Los retos que impone la reformada ley de universidades y el ambiente competitivo y meritocrático que, más que nunca, parece presidir la carrera universitaria, han colocado a la investigación en el centro del panorama universitario. Si bien es cierto que gran parte de las iniciativas que conciernen a la investigación corresponden a numerosas y variadas esferas –desde la propia vocación personal hasta los incentivos a escala local, regional, nacional e internacional- no es menos cierto que el propio ámbito de una facultad es fundamental para fomentar la investigación. En este sentido, el proyecto que se propone en estas líneas tiene una línea inspiradora clara y marcada, la inclusión de incentivos para TODOS y para que TODOS puedan avanzar en su carrera investigadora. Para ello, se desarrollarían varias líneas de trabajo:

        

 

•        Mantener una información continua y directa -más allá de las vías de comunicación generales que muchas veces se pierden en la saturación de información- sobre la posibilidad de aprovechamiento de recursos financieros para investigación, muchos de ellos habitualmente no utilizados. Existen incontables recursos al alcance de los investigadores que se pierde por el simple hecho de no solicitarse. Además, la experiencia de solicitud de ciertas ayudas, aunque no sean concedidas en primera instancia, es frecuentemente un precedente de una concesión en una convocatoria posterior. En este sentido, se fomentará, ya de por sí, la petición de estas ayudas, con información, asesoramiento y ayuda directa para la elaboración de las peticiones.

 

•        Desarrollar nuevos planes de incentivos mejorando y ampliando iniciativas pasadas como el Programa 20. Los planes de incentivos ocuparían un lugar central en el desarrollo de la investigación y tendrían un carácter integral, puesto que de ellos se podrá beneficiar la totalidad del profesorado si decide introducirse en el programa. Estamos convencidos que, desde el Vicerrectorado de Investigación se acogerán con agrado estas iniciativas y, con su ayuda, se podrá dotar a las mismas de mayor calado y capacidad financiera. Se trata de desarrollar incentivos en dos niveles pero con la misma intensidad en cuanto a financiación:

(i) incentivos para profesores que se encuentran en fase de promoción de su carrera docente o desean mejorar su nivel de publicación hacia revistas científicas con mayores índices de impacto, nacionales o internacionales.

(ii) incentivos para mantener y mejorar el nivel de publicación de los investigadores con una trayectoria consolidada.

De este modo, progresivamente pueden incluirse más y más investigadores en el segundo nivel e ir insertando a los investigadores más jóvenes o con nuevos retos de investigación en estas tareas tan necesarias tanto para la carrera individual como para la propia globalidad de la facultad.

 

•        Potenciación y apoyo a las iniciativas de los departamentos que persigan organizar ciclos permanentes (e incluso coordinados entre varios) de seminarios con participación tanto de investigadores predoctorales como post-doctorales. Los seminarios periódicos constituyen una vía excepcional para iniciar, mantener o potenciar redes de investigación en materias similares a las desarrolladas por profesores de nuestra facultad. Por ello, estas iniciativas contarían con el mayor de los apoyos tanto en organización como en infraestructura. Asimismo, en los últimos años especialmente, se ha hecho palpable la existencia de nexos entre las actividades de investigación de los distintos departamentos, que, por la vía de los seminarios comunes, pueden explotarse y hacerse explícitas en mayor medida.

 

•        Implicación del personal de administración y servicios en la gestión de las actividades de investigación, facilitando la coordinación de los recursos disponibles y creando, a instancias de las necesidades del propio personal de administración y servicios, un protocolo de organización de estas actividades para su desarrollo en las mejores condiciones de logística posibles.

 

•        La Universidad de Granada ha hecho un esfuerzo sin precedentes en dotar de recursos bibliográficos electrónicos a su plantilla. En cualquier caso, ni estos ni otros recursos tradicionales son frecuentemente explotados en la medida que sería deseable. Por ello, se hace necesario reforzar el papel de la biblioteca como mecanismo para la promoción de la investigación. Debe dotarse a la biblioteca de nuevas capacidades más allá de su propio entorno físico, con una mayor interacción entre biblioteca y los departamentos, con nuevos recursos y servicios específicos.

 

 

•        Promover la petición, al menos, de proyectos de investigación. Esta petición debe incluir los programas europeos, donde la originalidad y las ideas pesan tanto o más que los méritos. La llegada del VII Programa Marco de la UE incluye entre sus prioridades numerosas que serán de gran afinidad a nuestro ámbito de actuación y será una oportunidad para aprovecharlas. Ya se cuenta con experiencia en la organización y preparación de estos programas a la que debemos sacar partido. Es necesario, también, facilitar e incentivar la petición de proyectos de I+D del MEC y otros proyectos competitivos similares como los de Excelencia de la Junta o de otros organismos regionales, nacionales o internacionales, públicos o privados. Existen grupos que han avanzado bastante en este sentido en los últimos años y otros que lo están logrando. Debemos incentivar estas actividades ya que la experiencia demuestra que las propias peticiones acaban generando aceptaciones.

 

•        Proponer e incentivar todas las iniciativas de investigación que favorezcan el contacto con la realidad empresarial. Incentivar, de este modo, la consecución de contratos de investigación. Colaborar en la elaboración de memorias de investigación que den luz y lustre a estos contratos (muchas de las actividades de investigación de nuestros profesores quedan a veces oscurecidas o reducidas a una pequeña línea de una memoria aislada). La publicidad y la incentivación de estas investigaciones debe tener su lugar.

 

•        Promover la participación de nuestro alumnado de grado y postgrado en cursos de verano no solo de nuestra propia universidad sino aquellos que, organizados por la propia facultad o centros asociados por cuestiones de investigación, colaboren a la formación de nuestros investigadores más jóvenes. Las “escuelas de verano” en diversas universidades europeas cuentan con innumerables ayudas y son de gran utilidad para nuestros propósitos.

 

•        Inclusión de los documentos de trabajo en curso de los investigadores que así lo requieran en bases de datos internacionales electrónicas como RePEC o IDEAS. Estas bases son un escaparate ideal para la difusión de nuestra investigación en sus primeras fases y para recibir comentarios e ideas para su mejora hacia su publicación final.