Presentación

Proyecto de Excelencia, 2005. La vida cotidiana andaluza a través de los documentos historicolingüísticos y dialectales (HUM 1240)

Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa. Junta de Andalucía


Los historiadores señalan los años finales del siglo XV y los de principio del XVI como fundamentales en el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna española; muchos son los cambios que se producen, no sólo en el aspecto material sino en el mundo de las ideas, cambios que afectarán, por ejemplo, a las relaciones laborales, las cuales provocarán la desaparición de algunos oficios artesanales y la aparición de otros. Sin embargo, la situación social de las clases “menos privilegiadas”, los pobres, y en ellas especialmente las mujeres, no experimentarán grandes cambios, si bien es cierto que éstas, siempre que pertenezcan a un estatus elevado o a alguna orden clerical, tendrán acceso a la “educación” -pero no a la misma “instrucción” que los varones-, como ponen de manifiesto los textos literarios, jurídicos y documentales de la época. A finales del XVI, por diferentes causas (expansión de las ideas de los humanistas extranjeros, levantamiento y expulsión de los moriscos, la Contrarreforma, etc.) se harán más evidentes los cambios y también la involución; sírvannos a modo de ejemplo las obras de Delicado, Cervantes, etc., frente a las de Fray Luís de León y Luís Vives, estas últimas de gran predicamento en los dos siglos posteriores y en las etapas más conservadoras de la política de nuestro país. Esa será la situación hasta finales del siglo XVIII, aunque algo cambiaría con la llegada de Carlos III en tanto que el Estado da muestras de interés por conocer la penosa realidad social de España y, para un mejor conocimiento de ella, por ejemplo, se solicitará información a las personas instruidas (los curas párrocos de todos los pueblos de España recibieron un cuestionario del geógrafo de la Corte Tomás López con el fin de obtener información al respecto), se arbitrarán medidas y también se promulgarán leyes. No obstante, en los ámbitos educativo y laboral los cambios no serán muy evidentes en las primeras décadas del XIX, a juzgar por la información contenida en los textos y documentos legislativos de esos años. Sin embargo, tras las diversas convulsiones sociales de dicho siglo y del siguiente, la realidad española, y especialmente la andaluza ha cambiado a un ritmo vertiginoso, que ha transformado por completo no sólo la fisonomía de sus ciudades, sino la del ámbito rural; ha cambiado el paisaje porque ha cambiado la sociedad, las costumbres, los modos de subsistencia, etc.. Por ello, el conocimiento de ese cambio, de esa prosperidad sólo puede verificarse mediante el estudio lingüístico, etnográfico, histórico y sociológico de los documentos que muestran la sociedad andaluza en su quehacer diario, desde el siglo XVI hasta nuestros días.

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