Nada sabemos de la estructura del Ciervo Celestial (acaso porque nadie lo ha podido ver claramente), pero sí que estos trágicos animales andan bajo tierra y no tienen otra ansia que salir a la luz del día. Saben hablar y ruegan a los mineros que los ayuden a salir. Al principio, quieren sobornarlos con la promesa de metales preciosos; cuando falla este ardid, los Ciervos hostigan a los hombres, y éstos los emparedan firmemente en las galerías de la mina. Se habla asimismo de hombres a quienes han torturado los Ciervos.
    La tradición añade que si los Ciervos emergen a la luz, se convierten en un líquido pestilente que puede asolar al país.
    Esta imaginación es china y la registra el libro Chinese Ghouls and Goblins (Londres, 1928), de G. Willoughby-Meade.

J.L.Borges, El libro de los seres imaginarios