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INTRODUCCIÓN

Los modelos analógicos representan herramientas potentes para el estudio del desarrollo progresivo de estructuras geológicas. Desde los trabajos pioneros de Cadell (1889), que construyó el primer experimento realizado con arcillas para simular la formación de una cadena de montañas, numerosas publicaciones han reflejado los esfuerzos de los investigadores en esta vía, a pesar de las limitaciones que tales experimentos puedan tener. En efecto, la similitud entre situaciones geológicas reales, reveladas con cortes geológicos ó líneas sísmicas, y modelos analógicos correctamente planteados muestra la utilidad de estos últimos para ilustrar el desarrollo y la cinemática de los sistemas de fallas a lo largo del tiempo. En particular, son dos los grupos de estructuras de deformación frágil de la corteza los que han recibido especial atención, debido a su importancia económica en la exploración de hidrocarburos: los sistemas de cabalgamientos (prismas de acreción y cinturones de pliegues y cabalgamientos) y los sistemas de fallas extensionales .