Podemos observar los
siguientes sistemas: orales, gestuales y comunicación total.
1.
Sistemas orales (oralismo)
Su objetivo es la
adquisición de la lengua oral y escrita que se habla en el entorno del sordo, aprovechando,
si es posible, los restos auditivos y la lectura labial. Los métodos orales más
generalizados son el sistema verbotonal y la lectura
de labios
Sistema verbotonal:
Esta basado en
el aprovechamiento y optimización de lo restos auditivos. Se trabaja con un
aparato llamado Suvag, dotado de moderna
tecnología para el filtrado del sonido, que actúa como seleccionador,
amplificador y codificador de los sonidos, ayudando al sordo a entender los
escasos sonidos que le llegan. Se recomienda una detección precoz para obtener
mejores resultados.
Lectura labial:
Consiste en
reconocer las palabras y captar el mensaje a partir de los movimientos y
posiciones de los órganos articulatorios visibles del interlocutor. La
comprensión debe de completarse con la “suplencia mental”, valiéndose del
contexto y el conocimiento del idioma. El esfuerzo es constante y produce
fatiga; además, si el sordo deja de mirar, se pierde en la conversación.
2.
Sistemas complementarios
de comunicación oral
Son lenguajes artificiales creados
con una doble intencionalidad: reducir los problemas comunicativos y apoyar el
acceso al lenguaje oral.
Bimodal:
Utiliza el lenguaje de
signos al mismo tiempo que se habla, siguiendo el orden y estructura del
lenguaje oral. La información se expresa por dos canales distintos. Trata de
facilitar al sordo la comunicación con su entorno oyente y acercarle al
aprendizaje del lenguaje oral.
Palabra complementada:
Es un sistema complementario
de la lectura labial, que elimina las ambigüedades de la interpretación del
movimiento de los labios. Consiste en ocho configuraciones manuales que se
utilizan en tres localizaciones al rededor de la boca, de manera que los
fonemas diferenciales pueden ser distinguidos por la posición de la mano.
Favorece la comprensión del lenguaje oral, así como el acceso a la lectura.
3.
El lenguaje de signos (gestualismo)
Es utilizado por la mayoría
de las personas sordas. Está considerado como su lengua materna. Es fácil y
rápido de aprender, y facilita la comunicación del niño sordo desde sus
primeros años y, en este caso, las pautas evolutivas son semejantes a las del
niño oyente, cuando aprende el lenguaje oral. Es considerado un verdadero
idioma, puesto que tiene sintaxis, vocabulario y capacidad para generar
infinitas proposiciones.
Consiste en un sistema de
símbolos que se producen con gestos manuales, del cuerpo, la expresión facial y
los ojos. La combinación de los signos forma oraciones. Los elementos
constitutivos, equiparables a los fonemas, son los “queremas”
y son:
La configuración de la mano mientras se desarrolla el
signo.
El lugar donde la mano realiza el signo.
El movimiento que se desarrolla para realizar el signo.
La orientación de la palma de la mano.
Los componentes no manuales.
Por último, señalar del lenguaje
de signos que no es universal, no es icónico, no es tan solo gestos y tiene
gramática.
4.
Comunicación total
Se fundamenta en la idea de
que la comunicación es antes que el lenguaje. Actualmente, se está imponiendo
el desarrollo comunicativo – lingüístico y cognitivo al lenguaje oral. Se trata
de utilizar todos los canales disponibles que fomente en el niño sordo una
actitud positiva hacia la comunicación. Este sistema se propone:
Favorecer una expresión natural y propiciar el desarrollo del lenguaje.
Permitir la elección libre del medio de comunicación más idóneo en
cualquier situación.
Auspiciar un lenguaje común basado, a la vez, en el lenguaje gestual y
el lenguaje oral.
Propiciar el desarrollo de la personalidad y auto-respeto del niño
sordo.