Patologías de civilización en la relación asistencial

Taller

Granada, viernes, 04 de mayo de 2012
Hotel Macià Real de la Alhambra
, sala 2 (Aixa Lahorra), 16,00-19,00 h
 
 
MATERIALES DE INICIO: aclaraciones conceptuales
 


ANÁLISIS EXISTENCIAL

El análisis existencial es una escuela de pensamiento que pretende aplicar la filosofía heideggeriana al estudio de patologías (L. Binswanger, E. Minkowski, en las décadas 50-60 del pasado siglo; actualmente autores como W. Blankenburg).

La salud sería, según esta línea, simple y llanamente la pertenencia al mundo, el estar arraigado en un contexto de sentido. Podríamos vincularla a la experiencia "yo soy". Según el relato de R. May, una de sus pacientes, hija ilegítima, arrastraba un vida de angustia próxima a la esquizofrenia. Se curó. Poco antes escribió: «Yo soy una persona que nació ilegítimamente. Entonces, ¿qué queda? Lo que queda es esto: Yo soy. Este acto de contacto y aceptación de mi ‘yo soy’, una vez que lo cogí bien, me produjo (creo que por primera vez en mi vida) esta experiencia: ‘Puesto que yo soy, tengo derecho a ser» (May, R., «Contribuciones de la Psicología existencial», en May/otros, ed., Existencia. Nueva dimensión en psiquiatría, Madrid, Gredos, 1967, pp. 64-5).
Ahora bien, «yo soy» no es la experiencia de que soy un sujeto, sino la de que «yo soy el ser que puede» (vivir en posibilidades de existencia). Ibid., pp. 68-70.

Lo patológico podría ser entendido como «menoscabo del poder vivenciar-y-comportarse» en contextos de sentido y consiguiente como un “desarraigo” existencial.
Así, para Blankenburg (Der Verlust der natürlichen Selbstverständlichkeit, Stuttgart, F. Enke Verlag, 1971) —y esta concepción está trabada en toda la obra de Binswanger— lo fundamental en psicopatología es la noción de libertad y de Vermögen, poder-de. Lo decisivo, dice, es “el análisis de las posibilidades de menoscabo de los grados de libertad en el poder-vivenciar-y-comportarse”. Siempre se trata, pues, de patologías de la libertad: “lo que interesa a la Psicopatología es si alguien puede o no comportarse adecuada o inadecuadamente, lo que importa es el poder o no-poder: un no-poder-comportarse-en-forma-desviada es tan patológico como un no-poder-sino-comportarse-en-forma-desviada”

La cuestión que esta línea nos plantea es la siguiente: el ser humano actual (occidental) vive en una sociedad que reglamenta excesivamente la praxis, la racionaliza sometiéndola a pautas continuas, la cosifica en el desarrollismo y en la actitud meramente utilitarista. De ese modo, no puede "habitar" su mundo. Se experimenta "desarraigado" existencialmente. En el desarraigo ya no atisba sentido, se comporta como un continuo observador. El vacío (de ser) lo invade.