Concepto de Autismo

 

*     Definición: A la hora de definir el autismo nos encontramos con la dificultad evidente de conceptualización y etiquetado diagnóstico por el hecho de ser un síndrome y de compartir patrones conductuales con, por ejemplo, la esquizofrenia infantil, el mutismo y/o déficits sensoriales o el retraso mental. Las posturas cercanas a la psicopatología psiquiátrica  lo consideran dentro de la psicosis y otras posturas, como la Sociedad Americana de Psiquiatría (DSM-V) lo consideran como un trastorno del desarrollo. Nosotros adoptaremos la definición de esta última postura, que caracteriza al autismo como un síndrome que engloba:

 

*     Alteraciones cualitativas en la relación interpersonal, de modo que presentan comportamientos verbales y no verbales alterados, así como graves dificultades para establecer interacciones sociales.

 

*     Alteraciones de la comunicación. En términos lingüísticos esta alteración puede manifestarse en la ausencia o retraso de lenguaje, o en una inadecuada utilización del mismo; es decir, sin fines comunicativos. Entre las alteraciones de la comunicación también se incluyen la ausencia de juego.

 

*     Presencia de patrones conductuales repetitivos y estereotipados.

 

Este trípode de dificultades deben aparecer antes de los 30 meses

 

*     Las causas del autismo: Clásicamente, se consideró que la causa del autismo era afectiva. En la actualidad, pocos consideran plausible esta posibilidad; sin embargo, nos encontramos con herederos provenientes de la etiología que, aunque con ciertos matices, explican el autismo como un “conflicto motivacional agudo”, aunque no descartan los aspectos orgánicos o genéticos.

 

En las investigaciones más “orgánicas” se han encontrado diversas alteraciones en niños autistas, aunque no en todos:

 

·        Presencia de daños cerebrales.

·        Episodios epilépticos.

·        Alteraciones en diversas estructuras del SNC.

·        Etc.

 

En el plano genético, es más probable la existencia de autismo en familias en las que ya ha aparecido, aunque no con una probabilidad, lo suficientemente alta, como para establecer un patrón de transmisión hereditaria.

 

Dado el desconocimiento que hay, hoy por hoy, sobre las causas del autismo, debemos movernos principalmente por hipótesis. En el campo de la psicología, por ejemplo, la hipótesis que genera mayor acuerdo, es la de un déficit cognitivo básico y central referido, principalmente, a las capacidades de simbolización, lo cual explica los problemas en áreas tan distintas como el juego y el lenguaje.

 

*     Descripción de las alteraciones y desarrollo del niño autista:

 

Siguiendo la estructura de la definición que da la DSM – V (Sociedad Americana de Psiquiatría), dividimos las alteraciones características del autismo en:

 

 

ALTERACIONES

 

PRINCIPALES TRASTORNOS

Interacción

social

El trastorno de la interacción más conocido del niño autista es la “retirada del mundo”, por eso se creía hace tiempo que el niño autista tenia una gran vida interior; pero, por el conocimiento actual que tenemos, podemos hablar fundamentalmente de un dificultad para comprender la naturaleza de la interacción social, dificultad que se cristaliza en una serie de conductas que hacen complicada la relación.

- Falta de contacto ocular o patrón anormal de éste.

- Aparición inadecuada de señales emocionales.

- Resistencia al contacto físico.

- Cuando se produce interacción, no existe una adecuación de la conducta a la situación.

Comunicación

y lenguaje

Algunos de estos niños presentan mutismos y el lenguaje oral nunca aparecerá en su repertorio conductual. En el caso de que exista el lenguaje, hay que prestar especial atención al dominio pragmático y, especialmente al déficit declarativo.

En los niveles fonológicos y morfosintácticos el autista sigue patrones de desarrollo retrasado y sin embargo, en el semántico y pragmático la secuencia parece ser idiosincrásica. Algunos autores consideran a estos niños como disfásicos, entendiéndola como una alteración de la comprensión del lenguaje.

Se han identificado y descrito subtipos de trastornos comunicativo – lingüísticos que son:

*       Agnosia auditiva verbal.

*       Síndrome mixto expresivo - receptivo.

*       Síndrome semántico - pragmático.

*       Síndrome léxico -  sintáctico.

- Mutismo

- Comunicación no verbal anómala.

En el caso de que exista lenguaje:

- Déficit prosódico (entonación anormal)

- Mayores problemas en comprensión que en producción.

- Ecolalia.

- Dificultad para seguir el sistema de turnos y el tópico en una conversación.

- Inversión pronominal.

- Discurso con más presencia de sustantivos y de verbos que de adverbios  y preposiciones.

- Retraso fonoarticulatorio.

Conductas

estereotipadas

Este tipo de conductas y los intereses restringidos han sido consideradas clásicamente características del autismo.

- Conductas autolesivas.

- Conductas de autoestimulación cinestésicas (balanceos), auditivas (repeticiones de palabras o sonidos), táctiles, etc.

- Poca resistencia al cambio ambiental.

- Juegos ritualizados.

Otras áreas

Estas característicos no conforman un rasgo criterial para el diagnóstico, aunque aparecen frecuentemente asociadas al autismo.

- Respuestas perceptivas atípicas (hiper e hiposensibilidad a los estímulos sensoriales)

- Dificultades en la imitación y en el aprendizaje por observación.

- Dificultades para tolerar la frustración.

- Dificultades atencionales.

- Dificultades en la generalización de aprendizajes.

 

En cuanto a las pautas evolutivas, el pronóstico depende principalmente de dos variables: el CI (coeficiente intelectual) y el nivel de lenguaje adquirido.

 

La mayoría de los niños autistas presentan un déficit intelectual, si se les compara con sujetos no autistas de igual edad cronológica. Aunque sepamos que el CI se encuentra por debajo del normal, hay que ir más allá y precisar que la ejecución de estos niños no sigue líneas homogéneas en los distintos subtests que señalan la disarmonía evolutiva o anomalías cualitativas de la inteligencia. En las pruebas verbales y de secuenciación no verbal, encontramos un retraso significativo, hasta el punto que este hecho se ha convertido en uno de los patrones más característicos del autismo. Por eso, y debido a los problemas de compresión del lenguaje y de interacción, al medir el CI nos podemos encontrar con más casos de retraso mental que los reales. Por lo tanto, podemos observar grandes diferencias entre niños autistas con un gran CI y otros con deficiencia mental, aunque compartan déficits sociales de otra índole, tales como hiperselectividad estimular, deficiencias neurológicas, etc.

 

En cuanto al desarrollo, siempre teniendo en cuenta que no hay dos niños autistas iguales, sabemos que el período de mayor virulencia se encuentra entre los 2 y los 5 años, y que, con posterioridad a esas edades, las dificultades suelen, en mayor o menor medida, verse mejoradas. Lo que está claro es que, en igualdad de condiciones, una intervención temprana mejora notablemente las capacidades infantiles.