Patologías de civilización en la relación asistencial

Taller

Granada, viernes, 04 de mayo de 2012
Hotel Macià Real de la Alhambra
, sala 2 (Aixa Lahorra), 16,00-19,00 h
 
 
MATERIALES DE INICIO: aclaraciones conceptuales
 


AUTOESTRÉS

El fenómeno del estrés en las sociedades desarrolladas actuales es ampliamente conocido. ¿Hemos meditado lo suficiente sobre este problema? ¿No se habrá transformado el estatuto del estrés? Tal vez ha dejado de ser una consecuencia de nuestro modo de vida y se ha convertido en un motor de los vínculos sociales.

Pensemos en este análisis de P. Sloterdijk en El sol y la muerte. Investigaciones dialógicas, Siruela, Madrid, 2004:

Parte el autor de una definición de “prebiscito” de lo más interesante: “las votaciones diarias de un pueblo acerca de las propuestas de excitación que les son presentadas por los medios de comunicación” (p. 78). Y es que, tomando un concepto económico, las sociedades modernas se organizan como bolsas temáticas; la opinión pública es un medio de desarrollo de negocios temáticos, en una lucha de los medios por lograr la máxima cotización de sus temas. Esto fomenta los “temas escándalo”, y cuando uno se impone, lo que implica el éxito del medio que lo sacó a la luz, el resto de medios se ven inducidos a repetir esta “propuesta de excitación”: “hasta llegar al punto en el que una sociedad completamente monotemática aparece sincronizada al compás de una misma y única excitación” (79). En realidad estamos ante una técnica de integración nacional, de la totalidad. Desde aquí, lanza la siguiente tesis: “las sociedades modernas ya no pueden ser entendidas (…) bajo el punto de vista de una síntesis conformada mediante información o a la luz de comunidades de valor y estructuras de sentido distribuidas por canales políticos y morales. Me parece mucho más plausible considerar los cuerpos sociales vertebrados por los grandes medios de masas como conjuntos dispuestos a autoestresarse”.

Hoy, tal vez, hay que interpretar la síntesis social a la luz del fenómeno del estrés. La sociedades ya no se construyen bajo un techo simbólico o político, sino a partir de la coparticipación en las actividades de una comunidad dispuesta a autoexcitarse. Aquí es donde lo semántico y lo estresante, lo energético, se entrecruzan, en la forma de una mímesis de la excitación promovida por los medios de comunicación. Esta excitación da lugar a una manía persecutoria, a una paranoia, que está a la base de la síntesis de las naciones modernas. Y la globalización puede ser entendida como “la traslación de un sistema sincronizado basado en el estrés a una escala universal” (85).

[Proporcionado por el prof. Óscar Barroso]