Sobre dinosaurios se ha escrito mucho, demasiado. De ellos bien podría decirse lo que Borges dijo del dragón: Ignoramos el sentido del dragón, como ignoramos el sentido del universo, pero algo hay en su imagen que concuerda con la imaginación de los hombres, y así el dragón surge en distintas latitudes y edades..." Esta idea y su actualización cinematográfica quedan ilustradas en los dos siguientes microrrelatos que pasan por ser dos de las cuentos más breves nunca contados:

   «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.»

El Dinosaurio (Augusto Monterroso, Obras Completas y otros cuentos)

   

   «Cuando el dinosaurio abrió los ojos, Spielberg ya estaba allí.»

Lagarto, lagarto (Nuria Barrios, El País Semanal 13/8/00)