DYNAMIS. Acta Hisp. Med. Sci. Hist. Illus. 2007, 27: 369-425.
Philippe Hauser. Estudios medico-topográficos de Sevilla [Presentación de Juan
Luis Carrillo Martos. Índices de Inmaculada Franco Idígoras]. Sevilla, Área de
Cultura, Ayuntamiento de Sevilla [Colección Clásicos Sevillanos nº 24] 2005,
2+1 vols. 442 + 592 + 56 pp. ISBN: 84-96098-49-4
Anastasio Rojo Vega (ed.) Memoria que la Junta Local de Sanidad de Valladolid
eleva al Consejo de Sanidad del Reino en cumplimiento del Decreto de 23 de
marzo de 1894, Valladolid, Ayuntamiento de Valladolid, 2006
El patrocinio municipal proporciona, una vez más, interesantes frutos a la historia de la
medicina mediante la publicación facsimilar de textos tan interesantes como los que
aquí se reseñan. El monumental libro de Hauser, que inaugura su portentosa serie de
trabajos de geografía médica (Sevilla, 1882-84; Madrid, 1902, Península Ibérica, 1913),
aunque conocido, era de difícil acceso. Aparentemente, pese a que fue comprado por
los Ministerios de Fomento y Ultramar para las bibliotecas públicas, hoy, la consulta a
los catálogos electrónicos indica que sólo se encuentran ejemplares en las bibliotecas
de las universidades Complutense de Madrid, Oviedo, Granada y Sevilla, en tres de las
del CSIC y en las bibliotecas públicas del Estado de Córdoba y de Andalucía (sede Granada),
aparte de en algunos otros archivos, con el agravante de que, por su antigüedad,
suele estar excluido de préstamo. Personalmente me ha supuesto una gran alegría el
conocer esta edición, pues hace algunos años embarqué a los profesores Juan Luis
Carrillo y Guillermo Olagüe en la aventura de editar esta misma obra para la colección
Archivum de la Editorial Universidad de Granada, infructuosamente, ya que finalmente
quedamos compuestos y sin novia, como se suele decir. Carrillo pone con esta edición
una piedra más en la tarea, (Studia Hauseriana, la denomina en su presentación del facsímil)
que acomete desde 1990 con su habitual rigor y tenacidad y a la que pertenecen
su edición de la autobiografía de Hauser, la dirección de una tesis sobre su biblioteca
y la coordinación de sendas reuniones donde se han discutido distintas perspectivas
de la obra de este. En su Presentación de estos Estudios médicos de Sevilla da cumplida
cuenta de la personalidad y contribuciones de este médico judío y húngaro asentado
en España desde 1872, autor de una obra que carece de parangón en la producción
científicomédica hispana por sus apoyos empíricos y amplitud de visión. El volumen
extra de índices reúne las voces onomásticas y topográficas citadas en los dos tomos
del libro de Hauser en una única lista; un repaso apresurado permite advertir que los
cuatro nombres propios más citados pertenecen a ingenieros (Coello y Quesada, Barrau,
Higgins y Mollet), seguidos por los de los médicos Pettenkofer y Lombard, algo
previsible en un seguidor del ambientalismo higienista. Como he dejado escrito en
otro lugar, donde la mayoría de los autores hispanos hacían discursos morales, Hauser
analizaba una impresionante colección de datos, que obtenía de las más distintas
fuentes públicas y privadas. Se trata, pues, de un auténtico clásico español de la Salud
Pública que merece ser rescatado, leído y estudiado.
Entidad menor presenta el segundo texto, la Memoria sanitaria de Valladolid de
1894 que, sin embargo, reúne la curiosidad de unir la edición facsimilar de su original
manuscrito, completo, y de su incompleta versión impresa. Ha sido publicada dentro
de las celebraciones del VI Centenario de la Facultad de Medicina vallisoletana. El original,
obra de Salvino Sierra, subdelegado y profesor de la Facultad, y Eugenio Muñoz
Ramos, jefe del laboratorio municipal, forma parte de los procesos de toma de decisiones
respecto al cambio en la legislación sanitaria que venía discutiéndose a lo largo
del periodo de la Restauración. La Sociedad de Higiene pidió en 1889 al gobierno de
España que dispusiera la organización de servicios municipales de desinfección y que
mejorara los sistemas de construcción y de uso del alcantarillado. Para hacer frente
a la segunda propuestas, el gobierno liberal ordenó en 1894 una encuesta sobre la
salubridad de las ciudades, que recibió más de 100 informes de contestación, de los
que sólo se publicaron unos cuantos. Ante la ausencia de fondos documentales centrales,
estamos a expensas de las pesquisas locales que, como en este caso, o en el de
la Memoria valenciana de 1892 rescatada por Carmen Barona y Manuel Martínez (en
Trobades, 1997) sacan a la luz las encuestas originales. Este texto, una rápida topografía
médica de la ciudad del Pisuerga, muestra la larga transición entre la mentalidad ambientalista
y la microbiológica, que en realidad, coexistieron durante decenios, pese a
que en la ciudad castellana se gozara de un laboratorio bacteriológico puesto al día,
según la información aquí contenida.
Esteban Rodríguez-Ocaña
Universidad de Granada