Parte I. Aprehender la relación imagen-texto

2. Relación entre imagen física y mental

La relación entre imagen física y mental ha sido tratada por disciplinas como la Filosofía, las Ciencias cognitivas, la Psicología, la Lingüística y la Terminología que han contribuido a aclarar el campo de la representación del conocimiento describiendo los procesos de visualización.

Monterde (2004b) analiza los distintos modelos de representación que han intentado poner en relación el plano mental y el plano de lo real. Así, encontramos la propuesta abstracta de Platón, la realista de Aristóteles, el modelo conceptual de Tomás de Aquino y los paradigmas de Arnauld y Nicole, Frege, Ogden y Richards, Peirce, Wüster, pasando por cognitivistas como Langacker, Lakoff o Jackendoff y las propuestas de Lyons, Drodz, Felber, Galinski, Budin, Oeser, Weissenhoffer, Gerzymisch-Arbogast, Picht, Suonuuti y Myking. Todos ellos hacen referencia a la relación entre símbolo-representación-objeto .

Monterde (ibíd.), consciente de los aciertos de los paradigmas descritos desde los diferentes puntos de vista en relación a diferentes aspectos de la representación del conocimiento especializado, realiza una propuesta integradora que recoge los múltiples formatos de representación del conocimiento que pueden emplearse en la codificación de la información.

 

Figura 1. Modelo de representación del conocimiento (Monterde 2004)

Las imágenes no se refieren necesariamente a la percepción visual, sino a la forma en que categorizamos una situación determinada (Cuenca y Hilferty 1999: 79). Así pues, la representación del conocimiento mediante elementos gráficos puede tener lugar a dos niveles: imágenes mentales e imágenes físicas, en otras palabras, "images of what is inside or internal" y " external images" o " all that is out there" (Forrester 2000: 15, 125).

Según Forrester (2000: 3), a diario experimentamos una gran cantidad de imágenes del mundo exterior muy diversa índole y, en consecuencia, nuestra mente está constituida y saturada de imágenes mentales, impresiones, ideas y demás representaciones asociadas.

Imágenes mentales

Las imágenes mentales constituyen representaciones internas del conocimiento. Pertenecen al plano del concepto en tanto en cuanto son el resultado de la manipulación de entidades simbólicas en el procesamiento dinámico de la información. Diversas teorías han procurado organizar el conocimiento a modo de guiones, esquemas, escenas, marcos ya que uno de sus aspectos más significativos es su papel en los procesos de comprensión.

Si la información es presentada de una manera organizada que responda estas estructuras de conocimiento, con las que parece que trabajan los mecanismos cognitivos, se pueden construir representaciones internas a modo de imágenes mentales que contribuyan a disminuir la carga de trabajo que enviamos a la memoria de trabajo y aumentar la eficacia de los procesos de comprensión.

De acuerdo con Kosslyn (2005: 337), las imágenes mentales no se almacenan en la memoria a largo plazo sino que se generan a partir de conocimiento ya aprehendido y la activación de relaciones conceptuales:

When visualising detailed objects or scenes, representations in associative memory of spatial relations among parts or characteristics (or objects, in scenes) lead one to shift attention to the appropriate location on the imaged object, and to visualise each part or characteristic at the correct relative locations, so that a composite image is built up sequentially over time (Kosslyn 2005: 338).

Desde un punto de vista cognitivo, las imágenes mentales resultan de una simulación analógica de la entidad o proceso representado en el texto o en una imagen física, pues pensar en una entidad o entender el mundo implica recrear los atributos perceptuales más sobresalientes de su referente (Borghi y Scorolli 2006).

Por ejemplo, si pedimos a los estudiantes que imaginen una habitación, probablemente reconstruirán una representación tridimensional de una habitación conocida tan vívida como un escena real. Evans y Green (2006: 185) entienden las imágenes mentales como "an effortful and partly conscious cognitive process that involves recalling visual memory" . En consecuencia, las imágenes mentales constituyen las principal estructura de pensamiento y pueden ser activadas mediante estímulos lingüísticos o no lingüísticos, la percepción directa de la realidad o a partir del conocimiento esquemático almacenado en la memoria a largo plazo (Santiago 2003).

Representaciones externas

Las representaciones externas incluyen elementos pertenecientes a diversos sistemas de comunicación codificados mediante signos reconocibles y perceptibles por alguno de los sentidos.

El modelo de Monterde (2004b) establece las relaciones entre objeto, concepto y destacando las formas lingüísticas y las no lingüísticas, si bien la era digital en que vivimos y los entornos multimedia en que tiene lugar la transferencia del conocimiento hacen especial hincapié en las formas no lingüísticas, particularmente en las ilustraciones. El principio teórico que subyace a este modelo se basa en la concepción de que el aprendizaje tiene lugar gracias a la interacción de los seres humanos con el medio en que se desarrolla su vida y, particularmente, a partir de la experiencia adquirida para con los objetos de la realidad.

Modelos visuales en la representación del conocimiento (Clemens 2006)


Interacción entre imagen mental y física

La interacción entre imagen mental y física es especialmente relevante en la conceptualización. Cuando procesamos información del mundo exterior, nuestra mente extrae características de las entidades reales que percibimos visualmente. A partir de estas características podemos crear nuevos conceptos y almacenarlos en la memoria a largo plazo mediante la identificación de las relaciones conceptuales que los vinculan con el conocimiento previo. Por consiguiente, la conceptualizacón puede entenderse como un proceso de captura fotográfica, en el que realizamos instantáneas de las escenas que vivimos y abstraemos las características esenciales de los que vemos con el fin de incorporar nuevos conceptos al lexicón.

uestra experiencia sobre el mundo es un factor crucial en el aprendizaje de nuevos conceptos. Estos conglomerados de información visual en forma de imágenes mentales contribuyen a activas estos conceptos, lo que significa que un concepto puede ser visualizado por el "ojo de la mente" junto con los atributos y relaciones más relevantes.

 

Figura 4. Conceptualización de esquemas de imágenes

Source: Idiagram©

Sin embargo, esa interacción entre imagen mental y física solo es posible a través de la percepción sensorial que permite la construcción de modelos visuales y hace las veces de puente entre la mente y el mundo, por lo que nuestros sentidos constituyen el medio gracias al cual recibimos la información procedente de una realidad extrasensorial, la organizamos en modelos visuales y la representamos mediante imágenes.

No siempre ofrecer múltiples representaciones externas contribuye a una mejor comprensión. Para que esto ocurra deben darse tres condiciones: que complementen, que restrinjan y que construyan. Las múltiples representaciones externas deben, por una parte, proporcionar información complementaria o que ayude a otros procesos cognitivos; por otra, deben acotar la información ofrecida por otra forma de representación y restringir posibles interpretaciones erróneas; por último, deben construir un conocimiento más profundo.

Como metodología para la didáctica de la interpretación de los textos producidos con códigos no verbales, Sevilla (ibíd.) propone:

Por su parte, el estudio de los lenguajes de especialidad debe prestar atención al funcionamiento de los códigos no verbales, es decir, a la identificación de los signos o funciones semióticas empleadas en el texto como vehículos de representación del mensaje, el significado convencional atribuido a cada uno de ellos, sus posibles implicaciones socioculturales y el análisis de la relación entre los signos lingüísticos y no lingüísticos. Ello debe permitirnos traducir el texto al código verbal, lo que en última instancia supone la comprensión de la información transmitida en una modalidad con la que el receptor está más familiarizado.

Consecuentemente, en un proceso de transferencia del conocimiento hay que tener en cuenta, por un lado, el contenido o componente semántico, el objeto de dicha transferencia o concepto, y por otro, el vehículo o mecanismo empleado para ello, es decir, la representación comunicativa (Picht 2002).

De este modo, la información transmitida por imágenes que acompañan a textos científico-técnicos parece proporcionar por vía visual una comprensión de los conceptos contenidos en dichos textos y ello nos lleva a analizar las imágenes de acuerdo con su función en la estructura textual y la percepción y recepción por parte del usuario en lo que respecta a su relación con el concepto representado o con el texto del que forma parte (Tercedor, López y Robinson 2005).