Veintidós siglos antes de la era cristiana, el justo emperador Yu el Grande recorrió y midió con sus pasos las Nueve Montañas, los Nueve Ríos y los Nueve Pantanos y dividió la tierraen Nueve Regiones, aptas para la virtud y la agricultura. Sujetó así las Aguas que amenazaban inundar el Cielo y la Tierra; los historiadores refieren que la división que impuso al mundo de los hombres le fue revelada por una Tortuga sobrenatural o angelical que salió de un arroyo. Hay quien afirma que este reptil, Madre de todas las Tortugas, estaba hecho de agua y de fuego; otros le atribuyen una sustancia harto menos común: la luz de las estrellas que forman la constelación del Sagitario. En el lomo se leía un tratado cósmico titulado el Hong Fan (Regla General) o un diagrama de las Nueve Subdivisiones de ese tratado, hecho de puntos blancos y negros.
            Para los chinos, el cielo es hemisférico y la tierra es cuadrangular; por ello descubren en las Tortugas una imagen o modelo del universo. Las Tortugas participan, por lo demás, de la longevidad de lo cósmico; es natural que las incluyan entre los animales espirituales (junto al unicornio, al dragón, al fénix y al tigre) y que los augures busquen presagios en su caparazón.
            Than-Qui (Tortuga-Genio) es el nombre de la que reveló el Hong Fan al emperador.

J.L. Borges, El Libro de los Seres Imaginarios

            Como revela la leyenda anterior, en China la tortuga se asocia a la creación del mundo. Es una de las Cuatro Criaturas Sobrenaturales de la tradición china junto con el dragón, el qilin (unicornio) y el fenghuang (fénix). Por su caparazón cóncavo se le asocia con la bóveda celeste, y por su vientre plano, con la tierra.
            La tortuga negra corresponde al norte y al invierno, así como a la longevidad y la fuerza. Aparece con frecuencia en los relatos mitológicos como el animal que ayuda a los dioses en la creación del universo. Sus caparazones fueron utilizados en los inicios de la civilización china como soporte de los primeros signos de escritura relacionados con prácticas rituales.

        En Egipto, por el contrario, la tortuga no tenía tan buena reputación. Aunque los documentos arqueológicos muestran que la dieta egipcia se enriquecía con carne de tortuga, ésta debía de estar prohibida como alimento funerario, pues parece proscrita de las listas y mesas de ofrendas e incluso es mencionada en algún texto como la abominación de Re. La razón puede estar en su hábitat cenagoso del fondo del río, compartido con el hipopótamo. Igual que éste, ella sería comprendida, desde el Reino Antiguo, como una manifestación del caos y el mal, enemiga del Sol. Así lo confirmarían las imágenes en que es arponeada por un humano y la expresión frecuente ¡muerta la tortuga, viva Re! Pero igual que otros animales negativos, también puede aparecer con un aspecto benéfico. Así debía de ser para aquellos que usaban las numerosas paletas de kohol predinásticas y los recipientes de piedra esculpidos con su perfil, o los posteriores amuletos y los bastones mágicos del Reino Medio, en los que la fuerza de sus mordiscos se ponía al sevicio y la protección del hogar. Del Reino Nuevo se conocen figurillas apotropaicas de madera con una tortuga en lugar de cabeza y el nombre comedores de inmundicias.

Diccionario Espasa de Mitología Universal