estimado 5 horas.

 

Etapa 2. Portomarín-Palas de Rey

Esta etapa comienza cruzando el Miño por un puente peatonal que nos adentra en el bosque por una vereda plagada de vegetación a ambos lados. Pronto comenzaremos la subida que dura entre 3 y 5 horas, para al final descender a Palas del Rey, donde a 1,5 Km de este nos encontraremos con dos albergues municipales con unas instalaciones limpias y modernas. Junto a ellos podemos disfrutar de una piscina pública y un restaurante en una amplia zona de recreo rodeada de monte.

Tiempo estimado 7.30 horas.

 

Etapa 3. Palas de Rey-Arzua

Etapa larga y muy dura, con constantes ascensos y descensos. Con cristalinos riachuelos  que cruzan el bosque y coquetas aldeas que nos hacen olvidar el duro Camino.

Tiempo estimado 7 a 8 horas.

 

Etapa 4. Arzua-O Pedrouzo

Etapa tranquila que se agradece tras la anterior jornada. Un kilómetro antes de la oficina de información que hay a las afueras de O Pedrouzo, se puede atravesar la nacional por un paso bajo la misma;  y beber agua  fresquita de una fuente de piedra; donde dicen hay enterrada una Princesa Portuguesa.

Tiempo estimado 5 Horas

 

Etapa 5. O Pedrouzo-Santiago

Última y emocionante etapa en la que llegamos a Santiago.

Tiempo estimado 6 horas.

 


 

 

Durante el Camino veremos todo tipo de personas y metas, yo opté por disfrutar del paisaje en la medida de lo posible y realizar algunas paradas cortas para contemplar y reponer fuerzas durante cada jornada. Es mucho y muy bonito lo que hay por ver, senderos cubiertos por castaños, alcornoques, robles y eucaliptos que desembocan en pequeñas aldeas, donde es normal encontrar hórreos, fuentes, lavaderos de piedra, y algunos puentes romanos. Son innumerables los riachuelos que se cruzan durante el Camino, así como las vaquerías y sembrados de maíz en esta época del año.

                            

Al final de cada etapa toca la búsqueda del albergue donde hospedarnos ya sea público o privado, normalmente no encontraremos problema y si hubiese saturación siempre están los polideportivos que los habilitan para estos casos, donde podremos asearnos, lavar la ropa y dormir.

                           

Es habitual la conversación durante el Camino con algún peregrino que viaja solo como en mi caso, o en pequeños grupos, siempre enriquecedora y llena de anécdotas, como la del Filipino que hizo el Camino descalzo, o el matrimonio que hizo promesa de no hablar en todo el Camino; excepto ella que si lo podía hacer al llegar al final de cada etapa y exclusivamente para preguntar donde dormir.

Me comentaba un peregrino de Irún que en el Camino es donde cada persona se muestra tal y como es, sin los condicionantes de nuestra vida cotidiana, como el trabajo, la Familia etc.

Especial mención a peregrinos conocidos como Iñigo de Irún, Ignasi y Pau de Alicante, Fátima de Huelva, Belén y Maria de Manzanares, Álvaro de Salamanca,  La Holandesa etc.

                        

Que nadie dude en cuanto a la posibilidad de hacer el Camino, sin menospreciar su dureza, pero yo he visto todo tipo de personas haciéndolo y adaptándose a sus limitaciones o cualidades y todos llegan.

Todos los peregrinos coincidimos en la dureza de los descensos, llegando a preferir las subidas antes que estos. Independientemente de la información que podamos obtener de cada etapa, hay algo que no varía y son las constantes subidas y bajadas. Llega el momento de la extenuación y superación durante cada etapa y con el final de la misma la ducha, la comida y el descanso; tras el que podemos comprobar cuan dolorido esta nuestro cuerpo, hasta el punto de que comenzar a movernos se convierte en una odisea de dolor. Es normal durante la tarde/noche ver caminar a los peregrinos con gran dificultad y movimientos toscos, sobre todo si suben o bajan una escalera. El dolor se concentra principalmente en gemelos, cuadrices y cadera.

Yo comencé a notar una leve mejoría a partir del cuarto día, que es cuando comentan los entendidos en la materia, el cuerpo comienza a adaptarse a las caminatas.

Es cierto que en la noche anterior a la llegada a Santiago los sentimientos son encontrados, por un lado el deseo de llegar y por otro el de que no se termine el Camino.

Durante la última etapa y desde el Monte do Gozo (Rua de San Marcos), podemos contemplar Santiago por primera vez, momento muy emotivo. Tras descender comenzamos la travesía de la ciudad hasta que a unos 400 metros se divisa la cúpula de la Catedral, "ya estamos aquí". Llegamos a la Plaza de Obradoiro y contemplamos la Catedral, nos dirigimos a la Casa del peregrino donde entregaremos nuestra Credencial con los correspondientes sellos de nuestro paso por el Camino y recibimos La Compostela que acredita haber realizado el Camino. Posterior visita a la Catedral y descanso para volver a casa.

                           

La Compostela (y no "Compostelana", como a veces equivocadamente se le conoce, y yo el primero) es un documento del Cabildo Catedralicio de Santiago que certifica la peregrinación por motivos religiosos o espirituales a Santiago. Para conseguirla, se debe mostrar la credencial, donde se ha ido sellando y poniendo la fecha a lo largo del Camino, como por ejemplo en los refugios en los que se ha dormido, Iglesias, al menos dos veces por día. Para conseguir la Compostela se ha debido llegar a Santiago tras peregrinar los últimos 100 kilómetros andando o 200 en bicicleta, como mínimo.

      Credencial                                                                                     Compostela     

Un dato significativo en cuanto al número de peregrinos que este verano se acercan a la casa del peregrino a recoger La Compostela es de unos 2.400 diarios, según información del conocido Peregrino  de la plaza Obradoiro (Zapatones).

Zapatones (Juan Carlos), La Holandesa y Juanki

Nos comentaba el amigo "Zapatones" que junto con algunos amigos y apoyados por un Párroco local, comenzaron a pintar las señales y flechas de color amarillo que hoy día podemos encontrar en la ruta del Camino "Francés" (775 Km), que parte de Roncesvalles(San Jean Pied de Port). Avisaba el Párroco que les llamarían locos, pero que el tiempo se encargaría de darles la razón en la empresa emprendida. Para llevar acabo su altruista misión recibían donaciones en forma de botes de pintura amarilla y brochas por parte del M.O.P.U. , las administraciones locales y regionales también colaboraban de muy distintas formas en la citada empresa. Gracias a ellos y otros desinteresados colaboradores, hoy día el Camino Francés está reconocido como el mejor señalizado de los existentes.


 

Consejos:

En referencia a los preparativos del Camino podemos encontrar infinidad de páginas Web con información suficiente para tomar decisiones. Yo después de consultar en Internet y tras la experiencia aconsejo:

- Mochila de unos 40 litros de capacidad con bolsa para cubrirla en caso de lluvia.

- Saco de dormir y esterillo.

- Cantimplora (Yo opte por no llevar ese peso y durante el Camino o en alguna tienda compraba una lata o bote de aquarius).

- Ropa: lo puesto y una muda. Calcetines y calzoncillos uno para cada día, que al acabar la jornada tiraremos, chubasquero, algo cómodo para después de ducharse y chanclas para usar durante y después de la ducha.

- Calzado: Unos aconsejan las botas, depende de en que época lo vamos a hacer. Yo usé zapatillas de deporte muy cómodas y no tuve ninguna ampolla.

- Vendas, parches para las ampollas, tiritas, iboprufeno o similar, vaselina o Vicks Vaporub para los pies e ingles, alguna crema o spray para tonificar músculos.

- Linterna, bloc de notas, bolígrafo, móvil, navaja multiusos, cortauñas.

- Gel o jabón, cepillo de dientes y pelo, desodorante, toallitas o pañuelos de papel.

- Sombrero.

- Frutos secos.


Algunas direcciones de interés:

http://caminodesantiago.consumer.es/

http://www.elcaminoasantiago.com/

Contactar:

email: juanki@ugr.es


 

Algunas Instantáneas del Camino  Sarria-Santiago

                       (Picar para ver)