N.E.E. y su tratamiento

 

         Hasta principios de la década de los 70, la única oferta educativa para deficientes visuales la ofrecía la ONCE. Por aquellos tiempos, también surgieron Asociaciones de Padres e Instituciones privadas que ofrecían educación en centros ordinarios. Pero, fue en 1985, por medio de un Real Decreto, cuando la Integración Escolar supuso un hito histórico, que, posteriormente, fue revalidado por la LOGSE (1990) en su capítulo V.

 

*    Adaptación del niño a la escuela

 

Hay que destacar el importantísimo papel que pueden desempeñar los padres en esta misión, junto y en colaboración con los educadores del colegio. Para el niño, el colegio es algo nuevo y desconocido, lleno de sensaciones extrañas. Antes de ir al colegio le debemos explicar qué es y en qué consiste. Debemos procurar que no llame la atención de sus compañeros, para que no se convierta en una atracción. En los primeros días, el niño se va a sentir inseguro, a veces perdido, confuso y solitario, en un mundo lleno de experiencias que no le atraen. Para situarlo, espacialmente, debemos enseñarle cuál es su pupitre, su aula y su distribución; sobre todo, para darle autonomía. El lenguaje empleado con él debe ser muy explícito y tratarle como a los demás, en todos los sentidos. Hay que mostrar una postura completamente natural, tanto por parte del profesor como de sus compañeros. La participación en clase debe ser igual que la de los demás niños.

 

*    Estimulación temprana

 

Es el conjunto de experiencias que hay que proporcionar para que el niño con deficiencia visual desarrolle todo su potencial. Van dirigidas al niño, la familia, los educadores y el entorno.

 

La estimulación precoz deberá partir del respeto escrupuloso de las leyes madurativas y del grado y tipo de deficiencia de que se trate en cada caso. Se iniciará con el dominio del propio cuerpo, para pasar al conocimiento y dominio de las dos variables que lo condicionan: el tiempo y el espacio. Después, hay que desarrollar los sentidos, sobre todo el táctil, olfativo y auditivo, además del conocimiento y dominio motor – psicomotor para entrar en la esfera cognitiva. Una buena herramienta para alcanzar todo lo anterior es el juego.

 

*    Atención a las deficiencias asociadas

 

Son muy escasas, aunque las más encontradas son las sordera y la deficiencia mental.

 

A la sordo–ceguera, sólo le quedan dos canales perceptivos y sensitivos: el tacto y el olfato, siendo la mano su principal medio de comunicación. Sus causas más frecuentes son las enfermedades infecciosas: la rubéola, meningitis, sífilis hereditaria, etc. Estos niños en el nivel presimbólico, suelen presentar retrasos físicos, motores y cardíaco, con lo que su psicomoticidad se ve gravemente afectada, siendo su nivel de comunicación muy bajo. Y, éste, es el principal problema en la educación, junto a la falta de motivación; por eso, hay que potenciar la relación niño–adulto, niño–niño, su autonomía en la vida cotidiana y facultarlos para su comunicación. Las etapas del desarrollo de estos niños son:

 

*     Resonancia: Experiencias del niño con adultos de forma pasiva.

 

*     Movimiento co-activo: Experiencias del niño con adultos de forma activa.

 

*     Imitación: Desarrollar experiencias al margen de los adultos, aunque imitándolos.

 

Los niños con deficiencia visual y auditiva están marcados por la incapacidad cognitiva. Con ellos hay que intervenir estudiando a fondo sus discapacidades y adaptándonos a ellas de la mejor manera posible.

 

*    Orientación a los padres

 

La mejor manera de evitar las deficiencias visuales es evitando su aparición, si se puede.

 

Es de suma importancia la colaboración de los padres en el tratamiento y evolución de sus hijos. Empezando por proporcionar una carga afectiva necesaria, a través de la estimulación precoz, no sobreprotegerlos y sí darles autonomía. También, tienen que atender adecuadamente los siguientes factores: aceptar al niño, animarlo, establecer pautas y normas de comportamiento-conducta, estimular el entrenamiento del oído y el tacto, favorecer las relaciones sociales y familiares, mantener el orden a su alrededor, motivarle, proporcionare información de todo lo que ocurre a su alrededor y, si tiene resto visual, trabajarlo convenientemente.