DESARROLLO HISTÓRICO DE LA FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO

 

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Dr. D.B. Dill (1891-1986) Dr. A. Hill

    El desarrollo histórico de la Fisiología del Ejercicio tiene, lógicamente, sus orígenes antiguos en los mismos caminos que la      Fisiología. La influencia es recíproca, los avances fisiológicos contribuyen al conocimiento de la fisiología en aquellas situaciones de gran demanda metabólica, mientras que el conocer el comportamiento de los órganos durante el ejercicio, permite profundizar sobre el funcionamiento habitual.

    A lo largo de la historia, viene manteniendose un denominador común para el desarrollo de esta disciplina de la Fisiología. El motor que ha estimulado el estudio del cuerpo durante una actividad física, ha sido la posibilidad de incrementar el propio rendimiento y llevarlo a sus límites más extremos.

    En cualquier caso, y como se puede leer en el cuadro de la siguiente página, existen numerosas cuestiones de gran importancia, no solo para los educadores físicos y entrenadores, sino también porque son un fuerte estímulo para los investigadores, que sin duda son los que impulsan con la aportación de los nuevos conocimientos.

    En cierto modo, estas cuestiones también se han mantenido a lo largo de la historia, y probablemente son las responsables del grado de conocimiento actual. Desde siempre el hombre ha querido superar nuestras limitaciones físicas y síquicas que ponían coto al rendimiento de su cuerpo y e impedían que su mente "viajase" a estadíos más avanzados de pensamiento. Para substraerse a esas limitaciones decidió recurrir a sustancias. También para obtener mayor beneficio del consumo de estas sustancias era necesario profundizar en el estudio de la fisiología del rendimiento físico, lo que han comportado de nuevo una influencia recíproca. El consumo de estas ayudas exógenas nunca han sido atributo único del deporte, sino que es aplicable a lo largo del tiempo y por todas las civilizaciones, para superar situaciones de índole físico y síquico.

    En el imperio Chino era conocido el consumo de efedra con el objetivo de mantenerse en vigilia día y noche y así poder dedicarse todo el tiempo a los requerimientos del Estado.

    En la Grecia Clásica, ya en tiempos de Hipócrates (siglo V a.c.), los corredores de fondo bebían cocimientos de plantas para evitar la congestión del bazo, duro y doloroso, que era el mayor obstáculo que encontraban para mantener la rapidez en carrera.

   También durante el Imperio Romano, la estimulación estaba presente en las carreras de caballos, cuadrigas, a los cuales se les daba agua y miel, por pensar que así aumentaría su rendimiento físico. También en el circo los gladiadores ingerían grandes dosis de carne de toro, suponiendo que de esta forma asimilaban la fortaleza inherente de dicho animal.

    De diversas Civilizaciones se tienen noticias del consumo de hongos alucinógenos, principalmente de la Amanita muscaria, como forma de incrementar la fuerza combativa de sus guerreros.

    Los Aztecas consumían el "Peyote" (mescalina), una sustancia alucinógena que era utilizada por los aztecas para mitigar la sensación de fatiga en las carreras o en la guerra.

    Los pigmeos africanos hacen otro tanto con la "Ibogaína", un poderoso alcaloide que les permite soportar largos desplazamientos en pos de la caza sin apenas comer y descansar.

    En la época reciente, investigadores como Lavoisier, De la Place, Crawford, von Meyer y Benedict, han aportado las observaciones básicas para el posterior desarrollo de estudios relacionados con la Fisiología del Ejercicio.

    En Inglaterra durante los años veinte del presente siglo, A.V. Hill y colaboradores se interesaron en el estudio del fenómeno de la contracción muscular. Una gran cantidad de sus trabajos se hicieron en músculo aislado y otros muchos en personas durante el ejercicio. En cierto modo, A.V. Hill se puede considerar como el padre de la Fisiología del Ejercicio.

    Posteriormente han ido surgiendo numerosas escuelas. En Dinamarca, en las últimas décadas, August Krogh realizó numerosos estudios de la respuesta fisiológica al ejercicio en distintos ambiente. Krogh y sus discípulos, como Asmussen, dedicaron buena parte de su tiempo en aplicar un método científico a los estudios sobre Fisiología del Ejercicio, superando la etapa meramente observacional. Hoy, en Copenhagen, el Instituto Krogh es uno de los centros más importantes para el estudio de esta disciplina.

    En Estados Unidos, también durante las últimas décadas, la fundación Carnegie encargó estudios de gran relevancia sobre la energética del músculo durante el ejercicio. Durante los años veinte y hasta mitad de los cuarenta, D.B. Dill y colaboradores en el Laboratorio Harvard para la Fatiga realizaron estudios clave sobre la respuesta fisiológica al ejercicio y ambiente, que han sido cruciales para el conocimiento actual de esta disciplina.

    En general, el efecto del medio ambiente sobre la actividad física ha sido uno de los estudios centrales que han marcado nuestro siglo. El máximo de estos estudios ambientales se alcanzó durante la preparación de los atletas para la Olimpíada de la ciudad de México en 1968.

    En la actualidad el estrés fisiológico del trabajo en condiciones de calor, permanecen como un área de investigación particularmente activa. El efecto del ejercicio sobre los huesos y el tejido conectivo es otra de las importantes áreas de interés de los fisiólogos deportivos. Como el músculo incrementa en tamaño y resistencia en respuesta a entrenamientos intensos es, probablemente, la cuestión más estudiada en nuestros días.

    Para terminar hay que indicar la preocupación que gran parte de los fisiólogos deportivos tienen en el presente, sobre los beneficios que la práctica deportiva regular produce en la prevención de numerosas enfermedades.

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