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En memoria de mi amigo José García Sánchez, asesinado en los atentados de Madrid el día 11 de marzo de 2004
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Cuando un amigo se va
Cuando un amigo se va |

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Carta abierta a Jose
Hay amigos que se merecen que les dediquemos muchas líneas para que todos conozcan las excelencias de ellos. Lástima que esas líneas suelan ir acompañadas por el dolor, las lágrimas y la pena de no poder volver a verlos.
Es indudable que Jose era uno de ellos. El haber compartido cuatro años de profesión junto a él en la oficina de Narváez, me hizo valorar el trabajo, la entrega en el deber y la profesionalidad. En estos catorce años que le conozco me ha hecho valorar la amistad por encima de todo.
Es muy difícil definir cual es la línea que separa el haber simplemente conocido a Jose, por poco tiempo que haya sido, de la de la amistad.
Es casi imposible hablar hoy de Jose sin que un mar de lágrimas me inunden. Sabe que era él uno de los motivos principales de mis ganas de pisar Madrid a la mínima oportunidad. Por eso, después de diez años de haber dejado yo de trabajar para el Banco seguíamos siendo amigos: nos llamábamos, nos veíamos, nos escribíamos...
A mí me queda ahora el consuelo de Conchi, de Laura, de Marcos. Ellos serán ahora mi motivo. Por ellos querré seguir pisando Madrid. Por ellos mi corazón se duele. Jose nos sigue uniendo a estas dos familias tan distantes en el mapa, y tan cerca en los sentimientos.
Si somos capaces entre todos de recordarle, Jose no se habrá ido, seguirá entre nosotros. No vamos a echar por alto toda la amistad que él nos ha ido fabricando día a día.
Jose: mucho de mí murió contigo; mucho de ti se queda conmigo.
Con todo el amor, con todo el dolor, desde Granada, Javier, Ana, Anabel y Lidia |
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Tus familiares y amigos que no te olvidamos |
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Aquí nos conocimos, en la oficina de Bankinter de Narváez, 55 |
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... en mi Madrid querido ... |
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JOSÉ GARCÍA SÁNCHEZ Apenas tres meses antes, José trasladó su oficina habitual en Torrejón de Ardoz a otra sucursal de Bankinter en la calle Goya. Era el subdirector. Una persona normal y corriente que cada día cogía el tren en El Pozo. Para Marcos y Laura, sus dos hijos de 14 y 17 años, esta tragedia no tiene explicación. Conchi, su mujer, todavía no encuentra palabras para definir el sufrimiento que está padeciendo. Sus allegados le recuerdan como un hombre muy hogareño. Le encantaban todos los deportes, pero para él la natación era el deporte rey. Solía ir al polideportivo dos o tres veces a la semana y en verano siempre bajaba a la piscina de la urbanización para hacerse unos largos. |